La canción esta más abajo, que es cuando yo veo mejor que la pongáis (:
NARRA ALY.
- Eh ¿qué pasa?- dije mirando a Nancy y Justin.
Había cierta tensión entre ellos y me pregunté si pasaba
algo que yo no sabía.
- Nada prima, voy a ir ayudando en la cocina a ver si
necesitan ayuda.
Me dijo Nancy y me besó en la mejilla, yo miré a Justin,
este estaba observando como Nancy se iba. Dentro de mi corrió un sentimiento
que no conocía ¿celos? ¿Estaba teniendo celos de que Justin mirara a mi prima?
Pero no quise ponerle más seriedad al asiento, le pegué con mi mano suavemente
en el brazo.
- Sé que tiene un bonito trasero, pero tu novia está aquí.
Justin me miró y sonrió, sonría de oreja a oreja, entonces
puso sus brazos alrededor de mi cintura y quedó cara a cara.
- Repítelo- dijo sin dejar de sonreír.
- Tiene un bonito trasero- dije, aunque sabía que eso no era
lo que quería escuchar.
- Eso no, pequeña.
Entonces sonreí nerviosa, tímida.
- Tu novia está aquí.
- Uhmm, que bien suena- dijo muy cerca de mi cara.
- Eh... si.
Todavía me ponía nerviosa que estuviera tan cerca, pero me
encantaba. Me dio un beso dulce, el beso
que antes había evitado mi prima, yo coloqué mis manos en su cuello. Justin se
separó de mis labios y puso su frente en mi frente, suspiró. Sé que estaba
haciendo lo imposible por intentar aparecer normal, pero sé que algo ronda por
su cabeza.
- ¿Me tienes que decir algo, Justin?- pregunté.
Él fue a abrir la boca, pero inmediatamente la cerró, sonrió
y negó con la cabeza.
- ¿Seguro?
- Sí. ¿Vamos a ver si podemos ayudar en algo?
Yo asentí con la cabeza y lo seguí hasta la cocina, allí
todo el mundo iba y venía, era un caos.
- ¿Podemos ayudar en algo? – pregunté yo.
- Eh…- mi madre me miró, ella ya estaba lista, estaba
preciosa- Oh, que guapa estas, hija.
- Lo mismo digo, mamá.
- Bueno pues… Aly, ve a sacar las copas del mueve de la
cocina y límpialas, Justin… ¿tú podrías ir con Nancy a terminar a poner la
comida en esos platos?- señaló mi madre.
Yo de reojo vi como Justin hacia una mueca con su boca.
- Si, por supuesto.- dijo él.
Y nada más que vi como Nancy sonreía a Justin supe que aquí
pasaba algo que yo no sabía, me di media vuelta y fui a por los vasos.
NARRA JUSTIN.
- Hola- dije seco cuando llegué a su lado.
- Hola, Justin- dijo ella sonriendo.
- Quita esa sonrisa.
- ¿Por qué? Si es que es verte y recordar buenos momentos… Ya sabes, como…
- Cállate.
Yo me giré a ver si todavía estaba Aly, al ver que ya se
había ido, volví a ponerme a mi trabajo.
- ¿Qué pasa? Si solo te iba a decir que me acortada de los
buenos momentos que pasábamos aquí, con mi prima, ya sabes, jugando.
- Nancy, por Dios- dije sabiendo el doble sentido de la
frase.
Ella sonrió como una niña chica.
- ¿Así que ahora estas con mi prima? - preguntó.
- Yo… eh…
No habíamos hablado de si queríamos decírselos a todos ya o
esperar.
- Justin, sé cómo miras a las chicas que quieres y miraste
antes a mi prima así, y ella estaba ilusionada de que vinieras. Se puso así de
guapa para ti.
Tuve que forzarme a tragar, me sabía mal mentir a Aly… Se lo
tenía que contar, lo sé, una relación se basa en la confianza.
- Tengo que hablar con ella…
- ¿Estás seguro de eso? Ya sabes como es mi prima… Tan
inocente, tan pequeña… ¿crees que volverá a verte con los mismos ojos?
Respiré profundamente.
- Aly tiene una visión totalmente equivocada de ti, lo sabes
¿no?
Ella se encogió de hombros mientras sonría. Hubo unos
segundos de silencio, estuvimos colocando la comida, hasta que ella volvió a
hablar.
- Creo que tendré que hablar con mis otras primas para
avisarles de que hay un chico al que les gustan las chicas de esta familia.
- Por favor, cállate.
- Yo y después Aly… Espero que no te gusten las mujeres
mayores… bueno, de todas formas, mi madre esta casada y su madre también, no
tienes nada más que hacer.
Yo no pude hacer otra cosa aparte de reír, era tan absurdo
todo. Y mientras reía, vi como Aly entraba de nuevo aquí, me miró decepcionada.
Aly no es tonta, no, es una de las chicas más inteligentes que conozco y sé que
si yo no se lo digo, ella lo descubrirá por si sola.
Ella me intentó sonreír, pero no pudo, se giró y volvió al
comedor, iba a ir tras ella, le iba a contar todo y le iba a rogar que me perdone
pero la mano de la madre de Aly me lo impidió.
- ¿Está todo listo?- preguntó.
- Si- dije yo.
- Perfecto, ir llevando todo al salón.
Nancy la miró y sonrió. Cogió dos platos, uno en cada mano y
avanzó delante de mí, no la miré, no, ya que eso era lo que quería pero no lo
iba a conseguir. Siempre me gusto Aly y ahora que tengo esta oportunidad, no lo
voy a estropear. Cogí yo otros dos platos y fui al comedor. Aly se encontraba
sentada en el sofá viendo la televisión, estaba echada un poco hacia delante, yo
la veía de espalda y pude observar su espalda desnuda, perfecta.
Ella se giró y me observó mirándome, me sonrió tímidamente aunque
todavía podía observar un matiz de enfado en sus ojos. Volví a la cocina para
terminar de colocar los platos, cuando volví Aly ya estaba sentada en una
silla, yo terminé de colocar los platos y me senté a su lado, pero desgraciadamente
Nancy se puso enfrente de mí, observándome, noté como Aly se tensaba. Mi madre
se puso a mi lado y todos los demás se sentaron. Antes de nada todos rezamos y después
empezó la cena.
NARRA ALY.
¿Cuándo iba a acabar esta noche? ¿Cuándo iba a poder subirme
a mi cuarto quitarme todo esto y dormir? Lo necesitaba, no podía soportar más
la mirada coqueta de mi prima, pero fue a peor cuando empezó a hablar.
- Que tierno, otra vez Aly y Justin juntos, ya saben, como
en los viejos tiempo- dijo Nancy mientras partía su filete y se lo metía en la
boca.
- Si, estamos felices de haber vuelto- dijo Pattie.
- -Nancy sonrió- Me acuerdo cuando venía de visita y jugaba
con ellos, me la pasaba genial con Justin- hubo una pausa- y con Aly, claro- me
miró y me sonrió.
Yo le dediqué la sonrisa más irónica de mi vida, ella rio.
- Ahora que me acuerdo… -empezó Pattie- Justin me dijo que
en una excursión en su último curso, lo llevaron a visitar universidades y…
- No, no, cállate mamá- susurró muy flojo Justin, pero yo
estaba a su lado y lo pude escuchar.
Yo no quise escuchar lo demás, así que le pedí la salsa a mi
abuelo, pero él no me habló y mientras me echaba salsa escuché lo demás que
decía Pattie.
- Y fue a tu universidad, Nancy, ¿no?
Nancy sonrió.
- Si, fue una sorpresa encontrarlo allí, pero por desgracia
hacia mal tiempo y no podían volver y se tuvieron que quedar allí hasta el día
siguiente.
- Si- Pattie rió- me acuerdo.
- Yo me encargué especialmente en que Justin no se
aburriera, que se lo pasara bien.
Y lo entendí todo, mis manos no reaccionaban y deje caer la
cuchara llena de salsa encima de mi vestido. Yo miré a Justin, este ni se
dignaba a mirarme.
-Gracias por cuidar a mi hijo, Nancy- dijo Pattie.
- Fue un placer- dijo sonriendo.
Y yo grité mientras me levantaba corriendo, la salsa estaba
caliente y al ser el vestido tan fino me llegó hasta la piel.
- ¿Qué pasa?- quiso saber mi madre.
- Na… nada- dije sin mirarla, mis ojos estaban brillosos- Yo…
se me ha caído la cuchara y he manchado el vestido, lo siento Nancy.
- No pasa nada, cariño- dijo esta- Ven, vamos a cambiarte
arriba, que todavía queda mucha noche para estar con un vestido manchado y
además, ese vestido lo tendría que jubilar ya.
- No… no, da igual, déjalo. Ya me pondré unos vaqueros.
- ¡No! ¡Por Dios! Si todavía queda darnos los regalos y
luego salimos Justin, tú y yo por ahí.
- No tengo ganas de salir.
- Venga hija, disfruta de hoy- dijo mi madre.
Yo levanté mi cabeza y miré a Nancy, estaba ya de pie sonriéndome. No quise hacerme la desagradecida así que
acepté. Volví a mirar a Justin, este seguía jugando con el puño de su camisa. ¿Había
sido tan difícil contármelo?
Seguí a Nancy hasta su habitación de nuevo, no hablamos,
pero yo necesitaba saber cosas.
- ¿Lo hiciste con Justin?- susurré,
- ¿Lo quieres saber?- preguntó.
- Sí.
- Bebimos, él durmió en mi habitación, nos besamos, hubo
toqueteo y… si, yo no quería porque me acordaba que tú de pequeña me decías que
él era muy importante para ti, pero él insistió y bueno, acepté al final.
- Ah.- fue lo único que pude decir- Muy bonito por tu parte
negarte al principio.
- Ya, pero oye… ¿Sabes si ahora tiene novia?
- No, dije, creo que no tiene.
Ella sonrió mientras me daba otro vestido, esta vez el
beige.
- Pues entonces intentaré hablar con él, ha crecido mucho
desde la última vez que lo vi.
- Todo para ti- dije mientras
me volvía a mi cuarto.
Me quite el vestido machado, me entraron ganas de romperlo a
ver si así sufría ella un poco. Miré el vestido que me acababa de dar. Era de
palabra de honor, desde la parte de arriba hasta el ombligo más o menos era
todo de puntitos dorado y el vestido era más largo por detrás que por delante. La parte más corta me llegaba por las rodillas
y la más larga tocaba el suelo. Era
precioso, era un vestido muy elegante. Me puse un sujetador sin tirantes y me coloqué
el vestido. Los tacones no iban mal con el vestido y pasaba de pedirle otro a
Nancy…
Nancy y Justin, ellos dos, lo hicieron, ¿Justin la quería? ¿Ella
le quería? ¿Por qué no me lo había dicho? Me quedé unos segundos sentada en mi
cama, estaba esperando a Justin, a ver
si se dignaba a venir, pero no lo hizo, no vino y yo no me iba a quedar esperando
y tampoco iba quedarme viendo como mi prima ligaba con él.
Me quité los tacones, llevándolos en mi mano, cogí mi teléfono y llamé a una agencia de
taxis, le di mi dirección. Cuando me volvieron a llamar avisándome de que ye
estaba a minutos de mi puerta, cogí dinero y bajé por la escalera, escuche como
la gente hablaba, gritaba y reía, no me quise ni asomar. Abrí la puerta y me fui de mi casa. Sé que
huir del problema es de niña chica, pero ahora no tenía ganas de enfrentarme a
sus miradas.
NARRA JUSTIN.
Nancy se había sentado en el lado de Aly, me hablaba y
colocó su mano en mi pierna. ¿Eso significaba que no iba a bajar? La espere,
quería que bajara para poder salir a hablar con ella, pero no bajó. Alguien
contó un chiste y todos rieron, todos menos yo, porque estaba en silencio
intentando escuchar si Aly bajaba, así que por eso creo que fui el primero en
escuchar el golpe de la puerta a cerrarse. Me levanté corriendo y la madre de Aly me miró.
- ¿Qué pasa?
- ¿No escucharon al puerta?- dije mientras corría hacia el
cuarto de Aly.
El padre de ella me siguió, fui a su cuarto y no había nadie. Lo miré y él me miró,
volvimos a bajar.
- Me voy a buscarla- le dije, sin pensármelo.
- Espera, voy contigo.
- No, déjame ir solo, por favor.
Y su padre era tan listo como su hija, afirmo con la cabeza
y yo salí corriendo de su casa, pero antes cogí mi chaqueta. Supe dónde ir sin
ni siquiera pararme a pensar. Cogí el primer taxis que vi libre. Más de una vez
la había perseguido cuando se había escapado de su casa, pero no se iba muy
lejos, quizás se iba una manzana más lejos o a casa de un amigo.
Siempre la busqué, siempre la encontré.
Y esta vez no fue menos,
le pagué al taxi y salí corriendo, entre dentro del comedor social. Allí
había más gente que nunca, nada más que puse un pie dentro una voz entró por
mis oídos, la reconocí al instante. Aly
estaba cantando y un grupo de gente la rodeaba. Fui empujando a todos, hasta
que la pude ver. Nada más que la vi, supe que si alguna vez veo un ángel sería
igual que ella. No pude dejar de sonreír.
Aly estaba tocando el piano suavemente, lo tocaba con temor
de romperlo, es como cuando coges un cachorro muy pequeño y directamente se
convierte en tu vida y temes hacerle daño. Aly tocaba con esa delicadeza. Y su
voz, oh Dios, su voz era como escuchar cantar un ángel. Se había cambiado de
vestido y este le cada que ni pintado. Era un ángel, sí, mi pequeña se había
convertido en un ángel.
Empecé a cantar con ella, no se lo esperaba porque dio un pequeño
salto cuando me escuchó, pero no abrió los ojos ni movió la cabeza. Siguió
tocando y cantando. Ahora la gente también me miraba a mí y a ella mientras cantábamos
Silent night. Me moví hasta que me senté a su lado en el banco del piano. Ella
decidió abrir los ojos y me miró, siguió tocando, se sabía las teclas de
memoria. Sus ojos estaban con brillo y algo rojizos, me maldecía por haberla
hecho llorar.
Le canté, cante para ella, para mí no existía nadie más,
solo ella. La canción llegaba a su fin, coloqué mi mano en su mejilla y cuando
la canción terminé, la besé. Suavemente, con los ojos cerrados, queriendo que
supiera que lo sentía por todo.
Me sorprendí cuando Aly colocó su mano en mi mejilla. Apoyé
mi frente contra su frente.
- Perdóname- le susurré.
- Shh…- me dijo ella y volvió a besarme.
Continuara...
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