- El…el salón es...esta por… por ahí- le señalé la puerta.
- Aly, me sé tu casa de memoria.
- - sonreí- Soy idiota.
Justin vino y besó mi nariz.
- Eres mi idiota.
Mientras él se iba al salón, yo cogí el dinero que me había
dejado mi madre y el teléfono de la pizzería.
- ¿Alguna preferencia en la pizza?- le pregunté chillando.
- ¡Que tenga queso!- me chilló.
- Vale.
Cogí el teléfono fijo de la casa y llamé a la pizzería y
pedí una de cuatro quesos. Luego dejé el teléfono y fui al servició. La verdad
es que no tengo ganas de ir al servicio, es como si estuviera intentando atrás
la hora de estar con Justin en la misma habitación cuando no debería estar así.
Me eché agua en la cara, respiré hondo, me recogí el pelo y me miré en el
espejo, no me convencía y me lo volví a soltar. Salí del cuarto y fui para el
salón.
Justin estaba medio tumbado en el sofá viendo la televisión
y esta escena me sonó mucho. Era igual que antes, mi amigo Justin casi tumbado
en el sofá viendo la televisión. Más de una vez lo había encontrado así y yo le
había regañado (aunque era más pequeña) porque mi madre no quería que pusiera
los zapatos encima del sofá. Pero esta vez le miré los pies y llevaba los
calcetines.
- Aprendí- me dijo.
- Ya lo veo- sonreí.
Justin se sentó y dio unas palmas a su lado para que yo me
sentara. Lo hice. Pero estaba rígida como un palo y me asuste cuando Justin
puso su mano en mi pierna.
- Aly…- dijo él- No voy a hacer nada si no quieres, así que
relájate ¿de acuerdo? Somos tú y yo viendo la televisión esperando una pizza.
- No, Justin. Somos tú y yo que anteriormente nos hemos
besado y ahora estamos viendo la televisión esperando una pizza con una tensión
sexual increíble.
- ¿Quieres hacerlo?- preguntó mientras movía su mano por mi
pierna.
- ¡Justin! Eso no es algo que se pregunte, es decir… eso
surgen, así sin más.
- Aly, aly- rió- Era broma, relájate, enserio, no va a pasar
nada.
Yo respiré y decidí dejar de estar en tensión. Apoyé mi
cabeza en el hombro de Justin y él puso su brazo abrazándome.
- Perdóname, no sé qué me pasa…
- No pasa nada, no te preocupes, está bien.
Sonreí y fui bajando mi cabeza poco a poco hasta tumbarme y
apoyar mi cabeza en su pierna, él empezó a acariciarme mi cabello suavemente y
poco a poco fui relajándome, hasta que ya me sentí de nuevo cómoda y como en
casa. Al rato sonó el timbre de la puerta.
- Justin…- le dije.
- No, ve tú.
Giré mi cabeza y lo miré.
- Jo, por favor.
- No, además, estas en mis piernas.
Me puse recta en menos de un segundo.
- Eso no vale- dijo riendo.
- Anda… El dinero está justo al lado de la puerta.
Justin suspiró y se puso de pie.
- Que vaga eres ¡eh!
Sonreí triunfante mientras Justin iba a abrir la puerta al
minuto volvió con la pizza. La puso en la mesa que estaba delante del sofá y la
abrió. Yo me senté a su lado, fui a coger un trozo pero él no me dejo.
- Yo he ido a por ella, la pizza es mía.
- ¡No vale!
- La vida no es justa, pequeña.
- Tonto.
- Así vas muy mal si quieres pizza.
Entonces le cogí la cara entre mis manos y le di un beso.
- Uhm… Eso fue muy poco.
Reí y le volví a besar. Esta vez él puso sus manos en mi
espalda y me pegó a él. Justin me empezó a tirar de mí, me puse de rodillas en
el sofá y lo empujé hasta que quedé encima de él. Le di varios besos, le besaba
y me separaba, así unas cuantas veces. Hasta que él me agarró por las muñecas y
tiró de mí, perdí el equilibrio y me caí encima de él. Me soltó las muñecas y
con una mano me apartó el pelo de la cara y me dio un beso lento. Luego me
separé.
- ¿Sabes qué?- le pregunté.
- No, ¿qué?- dijo sonriendo.
- Que se está enfriando la pizza.
Me puse de pie y fui a la cocina a por unos refrescos. Me
senté a su lado y le puse su refresco a su derecha y el mío a mi derecha. Los
dos abrimos la lata a la vez y bebimos, luego nos miramos y sonreímos. Empezamos a comer pizza mientras hablábamos de temas varios, no eran temas que
me ponían incomoda, era temas como de lo bien que habíamos patinados, de las
clases, de lo bien que había cantado el
otro día.
- A la gente del comedor le gusta oírme cantar y a mí no me
cuesta nada hacerlo.
- Algún día cantaremos los dos juntos.
- ¿Mañana?- le pregunté.
- Mañana es navidad, Aly.
- Dios, es cierto… ¿Dónde las vas a pasar?- le pregunté.
- Pues no sé, la verdad.
- Podéis venid aquí. Mis padres, tu madre, mi perro, tú y
yo…
- Eso último me gusta- me sonrió y me dio un pequeño beso.
Justin estaba comportándose como un ángel conmigo. No me
presionaba, no me estaba obligando a hacer algo que no quisiera hacer y ya
apenas quedan hombres así. Me levanté del sofá y fui a recoger las cosas,
Justin cogió su lata y me acompañó a la cocina para tirarlo todo. Fui a la
basura, tire la caja y mi lata, luego Justin me dio la suya y la tiré. Al darme
la vuelta me lo encontré cara a cara. Me sonrió y me quitó un mechón de la
cara.
- Siempre pensé que eras hermosa, eras la niña más hermosa
que conocía y que conozco. Tus ojos, tu cabello… Eres preciosa y además tu
forma de ser hace que seas más preciosa. Desde pequeña me robaste el corazón,
pero eras tan pequeña, tan frágil- acarició mi mejilla- Pero tu necesitabas un
amigo y yo era el mayor, siempre tuve la responsabilidad de cuidar de ti. Me
acuerdo que en tu primer día de clase con 6 años, yo tenía 8, te dije que si
alguien se metía contigo que me buscaras. A la hora del recreo viniste
corriendo a buscarme, estabas llorando y
tenías las coletas desechas. Yo fui contigo a una esquina y te pregunté
qué había pasado. Tú me dijiste que unas niñas habían dicho que tus coletas
eran de niña pequeña, yo te las volví a hacer y te dije que si a ti te gustaba
algo no importaba lo que la demás gente pensara. Y… y tú me gustas, Aly. Me
gustas mucho y me da igual lo que la gente piense.
Sonreí antes de besarle.
- Las relaciones estropean las amistades- dije mientras
enrollaba mis brazos en su cuello.
- Siempre podemos ser la excepción de la regla.
- Me gusta- dije acercando mis labios a los suyo.
- A mí me gusta esto.
Y me besó. Esta vez nada más notar sus labios sobre los míos
noté como una llamarada subía desde mis pies a mi cabeza, sonrojándome las
mejillas. Nos fuimos moviendo hasta que chocamos con una encimera, me empujo
contra la encimera y salté para subirme, enrollé mis piernas a su cintura lo
que hizo que se pegara más a mí.
- Te quiero muy cerca. - le susurré.
- Voy a estar todo lo cerca que tú quieras.
Le empecé a besar por toda su cara y moví uno de mis brazos
de su cuello a su camiseta, levantándola y acariciando su abdomen. Él fue más
allá, empezó a levantar mi camiseta se quedó justo cuando empezaba a verse el
sujetador. Apoyó su frente contra la mia.
- Lo… lo siento- me susurró.
- No importa, sigue.
Y así lo hizo, me sacó la camiseta y empezó a besarme el
cuello. Puse mis manos en su pecho y lo empujé un poco, para que me diera el
espacio para bajarme de la encimera, recoger mi camiseta y subir corriendo
hacia mi cuarto.
- ¡Sígueme!- le grité.
- Siempre lo haré- me chilló.
Y lo esperé en mi cuarto, sentada en la cama sin saber muy
bien lo que estaba haciendo. Cuando él entró observó mi cuarto, mi cama.
- Jugamos muchas veces ahí, a saltar, a papas y mamas…- le
dije
- Ahora jugaremos a otra cosa- me dijo y yo le sonreí.
Se colocó encima de mi cuerpo, haciendo un camino de besos
desde mi ombligo a mi boca. Acariciando mi cabello y pasando su mano por mi
brazo desnudo. Yo me incorporé y le quité la camiseta, le bese lentamente.
- ¿Quieres hacerlo? Sé que no se pregunta pero…
Puse mi dedo sobre sus labios.
- Si ahora te pidiera que pararas, que te tumbaras conmigo
en la cama y durmiéramos abrazados así sin más, ¿lo harías?
Justin me miró a los ojos.
- Haría cualquier cosa que me pidieras, te bajaría la luna y
te robaría una estrella.
Mis ojos empezaron a brillas por las lágrimas, yo no quería
hacerlo, no ahora, no estaba preparada.
- Yo solo quiero lo que te he dicho, no quiero ni lunas ni
estrellas, quiero…
- ¿Quieres pasar una noche conmigo?
- Quiero que pases una noche amándome, ¿hace falta hacer el
amor para eso?
Justin negó la cabeza y sonrió.
- Para eso solo hace falta tú y yo, una cama y que sea de
noche.
- Te olvidaste de lo más importante, hace falta que me
quieras.
- Pequeña, te quiero y me ofende que lo pongas en duda.
Sonreí y le besé.
- Yo también te quiero.
Él me besó.
- Y ahora vamos a dormir.
Justin bajó las sabanas y se metió en la cama, me miró y yo
me puse a su lado, luego nos tapó a los dos y me abrazó, colocando su brazo en
mi estómago. Estuve nerviosa, pero
sentir la respiración de Justin en mi nuca me relajó mucho, demasiado, tanto
que cerré los ojos en un pestañeo y no los volví a abrir.
Continuará...
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A mí me dejas sin respiración con este tipo de capítulos -P
ResponderEliminarme encanta este justin jujuju siguee
ResponderEliminarawwwwwww *-* la luna - las estrellas- hfjksbdsf *-* - marcia
ResponderEliminarEs genial, me ha encantado... No puedo esperar al siguiente (:
ResponderEliminarsubeeee pronto!
ResponderEliminarwooooo esto tiene qe seguir! me mareo con el fondo negro y las letras en blanco :$
ResponderEliminarEsto es lo que se llama adjskahgs*-*
ResponderEliminarSiguelaaaa
ResponderEliminarSíguela(:
ResponderEliminarDios lloro de lo bonito que es. Un perfecto final del capi
ResponderEliminarLa parte de las coletas me ha matado, qué preciosa jo.
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