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Capítulo 11




- El…el salón es...esta por… por ahí- le señalé la puerta.
- Aly, me sé tu casa de memoria.
- - sonreí- Soy idiota.

Justin vino y besó mi nariz.

- Eres mi idiota.

Mientras él se iba al salón, yo cogí el dinero que me había dejado mi madre y el teléfono de la pizzería.

- ¿Alguna preferencia en la pizza?- le pregunté chillando.
- ¡Que tenga queso!- me chilló.
- Vale.

Cogí el teléfono fijo de la casa y llamé a la pizzería y pedí una de cuatro quesos. Luego dejé el teléfono y fui al servició. La verdad es que no tengo ganas de ir al servicio, es como si estuviera intentando atrás la hora de estar con Justin en la misma habitación cuando no debería estar así. Me eché agua en la cara, respiré hondo, me recogí el pelo y me miré en el espejo, no me convencía y me lo volví a soltar. Salí del cuarto y fui para el salón.

Justin estaba medio tumbado en el sofá viendo la televisión y esta escena me sonó mucho. Era igual que antes, mi amigo Justin casi tumbado en el sofá viendo la televisión. Más de una vez lo había encontrado así y yo le había regañado (aunque era más pequeña) porque mi madre no quería que pusiera los zapatos encima del sofá. Pero esta vez le miré los pies y llevaba los calcetines.

- Aprendí- me dijo.
- Ya lo veo- sonreí.

Justin se sentó y dio unas palmas a su lado para que yo me sentara. Lo hice. Pero estaba rígida como un palo y me asuste cuando Justin puso su mano en mi pierna.

- Aly…- dijo él- No voy a hacer nada si no quieres, así que relájate ¿de acuerdo? Somos tú y yo viendo la televisión esperando una pizza.
- No, Justin. Somos tú y yo que anteriormente nos hemos besado y ahora estamos viendo la televisión esperando una pizza con una tensión sexual increíble.
- ¿Quieres hacerlo?- preguntó mientras movía su mano por mi pierna.
- ¡Justin! Eso no es algo que se pregunte, es decir… eso surgen, así sin más.
- Aly, aly- rió- Era broma, relájate, enserio, no va a pasar nada.

Yo respiré y decidí dejar de estar en tensión. Apoyé mi cabeza en el hombro de Justin y él puso su brazo abrazándome.

- Perdóname, no sé qué me pasa…
- No pasa nada, no te preocupes, está bien.

Sonreí y fui bajando mi cabeza poco a poco hasta tumbarme y apoyar mi cabeza en su pierna, él empezó a acariciarme mi cabello suavemente y poco a poco fui relajándome, hasta que ya me sentí de nuevo cómoda y como en casa. Al rato sonó el timbre de la puerta.

- Justin…- le dije.
- No, ve tú.

Giré mi cabeza y lo miré.

- Jo, por favor.
- No, además, estas en mis piernas.

Me puse recta en menos de un segundo.

- Eso no vale- dijo riendo.
- Anda… El dinero está justo al lado de la puerta.

Justin suspiró y se puso de pie.

- Que vaga eres ¡eh!

Sonreí triunfante mientras Justin iba a abrir la puerta al minuto volvió con la pizza. La puso en la mesa que estaba delante del sofá y la abrió. Yo me senté a su lado, fui a coger un trozo pero él no me dejo.

- Yo he ido a por ella, la pizza es mía.
- ¡No vale!
- La vida no es justa, pequeña.
- Tonto.
- Así vas muy mal si quieres pizza.

Entonces le cogí la cara entre mis manos y le di un beso.

- Uhm… Eso fue muy poco.

Reí y le volví a besar. Esta vez él puso sus manos en mi espalda y me pegó a él. Justin me empezó a tirar de mí, me puse de rodillas en el sofá y lo empujé hasta que quedé encima de él. Le di varios besos, le besaba y me separaba, así unas cuantas veces. Hasta que él me agarró por las muñecas y tiró de mí, perdí el equilibrio y me caí encima de él. Me soltó las muñecas y con una mano me apartó el pelo de la cara y me dio un beso lento. Luego me separé.

- ¿Sabes qué?- le pregunté.
- No, ¿qué?- dijo sonriendo.
- Que se está enfriando la pizza.

Me puse de pie y fui a la cocina a por unos refrescos. Me senté a su lado y le puse su refresco a su derecha y el mío a mi derecha. Los dos abrimos la lata a la vez y bebimos, luego nos miramos y sonreímos. Empezamos a comer pizza mientras hablábamos de temas varios, no eran temas que me ponían incomoda, era temas como de lo bien que habíamos patinados, de las clases, de lo bien que había  cantado el otro día.

- A la gente del comedor le gusta oírme cantar y a mí no me cuesta nada hacerlo.
- Algún día cantaremos los dos juntos.
- ¿Mañana?- le pregunté.
- Mañana es navidad, Aly.
- Dios, es cierto… ¿Dónde las vas a pasar?- le pregunté.
- Pues no sé, la verdad.
- Podéis venid aquí. Mis padres, tu madre, mi perro, tú y yo…
- Eso último me gusta- me sonrió y me dio un pequeño beso.

Justin estaba comportándose como un ángel conmigo. No me presionaba, no me estaba obligando a hacer algo que no quisiera hacer y ya apenas quedan hombres así. Me levanté del sofá y fui a recoger las cosas, Justin cogió su lata y me acompañó a la cocina para tirarlo todo. Fui a la basura, tire la caja y mi lata, luego Justin me dio la suya y la tiré. Al darme la vuelta me lo encontré cara a cara. Me sonrió y me quitó un mechón de la cara.

- Siempre pensé que eras hermosa, eras la niña más hermosa que conocía y que conozco. Tus ojos, tu cabello… Eres preciosa y además tu forma de ser hace que seas más preciosa. Desde pequeña me robaste el corazón, pero eras tan pequeña, tan frágil- acarició mi mejilla- Pero tu necesitabas un amigo y yo era el mayor, siempre tuve la responsabilidad de cuidar de ti. Me acuerdo que en tu primer día de clase con 6 años, yo tenía 8, te dije que si alguien se metía contigo que me buscaras. A la hora del recreo viniste corriendo a buscarme, estabas llorando y  tenías las coletas desechas. Yo fui contigo a una esquina y te pregunté qué había pasado. Tú me dijiste que unas niñas habían dicho que tus coletas eran de niña pequeña, yo te las volví a hacer y te dije que si a ti te gustaba algo no importaba lo que la demás gente pensara. Y… y tú me gustas, Aly. Me gustas mucho y me da igual lo que la gente piense.

Sonreí antes de besarle.

- Las relaciones estropean las amistades- dije mientras enrollaba mis brazos en su cuello.
- Siempre podemos ser la excepción de la regla.
- Me gusta- dije acercando mis labios a los suyo.
- A mí me gusta esto.

Y me besó. Esta vez nada más notar sus labios sobre los míos noté como una llamarada subía desde mis pies a mi cabeza, sonrojándome las mejillas. Nos fuimos moviendo hasta que chocamos con una encimera, me empujo contra la encimera y salté para subirme, enrollé mis piernas a su cintura lo que hizo que se pegara más a mí.

- Te quiero muy cerca. - le susurré.
- Voy a estar todo lo cerca que tú quieras.

Le empecé a besar por toda su cara y moví uno de mis brazos de su cuello a su camiseta, levantándola y acariciando su abdomen. Él fue más allá, empezó a levantar mi camiseta se quedó justo cuando empezaba a verse el sujetador. Apoyó su frente contra la mia.

- Lo… lo siento- me susurró.
- No importa, sigue.

Y así lo hizo, me sacó la camiseta y empezó a besarme el cuello. Puse mis manos en su pecho y lo empujé un poco, para que me diera el espacio para bajarme de la encimera, recoger mi camiseta y subir corriendo hacia mi cuarto.

- ¡Sígueme!- le grité.
- Siempre lo haré- me chilló.

Y lo esperé en mi cuarto, sentada en la cama sin saber muy bien lo que estaba haciendo. Cuando él entró observó mi cuarto, mi cama.

- Jugamos muchas veces ahí, a saltar, a papas y mamas…- le dije
- Ahora jugaremos a otra cosa- me dijo y yo le sonreí.

Se colocó encima de mi cuerpo, haciendo un camino de besos desde mi ombligo a mi boca. Acariciando mi cabello y pasando su mano por mi brazo desnudo. Yo me incorporé y le quité la camiseta, le bese lentamente.

- ¿Quieres hacerlo? Sé que no se pregunta pero…

Puse mi dedo sobre sus labios.

- Si ahora te pidiera que pararas, que te tumbaras conmigo en la cama y durmiéramos abrazados así sin más, ¿lo harías?

Justin me miró a los ojos.

- Haría cualquier cosa que me pidieras, te bajaría la luna y te robaría una estrella.

Mis ojos empezaron a brillas por las lágrimas, yo no quería hacerlo, no ahora, no estaba preparada.

- Yo solo quiero lo que te he dicho, no quiero ni lunas ni estrellas, quiero…
- ¿Quieres pasar una noche conmigo?
- Quiero que pases una noche amándome, ¿hace falta hacer el amor para eso?

Justin negó la cabeza y sonrió.

- Para eso solo hace falta tú y yo, una cama y que sea de noche.
- Te olvidaste de lo más importante, hace falta que me quieras.
- Pequeña, te quiero y me ofende que lo pongas en duda.

Sonreí y le besé.

- Yo también te quiero.

Él me besó.

- Y ahora vamos a dormir.

Justin bajó las sabanas y se metió en la cama, me miró y yo me puse a su lado, luego nos tapó a los dos y me abrazó, colocando su brazo en mi estómago.  Estuve nerviosa, pero sentir la respiración de Justin en mi nuca me relajó mucho, demasiado, tanto que cerré los ojos en un pestañeo y no los volví a abrir.

Continuará...

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11 comentarios:

  1. A mí me dejas sin respiración con este tipo de capítulos -P

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  2. me encanta este justin jujuju siguee

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  3. awwwwwww *-* la luna - las estrellas- hfjksbdsf *-* - marcia

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  4. Es genial, me ha encantado... No puedo esperar al siguiente (:

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  5. wooooo esto tiene qe seguir! me mareo con el fondo negro y las letras en blanco :$

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  6. Esto es lo que se llama adjskahgs*-*

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  7. Dios lloro de lo bonito que es. Un perfecto final del capi

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  8. La parte de las coletas me ha matado, qué preciosa jo.

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Gracias.

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