Justin
Tener su número en mi agenda es muy tentador, pero no puedo
llamarla, algo me dice que ella no quiero que lo haga. Es jueves por la tarde y
estoy plantado delante de la puerta de la habitación de Cesar, puedo escuchar Stairway to heaven de Led Zeppelin desde aquí. Fui injusto con mi único amigo, así que
creo que se merece una disculpa. No está bien pelearse con las personas que de
verdad te comprenden. Su madre me había abierto la puerta y se había ido a
hacer la compra. Pegué dos veces en la puerta del cuarto de Cesar.
- Pasa Justin- gritó mientras bajaba la música.
Abrí la puerta y entré.
- ¿Cómo sabías que era yo?- pregunté.
- Pues como que mis padres no pegan en la puerta y tú eres
la única persona que esperaba que viniera hoy.
Me senté en su cama.
- Yo… Yo… ¿Sabes, Cesar? Algunas veces envidio a las chicas,
no les cuesta hablar de sus sentimientos con sus amigas.
- Te comprendo- dijo sonriendo- ¿Te apetece dar una vuelta
en bicicleta?
- Tendría que ir a casa.
- Tengo dos.- me dijo mientras apagaba la música y se
levantaba.
Fuimos hacia su garaje y sacó dos bicis, una roja para mí y
una azul para él. Cesar empezó primero y yo le seguí. Hacia buen tiempo para el
mes en el que estábamos, había nieve, pero se podía ir en bicicleta. Miré a
Cesar, no es bueno sentir envidia hacia alguien, pero yo sentía hacia Cesar. Él
era como era, no tenía que ocultar ni fingir nada.
Llegamos a un lugar que reconocí al instante, donde siempre
veníamos cuando éramos pequeños, en primavera estaba hermoso. Era un pequeño rincón
con un lago que estaba empezando a congelarse. Cesar paró y se bajó de la bici,
lo imité.
- Estas tardando en disculparte- me dijo.
- Lo siento, enserio, no quería ser borde pero… Pero ella es
la única cosa que me hace sentir real, vivo… Hacía mucho que no me sentía
necesitado y pensar que puede ser que yo no sea único para ella me rompe en
dos.
- Lo eres Justin, no te tienes que tener miedo.
Me dejé caer a la hierba mojada por la última nevada. Apoyé
mi frente en mis rodillas.
- Todo está yendo demasiado rápido… Nunca había sentido
tanto.
- ¿Y qué tiene de malo?
- Que no la puedo abrazar, que hay distancia ¿sabes? Que si
un día me levanto con ganas de gritarle que se ve hermosa no puedo porque su
casa está a horas de la mía.
Mi visión se estaba empezando a poner borrosa. Cesar se
sentó a mi lado y me apretó el hombro con su mano.
- Me gustaría verla sonreír las pocas veces que lo hace, sé
que necesita a alguien a su lado no atreves de la pantalla. Y sé que debería de
arrepentirme por haberle hablado ese día, pero no puedo, porque esa chica es lo
más hermoso que jamás ha entrado en mi vida. Y me siento egoísta, porque sé que
si sigo encariñándome con ella de aquí solo saldrán cosas malas.
Una lágrima había bajado por mi mejilla y otra fue tras ella
para hacerle compañía.
- Pues haz algo. No te quedes aquí quieto mientras quieres
hacer otras cosas.
- No sé su dirección.
- Bueno… Pues ella la tuya sí.
Tarde en procesar eso dos segundos.
- ¿Qué?- pregunté levantando mi mirada.
- Se supone que no te lo tendría que decir, pero ella me
pidió tu dirección y se la di.
Me levanté, no podía estar sentando.
- ¿Crees que vendrá?
Él se encogió de hombros.
- No, no creo que venga, ella no es así. Entonces…
- ¿Qué? – me preguntó.
Pero yo ya estaba encima de la bicicleta.
- Mi abuelo me aconsejó una vez que me dejara llevar y ahora
mismo siento la necesidad de ir a un lado. Mañana te llevo la bicicleta.
- De acuerdo- me dijo-. Suerte.
Y no perdí más tiempo, fui hacia la central de correos.
Grace
¿Le habrá llegado? En todo el día no pude quitar una sonrisa
tonta de mi cara, pero ahora, cuando llegué a mi casa y empecé a recordar las
cosas que yo había escrito ahí… empecé a tener miedo de que se asustara del monstruo
que yo era. Pero lo hecho, hecho esta.
Había estado mirando mi móvil, esperando a que me llamase…
no sé porque, pero tenía una duda enorme de como sonaría su voz… si sería dulce
o ronca, pero algo me dice que es perfecta. Aunque si me llamase, no sabría qué
decir, no estaba preparada ¿o sí?
Había acabado los deberes y me había conectado a Facebook,
pero él no estaba, así que me fui, me metí en twitter pero no había puesto nada
interesante. Mi vida al parecer ahora giraba en torno a él.
Eran las ocho y You and me de Lifehouse sonaba de fondo en
mi cuarto, pero subí el volumen justo cuando empezó a sonar Walks like Rihanna de The Wanted y pasó algo extraño, una ola de energía entro por mi cuerpo y me
levanté de la cama, disfrute que estaba
sola en mi casa. Di un concierto.
- She can't
sing, she can't dance but who cares, she walks like Rihanna- grite a todo
pulmón.
Y bailé como bien decía la canción, sin saber, pero el baile
era bueno aparte de que quemaba calorías me hacia sonreír, aunque cuando iba a sonreír
me di cuenta de que ya lo estaba haciendo sin pensarlo. Y no sé si era porque la
música estaba muy alta, pero no escuché como mis padres habían entrado, hoy mi
padre llegaba pronto. Dejé de bailar y apagué la música cuando ellos se
miraron. Mi madre sonrió y sus ojeras se disimularon. En los ojos de mi padre
pude ver un brillo. ¿Qué pasaba?
- Hacías mucho que no bailabas –respondió a mi padre a mis
dudas.
- Ya bueno… es que no lo hago bien.
- ¿Y qué importa? – dijo mi padre.
Su voz sonaba seria, pero de verdad creo estaba feliz.
Entonces mi madre, para romper el hielo, empezó a bailar… No pude contener la
risa.
- Ya sé a quién salí- dije.
Mis padres rieron y en ese momento sonó mi móvil. Se me paró
el corazón y salí corriendo hacia mi cuarto, pero antes de entrar, miré atrás y
vi como mis padres se daban un pequeño beso. Cerré la puerta y me lacé encima
de teléfono, mis manos empezaron a temblar cuando en la pantalla ponía que “Mi
diario” estaba llamando. Me costaba respirar. Pulsé el botón verde. No pude
decir nada, él habló directamente.
- No hables o si… es decir… no te estoy obligando, yo…
Se calló y estoy segura que oía mi respiración agitada. Su voz
era más perfecta de que me había imaginado, cálida, agradable, era de esas
voces que quieres que te cuente un cuento antes de ir a dormir. Quise que no
dejara de hablar ni por un segundo. Él volvió a hablar.
- He pensado más de una vez en lo que te iba a decir cuando
te llamara, pero creía que no me ibas a coger el teléfono así que me has pillado por
sorpresa y ya no me acuerdo lo que pensé. Solo dime si estás ahí o estoy hablando
solo, que estúpido es todo eso- y finalizó con una risa nerviosa.
- Estoy aquí- le dije.
- Oh, Dios, que voz… Grace.
Cerré los ojos para disfrutar de mi nombre pronunciado por
él, nunca me había gustado tanto mi nombre.
- Grace, Grace, Grace….- susurró- Hoy fui a ver a Cesar, a
pedirle perdón por haberme puesto celoso y me dijo que te dio mi dirección. Te
prometo que se me paró el corazón cuando pensé en que podrías venir en
cualquier momento… Pero luego caí en que mi Grace no haría eso, así que pensé
en cartas, en preciosas y antiguas cartas. El medio de trasporte que se utilizaba
antes muy a menudo y que yo odio que este desapareciendo y entonces pensé que
quizás tú también odiabas que desapareciera… Así que fui a correos ¿y sabes qué?
Había una carta para mí
Yo sonreí, podía estar hablando horas y horas que yo no me
cansaría de escucharlo.
- Estuve tentando con leerla en el mismo borde de la acera.
Pero tu carta no se merecía eso, así que aguanté hasta que llegue a mi casa y
me encerré en mi cuarto. Cuando acabé, te iba a decir algo por twitter, pero
no, cuando me quise dar cuenta tenía el móvil en mi mano y estaba pensando en
que decirte.
En su voz se notaba que estaba nervioso.
- Te iba a decir miles de cosas, pero ahora no me acuerdo ni
de la mitad. Solo que si alguna vez sientes que solo te rodea oscuridad, que si
los monstruos vuelven a tirarte del tobillo por la noche, que sepas que no estás
sola, que aquí estoy yo, puede que a kilómetros de distancia, pero estoy aquí
para aguantar tus gritos y llantos. Jamás te voy a pedir una sonrisa si hace segundos
estabas llorando, pero si limpiaré tus lágrimas. Sé que habrá días en los que tirarte al suelo
y llorar te parece la mejor opción, sé que habrá días en los que hacerte daño
te parecerá necesario… Sé que esos días no van a desaparecer de la noche a la
mañana… Solo quiero decirte, que va a llegar el día en el que esos días van a
desaparecer ¿vale? Quizás no mañana, pero si algún día y estaremos juntos, no atreves
de una pantalla, no, juntos de verdad, cogidos de la manos…- en la última
palabra su voz empezó a romperse.
Tan solo en pesar en como Justin podría coger mi mano, sentí
un escalofrío por todo mi cuerpo.
- Si tú no puedes ser fuerte por ti sola, yo lo seré por ti.
Si alguna vez te caes, yo esperaré abajo con los brazos abiertos… ¡Que mierda! –Gritó
de repente- Prepárate Grace, porque cuando menos te lo esperes, iré a buscarte
y besaré los cortes que te prometí un día que besaría. Y ahora puedes hablar… -Justin rio y en ese
momento, su risa fue mi canción favorita.
- Yo… - empecé a decir- Justin, espero que tus promesas no
sean simples promesas fáciles de romper.
- No lo son- me aseguró.
- Bien.- dije.
- Bien…- dijo él.
Y los dos reinos a la vez.
- ¿Sabes que tienes una voz preciosa?- me dijo.
- Yo la odio.
- Pues yo la amo, sobre todo cuando dices mi nombre. Te
grabaría y te pondría como despertador, porque tu voz creo que sería lo único
que no podría odiar por las mañanas.
- Justin…- susurré.
- ¿Si?
- Dime que no eres tan pasteloso siempre.
- Creía que te gustaba…
- Y me gusta.
“Tanto que corro el riesgo a enamorarme.” Pero eso no se lo
dije.
- ¿Has hecho hoy algo importante?- me preguntó.
- No ¿y tú?
- Aparte de leer tu carta, no, tan solo esperaba a que me
llamases…
Por lo menos, uno de los dos era sincero.
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HHEJVJYHTVYVTEJRHVTHRVTHRVTHRBHRBWHE Adorables, adorables. Espero que so guste el nuevo diseño de la página y lo de los enlaces de las canciones. Miles de gracias por leeme, me hacéis super feliz y tengo muchas ganas de poder centrarme en escribir y subir, ya queda poco para eso... Así que aguantad mis pequeñas personas fuertes. Love ya.
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