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Capítulo 11



Grace

Me encontraba en clase, sentada en mi silla, movía las piernas y tenía una sonrisa tonta en mi cara. No sé porque, pero me gustaba sonreír sin motivos. Hay días en los que ves como de precioso es el mundo y te maldices por haber estado tan absortas pensando en tus cosas que no te habías dado cuenta. Hoy es uno de esos días. No hay nubes en mi cabeza, simplemente hay un sol radiante.

Y quizás por eso la gente hoy me mira diferente, porque desprendo felicidad, aunque sea un poco. Hoy me levanté con ganas de comerme el mundo. Me levanté de la cama, pisé con mis pies el suelo y me di cuenta que no me dolía la cabeza, señal de que había logrado dormir algo. Salí de mi cuarto para ir al cuarto de baños y me encontré con todo el jaleo matutino de mi casa, encima hoy mi padre entraba más tarde, así que estábamos los tres en la casa. Pero no había gritos ni peleas y me gustó. Me vestí, me recogí mi melena en una trenza. Mis padres ya se iban.

- Grace, tienes el desayuno en la mesa.
- Vale, gracias.
- De nada cielo, te quiero- dijo mientras besaba mi frente.
- Chao.

Mi padre salía del baño arreglándose la corbata, mi madre lo vio y fue arreglársela. En el fondo todavía creo que se quieren, pero tener una hija como yo debe de dificultar cualquier relación. Mi padre me miró, me sonrió, yo le sonreí.

- Presta atención en clase y pregunta las dudas- me dijo.

Jamás me diría te quiero.

- Siempre- le dije.

Él me volvió a sonreír. Puede ser que jamás me diría que me quiere, pero dos sonrisas en una misma mañana ya es mucho.

- Que tengas un buen día- chillo mi madre antes de cerrar la puerta.

Mis padres ya estaban fuera, yo tenía que terminar de arreglarme cuando pasé por el comedor y vi el desayuno. Un tazón de cereales y un plátano. Como cada día cogí el tazón de cereales y los tiré por el retrete. Fui a por el plátano, lo miré y recordé lo bien que sabía. Y cuando me quise dar cuenta estaba pelándolo. Me lo comí y estaba bueno, no me acordaba de la última vez que había desayunado. Tiré las cascaras del plátano, me eché en una taza el café que mis padres me habían dejado en un termo y me puse de camino a clase. Las mañanas son diferentes con el estómago lleno.

Deje de pensar en el plátano, cuando la profesora entró en clase con su moño repeinado.
Justin

 Estábamos en el patio. Hoy sencillamente no quería jugar al baloncesto en la media hora que tenía de descanso, así que simplemente me senté y disfrute del sol que hacía hoy. Estaba descansado, relajado, se me notaba y la causante era Grace. Quedarme hasta tarde hablando con ella fue una de las mejores cosas que me han pasado.

Saqué mi móvil y me metí en el Facebook que cree para ella, la busqué y observé la foto. Es hermosa y aunque se lo repetí ayer mil veces, se lo diría otras mil, hasta que me creyera. Simplemente está sonriendo, ni saca pecho ni hace morrito como las demás chicas. Ella simplemente sonríe. Aunque no sé si sonríe de verdad o se le da tan bien fingir sonrisas que hasta me confunde. Noto como una sombra se acerca y Cesar se sienta a mi lado.

- ¿Qué pasa?- dice mientras se sienta.
- Nada.

Voy a guardar el móvil, pero él es listo y sabe que le oculto algo. ¿Por qué mierda mi único amigo tiene que ser listo? Me quita el móvil rápidamente, mira la foto de Grace y de estar sonriendo se pone serio.

- ¿Cesar?

Él levanta la vista del móvil y me mira.

- ¿La conoces? – me pregunta.
- Bueno… si… es una amiga.

Se queda callado y vuelve a mirar la foto, me pongo tenso.

- Justin – susurra.
- ¿Qué pasa tío? Me estas asustando.

Él me mira a los ojos seriamente.

- ¿Le puedes preguntar dónde se compró el vestido? Es que quiero uno igual.

Y mientras lo dice, una sonrisa cubre su cara, yo empiezo a reír.

- Serás idiota, creía que pasaba algo raro.

Él me devuelve el móvil.

- Bueno, aparte de que esa chica es la que salvé de las garras de Jack el destripador y Peter no tan Pan.
- ¿Eh? ¿Peter no tan Pan? ¿Qué dijimos de venir drogados a clase?
- ¿Tienes algún problema? Peter Pan era el único nombre que me venía con Peter, lo siento- dice mientras baja su mirada, pero de reojo me mira.
- Estas perdonado… Pero… ¿qué dijiste? ¿Viste a esta chica en la fiesta?
- Si, ¿no te acuerdas que te dije que me había enamorado? Justin, noto que no me prestas atención, creo que vamos a tener que romper. No me siento querido, no me escuchas.

Y en ese momento se levanta, con un gesto exagerado y empieza a jugar al baloncesto. Puede ser que sea el más listo, pero también el más idiota. Él se habrá equivocado, Grace no puede ser la chica que él vio… Recuerdo las palabras de Cesar: “En sus ojos se podía ver tristeza.” “Como si intentara huir de sí misma.” Me levanté corriendo y fui hacia Cesar, lo cogí del brazo y nos alejamos.

- Si vas a venir a pedir disculpas por lo menos podrías haberme traído un ramo de flores o una caja de bombones.
- ¿Enserio que no eres gay, Cesar?

Él empezó a reír.

- Tranquilo, me gusta más una chica que a un tonto un lápiz. ¿Qué pasa? ¿Por qué me has sacado del juego?
- Dijiste que la chica era la de la fiesta… ¿Estás seguro?- le volví a enseñar la foto.
- Segurísimo. Aunque sonriendo cambia, pero jamás podré olvidar esos ojos.  ¿Por? ¿Qué tienes con esa chica?
- Es una larga historia.

En ese momento sonó el timbre que marcaba el final del recreo.

- ¿Te apetece comer en mi casa? Así me pongo el pijama, cojo un vaso de leche y me cuentas la historia para dormir.
- No vas a dejarme hasta que te la cuente, ¿no?

Él sonrió, le conocía mejor que a mi propia mano.

- Así que vienes a comer- dijo avanzando hacia la puerta de entrada.
- Si no hay más remedio…
- No, no lo hay… A no ser que me la quieras contar en mitad de la clase, con todos escuchando.

Dos segundos de silencio.

- Dile a tu madre que prepare otro plato.

Cesar sonrió orgulloso.

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Ahora subo otro :)

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