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Capítulo 38







Kat se acercó a mis manos y cortó los grilletes, mis brazos se cayeron chocando con el colchón, sentí cierto alivio, pero todo fue momentáneo. Quise abrazarme las manos, pero todo mi cuerpo me dolía, hasta pestañear me costaba, me preguntaba cuanto tiempo Tyler siguió pegándome después de que me desmayara. Vi como Kat se quitaba la chaqueta de encima y me cubría el cuerpo con ella, tenía esperanzas de que todo esto funcionara, de que Kat consiguiera sacarme de aquí, pero no creía que una chica sola pudiera con toda la banda de Tyler, ni una chica ni dos, además yo ahora mismo era un peso muerto.

- Kat, déjalo, no vas a poder, esto solo te va a causar problemas- no quería que se metiera en líos por mi culpa, si yo me encontraba así por algo que supuestamente mi hermano había hecho, no quería pensar que le podrían hacer a Kat por intentar ayudarme.
- Están todos medio drogados y dormidos- me dijo acariciándome la frente, en medio invierno yo estaba sudando-, además Abby está en camino, supongo que con más gente, esto se va a poner muy feo dentro de nada, tengo que sacarte de aquí Hayley.

Escuchar el nombre de Abby fue una salvación, le había cogido demasiado cariño en los pocos meses que habíamos pasado juntas, era como mi hogar y con ella me sentía segura, aunque yo le sacara una cabeza con ella sabía que nada me iba a pasar.

- Kat...
- Ya está, no me vas a decir nada que me haga cambiar de opinión. ¿Te puedes sostener por ti misma?
- No- dije seca, no quería que me ayudara, pero claro estaba que no iba a parar.
- Vale- dijo y se acercó a la puerta, le dio un pequeño golpe seco y se abriendo, entrando su hermano, Adriel. Por instinto me abrace a mí misma tirando de la chaqueta para taparme, me costaba fiarme de Kat como para confiar en su hermano.
- Tranquila, nos va a ayudar- dijo Kat haciéndole señales a su hermano.

Ya no tenía nada que perder así que no me resistí cuando Adriel puso sus brazos debajo de mi cuerpo, solo intentaba contener los gemidos de dolor. Justo cuando íbamos a irnos, la puerta se abrió se golpe dejando ver a uno de los hombres que me habían llevado al sótano.

- Que cojones...- fue lo único que llego a decir ya que Kat se encontraba detrás de él. No sé cómo lo consiguió, pero con su pequeño cuerpo lo tiro al suelo y se subió encima sacando una navaja de no-sé-donde y apuntándole el cuello.
- Como grites te rajo la garganta- dijo firmemente, su tono de voz había cambiado, como a todo el mundo le pasa.

El hombre apretó sus labios demostrando que no estaba conforme, Kat le hizo un signo a Adriel para que me sacara de la habitación. Hizo lo que le mando sin rechistarle, cuando salimos de la habitación vi por primera vez la casa, eran largos pasillos y muchas habitaciones, todo de estilo rustico como si fuera una casa de invierno en plena montaña, todo era de madera.

Adriel avanzó hasta llegar a una escalera y me dejó en un sillón que había justo al lado, saco su móvil y empezó a decir cosas que no tenían sentido para mí, “distracción”, “no puede andar”, “gas”. Y entonces antes de volver a cogerme Kat se unió a nosotros por el final del pasillo, no sé que había hecho con el hombre, ni quería preguntarle, pero ahora tenía en su mano una pistola que creía haber visto antes en el cinturón del hombre. Kat se puso delante de nosotros guiándonos, bajamos pegados a la pared por la escalera y entonces empezó a cubrirse todo con una neblina, como si fuera humo. Empezaron a escucharse jaleo en un lado de la casa y pasos muy rápidos por encima y cuando me quise dar cuenta Kat estaba apuntando con la pistola detrás de mí, fue un disparo seco que me aceleró el corazón. Nos hizo una señal para que siguiéramos. Cuando bajamos la escalera vimos a una chica salir de una habitación con una pistola en la mano, nos escondimos contra la pared y la chica decidió seguir el pasillo hacia el lado contrario a nosotros, esta casa parecía un completo laberinto. Luego escuchamos el sonido de algo atravesando el aire, nos asomamos y vimos el cuerpo de la chica cayendo hacia atrás. Apenas se podía ver nada, pero desde donde había venido la bala pude ver como otra persona venía corriendo hacia nosotros, y detrás de ella otra. Veía a una mujer de cabellos rojizo y un hombre de cabellos oscuros, hasta que no estuvieron al lado mía no los distinguí.

- Abby- dije en un suspiro, mi cuerpo dejó de estar tenso por unos segundos.

Sentí como me besaba la frente y después era Eddy quien me cogía.

- Hay que irse, se están empezando a despertar- dijo Abby.
- De acuerdo- asintió Kat y agarró a su hermano de la mano.

Y empezamos a movernos todos, pero un disparo sonoro nos hizo parar, venía detrás nuestra, Eddy no me giró, pero podía distinguir la voz del mismo demonio en cualquier situación.

- Dejad a Hayley en el suelo e iros, no quiero armar ningún jaleo- dijo Tyler, Eddy me empezó a girar, yo estaba agarrada al cuello de él. Tyler se veía desesperado, sus manos tenían sangre y su pulso estaba acelerado.
- Tarde- dijo Eddy, y a pocos metros nuestro empezaron a escucharse gritos-. No tenías que haber hecho esto, sabias que ella no sabía nada, nadie sabe dónde está tu puñetero dinero.
Tyler saco una pistola de detrás de su espalda y apunto a Abby
- Abigail- dijo Tyler, yo quería gritar, saltar de los brazos de Eddy e ir a protegerla, pro la cara de Abby no cambió nada-, tú sabes mucho sobre que se siente a perder a la persona que amas- dije Tyler- quizás él necesite algunos consejos- dijo señalando por unos segundos a Eddy antes de volver a apuntar a Abby con la pistola.
- Basta- sonó una voz poco conocida, la de Adriel- eres un jodido loco.
- Anda cállate, iros los dos que ya bastante habéis hecho- dijo Tyler.
- No- dijo Kat segura.

Y antes de que nos diéramos cuenta Adriel le había dado un golpe a la pistola de Tyler haciendo que se callera al suelo, pero antes se disparó. Kat gritó y se deslizó al suelo llevándose la mano a la pierna. Adriel se lazo encima de Tyler con su puño preparado, pero antes de que pudiera rozarlo Tyler ya tenía una navaja preparada en su mano que se hinco en el cuerpo de Tyler, aun así Adriel le propinó unos cuantos puñetazos antes de que Tyler se lo quitase de encima, escupiera en el suelo y avanzara hacia Abby.

- Eddy – dijo Abby-, llévatela fuera por favor.

Pero Eddy no se movía y yo lo entendía, no podía pedirle que me eligiera antes que a Abby, pero no tuvo que elegir por mucho más, se escuchó como algo de cerámica se rompía contra algo haciéndose añicos. Observamos como el cuerpo de Tyler se derrumbaba delante de nosotros con los ojos en blanco, dejando ver a Camille detrás de él sacudiéndose las manos.

- No sabes las ganas que te tenía cabrán- dijo Camille y le propino una patada en sus partes, después le escupió-. De nada chicos, abajo todo está bajo control, estaban todos medio dorados, parece que toda la diversión la habéis tenido aquí- dijo mirando a nuestro alrededor-. Hay que irse antes de que este despierte.

Detrás de ella apareció Hugo corriendo, silvó al ver la situación y le dio unas palmitas en la espalda de Camille.

- Enhorabuena- dijo sonriendo.
- Gracias- dijo ella sonriendo orgullosa.
- Kat...- dije en un susurro y de repente todo el mundo se percató de los cuerpos inconscientes, Camille y Hugo se agacharon para comprobarles el pulso.
- Iros, nos encargaremos de esto nosotros. Hayley necesita salir de aquí- dijo Camille y entonces Eddy conmigo en brazos y Abby salieron del pasillo, cuando pasamos por el salón, entre todo el humo había mucha gente en el suelo y otros de pie apuntando, distinguí a Norman que le daba con la pistola un golpe en la cabeza a Jaime que hacía que se tumbara en el suelo, hasta yo lo disfrute.

El frio de la calle me golpeó, espabilándome y dije su nombre, Justin, ¿dónde estaba? ¿Por qué no había venido a por mi?

- Era solo una misión de rescate, él no se podía haber aguantado- me dijo Abby cuando entramos los tres en los asientos de atrás de un coche que arrancó nada más que nos sentamos. Abby me cogió entre sus brazos y no me soltó.
- Abby, lo he averiguado- dije temblando por el frio, ella me miró confusa acariciándome en pelo haciendo que se me entrecerraran los ojos- el dinero es por mi hermano, estoy metida en todo esto por el dinero de mi hermano.
- ¿Ya sabes lo de Dylan? - me preguntó, y su nombre en sus labios sonaba familiar.
- ¿Que le habrán dicho? - pregunto Eddy como si yo no estuviera ahí y es que en cierta parte era así, toda la adrenalina de mi cuerpo se estaba empezando a desvanecer y mis parpados se cerraban pensando en si Kat y Adriel estaban vivo, y porque todo el mundo parecía conocer a mi hermano.

Me desperté en una cama, con un pijama calentito y mi cuerpo ya no me dolía tanto, me desperté por la simple luz que entraba por el cuarto, cuando abrí los ojos fue como si todo hubiese sido un sueño, quería creer que estaba en mi cama, en la residencia, pero en cambio me encontraba en una habitación desconocida y Justin estaba dormido en un sillón a pocos metros de mí, en una postura que no se veía muy cómoda. Mi corazón se empezó a agitar, pero tardó poco en tranquilizarse, no recuerdo haber visto a Justin dormir ni una vez, parece otro totalmente, su entrecejo no esta arrugado y sus labios se cierran con delicadeza, parecía que estaba durmiendo plácidamente pero cuando decidí sentarme en la cama abrió los ojos rápidamente y me miró, de arriba a abajo.

- ¿Cuánto tiempo llevo dormida? – fue lo que pregunté.
- Dos días- dijo él serio sin levantarse, no era la recepción que me esperaba, quería que se acercar y me tocara-.  Te pusieron relajantes para aliviarte el dolor, te pusieron suero, tu cuerpo no daba mucho de si- entonces vi unos pinchazos en mis brazos, pero ya no había agujas ni nada.

Todo había pasado, no había sido una pesadilla.

- ¿Por qué no te acercas? - le pregunté.
- No sé si debería, no sé que te han contado.
- Justin te reto que te sientes aquí- dije ya cansada y dando unos golpes a mí lado. Él se levantó aguantándose una sonrisa y se sentó a mi lado.
- Hayley sé que quieres hablar y que tendrás miles de preguntas, pero no hagas preguntas sobre tu hermano, esta tarde hablaremos todo lo que quieras, pero primero tienes que comer algo sólido.
- Yo... he pasado mucho miedo Justin- mis ojos se aguaron y Justin apartó la mirada de mí, pero después se acercó más a mí.
- Lo sé- me acarició el cabello con una mano- no tendría que haberte dejado ir. Todo por mi orgullo, por mis celos, por ser tan gilipollas- apoyó su frente con la mía. Le prometí a tu hermano una y otra vez que siempre te cuidaría, siento que le he fallado mil veces.
- ¿Qué promesa, Justin?
- Nada nada, no pienses en eso, hablo en voz alta- dijo apretando sus labios.

Sus labios rosados estaban muy cerca de los míos y la tentación era máxima, acerqué mi boca a la suya, y él se dejó besar. Fue dulce, fue cariñoso, fueron sensaciones que nunca me había trasmitido Justin, después me aparté rápidamente.

- ¿y Kat? ¿Y Adriel? - dije agitada.
- Katheryn está estable, no es la primera vez que la disparan. Su hermano perdió mucha sangre, y le atravesó el estómago, lo último que se es que tiene las pulsaciones muy bajas y es como si su cuerpo estuviera luchando contra la operación. No creo que salga de esta...
- No, no, no, no.…tiene que haber algo, no puede morir por mi culpa, Justin...
- Hayley, no es por tu culpa, ten en cuenta que él hizo todo eso porque quiso porque creía que era lo conveniente.
- Tengo que hablar con ellos- dije levantándome de la cama, él me detuvo.
- Hayley...
- Justin mira no sé en que lio estaría mi hermano y por qué está conectado contigo, ni sé que mierda pasa conmigo y yo que se dinero, y encima tú no me quieres decir nada así que no te atrevas a negarme ir a darle las gracias a Kat y a su hermano.
- De acuerdo- cedió sin más-, están en la segunda puerta a la derecha.

Justin se levantó y me ayudó a salir de la cama, me dio unas zapatillas para andar por casa y después me acompaño hasta la puerta, me dio un beso en la frente y se fue. Yo pegue dos veces en la puerta y sonó la voz de Kat diciendo adelante. Adriel estaba en una cama de hospital, conectado por varios tubos, Kat le agarraba la mano, apenas tenía los ojos entre abiertos.

- Hola- dijo Kat sonriéndome-, me alegra verte de pie.
- Quería agradeceros todo lo que habéis hecho por mi- dije acercándome a la cama.
Percibí como Adriel sonreía.
- Es lo que hubiera hecho tu hermano por Kat- dijo despacio, susurrando.
- Eso seguro- dije sonriendo con cierta tristeza.
- Era muy buen chico- dijo y después empezó a toser, escupiendo un poco de sangre que Kat le limpio enseguida con un pañuelo ensangrentado.
- Deja de hablar ya y reposa- dijo Kat, él asintió, siempre haciéndole caso. Entonces Kat se levantó le beso la mano y me saco fuera de la habitación, yo me despedí con una sonrisa de Adriel que él a duras penas me devolvió. Kat me llevó hasta una ventana que abrió y se sentó en el poyete, sacando un cigarro de un paquete, me ofreció y se lo negué.
- Va a morir- me dijo entre caladas - lo sé, él lo sabe, pero no me deja estar triste. Una vez me dijo que quería morir así, luchando por nuestra libertad antes que vivir bajo el mandato de Tyler. Me quiere libre, quiere que huya.
- Yo... nunca quise esto Kat.
- Lo sé, no te culpo de nada Hayley, al principio tenía mis dudas, no sabía si creerte. Me extrañaba que no supieras nada, pero Justin me pidió que te echara un ojo y eso hice, no hay ningún bando bueno, pero Justin... es justo, es benévolo con sus contrincantes no tiene sed de sangre como Tyler. Justin se contenta con lo que tiene, a Tyler le puede le avaricia, seguramente ya lo sabrás…
- Si...- asentí recodando como era salir con Tyler.
- Ojalá la deuda hubiese sido con Justin, lo hubiese defendido orgullosamente... maldito Adri- lo último lo dijo para ella sonriendo.
- ¿Y qué vas a hacer? - le pregunté, no quise decirle que “qué iba a hacer después de que su hermano muriera”
-  Tengo dinero ahorrado, no me puedo quedar por aquí si quiero vivir. Quiero una casita enfrente al mar y prepararme para la universidad, quiero ser enfermera, quizás doctora- se le iluminaron los ojos por unos segundos.
- Con cualquier cosa que necesites...- dije
- Si, lo se tranquila, sé que nuestras vidas se volverán a cruzar dentro de poco- dijo mirándome a los ojos.
- Eso espero.

Hubiese sido normal abrazarnos, quizás llorar un poco, pero nuestra relación no era así y seguramente no sería conmigo con quien lloraría. Ella tiro el cigarro por la ventana, la cerró y se bajó del poyete.

- Me gustaría estar con él el tiempo que... ya sabes.
- Claro, claro, yo...- no sabía que más decirle y ella lo supo, me sonrió.
- Adiós Hayley.
- Adiós Kat.

Nos miramos por última vez antes de que yo hiciera todo el pasillo hasta llegar a una habitación abierta, la casa se me empezó a hacer conocida, yo había estado aquí, esta era la casa de Abby. Todos los de siempre, estaban esparcidos por el salón por los sofás. La primera persona que se levantó y vino hacia mí fue Abby que se encontraba sentada en uno de los brazos del sofá, casi me tiró contra el suelo del abrazo.

- Al no recibir tu mensaje me puse en los peores escenarios- dijo apretando su cabeza contra mi cuello.
- Ya todo está bien- dije acariciándole la espalda.
- Ya, pero...
- Tranquila- dije sonriéndole mientras se separaba, más bien yo la apartaba porque no quería irse.

Después Eddy me dio un abrazo y me dijo que tenía mejor cara, Hugo me abrazo fuertemente y después Camille y Norman me medio sonrieron desde sus posiciones en el sofá, o eso quiero creer. Justin apareció por detrás del sofá con una cerveza en la mano y se quedó mirándome.

- Abby después de que Hayley coma algo nos vamos, me gustaría llegar antes de que oscurezca.
- De acuerdo.
- ¿A dónde vamos? – pregunté.
- A un sitio especial- dijo Abby-, te va a gustar. 

Una mujer mayor con un recogido bien repeinado me hizo unos huevos revueltos que era lo único que me entraba, además eran ya las tres de la tarde y quedaba apenas dos horas para que empezara a anochecer. Después Abby se encargó de llevarme de nuevo al cuarto en el que me había despertado y me prestó algo de su ropa, todo lo que me había llevado a la casa de Tyler lo había perdido… Me prestó un jersey bastante gordito y calentito, para debajo unos jeans oscuros y unas zapatillas negras. Me lo dejó todo en la cama y me abrió una puerta de la habitación que daba a un baño, la ducha me sentó de maravilla. Al ver mi cuerpo desnudo apenas pude divisar varios moratones y en mis muñecas había todavía algunas heridas cicatrizando, era algo que ya iba a tener para siempre. Me sequé el pelo y me puse la ropa que Abby me había dejado.

Justin y Abby me esperaban en el salón listos para salir, Justin tenía una sudadera gris con capucha y una chupa de cuero negra con el gorro de la sudadera por fuera, debajo tenía unos pitillos negros y unas zapatillas negras. Abby llevaba un vestido negro y unas medias negras oscuras y debajo unas botas con un poco de tacón, además se había peinado el cabello y se había maquillado un poco, iba muy guapa. Me tendió un chaquetón y ella se puso otro, Justin abrió la puerta y fuimos hacia un garaje donde Justin abrió un coche grande, estilo todoterreno negro mate, era bonito, justo al lado de él estaba el coche blanco con el que Justin me había llevado a la pelea. Cuando aparté la mirada del coche blanco Abby me sonrió y me indico que me sentara detrás, Justin se sentó en el sitio del conductor y Abby en el copiloto.

- Si te digo que te vendes los ojos, ¿lo harías? - dijo Abby cuando Justin empezó a salir del garaje y esperaba que la puerta de la entrada se abriera.
- No es que no me fie de ti, pero la última vez que no supe dónde iba acabé atada en una cama.
- Esta vez también puedes acabar así si quieres- dijo Justin con la mirada puesta en la carretera, Abby le golpeó en el hombro.
- ¡Justin! Todavía es muy pronto para bromear con eso- dijo Abby negando con la cabeza.
- Vale, vale…- dijo él, pero pude ver como sonreía.

Al final no me vendé los ojos y disfruté del paisaje, había varias casas dispersas del mismo tamaño que la de Abby, parecía una zona muy lujosa. Le pregunté a Abby por su padre y me dijo que estaba en un viaje de negocios, que quizás lo conocería cuando volviera, también me enteré de que la navidad ya había pasado y que quedaba nada para fin de año. Todo había pasado muy rápido y la mayor parte del tiempo me la había pasado en una cama medio inconsciente. La mayor parte del camino la pasamos en silencio, Abby estaba impaciente y Justin tenso, yo no sabía cómo estar y del aburrimiento me dormí, me despertó un móvil sonando, Justin se lo tendió a Abby que lo cogió.

- No, soy yo, Abby- dijo y apretó los labios, después miró a Justin-, si, se lo diré, muchas gracias. Ah, dile que se lleve todo lo que necesite y vosotros encargaros de todos los gastos, y que se lleve un coche. Adiós- Abby colgó y le pasó el teléfono a Justin que se lo guardó en el pantalón- Adriel ha fallecido, Kat quiere incinerarlo y se quiere ir hoy mismo.
- De acuerdo- dijo Justin.

Manejaron el tema como si fuera lo más común del mundo, mientras que yo notaba el latido de mi corazón en los oídos y mis ojos se humedecían de nuevo. Adriel había fallecido por mi culpa por mucho que me quisiera decir que no… Abby se giró para mirarme.

- ¿Estás bien? - me preguntó, yo solo asentí con la cabeza apretando mis labios, entonces algo pasó por la ventanilla que me resultó conocido y centré mi mirada en la ventana.
- ¿Qué hacemos en mi pueblo? – pregunté.
- Vamos a ir al cementerio, a ver a tu hermano, a Dylan- dijo Justin, y vi de reojo como Abby sonreía.
- ¿Para? – pregunté.
- Creo que es justo que él este en cierta manera presente en esta conversación.
- ¿Y por qué viene Abby? - pregunté.
- Aguanta cinco minutos más y lo sabrás todo- dijo él.

Aparcamos cerca del cementerio, habíamos llegado cuando empezaba a anochecer y se empezaron a encender las luces del cementerio, eran unas luces muy suaves lo que le daba un aspecto más tenebroso del que ya de por si tenía. Me acordé de la última vez que vine un muchacho me intentó matar, les volví a preguntar sobre eso y me dijeron que tenían sus sospechas de que era uno de Tyler para ver si hacía algo raro y que luego me habría intentado secuestrar, pero que no lo consiguió. Me alegraba ir con ellos. Cuando pasamos por la puerta Abby se paró a comprar un ramo con flores varias, tenía una leve sonrisa en sus labios y no paraba de arreglarse el pelo. Yo les guie hasta el nicho de mi hermano, los dos se quedaron paralizados cuando lo vieron. Ahí estaba igual que la anterior vez.

Dylan Reeves 1994-2016
 No serás olvidado

No me chocó tanto como la anterior vez ver su nombre ahí, quizás era porque ya lo tenía algo asumido o bien era porque tenía demasiada intriga sobre lo que me tenían que contar. Abby fue la primera en reaccionar, le quitó las flores que tenía y le puso las que ella había comprado, pasó su mano por su nombre como si estuviera sola. Entonces Justin carraspeó y mi atención fue hacía él, estaba cruzado de hombros.

- Sabes cómo empecé- dijo Justin, miré por un segundo a Abby pero seguía mirando el nicho de mi hermano, por un segundo me sentí incomoda mirándola como si interrumpiera algo, entonces volví a mirar a Justin, le asentí con la cabeza-. Vale, pero sabes la versión suave, todo lo que te conté fue cierto mataron a mis padres y me llevaron a una casa con niños donde me entrenaban desde que salía el sol hasta que se iba, en todo ese tiempo no pronuncié ni una palabra, no hablaba, nada. Entonces llegó el día en el que nos llevaron a casa de Abby. Me acuerdo de que cuando llegué me dijo su padre que la cuidara, cuando la miré y vi sus ojos grande supe que la cuidaría, se convirtió como en mi hermana pequeña- dijo sonriendo y Abby por primera vez apartó la mirada del nicho y lo miró de refilón, y sonrió-. Nos enfadamos, me odia, pero así son los hermanos no, ¿bailarina? - yo le asentí, estaba impaciente, quería que llegara a lo importante- Que conste que yo seguía sin hablar, eso a Abby le daba mucha curiosidad, pero su padre le decía que ya hablaría, que llegaría el día que tenía que decir algo que no me podía callar, yo no veía cuando llegaría ese día. Un día Abby quiso ir al cine y como no todos tuvimos que ir con ella, Eddy no se separaba de su culo- dijo Justin y Abby sonrió negando con la cabeza-. Bueno, cuando salimos íbamos dando un paseo, todo el mundo iba delante y yo atrás vigilando que no pasara nada, me había metido tanto en mi mundo que acabé andando solo y me choqué con un chico. El chico me dijo que mirara por donde iba y cuando levanté la mirada lo vi, era un chico de mi edad, unos 10 años, tenía los ojos llorosos y se echó para atrás cuando lo miré. Avancé, pero no me quitaba esos ojos de mi cabeza, volví y me preguntó que qué quería, hablé por primera vez en varios años, le pregunté si se había perdido. Me dijo que qué me importaba- Justin se rio, recordando el momento-, yo le dije que no se lo volvería a preguntar y me dijo que si y le dije que le acompañaría a su casa. En el camino le logré sacar donde vivía y que había estado en una fiesta de cumpleaños pero que se había distraído un segundo porque había visto un muñeco de los dibujitos favoritos de su hermana y se había perdido, lo acompañé a la parada del autobús más cercano y esperamos a su autobús, me subí con él, me gustaba porque no me hacía muchas preguntas sobre mi vida simplemente le dije que vivía cerca de él y que mis padres me habían dejado dar una vuelta solo. En el autobús se empezó a tranquilizar, ya que empezó a hablar de su hermana, decía que era muy pequeña y que no paraba de bailar por toda la casa. Entonces en una de las paradas me dijo que allí era, yo me bajé con él, andamos un rato y se paró delante de una casa, era muy bonita, pequeña pero bonita. Me dio las gracias, me preguntó que si quería entrar y me quedaba a cenar con él, pero yo me tenía que ir ya. Cuando entró empecé a escuchar gritos y llantos, sonaba como unos padres preocupados. Me quedé mirando hasta que un coche vino a recogerme para llevarme a la casa de Abby. Al día siguiente le hablé al padre de Abby, no se sorprendió simplemente sabía que un día hablaría, le pedí si podía irme un par de horas, me dijo que sin problemas. Me fui a la casa de chico de nuevo, me quedé enfrente de la puerta sin saber que hacer, entonces lo vi que venía con su mochila y agarrado de él había una niña varios años más pequeña que él, pero tenían la misma cara, me saludó y me preguntó si quería entrar. No le resultó raro que estuviera delante de su casa, así que entré y a su madre le dijo que me iba a quedar a comer, su madre no me hizo muchas preguntas, comimos y me llevó a su cuarto. Me sacó varios juguetes y al rato abrió la puerta la niña pequeña de antes, con un cuaderno y varios colores. “Ella es mi hermana” me dijo, “se llama Hayley”, la niña se sonrojó y siguió pintando en el suelo, “yo soy Dylan” me dijo dándome la mano, yo me presenté y después seguimos jugando.

Y cuando terminó nos quedamos en silencio, no podía procesar lo que acaba de escuchar, me acuerdo del día que mi hermano se perdió en el cumpleaños de un amigo llegó muy tarde a casa y mi madre estaba que le daba algo, yo era muy pequeña, pero me acuerdo como si fuese ayer. Me acuerdo del día siguiente de ver a un chico enfrente de nuestra puerta y que comió con nosotros, después ese chico iba muchas veces a mi casa hasta que un día dejó de venir. Era un niño rubio, muy simpático, siempre jugaba conmigo, era el mejor amigo de mi hermano, nunca lo llamaba Justin, siempre era… ¡Drew! Por eso me sonó raro cuando llamarón a Justin así, me sonaba ese nombre. Yo había jugado con Justin mil veces de pequeña, hasta lo había maquillado con mis pinturas de juguete, había bailado con él.

- Cuando te presentaste me dijiste “Así que tú eres la bailarina…”- dije mirando al suelo, después levanté la mirada, él asentía con la cabeza.

- Era difícil mantener la mentira que era mi vida, nunca podía venir a mi casa, ni conocía a mis padres, además le resultaba raro que nunca tenía que estudiar. Sobre los 12-13 años le tuve que decir la verdad, que no tenía padres y que estaba viviendo con un tío, no quería decirle que me habían vendido a un mafioso. Le costó asimilarlo, supongo que todo el mundo sabe que existen las mafias, las bandas, pero crees que nunca te vas a encontrar con una. Al principio fue curioso, quería saber más a más de mi día a días, entonces un día decidí llevarlo a casa, le pedí permiso a Henry, el padre de Abby.  Me dijo que, sin problemas, además era una época muy tranquila, no había muchos jaleos. Allí le presenté a Eddy y a Hugo, los demás no estaban con nosotros todavía, luego llegó Abby de equitación y se lo presenté. Estuvimos jugando, quería que le enseñara a pelear y eso hicimos, le dimos una paliza, hasta Abby lo machacó. Desde entonces yo iba a su casa y él venía, hasta que un día dijo que quería ser como yo, que le gustaba esa vida, teníamos 15 años, yo me negué. Me lo encontré una vez en una pelea ilegal, lo pillé justo cuando iba a pelear, no estaba preparado, lo iban a machacar, lo saqué y peleé por él, gané, pero salí destrozado. Dylan sabía cómo manejarme, como meterse en mi cabeza, me dijo que o lo aceptaba o se iba a buscar la vida por su cuenta. No tuve otra cosa que aceptarlo, pero con la condición de que siguiera con su vida de siempre, que se echara una novia y que siguiera estudiando. El cabrón lo cumplió todo, a partir de entonces venía más a casa, se quedaba hasta tarde. Fue sobre los 16 que me ayudó a vengarme por lo de mi padre, me ayudó a planificarlo todo y fue conmigo, nuestra primera misión juntos. A partir de ahí ya no pude ir más a vuestra casa, había gente que me tenía el ojo echado y no quería peligrar vuestra vida. Dylan tenía mucho cuidado cuando venía con nosotros a hacer pequeños trabajos.
 - ¿Y Tyler? – le corté, no sabía si me creía todo eso, pero me estaba absorbiendo la historia, quizás por su forma de contarla, con tanto lujo de detalles. 
- Competió el error que todos cometen, querer más, no sé cómo acabó conociendo a gente de Tyler pero nos abandonó a los veintiún años o cosa así, y se fue con Tyler, fue la peor tracción que nos pudo hacer, le habíamos enseñado todo y además sabía lo de Camille, que ocurrió poco antes de él irse. Nos peleamos y dijo que yo me conformaba con poco, que él quería más, que se merecía más. Perdimos el contacto, él perdió el sentido de su vida. Entonces la mañana del accidente me llamó, decía que se arrepentía, que no sabía que había hecho, que estaba jodido que iba a irse, que tenía dinero y que te iba a llevar a ti con él. Que hay algo mucho más grande del que nadie sabe nada. Me hizo prometerme que te cuidaría y que, si le pasaba algo que te llevara al internado, que te cuidara, cuando la banda de Tyler se enteró compró mitad del internado. Por la noche tuvo el accidente, el otro coche creemos que era contratado por Tyler, pero no encontraron nada en su coche, nadie sabe dónde está el dinero, por eso todo el mundo cree que tú lo sabes.

Justin me miró y yo empecé a negar con la cabeza, me llevé las manos a la cabeza y empecé a recordar cada cosa extraña que no le había dado importancia. Me empezó a doler mucho la cabeza, me había dado demasiada información de golpe, no sabía por qué empezar.

- Mi hermano era bueno- dije finalmente.
- Tu hermano era la mejor persona, pero todo el mundo acaba cediendo, esta vida es muy peligrosa- dijo Abby.
- Tú…- dije mirando a Abby sin acabar de entender su papel en todo esto.
- Salí con él- dijo-, desde que nos conocimos conectamos, me trato genial, hasta cuando se fue con Tyler se escapaba para verme, me decía que nos iba a conseguir la mejor vida. Me enseñaba fotos tuyas, quería que te conociera, pero era imposible.
- Esto no es posible…- dije.
- Tu hermano tenía una segunda vida- dijo Justin-, y lo jodió todo por la agonía, está muerto por su maldita culpa. Por querer más y más- Justin había empezado a subir el tono de su voz- Te odio- dijo mirando el nicho de mi hermano-, me dejaste solo cabrón. Nos traicionaste a todos, te odio.
  
Levantó la mirada al cielo y se fue dando fuertes pisadas, yo no sabía que hacer, si irme o quedarme. Abby rompió el silencio acariciando su nicho de nuevo, pasando sus manos delicadamente por las letras como si lo acariciara a él.

- No se nos tenía permitido ir a su funeral, éramos su segunda vida, nadie nos podía ver, aun así, Justin fue a buscarte, a vigilar que no te escapabas, hasta hablaste con él fuera de la iglesia… Yo nunca me despedí de él- dijo sin mirarme-, aparte de la última llamada de teléfono que tuvimos, donde supe que algo iba mal, me dijo mil veces que me quería y que pronto me iba a ir a buscar, preparé la maleta para huir, pero nunca vino. Es difícil vivir con su recuerdo.

Todavía no procesaba lo que acaba de pasar, pero me acerqué a ella y le puse la mano en su hombro, entendía el dolor por el que estaba pasando, a mí también me costaba vivir con su recuerdo.

- Sé que tienes mucho que pensar Hayley, pero no te enfades con nosotros, quisimos contártelo, pero creíamos que era más seguro que no supieras nada, al final es lo que te puso en peligro. Lo sentimos mucho.
- No sé que pensar Abby…
- Lo sé Hayley, lo sé.

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Bueno, buenooooooooooo ahí esta el boomb, muchas personas habíais acertado, Dylan estaba en la banda de Justin y pasó algo... Pero aquí no se acaban los misterios, ¿dónde estará el dinero? ¿Qué fue lo que le hizo a Dylan querer huir? ¿Qué hará Hayley con toda esta información? ¿Sabe Abby más de lo que aparenta? Para todas esas cosas y más, seguir leyendo!!!!!





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