Kat se acercó a mis
manos y cortó los grilletes, mis brazos se cayeron chocando con el colchón, sentí
cierto alivio, pero todo fue momentáneo. Quise abrazarme las manos, pero todo
mi cuerpo me dolía, hasta pestañear me costaba, me preguntaba cuanto tiempo
Tyler siguió pegándome después de que me desmayara. Vi como Kat se quitaba la
chaqueta de encima y me cubría el cuerpo con ella, tenía esperanzas de que todo
esto funcionara, de que Kat consiguiera sacarme de aquí, pero no creía que una
chica sola pudiera con toda la banda de Tyler, ni una chica ni dos, además yo
ahora mismo era un peso muerto.
- Kat, déjalo, no vas a
poder, esto solo te va a causar problemas- no quería que se metiera en líos por
mi culpa, si yo me encontraba así por algo que supuestamente mi hermano había
hecho, no quería pensar que le podrían hacer a Kat por intentar ayudarme.
- Están todos medio
drogados y dormidos- me dijo acariciándome la frente, en medio invierno yo
estaba sudando-, además Abby está en camino, supongo que con más gente, esto se
va a poner muy feo dentro de nada, tengo que sacarte de aquí Hayley.
Escuchar el nombre de
Abby fue una salvación, le había cogido demasiado cariño en los pocos meses que
habíamos pasado juntas, era como mi hogar y con ella me sentía segura, aunque
yo le sacara una cabeza con ella sabía que nada me iba a pasar.
- Kat...
- Ya está, no me vas a
decir nada que me haga cambiar de opinión. ¿Te puedes sostener por ti misma?
- No- dije seca, no
quería que me ayudara, pero claro estaba que no iba a parar.
- Vale- dijo y se acercó
a la puerta, le dio un pequeño golpe seco y se abriendo, entrando su hermano, Adriel.
Por instinto me abrace a mí misma tirando de la chaqueta para taparme, me
costaba fiarme de Kat como para confiar en su hermano.
- Tranquila, nos va a
ayudar- dijo Kat haciéndole señales a su hermano.
Ya no tenía nada que
perder así que no me resistí cuando Adriel puso sus brazos debajo de mi cuerpo,
solo intentaba contener los gemidos de dolor. Justo cuando íbamos a irnos, la
puerta se abrió se golpe dejando ver a uno de los hombres que me habían llevado
al sótano.
- Que cojones...- fue lo
único que llego a decir ya que Kat se encontraba detrás de él. No sé cómo lo
consiguió, pero con su pequeño cuerpo lo tiro al suelo y se subió encima
sacando una navaja de no-sé-donde y apuntándole el cuello.
- Como grites te rajo la
garganta- dijo firmemente, su tono de voz había cambiado, como a todo el mundo
le pasa.
El hombre apretó sus
labios demostrando que no estaba conforme, Kat le hizo un signo a Adriel para
que me sacara de la habitación. Hizo lo que le mando sin rechistarle, cuando
salimos de la habitación vi por primera vez la casa, eran largos pasillos y
muchas habitaciones, todo de estilo rustico como si fuera una casa de invierno
en plena montaña, todo era de madera.
Adriel avanzó hasta
llegar a una escalera y me dejó en un sillón que había justo al lado, saco su
móvil y empezó a decir cosas que no tenían sentido para mí, “distracción”, “no
puede andar”, “gas”. Y entonces antes de volver a cogerme Kat se unió a
nosotros por el final del pasillo, no sé que había hecho con el hombre, ni
quería preguntarle, pero ahora tenía en su mano una pistola que creía haber
visto antes en el cinturón del hombre. Kat se puso delante de nosotros
guiándonos, bajamos pegados a la pared por la escalera y entonces empezó a cubrirse
todo con una neblina, como si fuera humo. Empezaron a escucharse jaleo en un
lado de la casa y pasos muy rápidos por encima y cuando me quise dar cuenta Kat
estaba apuntando con la pistola detrás de mí, fue un disparo seco que me
aceleró el corazón. Nos hizo una señal para que siguiéramos. Cuando bajamos la
escalera vimos a una chica salir de una habitación con una pistola en la mano,
nos escondimos contra la pared y la chica decidió seguir el pasillo hacia el
lado contrario a nosotros, esta casa parecía un completo laberinto. Luego
escuchamos el sonido de algo atravesando el aire, nos asomamos y vimos el
cuerpo de la chica cayendo hacia atrás. Apenas se podía ver nada, pero desde
donde había venido la bala pude ver como otra persona venía corriendo hacia
nosotros, y detrás de ella otra. Veía a una mujer de cabellos rojizo y un
hombre de cabellos oscuros, hasta que no estuvieron al lado mía no los
distinguí.
- Abby- dije en un
suspiro, mi cuerpo dejó de estar tenso por unos segundos.
Sentí como me besaba la
frente y después era Eddy quien me cogía.
- Hay que irse, se están
empezando a despertar- dijo Abby.
- De acuerdo- asintió Kat
y agarró a su hermano de la mano.
Y empezamos a movernos todos,
pero un disparo sonoro nos hizo parar, venía detrás nuestra, Eddy no me giró,
pero podía distinguir la voz del mismo demonio en cualquier situación.
- Dejad a Hayley en el
suelo e iros, no quiero armar ningún jaleo- dijo Tyler, Eddy me empezó a girar,
yo estaba agarrada al cuello de él. Tyler se veía desesperado, sus manos tenían
sangre y su pulso estaba acelerado.
- Tarde- dijo Eddy, y a
pocos metros nuestro empezaron a escucharse gritos-. No tenías que haber hecho
esto, sabias que ella no sabía nada, nadie sabe dónde está tu puñetero dinero.
Tyler saco una pistola
de detrás de su espalda y apunto a Abby
- Abigail- dijo Tyler,
yo quería gritar, saltar de los brazos de Eddy e ir a protegerla, pro la cara
de Abby no cambió nada-, tú sabes mucho sobre que se siente a perder a la
persona que amas- dije Tyler- quizás él necesite algunos consejos- dijo
señalando por unos segundos a Eddy antes de volver a apuntar a Abby con la pistola.
- Basta- sonó una voz
poco conocida, la de Adriel- eres un jodido loco.
- Anda cállate, iros los
dos que ya bastante habéis hecho- dijo Tyler.
- No- dijo Kat segura.
Y antes de que nos
diéramos cuenta Adriel le había dado un golpe a la pistola de Tyler haciendo
que se callera al suelo, pero antes se disparó. Kat gritó y se deslizó al suelo
llevándose la mano a la pierna. Adriel se lazo encima de Tyler con su puño preparado,
pero antes de que pudiera rozarlo Tyler ya tenía una navaja preparada en su
mano que se hinco en el cuerpo de Tyler, aun así Adriel le propinó unos cuantos
puñetazos antes de que Tyler se lo quitase de encima, escupiera en el suelo y
avanzara hacia Abby.
- Eddy – dijo Abby-, llévatela
fuera por favor.
Pero Eddy no se movía y
yo lo entendía, no podía pedirle que me eligiera antes que a Abby, pero no tuvo
que elegir por mucho más, se escuchó como algo de cerámica se rompía contra
algo haciéndose añicos. Observamos como el cuerpo de Tyler se derrumbaba
delante de nosotros con los ojos en blanco, dejando ver a Camille detrás de él
sacudiéndose las manos.
- No sabes las ganas que
te tenía cabrán- dijo Camille y le propino una patada en sus partes, después le
escupió-. De nada chicos, abajo todo está bajo control, estaban todos medio
dorados, parece que toda la diversión la habéis tenido aquí- dijo mirando a
nuestro alrededor-. Hay que irse antes de que este despierte.
Detrás de ella apareció
Hugo corriendo, silvó al ver la situación y le dio unas palmitas en la espalda
de Camille.
- Enhorabuena- dijo
sonriendo.
- Gracias- dijo ella
sonriendo orgullosa.
- Kat...- dije en un
susurro y de repente todo el mundo se percató de los cuerpos inconscientes,
Camille y Hugo se agacharon para comprobarles el pulso.
- Iros, nos encargaremos
de esto nosotros. Hayley necesita salir de aquí- dijo Camille y entonces Eddy
conmigo en brazos y Abby salieron del pasillo, cuando pasamos por el salón,
entre todo el humo había mucha gente en el suelo y otros de pie apuntando,
distinguí a Norman que le daba con la pistola un golpe en la cabeza a Jaime que
hacía que se tumbara en el suelo, hasta yo lo disfrute.
El frio de la calle me
golpeó, espabilándome y dije su nombre, Justin, ¿dónde estaba? ¿Por qué no
había venido a por mi?
- Era solo una misión de
rescate, él no se podía haber aguantado- me dijo Abby cuando entramos los tres
en los asientos de atrás de un coche que arrancó nada más que nos sentamos. Abby
me cogió entre sus brazos y no me soltó.
- Abby, lo he
averiguado- dije temblando por el frio, ella me miró confusa acariciándome en
pelo haciendo que se me entrecerraran los ojos- el dinero es por mi hermano,
estoy metida en todo esto por el dinero de mi hermano.
- ¿Ya sabes lo de Dylan?
- me preguntó, y su nombre en sus labios sonaba familiar.
- ¿Que le habrán dicho?
- pregunto Eddy como si yo no estuviera ahí y es que en cierta parte era así,
toda la adrenalina de mi cuerpo se estaba empezando a desvanecer y mis parpados
se cerraban pensando en si Kat y Adriel estaban vivo, y porque todo el mundo
parecía conocer a mi hermano.
Me desperté en una cama,
con un pijama calentito y mi cuerpo ya no me dolía tanto, me desperté por la
simple luz que entraba por el cuarto, cuando abrí los ojos fue como si todo
hubiese sido un sueño, quería creer que estaba en mi cama, en la residencia,
pero en cambio me encontraba en una habitación desconocida y Justin estaba
dormido en un sillón a pocos metros de mí, en una postura que no se veía muy
cómoda. Mi corazón se empezó a agitar, pero tardó poco en tranquilizarse, no
recuerdo haber visto a Justin dormir ni una vez, parece otro totalmente, su
entrecejo no esta arrugado y sus labios se cierran con delicadeza, parecía que
estaba durmiendo plácidamente pero cuando decidí sentarme en la cama abrió los
ojos rápidamente y me miró, de arriba a abajo.
- ¿Cuánto tiempo llevo
dormida? – fue lo que pregunté.
- Dos días- dijo él
serio sin levantarse, no era la recepción que me esperaba, quería que se
acercar y me tocara-. Te pusieron
relajantes para aliviarte el dolor, te pusieron suero, tu cuerpo no daba mucho
de si- entonces vi unos pinchazos en mis brazos, pero ya no había agujas ni
nada.
Todo había pasado, no
había sido una pesadilla.
- ¿Por qué no te
acercas? - le pregunté.
- No sé si debería, no
sé que te han contado.
- Justin te reto que te
sientes aquí- dije ya cansada y dando unos golpes a mí lado. Él se levantó aguantándose
una sonrisa y se sentó a mi lado.
- Hayley sé que quieres
hablar y que tendrás miles de preguntas, pero no hagas preguntas sobre tu
hermano, esta tarde hablaremos todo lo que quieras, pero primero tienes que
comer algo sólido.
- Yo... he pasado mucho
miedo Justin- mis ojos se aguaron y Justin apartó la mirada de mí, pero después
se acercó más a mí.
- Lo sé- me acarició el
cabello con una mano- no tendría que haberte dejado ir. Todo por mi orgullo,
por mis celos, por ser tan gilipollas- apoyó su frente con la mía. Le prometí a
tu hermano una y otra vez que siempre te cuidaría, siento que le he fallado mil
veces.
- ¿Qué promesa, Justin?
- Nada nada, no pienses
en eso, hablo en voz alta- dijo apretando sus labios.
Sus labios rosados
estaban muy cerca de los míos y la tentación era máxima, acerqué mi boca a la
suya, y él se dejó besar. Fue dulce, fue cariñoso, fueron sensaciones que nunca
me había trasmitido Justin, después me aparté rápidamente.
- ¿y Kat? ¿Y Adriel? -
dije agitada.
- Katheryn está estable,
no es la primera vez que la disparan. Su hermano perdió mucha sangre, y le
atravesó el estómago, lo último que se es que tiene las pulsaciones muy bajas y
es como si su cuerpo estuviera luchando contra la operación. No creo que salga de
esta...
- No, no, no, no.…tiene
que haber algo, no puede morir por mi culpa, Justin...
- Hayley, no es por tu
culpa, ten en cuenta que él hizo todo eso porque quiso porque creía que era lo
conveniente.
- Tengo que hablar con
ellos- dije levantándome de la cama, él me detuvo.
- Hayley...
- Justin mira no sé en
que lio estaría mi hermano y por qué está conectado contigo, ni sé que mierda
pasa conmigo y yo que se dinero, y encima tú no me quieres decir nada así que
no te atrevas a negarme ir a darle las gracias a Kat y a su hermano.
- De acuerdo- cedió sin
más-, están en la segunda puerta a la derecha.
Justin se levantó y me ayudó
a salir de la cama, me dio unas zapatillas para andar por casa y después me
acompaño hasta la puerta, me dio un beso en la frente y se fue. Yo pegue dos veces
en la puerta y sonó la voz de Kat diciendo adelante. Adriel estaba en una cama
de hospital, conectado por varios tubos, Kat le agarraba la mano, apenas tenía
los ojos entre abiertos.
- Hola- dijo Kat sonriéndome-,
me alegra verte de pie.
- Quería agradeceros
todo lo que habéis hecho por mi- dije acercándome a la cama.
Percibí como Adriel
sonreía.
- Es lo que hubiera
hecho tu hermano por Kat- dijo despacio, susurrando.
- Eso seguro- dije
sonriendo con cierta tristeza.
- Era muy buen chico-
dijo y después empezó a toser, escupiendo un poco de sangre que Kat le limpio enseguida
con un pañuelo ensangrentado.
- Deja de hablar ya y
reposa- dijo Kat, él asintió, siempre haciéndole caso. Entonces Kat se levantó
le beso la mano y me saco fuera de la habitación, yo me despedí con una sonrisa
de Adriel que él a duras penas me devolvió. Kat me llevó hasta una ventana que
abrió y se sentó en el poyete, sacando un cigarro de un paquete, me ofreció y
se lo negué.
- Va a morir- me dijo
entre caladas - lo sé, él lo sabe, pero no me deja estar triste. Una vez me
dijo que quería morir así, luchando por nuestra libertad antes que vivir bajo
el mandato de Tyler. Me quiere libre, quiere que huya.
- Yo... nunca quise esto
Kat.
- Lo sé, no te culpo de
nada Hayley, al principio tenía mis dudas, no sabía si creerte. Me extrañaba
que no supieras nada, pero Justin me pidió que te echara un ojo y eso hice, no
hay ningún bando bueno, pero Justin... es justo, es benévolo con sus contrincantes
no tiene sed de sangre como Tyler. Justin se contenta con lo que tiene, a Tyler
le puede le avaricia, seguramente ya lo sabrás…
- Si...- asentí
recodando como era salir con Tyler.
- Ojalá la deuda hubiese
sido con Justin, lo hubiese defendido orgullosamente... maldito Adri- lo último
lo dijo para ella sonriendo.
- ¿Y qué vas a hacer? -
le pregunté, no quise decirle que “qué iba a hacer después de que su hermano
muriera”
- Tengo dinero
ahorrado, no me puedo quedar por aquí si quiero vivir. Quiero una casita enfrente
al mar y prepararme para la universidad, quiero ser enfermera, quizás doctora-
se le iluminaron los ojos por unos segundos.
- Con cualquier cosa que
necesites...- dije
- Si, lo se tranquila, sé
que nuestras vidas se volverán a cruzar dentro de poco- dijo mirándome a los
ojos.
- Eso espero.
Hubiese sido normal
abrazarnos, quizás llorar un poco, pero nuestra relación no era así y
seguramente no sería conmigo con quien lloraría. Ella tiro el cigarro por la
ventana, la cerró y se bajó del poyete.
- Me gustaría estar con
él el tiempo que... ya sabes.
- Claro, claro, yo...-
no sabía que más decirle y ella lo supo, me sonrió.
- Adiós Hayley.
- Adiós Kat.
Nos miramos por última
vez antes de que yo hiciera todo el pasillo hasta llegar a una habitación
abierta, la casa se me empezó a hacer conocida, yo había estado aquí, esta era
la casa de Abby. Todos los de siempre, estaban esparcidos por el salón por los sofás.
La primera persona que se levantó y vino hacia mí fue Abby que se encontraba
sentada en uno de los brazos del sofá, casi me tiró contra el suelo del abrazo.
- Al no recibir tu
mensaje me puse en los peores escenarios- dijo apretando su cabeza contra mi
cuello.
- Ya todo está bien-
dije acariciándole la espalda.
- Ya, pero...
- Tranquila- dije
sonriéndole mientras se separaba, más bien yo la apartaba porque no quería
irse.
Después Eddy me dio un
abrazo y me dijo que tenía mejor cara, Hugo me abrazo fuertemente y después
Camille y Norman me medio sonrieron desde sus posiciones en el sofá, o eso
quiero creer. Justin apareció por detrás del sofá con una cerveza en la mano y
se quedó mirándome.
- Abby después de que Hayley
coma algo nos vamos, me gustaría llegar antes de que oscurezca.
- De acuerdo.
- ¿A dónde vamos? –
pregunté.
- A un sitio especial-
dijo Abby-, te va a gustar.
Una mujer mayor con un
recogido bien repeinado me hizo unos huevos revueltos que era lo único que me
entraba, además eran ya las tres de la tarde y quedaba apenas dos horas para
que empezara a anochecer. Después Abby se encargó de llevarme de nuevo al cuarto
en el que me había despertado y me prestó algo de su ropa, todo lo que me había
llevado a la casa de Tyler lo había perdido… Me prestó un jersey bastante
gordito y calentito, para debajo unos jeans oscuros y unas zapatillas negras.
Me lo dejó todo en la cama y me abrió una puerta de la habitación que daba a un
baño, la ducha me sentó de maravilla. Al ver mi cuerpo desnudo apenas pude
divisar varios moratones y en mis muñecas había todavía algunas heridas
cicatrizando, era algo que ya iba a tener para siempre. Me sequé el pelo y me
puse la ropa que Abby me había dejado.
Justin y Abby me
esperaban en el salón listos para salir, Justin tenía una sudadera gris con
capucha y una chupa de cuero negra con el gorro de la sudadera por fuera,
debajo tenía unos pitillos negros y unas zapatillas negras. Abby llevaba un
vestido negro y unas medias negras oscuras y debajo unas botas con un poco de
tacón, además se había peinado el cabello y se había maquillado un poco, iba
muy guapa. Me tendió un chaquetón y ella se puso otro, Justin abrió la puerta y
fuimos hacia un garaje donde Justin abrió un coche grande, estilo todoterreno
negro mate, era bonito, justo al lado de él estaba el coche blanco con el que
Justin me había llevado a la pelea. Cuando aparté la mirada del coche blanco
Abby me sonrió y me indico que me sentara detrás, Justin se sentó en el sitio
del conductor y Abby en el copiloto.
- Si te digo que te
vendes los ojos, ¿lo harías? - dijo Abby cuando Justin empezó a salir del
garaje y esperaba que la puerta de la entrada se abriera.
- No es que no me fie de
ti, pero la última vez que no supe dónde iba acabé atada en una cama.
- Esta vez también
puedes acabar así si quieres- dijo Justin con la mirada puesta en la carretera,
Abby le golpeó en el hombro.
- ¡Justin! Todavía es
muy pronto para bromear con eso- dijo Abby negando con la cabeza.
- Vale, vale…- dijo él,
pero pude ver como sonreía.
Al final no me vendé los
ojos y disfruté del paisaje, había varias casas dispersas del mismo tamaño que
la de Abby, parecía una zona muy lujosa. Le pregunté a Abby por su padre y me
dijo que estaba en un viaje de negocios, que quizás lo conocería cuando
volviera, también me enteré de que la navidad ya había pasado y que quedaba
nada para fin de año. Todo había pasado muy rápido y la mayor parte del tiempo
me la había pasado en una cama medio inconsciente. La mayor parte del camino la
pasamos en silencio, Abby estaba impaciente y Justin tenso, yo no sabía cómo
estar y del aburrimiento me dormí, me despertó un móvil sonando, Justin se lo
tendió a Abby que lo cogió.
- No, soy yo, Abby- dijo
y apretó los labios, después miró a Justin-, si, se lo diré, muchas gracias.
Ah, dile que se lleve todo lo que necesite y vosotros encargaros de todos los
gastos, y que se lleve un coche. Adiós- Abby colgó y le pasó el teléfono a
Justin que se lo guardó en el pantalón- Adriel ha fallecido, Kat quiere
incinerarlo y se quiere ir hoy mismo.
- De acuerdo- dijo
Justin.
Manejaron el tema como
si fuera lo más común del mundo, mientras que yo notaba el latido de mi corazón
en los oídos y mis ojos se humedecían de nuevo. Adriel había fallecido por mi
culpa por mucho que me quisiera decir que no… Abby se giró para mirarme.
- ¿Estás bien? - me
preguntó, yo solo asentí con la cabeza apretando mis labios, entonces algo pasó
por la ventanilla que me resultó conocido y centré mi mirada en la ventana.
- ¿Qué hacemos en mi
pueblo? – pregunté.
- Vamos a ir al
cementerio, a ver a tu hermano, a Dylan- dijo Justin, y vi de reojo como Abby
sonreía.
- ¿Para? – pregunté.
- Creo que es justo que
él este en cierta manera presente en esta conversación.
- ¿Y por qué viene Abby?
- pregunté.
- Aguanta cinco minutos
más y lo sabrás todo- dijo él.
Aparcamos cerca del
cementerio, habíamos llegado cuando empezaba a anochecer y se empezaron a
encender las luces del cementerio, eran unas luces muy suaves lo que le daba un
aspecto más tenebroso del que ya de por si tenía. Me acordé de la última vez
que vine un muchacho me intentó matar, les volví a preguntar sobre eso y me
dijeron que tenían sus sospechas de que era uno de Tyler para ver si hacía algo
raro y que luego me habría intentado secuestrar, pero que no lo consiguió. Me
alegraba ir con ellos. Cuando pasamos por la puerta Abby se paró a comprar un
ramo con flores varias, tenía una leve sonrisa en sus labios y no paraba de
arreglarse el pelo. Yo les guie hasta el nicho de mi hermano, los dos se
quedaron paralizados cuando lo vieron. Ahí estaba igual que la anterior vez.
Dylan Reeves 1994-2016
No serás olvidado
No me chocó tanto como
la anterior vez ver su nombre ahí, quizás era porque ya lo tenía algo asumido o
bien era porque tenía demasiada intriga sobre lo que me tenían que contar. Abby
fue la primera en reaccionar, le quitó las flores que tenía y le puso las que ella
había comprado, pasó su mano por su nombre como si estuviera sola. Entonces
Justin carraspeó y mi atención fue hacía él, estaba cruzado de hombros.
- Sabes cómo empecé-
dijo Justin, miré por un segundo a Abby pero seguía mirando el nicho de mi
hermano, por un segundo me sentí incomoda mirándola como si interrumpiera algo,
entonces volví a mirar a Justin, le asentí con la cabeza-. Vale, pero sabes la
versión suave, todo lo que te conté fue cierto mataron a mis padres y me
llevaron a una casa con niños donde me entrenaban desde que salía el sol hasta
que se iba, en todo ese tiempo no pronuncié ni una palabra, no hablaba, nada.
Entonces llegó el día en el que nos llevaron a casa de Abby. Me acuerdo de que
cuando llegué me dijo su padre que la cuidara, cuando la miré y vi sus ojos
grande supe que la cuidaría, se convirtió como en mi hermana pequeña- dijo
sonriendo y Abby por primera vez apartó la mirada del nicho y lo miró de refilón, y sonrió-. Nos enfadamos,
me odia, pero así son los hermanos no, ¿bailarina? - yo le asentí, estaba
impaciente, quería que llegara a lo importante- Que conste que yo seguía sin
hablar, eso a Abby le daba mucha curiosidad, pero su padre le decía que ya hablaría,
que llegaría el día que tenía que decir algo que no me podía callar, yo no veía
cuando llegaría ese día. Un día Abby quiso ir al cine y como no todos tuvimos
que ir con ella, Eddy no se separaba de su culo- dijo Justin y Abby sonrió
negando con la cabeza-. Bueno, cuando salimos íbamos dando un paseo, todo el
mundo iba delante y yo atrás vigilando que no pasara nada, me había metido
tanto en mi mundo que acabé andando solo y me choqué con un chico. El chico me
dijo que mirara por donde iba y cuando levanté la mirada lo vi, era un chico de
mi edad, unos 10 años, tenía los ojos llorosos y se echó para atrás cuando lo
miré. Avancé, pero no me quitaba esos ojos de mi cabeza, volví y me
preguntó que qué quería, hablé por primera vez en varios años, le pregunté si
se había perdido. Me dijo que qué me importaba- Justin se rio, recordando el
momento-, yo le dije que no se lo volvería a preguntar y me dijo que si y le
dije que le acompañaría a su casa. En el camino le logré sacar donde vivía y
que había estado en una fiesta de cumpleaños pero que se había distraído un
segundo porque había visto un muñeco de los dibujitos favoritos de su hermana y
se había perdido, lo acompañé a la parada del autobús más cercano y esperamos a
su autobús, me subí con él, me gustaba porque no me hacía muchas preguntas
sobre mi vida simplemente le dije que vivía cerca de él y que mis padres me
habían dejado dar una vuelta solo. En el autobús se empezó a tranquilizar, ya
que empezó a hablar de su hermana, decía que era muy pequeña y que no paraba de
bailar por toda la casa. Entonces en una de las paradas me dijo que allí era,
yo me bajé con él, andamos un rato y se paró delante de una casa, era muy
bonita, pequeña pero bonita. Me dio las gracias, me preguntó que si quería
entrar y me quedaba a cenar con él, pero yo me tenía que ir ya. Cuando entró
empecé a escuchar gritos y llantos, sonaba como unos padres preocupados. Me
quedé mirando hasta que un coche vino a recogerme para llevarme a la casa de
Abby. Al día siguiente le hablé al padre de Abby, no se sorprendió simplemente
sabía que un día hablaría, le pedí si podía irme un par de horas, me dijo que
sin problemas. Me fui a la casa de chico de nuevo, me quedé enfrente de la
puerta sin saber que hacer, entonces lo vi que venía con su mochila y agarrado
de él había una niña varios años más pequeña que él, pero tenían la misma cara,
me saludó y me preguntó si quería entrar. No le resultó raro que estuviera
delante de su casa, así que entré y a su madre le dijo que me iba a quedar a comer,
su madre no me hizo muchas preguntas, comimos y me llevó a su cuarto. Me sacó
varios juguetes y al rato abrió la puerta la niña pequeña de antes, con un
cuaderno y varios colores. “Ella es mi hermana” me dijo, “se llama Hayley”, la
niña se sonrojó y siguió pintando en el suelo, “yo soy Dylan” me dijo dándome
la mano, yo me presenté y después seguimos jugando.
Y cuando terminó nos
quedamos en silencio, no podía procesar lo que acaba de escuchar, me acuerdo
del día que mi hermano se perdió en el cumpleaños de un amigo llegó muy tarde a
casa y mi madre estaba que le daba algo, yo era muy pequeña, pero me acuerdo
como si fuese ayer. Me acuerdo del día siguiente de ver a un chico enfrente de
nuestra puerta y que comió con nosotros, después ese chico iba muchas veces a
mi casa hasta que un día dejó de venir. Era un niño rubio, muy simpático,
siempre jugaba conmigo, era el mejor amigo de mi hermano, nunca lo llamaba
Justin, siempre era… ¡Drew! Por eso me sonó raro cuando llamarón a Justin así,
me sonaba ese nombre. Yo había jugado con Justin mil veces de pequeña, hasta lo
había maquillado con mis pinturas de juguete, había bailado con él.
- Cuando te presentaste
me dijiste “Así que tú eres la bailarina…”- dije mirando al suelo, después
levanté la mirada, él asentía con la cabeza.
- Era difícil mantener
la mentira que era mi vida, nunca podía venir a mi casa, ni conocía a mis
padres, además le resultaba raro que nunca tenía que estudiar. Sobre los 12-13
años le tuve que decir la verdad, que no tenía padres y que estaba viviendo con
un tío, no quería decirle que me habían vendido a un mafioso. Le costó
asimilarlo, supongo que todo el mundo sabe que existen las mafias, las bandas,
pero crees que nunca te vas a encontrar con una. Al principio fue curioso,
quería saber más a más de mi día a días, entonces un día decidí llevarlo a
casa, le pedí permiso a Henry, el padre de Abby. Me dijo que, sin problemas, además era una
época muy tranquila, no había muchos jaleos. Allí le presenté a Eddy y a Hugo,
los demás no estaban con nosotros todavía, luego llegó Abby de equitación y se
lo presenté. Estuvimos jugando, quería que le enseñara a pelear y eso hicimos,
le dimos una paliza, hasta Abby lo machacó. Desde entonces yo iba a su casa y
él venía, hasta que un día dijo que quería ser como yo, que le gustaba esa
vida, teníamos 15 años, yo me negué. Me lo encontré una vez en una pelea
ilegal, lo pillé justo cuando iba a pelear, no estaba preparado, lo iban a
machacar, lo saqué y peleé por él, gané, pero salí destrozado. Dylan sabía cómo
manejarme, como meterse en mi cabeza, me dijo que o lo aceptaba o se iba a
buscar la vida por su cuenta. No tuve otra cosa que aceptarlo, pero con la
condición de que siguiera con su vida de siempre, que se echara una novia y que
siguiera estudiando. El cabrón lo cumplió todo, a partir de entonces venía más
a casa, se quedaba hasta tarde. Fue sobre los 16 que me ayudó a vengarme por lo
de mi padre, me ayudó a planificarlo todo y fue conmigo, nuestra primera misión
juntos. A partir de ahí ya no pude ir más a vuestra casa, había gente que me
tenía el ojo echado y no quería peligrar vuestra vida. Dylan tenía mucho
cuidado cuando venía con nosotros a hacer pequeños trabajos.
- Competió el error que
todos cometen, querer más, no sé cómo acabó conociendo a gente de Tyler pero
nos abandonó a los veintiún años o cosa así, y se fue con Tyler, fue la peor
tracción que nos pudo hacer, le habíamos enseñado todo y además sabía lo de
Camille, que ocurrió poco antes de él irse. Nos peleamos y dijo que yo me
conformaba con poco, que él quería más, que se merecía más. Perdimos el
contacto, él perdió el sentido de su vida. Entonces la mañana del accidente me llamó, decía que se arrepentía, que no sabía que había hecho, que
estaba jodido que iba a irse, que tenía dinero y que te iba a llevar a ti con
él. Que hay algo mucho más grande del que nadie sabe nada. Me hizo prometerme
que te cuidaría y que, si le pasaba algo que te llevara al internado, que te
cuidara, cuando la banda de Tyler se enteró compró mitad del internado. Por la
noche tuvo el accidente, el otro coche creemos que era contratado por Tyler,
pero no encontraron nada en su coche, nadie sabe dónde está el dinero, por eso
todo el mundo cree que tú lo sabes.
Justin me miró y yo
empecé a negar con la cabeza, me llevé las manos a la cabeza y empecé a
recordar cada cosa extraña que no le había dado importancia. Me empezó a doler mucho la cabeza, me había dado demasiada
información de golpe, no sabía por qué empezar.
- Mi hermano era bueno-
dije finalmente.
- Tu hermano era la
mejor persona, pero todo el mundo acaba cediendo, esta vida es muy peligrosa-
dijo Abby.
- Tú…- dije mirando a
Abby sin acabar de entender su papel en todo esto.
- Salí con él- dijo-, desde que nos conocimos conectamos, me trato genial, hasta cuando se fue con
Tyler se escapaba para verme, me decía que nos iba a conseguir la mejor vida.
Me enseñaba fotos tuyas, quería que te conociera, pero era imposible.
- Esto no es posible…-
dije.
- Tu hermano tenía una
segunda vida- dijo Justin-, y lo jodió todo por la agonía, está muerto por su
maldita culpa. Por querer más y más- Justin había empezado a subir el tono de
su voz- Te odio- dijo mirando el nicho de mi hermano-, me dejaste solo cabrón.
Nos traicionaste a todos, te odio.
Levantó la mirada al
cielo y se fue dando fuertes pisadas, yo no sabía que hacer, si irme o quedarme. Abby rompió el silencio acariciando su nicho de nuevo, pasando sus
manos delicadamente por las letras como si lo acariciara a él.
- No se nos tenía
permitido ir a su funeral, éramos su segunda vida, nadie nos podía ver, aun
así, Justin fue a buscarte, a vigilar que no te escapabas, hasta hablaste con
él fuera de la iglesia… Yo nunca me despedí de él- dijo sin mirarme-, aparte de
la última llamada de teléfono que tuvimos, donde supe que algo iba mal, me dijo
mil veces que me quería y que pronto me iba a ir a buscar, preparé la maleta
para huir, pero nunca vino. Es difícil vivir con su recuerdo.
Todavía no procesaba lo
que acaba de pasar, pero me acerqué a ella y le puse la mano en su hombro,
entendía el dolor por el que estaba pasando, a mí también me costaba vivir con
su recuerdo.
- Sé que tienes mucho
que pensar Hayley, pero no te enfades con nosotros, quisimos contártelo, pero
creíamos que era más seguro que no supieras nada, al final es lo que te puso en
peligro. Lo sentimos mucho.
- No sé que pensar Abby…
- Lo sé Hayley, lo sé.
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Bueno, buenooooooooooo ahí esta el boomb, muchas personas habíais acertado, Dylan estaba en la banda de Justin y pasó algo... Pero aquí no se acaban los misterios, ¿dónde estará el dinero? ¿Qué fue lo que le hizo a Dylan querer huir? ¿Qué hará Hayley con toda esta información? ¿Sabe Abby más de lo que aparenta? Para todas esas cosas y más, seguir leyendo!!!!!
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