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Capítulo 37




Lo primero que siento al despertarme es como mis muñecas arden y como si algo se hincara en mis muñecas, algo muy afilado y fino alrededor de toda mi piel. Después siento fuego, siento fuego en mi piel, en todo mi cuerpo, está demasiado caliente. Me recuerda al accidente de mi hermano y a las fotos que colgaron en internet, el coche, su tan preciado coche envuelto en llamas. Empecé a gritar su nombre en mi cabeza, “Dylan, Dylan…”, y entonces sentí como chocaba contra mi agua un chorro de agua fría. Abrí los ojos de golpe, pero apenas pude ver dos imágenes borrosas delante de mí, intenté mantener los ojos entre abiertos y entre las gotas de agua que bajan por mis pestañas pude divisar a Tyler junto a un chico rubio algo más bajo que él, Jaime. Se encontraban a los pies de la cama en la que me encontraba, pero no pude contener mucho más los ojos abiertos, mis parpados pesaban mucho.

- Dylan, Dylan…- no podía pensar en otra cosa que en mi hermano, lo recordaba sonriéndome con sus ojos marrones y su gran sonrisa, esa sonrisa desapareció en aquel accidente.
- ¿Qué dice? – preguntó Jaime.
- Llama a Dylan- le contestó Tyler serio, hasta podría decir que más bien curioso, escuché la risa irónica de Jaime.
- Lo va a tener difícil- dijo

No sabía por qué hablaban a si de mi hermano, sabía que estaba muerto y que no iba a poder venir a por mí pero aunque fuese imposible era lo único que quería, que viniera y le callase la boca a estos dos. La rabia hizo que intentara abrir los ojos otra vez y al intentar moverme me percaté de que tenía las muñecas atadas a la cama. Al tirar, sea lo que sea con lo que estaba agarrada hizo contacto con mi piel y me volvió a dar un pinchazo que hizo que me retorciera en la cama del dolor. Mi cabeza me pesaba como si fuera un saco lleno de ladrillos.

- ¿Vuelvo a echarle agua? Así no nos sirve de nada- dijo Jaime impaciente, todavía sentía mi cara mojada de la anterior vez.
- Te he dicho que tengas paciencia- dijo Tyler, su tono de voz me impactó, hablaba como un jefe, hasta una parte de mí se tensó al recibir la orden-. Vete, dile a los demás que ya se está despertando, no quiero que nadie entre si yo no lo ordeno.
- Vale- fue lo único que dijo Jaime antes de irse.

Al rato escuché como Tyler andaba por la habitación, me dolía la cabeza y cada ruido sonaba demasiado fuerte, el sonido de la madera crujir bajo sus zapatos me incomodaba. Los pasos pararon y se sentó al lado mía, el colchón se hundió bajo su peso. Yo entreabrí los ojos en su dirección.

- ¿Cómo te encuentras? – me preguntó.

Sus ojos me observaban detenidamente, no sabía que responderle ni que quería de mí. ¿Por qué me estaba haciendo esto? ¿Y por qué yo había sido tan ingenua de venir a una casa llena de desconocidos?

- Posiblemente te duela la cabeza, abre la boca- dijo mientras acercaba una pastilla a mi boca y me la introducía entre los labios a presión-, esto te aliviará.

Con la poca fuerza que tenía escupí la pastilla.

- No quiero nada de ti- tenía la boca seca, me sentía como en una mala resaca.
- Cómo tu veas Hayley, yo solo quiero lo mejor para ti.
- Ya veo- dije moviendo un poco lo brazos, Tyler miró mis muñecas. Yo aparté mi mirada de él, mis ojos se estaban empezando a acostumbrar a la luz artificial de la habitación, no sabía si es que era de noche o si tenían las persianas bajadas para que no viera que había fuera…
- Eso es también por tu bien, si estas así no causaras problemas y todo será más fácil. Sólo tienes que cooperar y entonces todo acabará rápido, y volveremos a la normalidad. Los dos juntos.

Tyler puso una mano sobre mi cabeza, acariciándome, intenté separar mi cabeza de su mano lo máximo que podía, no fue mucho.

- No tengo nada que te interese.

No le mentía, se lo que sea que él quisiera no le podía ayudar. Justin nunca me había dicho nada de lo que hacían y cuando estaba con él era sobre lo último en lo que pensaba preguntarle. Yo había accedido a venir aquí para poder sonsacar algo de información sobre mi posición aquí, no que me la sonsacaran a mí.

- ¿Qué hizo Dylan con el dinero, Hayley?
- ¿Dylan? – pregunté, había escuchado el nombre de mi hermano, pero no podía ser así. Estaba alucinando.
- Si, Dylan Reeves, tu hermano Hayley. ¿Qué hizo con mi puto dinero? – dijo Tyler mientras agarraba en un puño la sabana que había debajo de mi, se estaba empezando a alterar.
- No te entiendo…- dije, mi cabeza estaba tardando en entender lo que él me quería decir.
- No me jodas Hayley, deja de hacerte la tonta ya- se levantó bruscamente y con la mano le dio un golpe a un vaso que había en la mesita de noche al lado mía, el estallido contra el suelo apenas provoco que mi cuerpo se asustara, sentía mi cuerpo todavía dormido-. No me digas que Justin no te dijo nada…
- ¿Qué me tenía que decir? – pregunté, Tyler se rio y se llevó las manos a la cabeza mientras daba vueltas por la habitación.
- Se te da muy bien eh, otro se lo hubiese creído…- se giró hacia mí y me miró atentamente-, pero a mí no me engañas nena… Que pena que a tu hermano no se le diera tan bien ocultar las cosas.

Y dicho eso se marchó de la habitación dando un portazo. Por un segundo pensé que todo esto era un sueño, que me había quedado dormida en el coche y mi subconsciente me estaba jugando una mala jugada, pero todo parecía demasiado real, el dolor de mi cabeza, mis muñecas rasgadas… Todo era real, el dolor me hacía ver que no era un sueño, o más bien una pesadilla. Tenía la misma ropa con la que me había montado en el coche, unos tejanos de un azul oscuro pitillos y una sudadera gris, si que no tenía los zapatos, pero tampoco es que fuera a ir muy lejos, aun así me alegre de llevar la ropa puesta, no creo que hubiesen tenido la molestia de vestirme después de violarme mientras estaba inconsciente.

La cama era de matrimonio y yo estaba en el lado izquierdo de la cama, apropiadamente la cama estaba decorada con unos barrotes en su cabecero que era donde mis manos estaban sujetas por unas bridas demasiado apretadas y cada vez que hacía el menor movimiento sentía como si se ajustaran más y más, deje de tirar. Eran tan finas que se me hincaban en la piel, supuse que con el peso de mis brazos habían hecho que se hincaran y me hicieran heridas en las muñecas. Tyler había sido tan considerado como para dejar la luz encendida pero tampoco había mucho que mirar, una mesita de noche a cada lado de la cama de madera, todo estaba decorado muy rustico. Había un pequeño armario a la izquierda del cuarto y al fondo un escritorio con una silla. Había una única ventana, y tenía la persiana cerrada, y ya está. No había cuadros, ni fotos, ni nada que me indicara algo de mi posición, aunque no sabría que hacer aunque tuviera algo de información, nadie de aquí estaría dispuesto a ayudarme. De repente maldecí a Tyler por tener dejar la luz encendida, estaba justo encima de mí y me estaba empezando a molestar, quizás era alguna clase de táctica para que dije algo… pero ¿el qué?

Tyler había dicho cosas sin sentido, había mencionado varias veces el nombre de mi hermano y dinero, algo que supuestamente Justin me tendría que haber dicho, pero no lograba cuadrar las cosas. ¿Dylan envuelto en cosas de bandas? ¿Qué? ¿Había pedido algo de droga y no la había pagado? No me parecía tan raro, quizás un poco, pero con tanta presión encima no me parecía extraño que buscara una manera para despejarse. Pero todo esto me parecía más grande que un poco de dinero sin cobrar, además mi hermano no tenía la culpa, había tenido un accidente, a él no le gustaba deber nada a la gente. Pero el mundo sería muy pequeño como para yo haber acabado en manos de la banda a la que mi hermano le debía supuestamente dinero. ¿Y cómo Justin sabía de eso? ¿Había conocido Justin a mi hermano? Quería preguntarle que pensaba de él, si le había caído bien… Por un segundo mi hermano estaba vivo de nuevo, había cosas en su vida que no sabía y me daba curiosidad. Si lo que Tyler quería de mi era dinero lo podríamos arreglar sin llegar a estas cosas.

Entonces, después de lo que me pareció una eternidad, la puerta se volvió a abrir y mis ojos se iluminaron al ver a la persona que aparecía por la puerta con la cabeza cabizbaja, su cabello naranja estaba recogido en una coleta alta dejando al ver sus fracciones y algo que se me rompió el alma. Tenía un moratón en su pómulo derecho, en el otro lado de la cara todavía estaba la marca de la herida que había tenido hasta hace poco.

- Kat…- fue lo que dije en apenas un suspiro, llevaba en una mano una bandeja con algo de comida y en la otra un recogedor y una escoba. Dejo la bandeja en la cama y fue directa a limpiar lo que había destrozado Tyler. Ni siquiera levantó la cabeza cuando fue a recoger el vaso de agua de la bandeja.
- Tendrás la boca seca- dijo acercando el vaso a mi boca, y tenía razón, necesitaba hidratarme y cedí. Me bebí el vaso en cinco segundos. Kat me miró a los ojos antes de dejar en vaso en la bandeja y cogió un cuenco con algo de comida.
- Kat, sácame de aquí- le dije ansiosa-, no sé lo que quiere de mí. Supuestamente es algo de dinero, dile que me suelte y hablamos, que sea lo que sea se lo puedo dar, no sé que tontería hizo mi hermano pero que lo siento, seguramente no sabía lo que hacía.

Ella me miró y negó con la cabeza.

- Tyler me ha hecho esto para que vea una pequeña muestra de lo que es capaz de hacer si te ayudo con algo- dijo con la mirada perdida en el suelo, a mí me costó tragar saliva-. Tengo a mi hermano aquí Hayley, no puedo abandonarlo.
- Nadie se enterará de que has sido tú.
- Hayley…- dijo en apenas en un suspiro.
- Tengo miedo, quiero irme a casa con mis padres- mis ojos se llenaron de lágrimas y ella se levantó de la cama alejándose de mi, quizás tenía miedo de debilitarse y ceder a lo que pedía.
- Tu hermano hizo algo muy gordo- paró un segundo recogiendo las cosas-, traicionó a Tyler y ahora tú estás pagando por ello. No voy a hacer que Adriel pase por lo mismo, él no se lo merece.

Y se fue, sabía que contra el amor de familia no podía hacer nada, Kat era un caso perdido. Me quedé observando la habitación, no a algo en concreto más bien teníaa la mente perdida en la nada, ¿qué podría haber hecho mi hermano? ¿Cómo podría haber llegado a traicionar a Tyler? Dylan Reeves, un chico alto y musculoso, tan guapo que todas las chicas iban detrás de él pero él solo estaba centrado en sus estudios y en su familia, me crio cuando mi padre no estaba y mi madre apenas se levantaba de la cama por la depresión de tener a mi padre en el ejército. Dylan me peinaba antes de ir a clase y me hacia el almuerzo, me recogía de clase hasta que tuve la edad de volver sola. Chico de matrícula en los estudios, se le daban muy bien los números y se metió en la universidad de económicas, quería tener un gran futuro y que me fuera a vivir con él para que mamá no estuviera deprimida y se fuese con papá, una parte la consiguió.

No era mujeriego, solo tuvo una novia que la cuido y la trataba como una reina, nunca se quejó de él, se iban de vacaciones, hasta fueron rey y reina del baile de graduación, tenía una vida muy sencilla y bonita. ¿En qué momento su vida se pudo cruzar con una banda? ¿En qué momento el dinero se metió de por medio? No era un chico violento, y la poca rabia que tenía la gastaba en el gimnasio. Se pasaba todas las noches en la biblioteca estudiando, llegaba cansado, pero siempre estaba despierto para ir a clase. Me quería y yo lo admiraba.

Le tenía que haber pedido a Kat que apagara la luz, pero no creía que lo hubiese hecho, seguía apostando a que era parte de mi tortura. Paso el tiempo, demasiado quizás, y nadie más vino. Hubo un momento en el que cerré los ojos, pero seguía viendo la luz tras mis finos parpados. Al final cedi y me acabé durmiendo, no eran cabezadas profundas, me despertaba con el mínimo murmullo tras mi puerta o por cualquier sonido en la casa, pero no tenía nada mejor que hacer hasta esperar ver que hacían conmigo.


KAT


Era una noche de invierno muy despejada, apenas había nubes y se podían apreciar en el cielo oscuro miles y miles de puntos brillantes, era lo único reconfortante de estar en mitad del bosque, las vistas. No había nada alrededor nuestras, nada que nos pudiera salvar. Me estremecí al oír cómo se abría y se cerraba la puerta detrás de mí, no quería girarme por si era Tyler, no quería volver a enfrentarme con él, alguien puso su mano en mi espalda acariciándome y supe al instante quien era, solté el aire que estaba conteniendo.


- Deberías dormir un poco- dijo mi hermano colocándose a mi lado, apoyándose en la barandilla del balcón.
- No puedo dormir sabiendo que ella está allí sufriendo, es superior a mi- me llevé las manos a la cabeza, no podía, de verdad que no podía pero el amor de mi hermano era más fuerte
- Tienes que hacer algo, llama a la chica esa, Abby, que venga a por ella.
- Adriel por dios, sabrán que he sido yo.
- Hay más gente en la casa- dijo encogiéndose los hombros- podría haber sido yo.
- No, no, no... - dije negando con la cabeza- no vas a tomar las culpas por mí.
- Tienes que dejar de preocuparte por mí, por haber nacido varios segundos antes no significa que tengas que comportarte como una madre.
- Eres lo único que me queda Adriel, no voy a jugármela por una chica que no conozco de nada.
- Pues vayámonos de aquí- dijo sonriendo-, sé que Justin te aceptaría y por consiguiente a mí también...
- ¿Y Tyler tan feliz? No es tan fácil...- siempre había sido tan soñador, para él todo el mundo era bueno en el fondo, era tan inocente.
- Estas aquí por mi culpa Katty- dijo agarrando mi mano-, has hecho demasiadas cosas por mí, a ti no te gusta este mundo... tendrías que haberme dejado solo.
- Te metiste en un lío con las apuestas, si que fuiste imprudente, pero no te dejaría solo ni en el infierno- le miré y le sonreí-, después de que mama muriera te dije que nunca te dejaría solo, que siempre te cuidaría.
- Y has cumplido tu promesa por demasiado tiempo, 18 años Katty, ya no somos aquellos niños chicos. No podemos dejar que esa chica sufra sin poder hacer nada.


Era la persona más buena que jamás había conocido, pero era ludópata, todo el mundo tiene su cosa, y a él se le habían ido de las manos las apuestas. No habíamos tenido padre, nos había abandonado cuando éramos apenas unos bebes y nuestra madre falleció por culpa del cáncer dejándonos solos con 12 años, nos fuimos con un hermano de mamá que apenas estaba en casa y nos daba demasiada libertad. Mi hermano a los 16 cogió el vicio de apostar ilegalmente, cifras que no teníamos, todo le iba realmente bien hasta que fallo y se quedó con una deuda que no podía pagar, y decidió trabajar para Tyler, por suerte me lo contó todo y yo me vine con él, juntos hasta la muerte.


- ¿Sabes lo que estás diciendo? - le pregunté.
- Katty…- aparto la mirada de mi- Sé que es la hermana de Dylan... tiene sus mismos rasgos, no puedo dejarla aquí. Él era mi ejemplo a seguir, hasta en los peores momentos nunca se quitó a su hermana de la cabeza, lo hacía todo por ella, él era el hermano que yo quería ser para ti.
- Yo te quiero tal y como eres Adriel- apoye mi cabeza en su hombro.
- Pues hazme caso y ayudémosla, ¡saquémosla de aquí! - Adriel se separó de la barandilla y empezó a subir su tono de voz, me alegré de que todo el mundo estuviera casi dormido o bebiendo en la planta de abajo- ¡Y vayámonos! ¡Vayámonos lejos! Ha llegado la hora de vivir nuestra vida Katty, nos la merecemos.


No quise matarle la ilusión, pero eso no era tan fácil como parecía, muchos lo habían intentado y sabíamos cómo acababa, él lo sabía y no iba a acabar bien, pero no podía decirle que no con ese brillo en sus ojos, lo haríamos, aunque fuese una idea de locos, aunque fuese lo último que hiciéramos, y lo haríamos juntos.


HAYLEY


Estaba despierta cuando la puerta se abrió de golpe chocando contra la pared, ni me inmuté, estaba cansada, mi cuerpo estaba ya acabado, no me sentí las muñecas ni los brazos. Cuando giré mi cabeza hacia la puerta había dos hombres altos y del tamaño de un armario, cada uno se puso a un lado de la cama y me cortaron las bridas. No sabía que estaba pasando, cuando sentí que me liberaban mi primer instinto fue intentar luchar, escaparme, empecé a mover mis brazos agitadamente y a dar patadas. No logré ir muy lejos, cuando me levanté de la cama la adrenalina se fue y mi cuerpo no pudo con mi peso. Uno de los hombres se rio a carcajadas fuerte y me cogió poniendo mi cuerpo sobre su hombro, el otro hombre me puso un antifaz en los ojos y abandonamos la habitación.
Bajamos unas escaleras, giramos y volvimos a bajar otras escaleras, escuché cómo se abrió una puerta y me tiraron al suelo, fue un golpe seco y frío puse las manos en el suelo para intentar recomponerme, el suelo era como cemento, frío y liso.

- Desvestirla- dijo una voz seria a lo lejos, era Tyler. Instintivamente me llevé las manos al cuerpo sujetándome la ropa al cuerpo, no, no, no… Todo menos eso.

Pero mi fuera era nada con la de los dos hombres, me quitaron los pantalones y la sudadera, dejándome en ropa interior y el antifaz, me sentía muy vulnerable. Entonces unos pasos pararon al lado mía y me quitaron el antifaz, levanté mi mirada y estaba Tyler de pie a mi lado, me sonrió.

- Colgarla- dijo Tyler apartándose de nuevo de mí, los dos hombres me agarraron por los brazos y me llevaron al fondo de la habitación que parecía un sótano. Levanté mi mirada y vi dos cadenas colgando del techo, eran pesadas y estaban oxidadas, toda la habitación olía a humedad. Cada cadena terminaba en un grillete, cuando pusieron mi cuerpo recto para poder enganchar mis muñecas me atreví a darle unos codazos e intenté salir corriendo, pero me cogieron el pelo y me tiraron contra el suelo-. Por lo visto hoy tampoco estás cooperativa.

De nuevo me volvieron a coger y me engancharon a los grilletes, los dos hombres se pusieron detrás de Tyler uno a cada lado. Sentía un sabor a metal en la boca y escupí al suelo, justo al lado de las zapatillas blancas de Tyler salpicándolas de sangre.

- Bueno, bueno, parece que hoy te has levantado rebelde- dijo Tyler.

¿Había pasado ya un día? Y no había avisado a Abby de que había llegado… Esperaba que se diera cuenta que algo iba mal y que me buscara, aunque tampoco quería poner su vida en peligro. Nada estaba pasando como debería, me acuerdo del día en el restaurando cuando leí los mensajes de Tyler, que hablaba a su madre diciendo que yo era la de verdad…

- Tú madre se decepcionará cuando se entere de lo que me estás haciendo- dije intentando que le afectara, pero en cambio empezó a reírse.
- ¿De verdad te creíste esos mensajes? Por favor Hayley, ¿enserio crees que dejaría mi móvil sin código al lado tuya? Tan ingenua…- dijo Tyler negando con su cabeza, todo había sido una falda.
- Así que nada fue cierto…- dije más para mí que para él.
- Por fin dices algo inteligente, pero bueno, que no estamos para mucha conversación, el tiempo es oro y todavía no me has dicho nada. Así que vamos a hacer una cosa - Tyler fue andando hacia una pileta que tenía en el suelo, de ahí sacó una toalla que empezó a escurrir-, aquí tengo una toalla húmeda, ¿vale? Yo te voy a hacer preguntas y si tu respuesta no me convence te daré con ella, tranquila, no deja marca.
- Cuando Justin te pille… - dije sin mirarle.
- No le tengo miedo, Justin habla más que actúa. Empecemos, ¿sabes de que dinero hablo? – me preguntó.
- No.

Tyler echó para atrás su brazo para coger carrerilla y luego con la toalla húmeda me golpeó en el costado, mi cuerpo se dobló en respuesta y no pude contener un grito de auxilio que salió rasgando mi garganta.

- Bueno ya sabes, a partir de ahora sólo sinceridad. ¿Qué te ha contado Justin de Dylan? ¿Qué sabes de lo que hizo? - me preguntó y supe en ese momento que dijera lo que le dijera no me iba a creer.
- No sé que tiene que ver mi hermano contigo, mi hermano está muerto.

Enrolló la toalla y me pegó detrás de las rodillas haciendo que mis rodillas cedieran y mis brazos se quedaron sosteniendo mi cuerpo por los grilletes, grité al sentir como mis muñecas se rozaban con el filo del hierro.  Tyler se acercó a mí y me levantó la barbilla, besándome la frente.

- Esto me duele más a mí que a ti- me dijo.
- Pues para- le contesté.
- Hay cosas que solo se sacan con un poco de fuerza- me sonrió-, pero cuando digas la verdad te soltaré y disfrutamos del resto de vacaciones juntos – antes de volver a alejarse me besó los labios, yo volví a escupir-. Venga, siguiente, ¿dónde escondió Dylan el dinero?
- No sé de que me hablas- admití.
- Hayley, tu hermano está muerto no tienes por qué cubrirle más las espaldas.
- No le cubro nada, no sé de que me hablas Tyler, te lo juro.

Tyler miró a los dos hombres que me habían traído hasta aquí y les hizo una seña con la mano para que abandonarán el lugar, ellos le hicieron caso y se fueron de la habitación sin más. Tenía miedo de que me iba a hacer ahora que estábamos solos. Tyler se acercó a mí, me agarró la cara con una mano y me acercó a él.

- Me estoy empezando a hartar pequeña Reeves, quiero mi dinero de vuelta y no sé si me estás diciendo la verdad, pero tengo mucha rabia dentro de mi contra los Reeves y un coche se me adelantó con tu hermano, pero te veo a ti y lo veo a él. Eres su misma imagen- me soltó y pasó su dedo índice por mi mejilla-, la misma mirada amenazadora, los mismos ojos oscuros y esa misma rebeldía- Tyler paró mis labios e hincó su dedo en mi labio inferior, después apartó su mano de cara solamente para coger fuerza y me pegó una bofetada-. La rebeldía no lleva a ningún lado, bueno si, a la muerte… que se lo digan a tu hermano. Última oportunidad Hayley, ¿dónde está mi dinero?

Levanté mi mirada y lo miré a los ojos, estaban oscuros y sus pupilas dilatadas, las siguientes palabras las dije vocalizado mucho y lentamente, disfrutando cómo lo sacaba de sus casillas.

- No sé dónde está tu dinero, pero si lo supiera preferiría prenderle fuego a dártelo.

Tyler se alejó de mí y empezó a pegarme sin parar con la toalla, yo chillaba y él se reía como un total maniático. Llegó un momento en el que volví a desmayarme, no pude aguantar más. Me desperté en la cama, llena de sudor y todavía en ropa interior, la luz estaba apagada, gracias a Dios. Sentí todo mi cuerpo dolorido, pero no había marca como me había dicho Tyler. Seguía teniendo mis muñecas atadas al cabecero, no creía que iba a poder aguantar mucho tiempo más esta tortura. La puerta se volvió a abrir y yo gemí de dolor haciéndome un ovillo en la cama, con los ojos llorosos. Era un hombre que no conocía y andaba por la habitación dando tumbos y apestaba a alcohol.

- Hola guapa- dijo sonriéndome a los pies de la cama.

Entré en pánico cuando empezó a desabrocharse el pantalón, cuando se quedó desnudo empezó a subir por la cama, encima de mi cuerpo, rozándome, tenía ganas de vomitar. Me metió un dedo en la boca y lo sacó, entonces no pude más y vomité encima de mí y de él, solo salió líquido, pero a él no le pareció preocuparse porque empezó a sobarme el pecho por encima del sujetador, no me podía estar pasando esto, apreté los ojos cuando empezó a bajar su mano hasta mi braga, entonces sonó un golpe seco y el hombre se desplomó encima de mí, empecé a llorar, pero la cabeza de Kat apareció detrás del hombre diciéndome que me callara.


- Te vamos a sacar de aquí- me dijo sonriendo.

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No quería dejar el capítulo aquí, quería seguir pero eso significaba no subir capítulo hoy y prefería subir esto y luego ya la semana que viene subir otro a dejaros otra semana sin capítulo, pero bueno... tampoco ha estado nada mal, ¿no?... Se están empezando a descubrir algunas cosas, pero para saberlo todo os toca esperar hasta el siguiente capítulo!!! ¿Cómo van vuestras teorías? ¿Se van cumpliendo? Espero que os haya gustado!



3 comentarios:

  1. Desde el principio me imagine que el hermano de hayley pertenecia a una banda!! Ahora quiero saber porque. Y quiero saber que piensa justin y hayley... Y ESTO SE CALENTOOOOO ��. Cuantos capítulos quedan?

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    1. Estoy pensando que hacer... si acabar la temporada por aqui o alargarla un poco mas.

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  2. Daaaaamnnnn, eso fue intenso. Sigo esperando que Justin entre en acción

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Gracias.

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