Intentaba no
pensar más de la cuenta, era un simple baile, miraba el vestido en mi cama dos
tiras que tapaban mi pecho pasando por mi hombro y una larga falda con vuelo
todo en color vino tinto, era precioso y no lo hubiera cogido si no fuera
porque Abby me había obligado, me dijo que teníamos que relucir ser un par de
estrellas en el baile, ella tenía un vestido rosa pastel de palabra de honor.
Era precioso, y con su piel clara destacaba haciéndola ver aún mas niña, pero
su melena anaranjada le daba ese toque de adulto, mezclando lo infantil con lo
maduro.
Por lo menos
había ganado en cuanto a los zapatos, no iba a llevar tacones, eso no era lo
mío, iba a llevar mis converse negras de toda la vida, con ellas me sentía yo y
era algo que no quería olvidar de cómo era, además habían sido un regalo de mi
hermano de su primer trabajo, tenía ganas de que empezaran las vacaciones para
ir a visitarlo. Un golpe en la puerta me despertó de mis pensamientos, me levanté
de la silla de un salto y fui hacia la puerta, detrás de ella estaba Abby.
- Han puesto ya
las notas en el tablón, ¿quieres ir a mirarlas? - me preguntó.
- Si, por
favor.
Sabía que no
iban a ser mis mejores notas, pero tenía que quitarme la duda, Abby me agarro
de la mano y me llevo hasta el tablón principal, había mucha gente buscándose
en las listas. Abby logro hacer un hueco y nos metimos las dos, pasé mi dedo
por los nombres de mi clase hasta que me encontré, revisé mil veces las notas
para comprobar que no le equivocaba, había aprobado todo y con la mejor
puntuación.
- Abby...- dije
en susurro porque sentía que era algo ilegal que no debería de enterarse nadie.
Ella miro mis notas y después desvió su mirada detrás de mí. Noté como unas
manos rodeaban mi cintura, giré mi cara, aunque sabía quién era, Tyler.
- ¿Has sido tú?
- pregunté, él sonrió y se encogió de hombros.
- Como es
posible... - dije mirando a mi alrededor.
- Te dije que
no te preocuparas, que seguro que aprobarías. Cumplí mi palabra.
- Que palabra
Tyler...- miré a mi alrededor- esto es ilegal, no puedes falsificar mis notas.
- Yo no he falsificado nada, entre la
directora y yo decidimos que era lo mejor ayudarte debido a tus circunstancias.
No me tienes por qué dar las gracias- dijo sonriendo.
No quería darle
las gracias, me sentía mal, ya había aceptado que no iba a aprobar y me parecía
justo, los estudios eran mi responsabilidad. Igualmente le miré a los ojos y
sonreí, me puse de puntillas para besarle los labios.
- Que ganas de
que estemos a solas, hoy a las 12 en la puerta, ¿de acuerdo? - me dijo
mirándome a los ojos mientras buscaba mi mano para agarrarla.
- Si,
tranquilo. - sonreí y me giré hacia Abby que estaba allí a mi lado, observándome-
Bueno nos vamos, que nos tenemos que arreglar.
- Nunca te
perdonaré que no vayas conmigo al baile- me dijo Tyler sonriendo.
- El próximo-
dije mientras le apretaba la mano.
- Por supuesto,
bueno, hasta luego chicas. Solté su mano y me giré hacia Abby, ella me sonrió y
me ayudó a salir del montón de gente.
Cuando
estuvimos algo más alejadas me giré hacia Abby.
- No me ha
gustado que hiciera eso, Abby, los estudios es mi responsabilidad y si me salen
mal es mi culpa por no haber estudiado.
- Lo sé, pues
para la próxima vez se lo dices bien clarito- Abby me dedica una sonrisa
tierna.
- No sé qué va
a pasar después de las vacaciones con Tyler, lo noto muy raro últimamente, como
que muy tenso- miré a mi alrededor y bajé la voz-. ¿Tú conseguiste averiguar
algo más de lo de la fiesta?
- ¿Lo del
dinero? - dijo ella susurrando, yo asentí-. No, sea lo que sea lo tienen bien
guardado.
- ¿Crees que me
pasará algo?
- No, no
permitiré que te pase nada. Además, apenas vas a estar con él un par de días o así,
no le va a dar tiempo a hacerte nada y con cualquier cosa ya sabes, me avisas.
- Lo haré.
Ya habíamos
llegado a nuestras respectivas habitaciones, eran las cuatro de la tarde y
sobre las siete nos teníamos que ir, y yo a las doce de la noche me iba con
Tyler. Solo esperaba poder encontrar a Justin y quizás disculparme, todo
dependía de su humor.
- ¿Quieres que
nos arreglemos juntas? – me preguntó Abby cuando yo ya iba a abrir mi puerta.
- Vale- dije
sonriendo.
- Ven a mi
cuarto, que tú con suerte tendrás bálsamo labial- dijo abriendo su puerta. Yo
la seguí.
Se fue a un
mueble y empezó a sacar maquillaje sobre su mesa, su habitación estaba mil
veces mejor decorada que la mía. Tenía fotos de ella con su padre en la pared,
y en su mesita de noche había una foto de ella de pequeña en los brazos de una
mujer, su madre, supongo. Al lado de ella no me había percatado de que había
una foto de ella con Justin de pequeños, pero al lado de ella algo estaba
recortado.
- ¿Por qué
recortaste esta foto? – pregunté cogiéndola, Abby se giró de golpe y me
arrebató la foto de la mano para dejarla de nuevo sobre la mesa de noche.
- Nada, cosas
de niños pequeños, ¿sabes? - dijo sonriendo mientras miraba lo que había dejado
en su cama.
- Realmente
nunca tuve amigos con los que hacerme foto, recuerdo que hacía fotos a mi
hermano y a sus amigos cuando venían a casa, pero un día me quitó todas esas
fotos y se las llevo, no sé qué hizo con ellas.
- ¿Te dijo por
qué lo hizo? – me preguntó. Yo me senté en la cama donde había espacio libre.
- Sólo dijo que
había que avanzar y que ver esas fotos lo retenía en el pasado. Aunque creo
recordar que un par de días antes del accidente estaba en su cama con una caja
de estas donde vienen los zapatos y estaba viendo mis fotos, o eso creo, desde
su puerta pude distinguir alguna. Supongo que se puso nostálgico... ¿Sabes? Mi
hermano cambio, poco, casi nadie se daba cuenta menos yo, y su novia- Abby se
sentó a mi lado, atenta a lo que decía-. Cuando fui por última vez al
cementerio me encontré en un bar con Lina, la novia de mi hermano, ella me dijo
que él no era lo que yo creía… Y no había caído hasta ahora que ella me había
preguntado varios meses antes del accidente si yo sabía algo, que veía a mi
hermano extraño. Nunca le di demasiada importancia, ¿se la debería haber dado,
Abby? Hay veces que siento que… no le apoye lo suficiente, que no le presté la
atención necesaria.
- Hiciste lo
mejor que pudiste Hayley, no te atormentes por eso, la muerte de tu hermano no
tuvo nada que ver contigo.
- Abby mi
hermano no solía conducir tan de noche, se podría haber quedado en casa de su
novia…- nunca había dicho eso en voz alta, pero era algo que no paraba de darme
vueltas, sentía como una lágrima sobre mi mejilla- ¿Y si…?
- Hayley, eh,
para – Abby me agarró la mano-. Fue un accidente, ¿vale? No tienes que darle
más vuelta a eso, él nunca se habría quitado la vida, él nunca te hubiera
dejado sola a posta.
- Supongo…
- Y ahora
venga, sécate estas lágrimas que tenemos que asistir a un baile esta noche.
Abby tardo nada
en maquillarme, y me hizo una trenza con mi cabello largo. Nunca le había
prestado atención a mi pelo, sí que me había atraído la idea de cortarlo, pero
no me atrevía. Una vez que ya estuvimos las dos listas me fui a mi cuarto para
vestirme. Me sentía insegura con mi vestido, tenía un escote bien pronunciado,
dejando demasiada carne a la vista, pero a la vez me encantaba como me quedaba.
Me puse las zapatillas y me miré al espejo, me sentía mayor, no era la misma
chica que había llegado aquí apenas hace 4 meses. Me sentía más segura de mí
misma, más fuerte e independiente. Cogí un abrigo y un bolso en el que había
puesto apenas cuatro cosas. Entonces llamaron a la puerta, al abrirla me
encontré con Abby con su abrigo negro y ofreciendo su brazo para que lo
agarrara.
- ¿Estás lista?
– me preguntó.
- Si- dije
afirmando y la agarré del brazo. Por el pasillo había otras chicas corriendo
para sus últimos detalles, por un segundo me puse nerviosa al pensar en que
pasaría esta noche.
En la puerta
nos esperaba una limusina blanca, nos abrieron la puerta y primero entro Abby y
después yo. Al sentarme me percaté de que no estábamos sola, dentro de ella
estaba Eddy, Camille, Hugo y Norman.
- ¿Enserio? –
dijo Norman y después fue directamente hacia la botella de alcohol y una copa.
Lo que me hizo ver que ellos tampoco sabían que íbamos a ir juntos.
- Que sean dos-
dijo Camille.
- Que
exagerados sois- digo Hugo que se arregló la pajarita-. Bienvenidas chicas,
estáis preciosas.
- Muchas
gracias Hugo- dijo Abby sonriéndole.
- Si,
preciosas, preciosas- dijo Eddy que no le había quitado la mirada de encima a
Abby desde que habíamos llegado, ella le respondió con una dulce sonrisa.
- Bueno, ya va
siendo hora de irse- digo Hugo y después dio unos golpes en la pared que nos
separaba del conductor y la limusina arranca.
Fue un silencio
incomodo, nadie habló aparte de los cuchicheos que se llevaban Norman y
Camille, de vez en cuando Hugo nos preguntaba cosas sin sentido simplemente
para hubiera más conversación. Siempre que miraba a Camille me acordaba de
Tyler, iba guapa, llevaba su cabellera rubia recogida en una coleta con varios
mechones fuera y un mono negro con un escote pronunciado. Estaba entre Norman y
Hugo, siempre estaba protegida por dos hombres, no es que le hiciera falta ni
creo que ella lo pidiera, si no que era como si tuvieran miedo de que alguien
le hiciera algo, cuidaban de Camille sin que ella se enterara. De vez en cuando
Camille me miraba y me pillaba mirándola, ninguna de las dos apartaba la mirada
hasta que alguien no distraía. No eran miradas desafiantes, ni mucho menos, yo
la miraba curiosa y ella me miraba de igual manera. Por suerte legamos pronto
al lugar. Ellos salieron los primeros, dejándonos a nosotras con Eddy atrás.
- Nos veremos después,
¿vale? – dijo Eddy, Abby asintió con la cabeza. Eddy salió de la limusina y
desapareció. Después salió Abby y me tendió la mano para que me ayudara. Yo se
la cogí y salí de la limusina.
Nunca me había
esperado que fuera aquí la fiesta, ni mucho menos, me esperaba algo en ruinas y
casi que ardiendo, pero me encontraba enfrente de un sofisticado lugar, era un
restaurante de gama alta, el camino hasta la entrada estaba fijado con unas
velas y en la puerta del local había dos hombres revisando los nombres de
quienes llegaban. Había mucha gente, mucha más de la que había llegado a ver y
fue cuando entendí que esto era más grande de lo que yo pensaba.
- ¡Abby! ¡Abby!
Abby y yo nos
paramos y nos giramos, una chica morena que corría hacia nosotras.
- ¡Tami! - dijo
Abby sonriendo, me sonaba el nombre y su cara, pero hasta que no estuvo lo suficientemente
cerca no supe quién era. Era la chica que había conocido en la casa de Abby que
estaba haciendo de comer, la que me había lanzado el cuchillo por haberla
confundido con la cocinera. Cuando estuvieron al lado se abrazaron, después se
me quedó mirando y sonrió.
- Hayley, encantada
de volver a verte.
- Igualmente-
dije sonriendo.
- Te dije que
no fueras corriendo a ningún lado, con estos tacones no puedo ni dar dos pasos
sin estar muriéndome- dijo una voz detrás de Tamila, me giré para encontrarme a
una chica de cabellos oscuros cogiendo aire.
- Lo siento
cariño es que no veía a Abby desde aquel fin de semana.
- Lo sé- dijo
la morena yendo hacia Abby y abrazándola- Yo no la veo desde la fiesta esa,
aquella que celebró Justin.
- Cariño, me
gustaría presentarte a Hayley- dijo Tami, la chica se giró hacia Tami y después
me miró a mí.
- ¿Ella? - dijo
señalándome- Me esperaba algo más… no sé. Conociendo a…- miró a Abby y después
me volvió a mirar-, digo, como habla Justin de ti me esperaba algo más.
- Lo siento por
haberte decepcionado- dije.
- Ay no, si es
lo mejor. Las mosquitas muertas son las peores- dijo sonriendo y después me
tendió la mano- Soy Sandra, encantada de conocerte- me tendió su mano y se la
agarré-. Y ahora, mi vida- dijo girándose hacia Tami-, ¿podemos entrar ya para
poder emborracharme y poder aguantar a todos estos?
- Por supuesto,
¿vamos? - dijo mirándonos a Abby y hacia mí.
- Ahora mismo
vamos, adelantaros vosotras- contestó Abby y ellas dos fueron hacia la entrada.
Después empezamos a caminar hacia la entrada- Son de lo más empalagoso eh, si
te das cuenta no pueden estar sin tocarse, tuviste suerte de que Sandra no
estuviera en la casa cuando estuviste tú.
- Ya lo veo-
dije sonriendo.
Al entrar nos
quitaron los abrigos y dejamos los bolsos, por dentro era aún más lujoso, mesas
con comida, personas dando vueltas con bandejas llenas de copas, una pista de
baile en mitad y la gente arreglada pasándoselo bien. Parecían personas
normales, pero ni mucho menos. Abby me llevo hacia una mesa donde cogimos unas
copas de champagne y empezamos a picotear algo de comida. Miré a nuestro alrededor,
buscando algo que no sabía si encontraría, sin embargo Eddy apareció al lado de
Abby rodeando su cintura con la mano y besándola en la mejilla, las mejillas de
Abby se sonrojaron levemente.
- ¿Estáis bien
chicas? – preguntó, nosotras levantamos nuestras copas y sonreímos.
- Perfectamente-
dijo Abby.
- Oye Eddy...-
empecé, pero fue como si me leyera la mente.
- No tengo ni
idea de si va a venir, hace tres días que no se nada de él.
- Vale-dije
sonriendo como agradecimiento.
Y fue como si
lo hubiésemos invocado se hizo un silencio en la habitación y todo el mundo se
giró hacia la puerta, desde mi posición logre ver como Justin entraba por la
puerta con un traje negro y una pajarita, miró a su alrededor hasta que
nuestras miradas se conectaron y sonrió, cogió una copa de la bandeja de un
hombre y vino hacia nosotros, todo el mundo lo observaba, y no me extrañaba,
era la primera vez que lo veía en traje y se veía como un Dios, intocable y
lejano, algo imaginario e imposible. Se ajustaba perfectamente a su cuerpo.
- Creía que no
ibas a venir- dijo Eddy cuando ya estuvo lo suficientemente cerca. Hacía casi
tres semanas que no lo había visto pero no me había olvidado de él.
- Ya he hecho
lo que tenía que hacer. Todo vuelve a estar como antes- miró a Abby y después a
mí, levanto su copa hacia mí- Hayley.
- Justin- dije
levantando mi copa.
- Ahora si me disculpáis, tengo que saludar a
mucha gente, el deber me llama.
Cuando dio unos
pasos hacia otro grupo de gente Abby puso los ojos en blando y resopló.
- Se pone un
traje y ya se cree un tipo rico de clase alta.
- Más bien creo
que se cree batman- dijo Eddy provocándole una risa a Abby, yo estaba demasiado
concentrada en él, había sonado tan lejos que casi prefería que no hubiese
vuelto.
No conseguía
apartar mi mirada de él, se veía tan serio, realmente parecía el jefe de todos
ellos. Hablaba con gente sonreía y de vez en cuando nuestras miradas se
encontraban, yo no apartaba mi mirada, pero él si, como si mirase a una persona
más pero después volvía a buscarme con la mirada. Entonces entraron por la
puerta tres chicas jóvenes, altas y muy delgadas parecían modelos de pasarela.
Las tres chicas miraron directamente a Justin como si supieran de su posición
antes de entrar, y él, como no, también las miró nada más que entraron. Justin
dejó lo que estaba haciendo y fue a recibirlas.
- Hayley, por
favor, sé más descarada- dijo Abby a mi lado, Eddy se había ido y ni me había
dado cuenta.
- Perdón,
¿sabes quiénes son? - pregunté.
- La cara guapa
de todo esto, cuando hay algún evento allí están ellas, son intimas amigas de
Justin.
- ¿Cómo de
intimas?
- Con la que está
hablando ahora mismo, tiene una relación muy íntima, siempre se los ve juntos
en los eventos.
La chica era
pálida, muy delgada y con el cabello oscuro muy liso, era muy guapa y seguro
que a Justin también se lo parecía. Justin la acompañó hacia una mesa y le
tendió una copa. Cuando me quise dar cuenta Justin estaba sonriendo y después
la besó, aparté la mirada de golpe.
- Hayley, este
es Derek- dijo Abby dándome un codazo. Miré delante de mí para ver a un hombre con
el cabello rizado recogido en una coleta, llevaba un traje negro y me ofrecía
su mano. Yo se la tendí con intención de saludarle, pero él se agachó y me besó
la mano.
- Encantado de
conocerla- dijo mirándome a los ojos.
- Igualmente.
- Derek,
¿podrías entretenerla por unos segundos? - dijo Abby- Tengo que atender otra
cosa.
- Encantado-
dijo acercándose a mí, yo desvié mi mirada hacia Justin, ella estaba con la
cabeza escondida en su cuello y él me miraba, yo desvié mi mirada y sonreí tocándole
el brazo a Derek-. Me parece que ya llevamos unas copas de más- me dijo.
- ¿Yo? Que va,
si tuviera unas copas de más te aseguro que no estaría aquí.
- ¿Dónde
estarías? – dijo acercándose a mi oído y rodeándome la cintura.
- En algún
lugar más privado- dije sonriendo y mirando a Justin de reojo, se había puesto
más rígido y me miraba fijamente.
- Eso se puede
arreglar fácilmente- dijo mientras me agarraba la mano y tiró de mí, no quería
que esto llegara más lejos, pero tampoco sabía por qué lo hacía.
Llegamos hasta
el cuarto de baño de mujeres, él abrió la puerta y echó a todo el mundo que
estaba dentro. Después abrió la puerta y nos metió dentro. Por un segundo tuve
miedo.
- Yo… Lo
siento, creo que te has confundido, yo… - dije.
- Tranquila,
aquí nadie nos encontrará- me agarró la cabeza con las manos y me besó, yo
intenté apartarme, pero su fuerza era mayor. Empezó a bajar su mano para
subirme la falda.
Yo me aparté y
le pegué con la mano abierta en la mejilla, él me miró y se mordió el labio. Yo
le empujé apartándolo de mí.
- Así que te
gusta esto…- dijo sonriendo y mirándome a los ojos me devolvió la bofetada, me
llevé la mano al labio para encontrarme sangre. Entonces la puerta se abrió y
Derek se puso rígido apartándose de mí- Justin…
Sentí como mis mejillas
se sonrojaban, por la vergüenza de que me pillara aquí.
- Sal de aquí-
dijo Justin detrás de mí, no me podía girar-, y más te vale que no te vea en
toda la noche.
Derek salió con
la cabeza agachada, Justin avanzó lentamente hacia mí. Se puso enfrente de mí, observándome
sin decir una palabra, llevó su mano hacia mi labio, pero se la aparté.
- ¿Qué? -
pregunté.
- ¿Qué mierda
haces Hayley? - preguntó.
- Lo mismo que
tú- dije.
- No, intentas
ponerme celoso con un cabrón que no conoces de nada y no sabes de lo que es
capaz de hacer. Esto te jode más a ti que a mi bailarina. Intentas ser fría y
distante, pero es que yo lo soy y hasta llegar a eso te queda mucho. Tu corazón-
Justin puso su mano encima de mi corazón-, es caliente y tierno y te preocupas demasiado
por la gente. Así nunca serás como yo, si sigues así esta vida nunca te quemara.
- ¿Y qué te
importa? – dije mirándolo a los ojos-, si no te importo, te vas tres semanas y
no dices nada, vuelves y es como si ni nos conociéramos.
- ¿No es lo que
quieres? - preguntó.
Yo llevé mis
manos a su cuello, donde había estado hace minutos aquella mujer, no respondí
nada, no sabía que quería y menos con él.
- Me voy con
Tyler esta noche- dije.
- Lo sé.
- Creo que
cuando vuelva sabré que querré.
- ¿Y qué te
asegura que volverás, Hayley? - me preguntó.
- Tyler no me
va a hacer nada, él sabe que sería demasiado peligroso.
- Esto es algo
mucho más que tú- dijo Justin acercándose a mi-. Yo… Hayley, hay algo…
- Justin, ahora mismo no quiero saber nada que
pueda ponerme en duda, quiero irme con Tyler, yo tengo que hacer cosas por mi
cuenta, después cuando nos volvamos a ver cuéntame todo lo que quieras.
- ¿Y qué
quieres hacer? - preguntó. Yo sonreí y él sonrió, lo acerqué a mí, rozando sus labios
con los míos. Se sentían como en casa.
Sus manos
bajaban por mi espalda acariciando mi piel con delicadeza, yo subí mis manos
hasta su cabello. Me agarró y me subió encima de la encimera del lavabo. Yo puse
mi cabeza en su cuello, dándole pequeños besos.
- Te reto a que
no hagas nada con ella esta noche- dije en su cuello.
- Eres muy mala
bailarina.
- Lo sé.
- Yo te reto a
que vuelvas con vida.
- Lo intentaré-
dije dándole un pequeño beso en los labios y después me bajé de la encima y me
marché dejándolo allí solo.
Después Abby me
encontró en medio de la gente, la fiesta siguió y me lo pasé realmente bien. No
volví a ver a Derek y Justin mantenía las distancias con la modelo, cuando
nuestras miradas se cruzaban yo le sonreí y él apartaba su mirada. Abby me
avisó cuando nos teníamos que ir, por un segundo me había olvidado de Tyler.
Nos despedimos, Justin nos acompañó hasta la puerta de la limusina, Abby entró
primero y Justin me agarró del brazo antes de que entrara.
- Me lo has
prometido- me dijo.
Yo lo miré por última vez y asentí, le di un
beso en la mejilla y entré en la limusina.
Tyler me
esperaba al lado del coche, ya me había cambiado y estaba más cómoda. Abby me
había acompañado hasta la puerta para despedirse de mí y para recordarme que
tuviera cuidado y que la llamara en un par de días. Me despedí de ella con un
fuerte abrazo y fui directa al coche, Tyler me abrió la puerta y entré. Me
senté y él entró después de mí, estaba nerviosa, no sabía que esperaba de estas
vacaciones, pero sentía que la próxima vez que volviera al internado no sería
la misma.
- Brindemos por
estas vacaciones- Tyler sostenía dos copas de lo que parecía ser champagne.
Cogí la mía y la choqué con delicadeza con la suya, no apartó sus ojos de los
míos.
- Por las
vacaciones- dije antes de tomar el primer sobo.
Bebimos sin
apartarnos la mirada, había algo oscuro en sus ojos, como si me miraban
retándome, como si no se fiara de mí, aun así, me intimidaban. Sentí el alcohol
bajar por mi garganta, estaba rico, sabía a fresa, pero con un toque amargo. Me
acomodé en el asiento mientras nos alejábamos de todo lo que conocía, le di
otro sorbo a la copa y empecé a sentir un dolor agudo en la parte de atrás de
la cabeza y mi visión se empezaba a nublar.
- Tyler…-dije
en apenas un susurro, no me daba para más.
- Descansa
Hayley, nos veremos cuando te despiertes- su voz sonaba fría, como si fuera una
persona totalmente diferente a la que conocía. Quise salir del coche, pero mi
mano ya no me reaccionaba.
Lo último que
sentí fue como me quitaba la copa de la mano y me besaba en la frente antes de
verme envuelta en oscuridad. Lo último que recuerdo fue la mirada de Justin y
su voz repitiendo una y otra vez “me lo has prometido” después, nada más. ¿Cómo
de difícil iba a ser mantener esa promesa?
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Por fin, apenas he tenido tiempo para escribir y por eso os vengo a decir que hasta después de la semana del 14 de junio no voy a poder volver a subir ya que tengo que estudiar, lo siento...
Pero vaya, os he dejado un final que os va a dar para pensar!!! Muchas gracias a las personas que comentasteis en el último capítulo, espero que os haya gustado este y lo siento por la espera <3
Pero porque lo dejas ahi!! Es injusto, ahora tendre que estar con la intriga durante un buen tiempo. Lloraré, jajaja.
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