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Capítulo 33





Dándome una ducha después del entrenamiento caí en que mañana era el gran día, había llegado mucho antes de lo esperado y realmente no me creía que iba a tener una pelea cuerpo a cuerpo con otra mujer. Me hubiera reído si me hubiesen dicho que en algún momento de mi vida iba a pelear. Yo, una chica de lo más común, criada con la ideología de mi hermano de que la violencia no arregla nada, iba a participar en un combate.

Desde que le dije a Justin que me iba a de vacaciones con Tyler los entrenamientos habían durado lo necesario, él venía entrenábamos y se iba. No hablábamos, solo para que me diera instrucciones y cuando pelábamos cuerpo a cuerpo me dejaba destrozada en el suelo. Por las noches me quedaba entrenando sola, sobretodo porque no me sentía preparada, no esperaba poder enfrentarme a Justin y ganarle tan pronto, pero tampoco que me derribara al segundo golpe. Iba a perder la pelea, eso lo tenía asegurado y además me daba igual, quizás salía con la nariz rota y varios moratones, pero perdiendo él se buscaría a otra y yo me libraría, ya hasta me daba igual conseguir sacarle a Justin algo del pasado, no me compensaba.

Había conseguido que Abby me perdonara, o eso creía yo. Me presenté en su cuarto a la mañana siguiente de nuestra “pelea” con dos cafés y un par de donuts, nos quedamos en su cuarto hablando toda la mañana hasta que llegó la hora de ir a clase. Yo entendía su enfado, pero quería un poco de apoyo de su parte, quería sentir como si hiciera algo importante y que no siempre dependía de los demás, que podía servirle de utilidad, me cansaba el que me tuvieran que estar cuidando cada dos por tres. Ella lo entendió y entre las dos logramos arreglar mi plan de las vacaciones, iba a ir los dos primeros días con Tyler y después yo le enviaría la ubicación a ella para que viniera a por mí, no tenía por qué salir mal, era todo muy sencillo. Todo con la condición de estar hablándole cada dos por tres, además solo tenía que intentar captar alguna información que tuviera que ver con el dinero mencionado, y si lograba sacar algo relacionado conmigo mejor, pero esa parte no la sabía Abby.

El mayor cambio que había notado desde la fiesta de Justin fue que ni Tyler ni Justin solían estar mucho por el internado, apenas los veía a la hora de la comida o de la cena, pero Justin nunca faltaba a nuestros entrenamientos, aunque no hablásemos…  Con Tyler las cosas habían sido diferente, me seguía tratando igual de bien y yo intentaba comportarme de igual manera, aunque todavía me pesaban mucho sus palabras. Pero llegó un punto en el cual volví a pensar ¿y si el Tyler de la fiesta había sido todo un papel?, y si solo se comportaba así para enfrentarse a Justin… Pero nada me convencía y seguía desconfiando de él.

Decidí salir de la ducha cuando escuché a chicas quejándose, se me había pasado la hora. Me puse mi albornoz y fui directa hacia mi cuarto. Era viernes, el último día de clases de la semana y tenía ganas de descansar esta tarde, de hablar con Abby aunque no podía decirle nada de la pelea pero estar con ella me relajaba. Me comía la cabeza el hecho de que me quedaba menos de un mes para acabar las clases y todavía tenida proyectos que entregar y exámenes por hacer, tampoco esperaba aprobar todas las asignaturas, y las que aprobara no serían con buenas notas, pero realmente era lo último que me importaba ahora mismo. Cuando salí de mi cuarto vi a Abby apoyada en su puerta enfrente a la mía, tenía la mirada puesta en el suelo y se estaba protegiendo con los brazos, no caí en porque hacía eso cuando di un paso más y salí de mi habitación que vi a un Tyler sonriente apoyado en la pared, cuando me vio aparecer se giró hacia mi.

- ¡Hayley! – me pasó un brazo por mis hombros y me beso en la sien.
- ¿Qué pasa? ¿Por qué esta aquí? - mi cuerpo se tensó, podía sentir la tensión que había entre Abby y Tyler y no me gustaba para nada.
- ¿No te ha hecho ilusión? – Tyler se apartó un poco y miró de reojo a Abby.
- Si, si- dije rápidamente, y forcé a sonreír-. Es solo que ayer no te vi en todo el día, me has sorprendido.
- Por eso mismo, no hagas planes esta tarde, ¿vale? He conseguido un poco de tiempo libre y vamos a ir al pueblo a dar una pequeña vuelta que hace mucho que no estamos a solas.
- Yo debería estudiar y …- no sabía realmente porque estaba poniendo excusas, pero no quería estar con él.
- Vamos Hayley, te he echado mucho de menos…
- Bueno… Pero no volvamos muy tarde, ¿vale?
- Tus deseos son ordenes- dijo sonriendo y me dio un beso en la mejilla, después miró directamente a Abby, que ya había levantado la mirada-. Hasta más ver Abigail.
Abby no movió ningún gesto de su cara, simplemente se le quedó mirando hasta que empezó a avanzar camino abajo por el pasillo. Nadie parecía extrañarle ver a Tyler, un chico, por el pasillo de las chicas. Rápidamente avancé hasta llegar al lado de Abby.
- Nunca había escuchado que nadie te llamase Abigail.
- Nadie me llama así. Solo mi padre y… - ella apretó la mandíbula y se apartó de la puerta- y sólo él claro…

No parecía muy convencida, pero tampoco quise darle importancia. La mañana siguió con total normalidad, las clases eran aburridas, no vi ni a Tyler ni a Justin en toda la mañana y desde el encuentro con Tyler, Abby había estado extraña, como un tanto distante y nostálgica, quizás extrañaba a su padre.

La hora de quedar con Tyler se acercó, me puse unos jeans de tiro alto y una camisa de botones. Realmente no sabía dónde iríamos, pero con Tyler me esperaba cualquier cosa. Al abrir la puerta de mi habitación lo encontré enfrente, llevaba un una chaqueta de traje y una camisa blanca.

- ¿Voy poco arreglada? - pregunté.
- Que va, vas estupenda. Vamos, que el coche nos espera.


Un hombre, que deduje que era el chofer estaba junto a la puerta de los pasajeros, Tyler me guio con la mano en mi cintura hasta ese hombre. Abrió la puerta y me dejó entrar, cuando me senté cerró la puerta y Tyler se fue hacia la otra puerta al lado mía. Si algo había notado de Tyler es que todo era lujo, como el coche, el haberme llevado a un club y haber reservado toda la segunda planta, o parte de ella. Nada había sido barato, todo era un derroche de dinero totalmente innecesario. En cambio, con Justin todo era más normal, me llevaba en su moto, comía tostadas de mantequilla y canela, hacía una fiesta en un pequeño local… Lo más lujoso había sido el que me regalara dos vestidos. Realmente prefería lo que me daba Justin, el lujo de Tyler me parecía frio, tanto como el cuero que envolvía los sillones del coche. Con eso no pensaba que Tyler fuera más rico que Justin, pero si que le gustaba más lo llamativo y Justin era más discreto. La mano de Tyler sobre mi rodilla me sacó de mis pensamientos. Me giré y le sonreí.

- Estabas muy concentrada, ¿en qué pensabas pequeña? – me preguntó.
- En todo un poco- dije sonriendo, y me apoyé en su hombro, él paso su brazo por detrás de mi cabeza. Si todas mis teorías eran cierta y Tyler solo me quería por algo en especial, lo cual yo no sabía aun que era, se le daba muy bien fingir, y yo intentaba ser igual o mejor que él.
- Muy profundo, ¡eh!
- Ya, un poco. ¿Dónde me vas a llevar? – dije cambiando de tema.
- Al mejor restaurante italiano del pueblo.
- Tú no escatimas en gastos- dije riendo para quitarle peso a la frase.
- ¿Para qué esta el dinero si no? No me sirve de nada tenerlo guardado, y sí, me gusta vivir bien y sobre todo, quiero que tengas lo mejor- me besó en la cabeza. No supe hasta qué punto era cierto.

El coche paró enfrente del típico restaurante italiano, con sus pequeñas mesas con manteles de cuadros rojos y blancos, en medio de cada mesa había un pequeño jarrón con una flor. Al entrar un hombre vestido de traje negro nos recibió y sin decirle nada nos llevó hasta una mesa en el centro de la sala. El restaurante estaba vacío, no me había percatado de ese detalle hasta que miré a mi alrededor. Eran las 8 y media, quizás un poco temprano, pero no como para que no hubiera ni un alma.

- No me digas que has reservado todo el restaurante- dije sin creerlo, pero cuando Tyler empezó a sonreír me di cuenta de que así era-. Por favor Tyler, no es necesario todo esto.
- Quiero lo mejor para ti, además quería un poco de intimidad- dijo mientras me ayudaba a quitarme la chaqueta y se la dio al hombre que todavía estaba con nosotros, luego apartó mi silla para que me pudiera sentar.
- Entonces, muchas gracias- dije sonriendo.

Tyler me sonrió de vuelta y se guitó la chaqueta para dársela al hombre que nos dejó solos, de fondo se escuchaba una canción lenta para llenar el vacío que dejaba nuestro silencio. Estuvimos poco tiempo solos, al poco tiempo un muchacho llegó con una botella de vino, se la enseñó a Tyler y a mí, yo asentí como si entendiera algo, pero realmente solo estaba imitando a Tyler. Nos sirvió en nuestras copas y se marchó, Tyler cogió la suya y yo cogí la mía.

- Por nosotros, por esta gran noche y porque nada se interponga entre nosotros- no quitó su mirada de la mía hasta que chocamos con delicadeza nuestras copas y después bebimos un sorbo. Su mirada nunca me había intimidado tanto, creía imposible que sus ojos claros pudieran crear una mirada tan oscura. Pero todo era posible, y poco a poco creía más en eso de que las apariencias engañan, y que nadie es cómo crees.

Luego pedimos de comer, yo pedí una pizza margarita porque era lo único que se me era conocido de la carta mientras que Tyler pidió lo más raro de la carta.

- Bueno, cuéntame, cómo te va todo… Siento que nos hemos distanciados, te siento más lejos de mi, y no me gusta. Sé que en parte es mi culpa- Tyler me agarró una de mis manos por encima de la mesa-. Espero que me creas cuando te digo que me fastidia el no poder haber estado más tiempo contigo…
- Te creo Tyler- dije sería, una parte de mi quería creerle, que todo fuese como antes de la fiesta, que él chico bueno fuese realmente un chico bueno. Me gustaba ese pensamiento, pero nada era tan fácil.
- Es solo que desde que Justin ha vuelto a la carga nos hacen todo tan complicado… Intentan entrar en nuestro territorio y hacer cosas que no tienen que hacer. Todo por molestarnos.
- No creo que todo lo que haga sea para fastidiaros…- dije bajando el tono de mi voz, realmente yo apoyaba mi pensamiento. Justin hacía sus cosas, cosas de las cuales no tengo ni idea, pero no creo que su objetivo principal fuera destruir a Tyler.

Un camarero trajo nuestra comida y hasta que no se marchó no se retomó la conversación.

- No lo conoces como yo lo conozco Hayley, he estado tratando con Justin casi toda mi vida. Y siempre ha buscado motivos para atacarnos. Como lo de Camille, inventó toda esa historia de que yo la tenía presa, que le hacía cosas horrorosas- Tyler se llevó una mano a su cabeza y suspiró-. Tú sabes como soy realmente Hayley, nunca te he hecho daño, nunca le haría daño a nadie…
- ¿Y me estás diciendo que Justin si le haría daño a alguien aposta?
- Joderme la vida es el pasatiempo favorito de Justin. Puse mis ojos en ti desde el primer día que entraste en el internado y Justin se enteró, desde entonces no para de entrometerse en nuestro camino, hasta seguro que te come la cabeza conmigo, ¿se ha enterado que vas a pasar las vacaciones conmigo? – yo asentí la cabeza -. Seguro que desde entonces te trata diferente, para hacerte sentirte mal y que al final no vengas… Sabes cómo es él, y todo esto es parte de su juego, tiene una mente muy retorcida.
- Tú esas haciendo lo mismo que él, tú no quieres que esté con Justin y él no quiere que esté contigo. Dime, ¿a quién le hago caso?
- Eso es decisión tuya Hayley, pero yo nunca te lo haría pasar mal si no me eliges. Como ya te dije una vez, eres libre, no quiero que te sientas presionada y si alguna vez te has sentido así, perdóname.
- No pasa nada…- me costaba mantenerme fiel a mis principios, su voz se metía en mi cabeza intentando buscarle una explicación a lo que dijo en la fiesta.
- Solo quiero hacer que te sientas mejor en medio de este tornado.
- Y lo haces Tyler, pero dejemos ya ese tema, ¿vale? Estamos lejos de Justin y de todos esos, ahora solo estamos tú y yo, disfrutemos- sonreí y él me sonrió de vuelta.

A partir de entonces la conversación fue mucho más ligera, hablé de mis clases de como todavía tenía que terminar un trabajo de literatura. Lo que hizo que recordásemos la vez que entró en la clase a leer un poema, él sabía que tenía entonces a todas las chicas locas, aunque no lo quería asumir, pero que él solo se centraba en mí. No sé si fue culpa del vino o no, pero me fui relajando mientras pasaba el tiempo, incluso nos reíamos. Hubo un momento en el que se levantó para ir al cuarto de baño y dejó su teléfono sobre la mesa, y la imagen de Abby diciéndome que intentara meterme en su teléfono se me vino a la cabeza y cuando Tyler desapareció de mi visión lo cogí rápidamente. Sabía que tenía código, pero mientras cenábamos su móvil había vibrado unas cuantas veces y solo había deslizado el menú de arriba para quitarlos de la pantalla, así que esperaba poder leer alguno de los mensajes. Tenía varios mensajes de Adriel, que si no me equivocaba era el hermano mellizo de Kat.

“Tenemos que hablar, es urgente”
“Lo siento, se me había olvidado que cenabas con Hayley”
“Perdona por molestar.”
“Espero que te lo pases bien”

Realmente estos mensajes no me daban nada importante, solo que sabían que estaba conmigo y que les había dicho que no les molestara. Entonces le di al botón esperando que apareciera la pantalla para introducir el código, pero el teléfono de abrió. Me asusté con la idea de que lo haya dejado aquí y sin código aposta. Lo primero que me llamo la atención fue que de fondo de pantalla tuviera una foto de él abrazando un perro, bastante tierno la verdad. Me metí en sus mensajes, con cuidado de no darle al de Adriel y me llamó la atención uno que decía “Me alegro por ti hijo.” como nombre tenía una AA. Me metí y leí como le había dicho Tyler a esa persona, que suponía que era su madre: “Hayley viene conmigo en navidades, por fin la vas a poder conocer. Es muy buena chica y creo que es la indicada mamá, quizás ella consiga que yo abandone todo esto.”

- ¿Desea más vino señorita? – la voz del camarero me sobresaltó. Por instinto bajé el móvil hasta esconderlo debajo de la mesa. Asentí con la cabeza y volvió a llenar mi copa. Después me volvió a dejar sola.

Me salí de los mensajes de Tyler y dejé el móvil tal y como estaba. ¿Le había hablado de mi a su madre? ¿Tan sería iba la cosa? ¿Yo iba a ser la que iba a sacarlo de todo esto? Esta nueva información descolocaba todos mis esquemas, quería que se acabara le cena para poder llegar y hablar con Abby, ¿y si Tyler no era como me lo pintaban? Por suerte apareció a los pocos segundos de yo dejar el teléfono, cuando nuestras miradas se cruzaron sonrió de oreja a oreja.

- He tenido una idea espectacular, o por lo menos eso creo yo- dijo mientras se volvía a sentar.
- ¿Cuál? – dije.
- Estas navidades podríamos ir a la tumba de tu hermano, seguramente lo echaras mucho de menos, y sobre todo en una fecha tan señalada.
- Pero seguro que es mucho ajetreo… - realmente esa había sido mi idea desde un principio, escaparme en algún momento de la casa de Abby e ir a ver a mi hermano, pero la idea de llevar a alguien conmigo me asustaba.
- Si eso te hace feliz no es ningún ajetreo, es más un placer. ¿Qué te parece? – me preguntó mirándome a los ojos.

 Si Tyler me iba a presentar a su madre, quizás dejarle que me acompañara al cementerio no era tan fuerte.

- Me parece perfecto- dije sonriendo.

La cena no duró mucho más, cuando terminamos con la comida el hombre de antes vino con nuestros abrigos y el mismo coche nos esperaba en la puerta del restaurante. Nos subimos y pasé todo el viaje apoyada en el hombro de Tyler, no sabía si esta cena me había aclarado o revuelto más las cosas. Después de que el coche aparcara en la puerta del internado, Tyler decidió acompañarme a la puerta de mi habitación.

- Supongo que un beso sería demasiado después de haber estado tanto tiempo distantes.
- Un poco- dije sinceramente.
En cambio, Tyler me dio un beso en la frente y me abrazó tan fuerte que por un segundo sentí como me fusionaba con su pecho.

- Buenas noches princesa.

Le sonreí y entré en mi cuarto, tenía demasiadas cosas en la cabeza pero al quedarme sola y ver tanta oscuridad caí en que mañana era mi pelea y no estaba nada preparada. Me puse la ropa de deporte y me fui de inmediato al gimnasio, así quizás me despejaría un poco la cabeza y además, no tenía tiempo que perder, tenía que seguir entrenando. Aunque una parte de mi realmente le daba igual perder o ganar, a la otra parte no le importaba tanto, quería ganar y restregárselo por toda la cara a Justin. Cuando llegué colgué el saco de boxeo y cogí los guantes que Justin me había dejado. Empecé a darle suaves golpes al saco, izquierda derecha, izquierda derecha.

De repente me vino a la cabeza todos los momentos en los que he tenido miedo, cuando Justin me llevó a su sitio con los demás de su banda y me sentía acorralada con Norman en la sala del piano, podría haberme matado allí mismo que nadie se iba a enterar. Los golpes empezaron a ser más fuerte. Cada vez que Camille decidía enfrentarse a mi sin razón alguna, seguramente de una patada me hubiera dejado en el suelo. Cuando en la fiesta de Justin tuvimos que huir por la puerta de atrás porque si nos hubiéramos quedado, yo no hubiera aguantado. Hasta el momento en el que Abby me pilló siguiéndola y puso su cuchillo sobre mi cuello.

Empecé a notar unas cuantas lágrimas sobre mi mejilla, me las sacudí con ayuda de los guantes. Me sentía la niña pequeña que no podía protegerse, solo me sentía bien siendo la niña pequeña con mi hermano, y él ya no estaba. Últimamente pensaba mucho en él, me acuerdo que unos meses antes de que falleciera me llevó a su cuarto, había hecho sitio y me dijo que me iba a enseñar cómo defenderme. No me lo creía viniendo de él, pero en sus ojos se notaba que iba enserio, y no quise rechistar, practicamos un poco, pero él se puso de repente muy agresivo, su mirada se había vuelto muy oscura, me dio miedo por un segundo y le hice que parara. Se sentó en su cama y me dijo que me fuera, cuando volví a verlo estaba tan alegre como siempre. Fue de las pocas veces que tuve miedo de mi hermano, quizás fue la única vez.

Mis puñetazos iban más y más enserio, esto era por el cabrón que se estrelló contra el coche de mi hermano, por el que me lo quito de mi lado dejándome sola. Ya no podía controlar las lágrimas. Paré, lancé los guantes al suelo y el saco de boxeo golpeó contra mí, yo lo abracé y me deslicé poco a poco hasta llegar al suelo.

- Hayley...

Al escuchar mi nombre me giré rápidamente y me levanté apoyándome en el saco. Pude distinguir la figura de Justin en la oscuridad, como se iba acercando a mí.

- No te acerques Justin- le advertí.
- Tienes que dormir.
- Todo esto es por tu culpa- las lágrimas me dificultaban la visión.
- Relájate bailarina- la voz de Justin sonaba suave, se acercaba lentamente a mí con sus manos por delante de su cuerpo.
- No me llames así, aléjate.
- Respira, respira como yo.

Justin empezó a coger aire lentamente, podía ver como su pecho subía y bajaba, no sé por qué le hice caso, pero mi respiración empezó a imitar a la suya, fue un alivio notar como entraba aire a mis pulmones. Justin aprovechó para avanzar hasta llegar a mi lado y me abrazó, yo me dejé. Sus brazos me pegaban a él como intentando consolarme, no había ninguna otra intención. No dejé de llorar, fue aún peor, podía notar como mojaba su camiseta.

- ¿Quieres seguir yendo mañana a la pelea?- me preguntó.
- Si- dije alejándome de él dándole un pequeño empujón.
- Si no quieres, no pasa nada- Justin me apartó un mechón de mitad de mi cara, después me acarició la mejilla secándome varias lágrimas.
- Lo quiero hacer por mi hermano.
- Pues entonces ve a dormir, necesitas descansar.
- No puedo, tengo que seguir entrenando.
- Pues entonces te llevaré conmigo.
- No Justin, enserio...- pero yo no tenía fuerzas para pararme, metió un brazo detrás de mis piernas y me elevó. Yo pasé un brazo por detrás de su cuello.
- Estás más que preparada, no sé en qué estarías pensando, pero piensa en lo mismo mañana y todo irá bien- me dijo mientras salíamos del gimnasio, yo apoyé mi cabeza en su pecho-. Todo va a salir bien bailarina.

Lo siguiente que noté fue como me dejaba con delicadeza en la cama. Noté sus suaves sabanas rozarme los trozos de mi cuerpo que no estaban tapados, se notaban mucho más suaves que las mías. No sentí su cuerpo en toda la noche, escuché varias veces la puerta abrirse y cerrarse, pero ya todo me daba igual, yo solo quería dormir y eso mismo hice, a los pocos segundos mi cuerpo logró liberarse de la tensión de hace un momento y caí en un sueño profundo. 


“Justin tiene una mente retorcida” me había dicho Tyler, pero con él había veces que me sentía como con mi hermano, protegida y sin miedo. Y mi hermano no tenía una mente retorcida, o al menos eso yo creía. 

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Me ha costado la vida escribir este capítulo, no sé por qué realmente... Pero bueno, no pasa nada, ya está escrito y me muero de ganas de escribir el capítulo de la pelea, ¿qué que creéis que pasará? ¿Ganará? Bueno, eso lo veremos en el siguiente capítulo y Tyler... ¿Qué se traerá entre manos?... ¿Confiáis en él? 
Gracias por seguir leyéndome a pesar de todo. <3

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