No sé hasta qué
punto me sorprendió el hecho de que Justin no se encontrase conmigo cuando me
desperté, no me esperaba levantarme con él. Pero no mentiría si dijese que en
lo más fondo de mi quería que estuviese a mi lado, me había sentido segura con
él. Me quedé más de la cuenta en la cama, todavía se podía apreciar el aroma de
Justin que esta vez era sangre seca y alcohol, como casi siempre es el aroma de
Justin, además podía apreciarse restos de una colonia que ya apenas olía. Me
levanté cuando me di cuenta de todo el tiempo que estaba malgastado en apreciar
el olor de Justin.
Cuando puse los
pies en el suelo pude observar mi cara pálida que remarcaba más las ojeras, mis
pelos revueltos y mi pijama de franela me hizo avergonzarme de que Justin me
hubiese visto con estas pintas. “¿Desde cuándo me importaba lo que él pensase?”
pensé por un instante y rápidamente me cambié para ponerme el uniforme y me
recogí el pelo bien alto. Al salir de mi habitación allí se encontraba Abby
esperándome, hasta entonces no me había parado a pensar en todo lo que había
pasado ayer, en la fiesta. Y sobre todo
se me había olvidado el miedo que sentía ahora mismo por quedarme a solas con
Tyler, y lo que más me asustaba era fingir que no sabía nada.
- ¿Cómo has
dormido?- fue lo primero que me preguntó Abby.
No sé por qué
no pude mencionarle a Justin, había una parte de mí que me decía que me lo
tenía que callar. Que si lo decía en voz alta todo sería más real, o bien todo
se podría confundir. Yo no tenía ninguna clase de sentimientos hacía Justin.
- Bueno, bien
¿y tú? – dije finalmente.
- Poco- me miró
un segundo y luego bajo la mirada a sus manos-. ¿Te acuerdas la chica con la
que estabas hablando en el sofá? Se llamaba Donna, murió ayer- la última parte
me lo dijo en apenas un susurro.
- ¿Qué? ¿Cómo?
- dije con un tono más fuerte de lo esperado y Abby se llevó el dedo índice a
la boca. Miró a nuestro alrededor antes de seguir.
- Cuando nos
fuimos- dijo cuidadosamente-, fue el primer disparo que oímos. Estaba harta de
cómo le estaban hablando a Justin, sobretodo de que le estropeasen la fiesta a
Justin.
No sé si me
quede alucinada porque una persona que conocía había sido asesinada o que había
sido disparada simplemente por defender a Justin.
- ¿Tanto quería
a Justin?
- No le quería,
simplemente le apreciaba mucho… Justin hizo mucho por su familia y ella sentía
que le debía la vida de alguna manera. Todo este mundo se basa en eso, ¿sabes?
Pocas personas están aquí porque quieren, la mayoría es porque no tienen otro
lugar al que ir y la otra gran mayoría es porque le deben algo a alguien. Otra
cosa no, pero la lealtad aquí es hasta la muerte… En la mayoría de los casos-
su voz fue decayendo, no quise preguntar por lo que cambié de tema.
- ¿Sabes cómo
empezó Justin?
Abby afirmó con
la cabeza.
- Si y él entra
en una de esas dos categorías. Pero es su vida privada, no me puedo meter ahí.
No volvimos a
hablar de la noche pasada en todo el desayuno, ya que no sabíamos dónde
estábamos seguras, sin quererlo Abby y yo habíamos creado un secreto. Si bien
la banda de Tyler no sabía que habíamos estado allí; la de Justin no sabía de
nuestros planes… De ahora en adelante Abby y yo formábamos parte de algo, de
algo secreto. Como dos adolescentes normales, o que por lo menos aparentábamos
ser, nos dedicamos a organizarnos las tardes de las dos semanas que quedaban
para que pudiésemos estudiar, era más difícil de lo que creíamos pero lo
intentamos. Al terminar de desayunar y al separarnos para ir cada una a su
clase correspondiente me encontré con la persona con la que menos quería
encontrarme, Tyler. Intenté evitarle, no mirarle y cambiar de camino, pero ya
era tarde él gritó mi nombre mientras venía hacia mi entre el bullicio de
gente. Me quedé quieta sintiendo como mi corazón iba más rápido que lo normal,
tanto que temía vomitar aquí mismo, quizás así me llevaría a la enfermería y no
tendría que hablar con él. Demasiados planes iban por mi cabeza en los 10
segundos que tardó en llegar a mi lado y sonreírme.
- Lo siento por
lo de ayer, de verdad que lo siento. No pudiste ir a la fiesta con Abby por mi
culpa y además tampoco aparecí yo. Lo sient-
- Deja de decir
que lo sientes-dije cortándole la frase, no quería escucharle y notaba como
cada palabra le costaba salir de mi boca, él me miró extraño, quizás había
sonado tan serio como yo lo pensaba. Sonreí y lo miré a los ojos por primera
vez en este rato-. Esas cosas ocurren y no importa, ya quedaremos otro día.
Además, tampoco me lo pasé tan mal, estuve con Abby viendo una película.
- ¿Abby tampoco
fue al final? - me preguntó. Por un segundo me quedé quieta, no sabía si lo
había hecho bien, jamás fui entrenada para mentir y aún menos para inventarme
una historia. Mi hermano solía siempre pillarme al mentir.
- No, le daba
vergüenza ir sola y se quedó conmigo cuando le dije que tú no podías venir-
notaba como hablaba demasiado rápido, así que paré y decidí cambiar la
orientación de la conversación-. ¿Y qué era eso tan importante que te surgió?
- Temas
familiares- dijo, tan normal como siempre, de no haber sabido la verdad no sabría
que me estaba mintiendo. Esto me hizo dudar todo lo que me había dicho hasta
ahora. No podía seguir manteniendo una conversación con él.
- Voy a llegar
tarde a clase. Luego podemos vernos si quieres- dije sonriendo.
- ¿Cómo que si
quiero? Hayley, qué clase de preguntas son esas- por un segundo se quedó serio
lo que hizo que entrara en pánico, pero al segundo suavizó sus hombros y yo me
relajé-. Claro que quiero tonta, lo de ayer fue un simple fallo, lo siento, no
volverá a pasar. Jamás desapareceré de tu lado.
Cuando me quise
dar cuenta había puesto una mano en mi mejilla y acercaba sus labios a los
míos. No podía echarme atrás, no sabía que podía pasar, pero sabía que no tenía
que hacerlo. Así que simplemente me dejé llevar por su mano, nuestros labios se
rozaron y él los presionó sobre los míos, por un instante abrí los ojos y pude
ver sus grandes ojos claros observándome. Cerré los míos rápidamente y me
centré en el beso, intentándole dar la pasión que solía darle. Al apartarnos él
sonrió delicadamente, sin apartar su mano de mi mejilla, podía sentir mi piel
de gallina.
- Más tarde te
tengo que hacer una propuesta, pero cuando tengas tiempo. En la comida te
buscaré- me dijo y me guiñó un ojo antes de seguir su camino.
Necesitaba
buscar a alguien, mejor dicho, necesitaba hablar con alguien. Iba a buscar a
Abby cuando de reojo vi como un cabello cobrizo pasa por el final de un
pasillo, Kat, tenía que ser ella. Me vino el recuerdo de cuando salimos aquella
noche que me dijo que si necesitaba algo la buscara, ella me daba buenas
vibraciones. Sin pensármelo dos veces fui hacia ella con un paso acelerado. La
cogí del codo e hice que se parara cuando estuve lo suficientemente cerca, se
giró bruscamente y si no fuera porque me aparté me hubiera dado un codazo. Al
girarse pude observar en su cara como en su pómulo derecho había intentado
tapar la costra de una herida, era demasiad recta y fina como el filo de un
cuchillo.
- Dios, Kat.
¿Estás bien? – pregunté. Ella se rio y se mordió el labio inferior, no entendí
su reacción.
- ¿Qué quieres? - me preguntó.
- Esa noche me
dijiste que si me pasaba algo podía ir en tu búsqueda. Ahora te necesito.
- No, no, no-
dijo repetidas veces negando su cabeza-. Yo nunca te he dicho eso.
- ¿Kat? -
pregunté, pero vi como su mirada se desvió de mi hacia un chico que pasaba al
lado nuestra.
Pude reconocer la cara de Jaime, el chico que estaba detrás del
culo de Tyler, lo perseguía a todos lados. Jaime nos miró, y le hizo un gesto
con la cabeza a Kat, ésta agachó un poco su mirada, como señal de remordimiento.
Jaime tenía unas tiras en su ceja izquierda y un moratón en ese mismo ojo.
¿Todas estas
heridas eran de la fiesta? No había pensado en esa posibilidad, pero comparado
con cómo estaba Justin esto era nada. Cuando avanzó un poco el chico, Kat me
agarró fuertemente de la muñeca, tanto que hasta me hacía daño.
- Solo te puedo
decir que no creas a nadie, y aún menos al que te baja la luna el primer día. Y
no me busques más- dijo en apenas un susurro y se marchó.
No sé si era yo
que había abierto algo mis ojos o realmente hoy se notaba cierta tensión por
los pasillos del internado. ¿De verdad lo de ayer marcaba el principio de otra
etapa? ¿Realmente yo acabaría cogiendo banda? Decidí avanzar e ir hasta mi
clase.
JUSTIN
El color de su
pelo era una bendición a la hora de encontrarla. Nada más que cruzó la esquina
le agarré del brazo y la metí a una clase que estaba totalmente vacía, después
de ella cerré con pestillo la puerta. Tenía la cabeza agachada acariciándose la
parte del brazo por donde la había agarrado.
- Venga Katherine,
no ha sido para tanto.
- Estoy cansada.
Entonces fue
cuando levantó la cabeza y vi la cicatriz. Mi primer instinto fue ir hacia ella
y observar la herida desde cerca, y eso hice, aunque ella puso un poco de resistencia,
pero al final paró. Era de hace un par de días o cosa así. Ella ayer no fue, por
lo que la herida no era de entonces.
- ¿De qué es? -
le pregunté.
- Tyler no
confía en mí, vio como estuve el otro día tan pendiente con Hayley. Creyó que
era conveniente castigarme- ella rodó sus ojos cuando terminó la frase.
- Katherine lo
siento…
- Calla Justin,
no te pongas así. Sabes que no comparto sus ideales, sabes que mi lealtad no es
a él…- Katherine se me quedó observando por un segundo, yo sabía que ella solo
estaba con él por su hermano, no podía dejarlo solo.
- Bueno, pues a
partir de ahora tendremos más cuidado.
- No puedo
Justin, hasta aquí ha llegado todo, no puedo poner mi vida más en peligro.
Dio un paso
hacia delante, como para abandonar la habitación, pero algo la detuvo. Se giró
para mirarme.
- Tyler tiene
pensado llevarse a Hayley estas vacaciones.
- ¿Ella lo
sabe? – le pregunté y negó con la cabeza antes de irse.
Después siguió
su camino hasta la salida.
HAYLEY
Me pareció
eterno el camino de mi última clase hasta el comedor. Caminé centrada en mi
objetivo, no quería quedarme mucho tiempo sola, ya que sola me sentía
totalmente indefensa. Alguien me podía meter en una habitación vacía y nadie se
daría cuenta, o si se dieran cuenta pasaría del tema ya que así parece que iba
el internado. No todo el mundo estaba en una banda, pero todos tenían relación
con alguien, quizás no directamente y si yo no tenía relación con nadie, la
acabaría teniendo, sin quererlo estaba metida en el meollo de la situación.
Cuando entré vi a Abby esperándome en la puerta, al verme cogió aire como si no
hubiera respirado en todo el día.
- Aquí estas-
dijo finalmente-. ¿Qué tal la mañana?
- Mal.
Fuimos hacía las bandejas para coger nuestra comida. Mientras elegíamos los
platos le conté por encima como Tyler me había pillado nada más salir del
desayuno y como después había ido a por Kat y había actuado de una manera un
tanto extraña. Al hablar de Tyler me acordé que después de comer me tenía que
decir una cosa, sentía real pánico hacía lo que me podía decir, ¿y si sabía que
había estado allí? Tyler desapareció de mi cabeza cuando al salimos a la
terraza, aprovechando los últimos rayos de sol, y vi como Justin cogía con su
mano vendada un palo de madera y con su otra mano agarraba una navaja la cual
estaba utilizando para afilarlo.
Su mirada era
fría y su mandíbula se tensaba cada vez que acercaba la cucha al palo, la
oscuridad de debajo de sus ojos hacía que su mirada se viese aún más fría. No
tenía nada de comparación con cómo me miró ayer cuando entró a mi cuarto, su
entrecejo no se arrugó, su mandíbula estaba relajada. Parecía mucho más
delicado que ahora, parecía hasta inofensivo. Entonces Camille, que estaba a su
lado, le dio un codazo y le susurró algo al oído y él negó con la cabeza,
seguidamente me miró de reojo y yo aparté mi mirada siguiendo a Abby hasta una
mesa. Me moría por saber que había entre ellos, y que decían de mí. Suspiré
dejando mi bandeja sobre la mesa.
- ¿Qué pasa? -
me preguntó Abby.
- ¿Te puedo
hacer una pregunta? – dije y pude ver como abrió aún más sus grandes ojos y se
forzó a tragar saliva antes de responder.
- Eh, claro,
si, dime…- su voz sonaba rara, pero no le presté demasiada atención.
- ¿Te va mal al
ir por tu cuenta? - al escuchar mi pregunta su voz se relajó, no sé qué
esperaba escuchar.
- Yo no estoy
sola, Hayley- dijo con una medio sonrisa en su cara, era como una sonrisa de
resignación-. Si algo me ocurriese mi padre está ahí, aunque yo no quiera jamás
saldré de aquí.
- Pero tu madre
me dijiste que ella escapó- al mencionar a su madre noté como su mirada se
entristeció-. Perdona, no sé cuánto te molesta el tema de tu madre.
- No pasa nada.
Sí, mi madre se escapó, pero a costa de perder toda su vida. Puedes huir, sí,
pero tienes que tener ayuda, y que no te importa olvidar toda tu vida. Pero si
huyes, jamás puedes volver, ya que es haber traicionado a la banda y no te voy
a decir cómo se paga eso…
- Me lo puedo
imaginar…
- Bueno, ¿por
qué me preguntas esto? – me preguntó.
Mi mirada posó
por un instante en Justin, había terminado con el palo y tenía la punta
presionándola en la yema de su dedo índice.
Si bien Justin estaba ahí, no me había incordiado en toda la mañana, lo
que para él era extraño. Me gustaría saber a quién hizo la promesa de cuidarme,
seguramente había sido Abby, pero me daba curiosidad.
- Nada, es solo
que últimamente tengo muchas dudas- admití-, sobre si podré sobrevivir aquí por
mi cuenta. Me siento desprotegida, como una liebre rodeada de leones.
- Tranquila
Hayley, siempre que estés cerca de mi nada malo te pasará.
Sonreí como
agradeciéndole que se preocupara por mí, pero realmente me gustaría defenderme
por mi misma, sin depender de nadie. Cuando decidimos levantarnos nos volvimos
a separar, Abby tenía dos clases más y yo había terminado. Esto me dejaba sola,
y Tyler me tenía que contar algo después de comer lo que me ponía nerviosa. Fui
directamente hacia la escalera para ir corriendo hacia mi habitación, aun que
estaba visto que no era un lugar seguro. Mi intento de escapada fue un fracaso,
a los segundos noté como alguien me cogía del brazo.
- ¿Estas
intentando huir de mí, bailarina? - al escuchar su voz noté un cierto alivio,
podía haber sido peor, podía haber sido Tyler. Me giré y vi como Justin se
estaba mordiendo su labio inferior mientras me observaba.
- Por lo visto
no me ha salido bien- dije, siguiéndole el juego… Un juego que teníamos
realmente abandonado. A Justin se le escapó una sonrisa.
- No te olvides
que tenemos que entrenar, falta nada para tu primer combate. A partir de ahora
te quiero todos los días a las 6 de la mañana en el gimnasio. Tenemos que
ponerte en forma.
- Me arrepiento
de haber aceptado esta estupidez.
- Vamos, una
sola pelea, si no te gusta puedes dejarlo, o aún mejor, no peles y nos
acostamos, y fin de todo este juego.
- Prefiero que
me destrocen la cara a tener relaciones sexuales contigo- le miré con cara de
asco y seguí por mi camino. Cuando me di media vuelta no pude contener la
sonrisa de lo excesiva que había sido, pero es que realmente él nunca pararía
dijera lo que le dijera, no es como que le pudiera doler algo de lo que yo
dijera.
No debería
esconderme, tenía que actuar con normalidad, pero es que lo último que me
apetecía ahora mismo era encontrarme con Tyler y tener que hablar con él. No me
importaba lo que me tenía que decir, realmente me daba igual lo que saliera de
su boca. Sentía que a Justin podía controlarlo, pero Tyler era algo demasiado
grande para mí. Me fui a mi habitación, me cogí lo necesario para estudiar y me
metí en lo más profundo de la biblioteca, donde esperaba que nadie me
encontrara, me puse la capucha de la chaqueta y baje mi cabeza hasta esconderla
detrás de un montón de libros, me parecía ridículo. Pasaron personas que me
sonaban de la banda de Tyler, miraban a mi alrededor, con su mirada alta, pero
por suerte nadie se dio cuenta de mí presencia. Estaba casi segura de que me
buscaban. Quizás Tyler no tenía que decirme nada serio, pero tan solo el hecho
de pensar en que se había enterado que yo estaba en la fiesta hacía que se
removía todo mi estómago.
Me di un
pequeño sobresalto cuando noté como alguien daba unos golpecitos en mi brazo,
en ese instante me di cuenta de que me había quedado dormida sobre los apuntes.
Al girarme vi como una mujer con cabello canoso me miraba fijamente.
- La biblioteca
cierra en dos minutos- dijo, me esperaba escuchar una voz de enfado, pero más
que nada era algo parecido a la comprensión.
- Perdona, yo…
- No pasa nada,
solo te avisaba porque no creo que quiera quedarse toda la noche aquí
encerrada.
Por un momento
no me parecía mala idea, pero le sonreí y me levanté. Empecé a recoger mis
cosas, no me había dado cuenta hasta entonces que a mi cuerpo le faltaban horas
de sueño, nunca me había pasado esto de quedarme dormida estudiando. Fui hacia
mi cuarto para dejar las cosas cuando al principio vi una figura aporreando mi
puerta, me quede parada de golpe haciendo que una chica se chocara conmigo.
Cuando iba a darme la vuelta y salir corriendo me fijé que la persona en
cuestión era Abby. Aceré el paso hasta estar a su lado.
- ¡Hayley! –
gritó cundo me vio y me abrazó- ¿Dónde te has metido? Me has asustado, no te
encontraba.
- Me he quedado
dormida en la biblioteca, escondiéndome de Tyler…- lo último lo dije en apenas
un susurro.
Abrí mi puerta
y dejé las cosas en la mesa. Al girarme para irme pude ver de reojo algo rojo
sobre mi cama. Me acerqué y observé como había una rosa roja aún fresca en mi
cama junto a una carta.
“¿Dónde te has escondido hoy? Te he echado de
menos.
– Tyler”
Un frio
escalofrío recorrió todo mi cuerpo.
- ¿Qué pasa
Hayley? - escuché la voz de Abby al fondo, me giré escondiendo la rosa con mi
cuerpo.
- Nada, nada,
vamos- dije sonriendo.
La cena fue tranquila, sin agitaciones. Había
pocas personas en el comedor. No había ni rastro de la banda de Justin ni de
Tyler, lo que agradecía, pero a la vez me asustaba. No me sorprendería que al
salir del “luto” ahora apenas Justin aparecería por el internado, lo que no
sabía si era una pena o una alegría. Al volver a mi cuarto decidí coger las
cosas necesarias para darme una ducha para relajar mi cuerpo y poder dormir sin
preocupaciones, había podido vivir un día escondiéndome de Tyler.
Me sentó de
maravilla. Al volver cerré la puerta detrás de mí, dejé la ropa sucia y empecé
a recoger un poco mi cuarto, pero sin tocar la rosa todavía. No quería parar de
hacer cosas, me sentía ansiosa, como si en cualquier momento la puerta de mi
cuarto se pudiera abrir y me pudieran llevar a rastra. Entonces escuché como la
puerta de enfrente, la de Abby, se cerraba de fuertemente y seguidamente
escuché pasos por el pasillo. Esperé un poco hasta abrir mi puerta
sigilosamente y miré como una figura pequeña vestida completamente de negro
abandonaba el pasillo. No tenía nada
mejor que hacer, así que decidí seguirla. Bajó hasta la primera planta, y hubo
un momento en el que la perdí, pero seguí avanzando con cuidado con intención
de volver a encontrarla. Fui a pasar por un pasillo cuando me cogieron por
atrás y noté una hoja afilada en mi garganta, pero rápidamente me soltaron y
escuché un suspiro, yo me llevé las manos al cuello, donde había estado
anteriormente la navaja, mientras me giraba.
- Hayley por
Dios, no me persigas- Abby tenía en sus manos una navaja rosa, preciosa, pero igual de dañina, se la guardó en un
bolsillo.
- Lo siento, lo
siento, es solo que… Estoy nerviosa.
- Lo entiendo,
pero la próxima vez me avisas o algo, no vayas detrás de mía callada. Y por
favor, sé más cuidadosa, si yo te he escuchado imagina que haces eso con otra
persona.
- Lo siento por
no ser una experta en la persecución- dije levantando las manos.
- Que tonta
eres, sabes que no lo digo a mala… Pero tampoco sabía que no tienes ni idea de cómo
ser sigilosa- ella sonrió, relajando el ambiente y yo le devolví una sonrisa sarcástica.
- ¿Qué pensabas
hacer? – pregunté. Abby se lo pensó dos veces antes de hablar.
- No sé lo que
se traen entre manos la banda de Tyler, y no quiero pedírselo a Justin, no
quiero deberle nada.
- ¿Entonces
nunca le pedirías nada a Justin?
- ¿Yo? Por
favor Hayley, parece que no me conoces, cuando menos trato tenga con él mejor.
¿Abby no le
había hecho hacer a Justin la promesa de que me protegería?
- También es
verdad… -dije desilusionada, había una parte de mí que esperaba que hubiera
algo en mi vida fácil y claro, pero nada era así, todo estaba borroso y sucio.
Entonces Abby
se me quedó observando detenidamente, quizás intentando leerme el pensamiento. Sonrió de lado y suspiró antes de apoyarse sobre una pared. Abby tenía
demasiadas cosas en la cabeza, y por alguna extraña razón no me contaba nada,
solo lo justo y necesario.
- Abby, sabes
que para cualquier cosa estoy aquí, ¿cierto? Tú eres la única persona en la que
confío en este mundo de locos.
- Lo sé cielo, confío
en ti más de lo que crees, pero hay cosas que no están en mi poder el elegir si
decírtela so no, e igual que no quiero deberle nada a Justin, tampoco quiero
enfadarlo.
- Lo odio- dije
sinceramente.
- No hace falta
que me mientas- dijo entre risas mientras empezaba a andar hacía el mismo lugar
por donde había venido.
- No Abby no-
empecé a seguirla-. Oye, escúchame, que no, que lo odio eh, de verdad- dije, y
pude escuchar una leve risa de Abby- ¿Por qué vuelves a la habitación?
- Porque me vas
a seguir vaya a donde vaya, y con lo sigilosa que eres no puedo arriesgarme a
llevarte a ningún lado y que te acabe pasando algo. Así que hasta que no
aprendas algunas técnicas no hay más expediciones de espionaje. Y tranquila, yo
me encargaré de que aprendas las cosas básicas.
Justin me
enseñaría a pelear y Abby a ser cuidadosa. Si eran buenos maestros y yo buena
alumna después de ellos dos, ya no me haría falta nadie más. No puedo negar que
cuando fui a abrir mi puerta había algo dentro de mí que esperaba ver a Justin esperándome
en la cama y que la rosa no estuviera allí. Al encontrarlo todo como lo dejé me
entró miedo. Estaba sola, ya era muy tarde, no podía hacer nada más, ya solo
quedaba dormir y el sueño me había abandonado, tenía los ojos como plato. Salí
de nuevo de mi cuarto y caminé hasta el ala de los chicos, no sabía si estaría
allí pero quería comprobarlo.
Al llegar
escuché unas risas de fondo, “¿quién estaba despierto a estas horas?”. Antes de
cruzar una esquina me quedé parada y me asomé, no se veía nada hasta que se abrió
una puerta iluminando un cacho del pasillo, de esa puerta salió Camille con una
camiseta de magas cortas y le llegaba por mitad de sus muslos, después pude ver
el perfil de Justin sin camiseta hablando con ella en el marco de la puerta. Me
escondí tras la pared, esperando que Camille se fuera por otro lado, ya que no
sabía qué hacer si me pillaba. Intenté relajar mi respiración para no ser oída,
sí que era mala en esto de ser sigilosa.
ABBY
- Eddy lo
siento por haberte dejado plantado, Hayley me seguía y no quería meterla en
ningún lio- me movía por toda mi habitación apretando el móvil a mi oído.
- Tenías miedo
de lo que se podía enterar- dijo tranquilo-. Además, no te preocupes, me había
quedado dormido de todas maneras.
- Que
gilipollas eres enserio- dije sonriendo-, estas para un apuro vaya.
- Bueno, ¿puedo
seguir con mi sueño? - preguntó y después se le escapó un bostezo- Perdona.
- Anda que vaya…-
y me quedé en silencio, y él tampoco dijo nada- Tú lo sabes, ¿a qué sí?
- ¿Lo del
dinero? – preguntó bajando la voz.
- Si…
- Abby deja de
darle vueltas y duerme.
- Cómo si fuera
tan fácil…
- Descansa- fue
lo último que me dijo antes de colgar el teléfono.
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No me lo puedo creer, osea, ¿enserio? ¿Yo volviendo a subir un capítulo de The Game después de 2 años? ¡Dos malditos años! Wao, alucinante. Realmente nunca dejé esta novela, siempre me ha seguido y en mis tiempos libres me imaginaba como continuaba y que pasaba y sobretodo pensaba en los lectores, en como se quedarían cuando descubrieran el gran secreto y que pensarían cuando ocurriese X cosa.... No sé, me encanta el misterio, disfruto escribiéndolo pero llegó un punto en que The Game era demasiado grande y yo muy pequeña, me sobrepasó. Pero ahora estoy en una mejor etapa de mi vida, no es que sea mejor pero si que la estoy afrontando de diferente manera.
Intentaré subir un capítulo a la semana, no sé que día pero posiblemente sean los miércoles (lo descubriréis la semana que viene, así que estar atentas a mi twitter. Me gustaría que si conocéis a alguien que en su momento leía The Game le digáis que ha vuelto, para que no se pierda el bombazo... que realmente queda poco. No sabía si poner esto como una segunda temporada, pero tras pensarlo bien he decidido seguir por la primera temporada ya que realmente le quedaba poco y después seguir cuando toque anunciar la segunda temporada, claro, si os sigue gustado y queréis que la siga subiendo.
Espero que os guste, y que disfrutéis tanto como yo. ¡Me encantaría leer vuestras opiniones y criticas constructivas!
PD: ¡FELIZ SAN VALENTIN! Y no olvideis que si no tenéis pareja da igual, lo importante es quererse a uno mismo y si todavía no lo has logrado, ¡mucha suerte!
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