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Capítulo 9



Pasaron dos semanas sin tener noticia de Justin, no voy a mentir, intenté buscarlo. Llamé a su madre y me dijo que le había contado lo que había pasado y que no quería saber nada de mí, que necesitaba un tiempo para él y qué si luego quisiera buscarme, que me buscaría. ¿Cuánto tiempo era el suficiente para esperar una respuesta de él? Además, el hecho de que Marco no me mirara a la cara, posiblemente por vergüenza, hacía que estas semanas se pasaran aún más lentas. Quedaba una semana justa para navidad y mirando mi horario ese día me tocaba trabajar, por lo menos no tendría tiempo de pensar en mis pasadas navidades.

Decidí esa mañana hablar con Marco para poner un arreglo a nuestra situación, no podía seguir viviendo con esta tensión y ahora al saber que mis recuerdos no le despertaban a Justin no tenía nada que ver quería volver a nuestra amistad, y quizás en un futuro ser algo más pero tenía que hablar con él con sinceridad, y decirle que ahora yo no estaba para preocuparme en él, ni en una relación y que si de verdad quería tener algo conmigo tendría que tener esperanzas, pero que nunca le aseguraría nada. En uno de mis descansos lo encontré casi por casualidad en la sala de descanso, ya que cuando me vio cogió su maletín y estuvo a punto de salir corriendo de la habitación, pero logré pararlo. Le puse una mano en su pecho y él levanto la mirada.

- Oh, Aina no te había visto, hola- dijo sonriendo.
- Anda, no mientas, sé que has estado evitándome- le miré a los ojos y él relajó sus hombros-. ¿Cuándo podremos hablar?

Dudó por un par de segundos, apartó su mirada de mi como si no tuviera claro que iba a hacer conmigo, quizás había pensado que podía esquivarme de por vida. Finalmente posó su mirada en mi y cogió aire.

- ¿Haces algo esta tarde? - me preguntó, yo negué con la cabeza-. Todavía no he ido a la pista de patinaje, ¿te gustaría ir? Nos tomamos después algo calentito y hablamos, te tengo que explicar muchas cosas… No quiero que tengas una mala imagen de mí.
- Yo también quiero hablar contigo…
- A las seis voy a tu casa… Bueno te dejo que tengo prisa- me acarició el hombro y se fue con cierta prisa de la habitación.

Lo que me quedaba de turno no paré de darle vueltas al tema de Marco, ¿qué tengo que decirle? ¿Qué me atrae? Creo que eso lo tiene que tener claro cuando volví a su casa llorando, ¿qué no quiero nada con él? ¿No sería marearlo demasiado? Como yo sola no veía una salida clara convencí a Cassie que fuéramos después a mi casa a comer, así hablábamos. No tuve que convencerla mucho, cualquier tema de Marco le encantaba, quizás es porque veía en él una salida para mí, quizás creía que con él dejaría el tema de Justin en paz.

Además, a Cassie nunca le agradó Justin, siempre le he echado las culpas de eso a que yo al principio no supe llevar la relación con mi amistad con Cassie.  Apenas salía con ella, apena nos veíamos y además mi anterior novio era uno de los amigos de Cassie que me había presentado cuando nos conocimos, y no le gustó para nada que lo dejara por un completo desconocido, nunca entendió que yo con Justin tuve desde el principio una conexión especial. Por suerte con el paso del tiempo ella aprendió a tolerar a Justin, y él igual, ya que al no poner Cassie de su parte Justin se llevó la impresión de que ella nos quería separar. El primer año de nuestra relación no fue para nada fácil, no porque no nos llevásemos bien, si no porque nuestros amigos y su familia no nos apoyaban. No veían que nos hacíamos bien el uno al otro. Pero todo eso quedó en el pasado, su madre poco a poco aprendió a soportar que él se mudara a la ciudad y yo aprendí a crear un equilibrio entre mis amistades y mi relación. Sobretodo todo fue a mejor cuando Cassie se echó novia.

Cuando llegó la comida china Cassie y yo nos sentamos en el sofá y empezamos a ver un programa de risa, quizás para distraernos de la gran mañana de trabajo que habíamos tenido. Yo no sabía por qué empezar, sobre todo para que no malinterpretara las cosas. Ella empezó a hablar, y yo se lo agradecí.

- ¿Qué ha pasado con Marco? - me preguntó girando su cuerpo un poco hacia mí.
- Antes de nada, no quiero que lo malinterpretes- la miré de reojo y ella sonrió-. Bueno, hoy he quedado con él para ir a la pista de patinaje y después hablar o al revés, no sé. La verdad es que necesito hablar con él.
- ¿Para hablar lo qué paso en el bar?
- Si, tú has podido ver que me ha estado ignorando estas dos semanas, y realmente le he cogido cariño y no quiero que desaparezca de mi vida.
 - Pero quizás es lo que él necesita… No puedes obligarle a que todo siga como antes, menos ahora que la verdad ha salido a la luz. Te quiere- empezó a decir, pero a ver mi cara de espanto se rectificó-, bueno por lo menos le gustas y te lo ha dicho. Aina dejó a la novia por ti, eso no es una tontería.
- Yo no le pedí que la dejara…- dije como en autodefensa.
- No te digo eso, pero que si fuese una tontería no hubiera dejado a la novia, es más, hubiera seguido hasta olvidarte, pero la dejó porque en vez de pensar en ella pensaba en ti. Así que no le pidas que todo vuelva a ser como antes, porque es imposible.
- ¿Y qué tengo que hacer entonces? -pregunté.
- ¿Tú que quieres de él? Mejor dicho, ¿tú que quieres Aina?
- A Justin- respondí, y Cassie puso los ojos en blanco.
- Llevas dos semanas sin una señal de su parte. Creo que ya va siendo hora de que lo olvides. Bueno, en el caso de que ya no volvieras a saber de Justin, ¿qué querías? ¿Sientes algo por Marco?
- No me había puesto a pensar sobre Marco de otra manera hasta que fue la comida de Acción de Gracia, cuando lo pude conocer sin tener a Justin tanto en la cabeza, y m gusto. Es una persona más madura, se nota que tiene más años que Justin y que ha tenido una relación larga y por un segundo pensé en tener algo con él sobre todo al ver a Justin besarse con la rubia. Sabía que él me daría la estabilidad que yo necesito y al no tener a Justin conmigo pues… no sé. Quizás me gustaría tener algo, pero todavía tengo esperanzas de que Justin vuelva.

- Pues que quieres que te diga chica, habla de esto con Marco a ver si con él llegas a alguna solución.
- Eso intentaré.

Y la conversación terminó ahí. No se habló de Justin ni de Marco en todo el rato que estuvimos juntas, terminamos nuestra comida china y luego ella se fue, eran las cinco de la tarde. Me di una ducha rápida y empecé a arreglarme para ver a Marco. Busqué el jersey más abrigado que tenía ya que últimamente hacía mucho frio por las noches. Rebuscando entre las cosas para encontrar mi reloj vi el cuaderno, algo dentro de mí me dijo que me lo guardara en el bolso, y así hice. A la seis bajé a mi portal, ya era de noche, pero pude ver el coche de Marco aparcado en segunda fila, me acerqué a él y le pegué unos golpes en el cristal. Marco dio un pequeño saltó y miró por la ventana, al ver que era yo sonrió, le quitó el seguro a la puerta y la abrió.

- Gracias- dije, me froté las piernas cuando me senté.
- ¿Hace frio fuera? - me preguntó, apoyando una mano en mi pierna.

No pude evitar mirar su mano en mi pierna ante de mirarle a los ojos, sabía que era un gesto sin más pero cuando le miré a los ojos él apartó la mano, quizás sintiéndose culpable.

- Si, si, mucho frio- dije rápido para intentar cambiar el ambiente.

Él sonrió de lado y arrancó el coche. Estuvimos en silencio todo el viaje en coche, bueno menos por la música, que deicidio encenderla él posiblemente para que hubiera algo de sonido en el coche. Cuando llegamos al parking él se bajó del coche y yo detrás de él, empecé a seguirle, ya una vez fuera decidió hablar.

- ¿Pista o primero nos tomamos algo?
- Prefiero beber algo, para entrar en calor- dije.
- Vale, pues sígueme, te llevaré al sitito que hacen el mejor chocolate caliente que hayas probado nunca- dijo y empezó a andar.
- Bueno, eso ya veremos.

Conseguí sacarle una risa tonta, algo era algo. Entonces empezó una conversación, cómo no empezamos por el trabajo, pero luego pasamos por mi familia y acabamos con la suya. Me contó que su padre había fallecido cuando tuvo 16 años por culpa de un cáncer y que por eso decidió estudiar medicina, y que cuando su madre se había hecho daño en la cadera no tenía a nadie allí para estar con ella, ya que era hijo único. Que su madre había tenido otras parejas pero que nunca había superado la muerte de su padre. No me habló de lo fue para él la muerte de su padre, y tampoco le quise preguntar yo.

Llegamos a una cafetería muy recogedora, estaba llena de familias con sus hijos. Llegamos a una mesa vacía y nos sentamos.

- Tienes la nariz roja- me dijo, yo sonreí e instintivamente me tapé la nariz.
- Ahora entraré en calor.
- Seguro, sobre todo con un chocolate caliente.
- A ver si me has estado haciendo ilusiones para nada, y ahora va a estar malísimo- dije.
- Si es tal y como lo recuerdo, te va a encantar.

Vino en ese justo momento una camarera, le pedimos dos tazas de chocolate caliente. Entonces empecé a entrar en calor y me quité el chaquetón, Marco me imitó y se quitó el suyo también. Llevaba un precioso jersey gris, que se ajustaba un poco en sus brazos, la verdad es que se podía notar que llevaba una buena vida. Cuando me miró me pilló por completo como le miraba, y aparté la mirada. Al poco rato nos trajeron las dos tazas de chocolate. Le di un pequeño sorbo porque todavía quemaba, pero no me había mentido, estaba riquísimo.

- ¿Te me mentido o no? - me preguntó.
- Esta riquísimo- dije sonriendo.
- ¿Ves? - y sonrió, pero entonces su cara cambió y cogió aire, ya iba a empezar-. Antes de nada, quería pedirte perdón por mi comportamiento en el bar. Había tomado unas copas de más… y aunque eso no es una excusa, pero no suelo beber y solté todo lo que tenía guardado.
- Ya… Lo pude apreciar.

En ese momento el bajó su mirada y removió su chocolate, tampoco quería hacerlo sentir mal.

- Quizás yo te di falsas esperanzas- admití.
- No, tú no tienes la culpa en nada. Y aún menos en lo de que deje a mi ex por ti, lo hice porque no quería faltar el respeto a mi novia, no se merecía que pensara en otra chica estando con ella. Así que si alguien ha hecho algo mal aquí he sido yo al comportarme así contigo en el bar. No tienes por qué estar conmigo, no soy tu mejor opción, si estás enamorada de Justin tienes que ir a por él.

- Lo que pasa es que no sé si podré tener algo de nuevo con Justin… Ese mismo día él vino a mi casa, hablamos, le conté quien era yo para él y bueno, pasaron unas cosas, pero a la mañana siguiente me dijo que eso no había despertado nada en él. Y se fue. Llevo dos semanas sin saber nada de él.
- Lo siento Aina…
- No tienes nada que sentir, era normal, podía pasar.
- ¿Y qué vas a hacer ahora? - me preguntó.
- Pues nada, esperar, supongo que esto con el tiempo se me ira… ¿no?
- Eso espero…- me dijo y yo lo miré, él empezó a reírse-. Por tu bien tonta, no por el mío, si tú eres feliz yo lo voy a ser. Me ha costado la vida verte mal estos meses, ya va siendo hora de verte sonreír- eso me sacó una sonrisa instintivamente-. Eso, eso es lo que yo quiero. Ah, y tenías razón estas dos semanas te he evitado porque esta avergonzado de mi comportamiento.
- Si ya lo sabía, nunca fallo.

Los dos nos empezamos a reír, y después seguimos una conversación normal y corriente sobre que íbamos a hacer en navidad. Él tenía ese día de descanso y quizás se iba con su madre. Yo me lo pasaría trabajando, sobretodo me tocaba la noche del 24 más la mañana del 25, no me iba a aburrir. Después pagamos a media la cuenta y nos fuimos a las pistas de hielo. De camino me contó que desde pequeño le encanta patinar, y que no se le da demasiado mal. Yo le conté que Justin fue quien me enseñó ya que mis padres nunca me habían llevado a patinar siendo pequeña y que con el tiempo había aprendido algo, pero que solo sabía manejarme un poco. Cuando llegamos pedimos nuestros patines y dejamos nuestros zapatos. Yo al sentir la cuchilla sobre el hielo casi me caigo, pero me pude agarrar a tiempo al bordillo, pude escuchar unas risas de fondo. Marco entró como si nada a la pista. Yo a los pocos minutos conseguí soltarme del borde donde se encontraba la gente que estaba aprendiendo y pude estar al lado de Marco. Acabó cogiéndome la mano, por suerte teníamos los guantes puestos ya que tenía las manos heladas.

Pude ver como Marco me miraba de lado y en una de esas sonrió y empezó a patinar más de prisa como me tenía agarrada de la mano tiró de mi cuerpo y me hizo patinar más de prisa, pero notaba como no iba yo muy segura.

- Para, para, para- repetí una y otra vez hasta que escuché su risa-. Tonto, para, que me voy a caer.
Entonces frenó de golpe y no sé cómo lo hizo, pero acabé tropezándome con su cuerpo y él me abrazaba. Notaba como nos íbamos deslizando hasta que choco su cuerpo contra la barandilla. Él me beso la cabeza y luego me apartó un poco.
- Tranquila, conmigo no te va a pasar nada- dijo, y en ese momento me sujeté a él con una mano y con la otra le empecé a pegar en el pecho.
- Como vuelvas a hacer eso te quedas sin cabeza, que lo he pasado muy mal.
- Vale, vale. Lo siento.
- Más te vale sentirlo- me separé de él un poco y me coloqué bien el jersey.
- Y esto también lo siento.
- El qu-- pero no pude terminar la frase, ya que noté como me agarraba por las mejillas y posaba sus labios sobre los míos, ese gesto de su parte me dejó completamente helada y no pude reaccionar. Puse mis manos en su pecho y me separé un poco bajando la mirada.
- Lo siento… Ha sido un gesto egoísta por mi parte, lo sé- dijo en voz baja.
- Yo… No sé Marco…
- No pasa nada Aina, ya no haré nada más hasta que estés segura de lo que sientes- y una vez dicho eso volvió a abrazarme, yo me aproveché de eso y descansé la cabeza por unos segundos. Luego al apartarme de él miré detrás suya al ver una figura moviéndose.
- ¿Justin? – susurré y fijé mi mirada más en él, era él, fuera de la pista de patinaje no podía ver con quien iba. Pero se me había quedado mirando.
- ¿Qué? - me preguntó Marco.
- Tengo que salir, creo que he visto a… a… a un familiar, ahora vuelvo.

Y sin darle tiempo a reaccionar patiné hacia la salida y me puse mis zapatos de nuevo y eché a correr hacia donde lo había visto. Vi como giraba una calle y empecé a gritar su nombre. Cuando giré por donde él pude ver como estaba con la chica rubia y un par de amigos que sí que conocía. Esos dos se quedaron helados al verme, y miraron a Justin, este tenía agarrada la mano de la chica.

- ¿Podemos hablar? - le pregunté. Justin se giró a sus amigos y luego me miró a mí, soltó la mano de la chica.
- Ir adentro, ahora voy yo- les dijo y ellos le hicieron caso y entraron a una especie de cafetería que había en esa calle-. ¿Qué quieres?
- No hace falta que seas tan borde- dije mientras cogía algo de respiración.
- Pues no hacía falta que me mintieras y que me dijeras que no tenías nada con él- sus ojos estaban fijos en mí, odiaba eso ya que me imponía demasiado. Más que él, me imponían los recuerdos.
- ¿Quién? ¿Marco? - dije y él afirmó-. No tengo nada con él, y tampoco tengo que darte explicaciones. Han pasado dos semanas y has seguido con tu vida tan normal, y yo pensando si estabas bien o no, pero vamos ya veo que te va genial- al volver a mirarla de arriba abajo aprecié que ya no llevaba ni la muleta.
- Yo… Tampoco ha sido fácil para mí- dijo, pero sin querer se me escapó una risa.
- No me vengas con eso Justin, no sientes nada por mí, no me recuerdas como yo te recuerdo.
- ¿Y crees que eso es bonito? Joder Aina, que cada vez que te veo me duele todo, tenerte aquí y no acordarme de ti me duele, ¿vale?
- Pero tampoco haces nada por arreglarlo- de la impotencia estaba a punto de llorar.
- ¿Qué quieres que haga?
- Yo que sé Justin, haz algo. Lo único que sé es que no te puedo estar esperando toda la vida Justin, tengo que seguir adelante y esto…- metí la mano en mi bolso y saqué el cuaderno- Es solo un impedimento para conseguirlo- se lo tiré a los pies, Justin me miró y miró el cuaderno- Ya está Justin, yo me he cansado de dar tanto de mí. Que te vaya bien.


Y me di media vuelta, no me fui corriendo, pero me fui con un paso acelerado. Al doblar la esquina me encontré con Marco y me choqué con su cuerpo de nuevo, no pude impedimento y empecé a llorar, él me acariciaba la espalda mientras me susurraba que todo se pondría mejor. Yo no sabía si creerle. 

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Este es el penúltimo capítulo de la novela, espero terminarla este domingo o a principios de la otra semana... Pero no prometo nada porque me esta costando al vida encontrar tiempo para escribir el capítulo, además estoy empezando a pensar más en The Game que en esta historia, pero igualmente me esta dando pena acabarla ya que gracias a ella me he visto capaz de volver con tg.

2 comentarios:

  1. Trix me ha gustado mucho esta historia! A pesar de lo cortita que es ha tenido un buen contenido y una trama (corta) pero que te incitaba a seguir. Me ha gustado mucho y sobre todo también se agradece leer, a veces, cosas así más cortitas pero tan bonitas como esta historia. En resumen, Justin me tiene descolocada y tengo ganas de exigirle que haga algo por Dios!! En fin, me alegro de que esta historia te haya incitado con TG porque, ya que lo dices, te cuento que volví a leer Tg la semana pasada y todos los feels vinieron a mí. Dios mío no me acordaba de lo buena que era. Qué ganas de un capítulo ya!!!! es que no me decepcionaste en ninguno, has sabido manejar muy bien las personalidades de los personajes y parece que les conoces. En fin, otra vez, estoy deseando leer el ultimo de CM. Un beso preciosa!

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  2. ���������� ayyyyy no de se quien de los dos me da más pena. Me da mucha pena que se acabe la novela, la verdad es que me ha encantado.. Aunque si luego llega The game ��������������

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Gracias.

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