Content

8 comentarios

Capítulo 25




Había estado en una situación parecida y no había salido para nada bien, había acabado bebiendo, soportando las ordenes de Justin y las miradas de desprecio. Tenía ganas de entrar pero ahora que estaba aquí solo era capaz de recordar los malos momentos que había pasado conociendo a los amigos de Justin.

- No estés nerviosa.
- No lo estoy...
- Hayley, te conozco y lo estás.

Giré mi cabeza y allí estaba Tyler mirándome desde arriba, de acuerdo, me moría de los nervios. Él me abrazó desde atrás, apoyando su barbilla en mi cabeza, parezco una muñeca cuando él me abraza, es como si me perdiera en sus brazos. Era viernes, la semana se había pasado bastante rápido, podía ser porque no había visto a Justin en todo estos días y que por eso había podido bailar por la noche. Todas las mañanas las pasé evitando estar sola en el pasillo por mucho tiempo, por suerte Tyler había decidido venir a recogerme a cada salida de clase, esta situación ponía incomoda a Abby lo que hacía que algunas veces se fuera de mi lado pero la entendía. Como el lunes no pudimos venir decidimos pasarnos hoy porque Tyler no quería atrasar más la cosa, y la verdad es que yo tampoco. Aparte de algún moratón no había otra señal de la pelea que había sucedido en el pasillo, él decía que no le dolía nada pero cuando le tocaba su nariz emitía un pequeño sonido de dolor. - Si quieres nos vamos- me dijo y después besó mi cabeza.

- No, no quiero irme, quiero ver que hay ahí… Pero tengo miedo de no encajar, ¿sabes? De que me miren mal o algo así.
- ¿Lo dices por la carta de ayer? Sabes que no averigüé quien la envió pero quizás fue Justin, él mismo se la envió. Aquí todo el mundo te va a aceptar porque vienes conmigo, les he hablado de ti y quieren conocerte. Son todos muy cariñosos así que no te agobies.
- Vale, no hagamos más el tonto aquí, venga, entremos.

Tyler me soltó y pasó por mi lado para abrir una puerta. Estábamos enfrente de una casa de dos plantas entera de color blanco, estaba algo alejada de las demás casa y había coches aparcado a su alrededor. La puerta de madera se abrió lentamente, la verdad es que parecía pesada. Él agarró mi mano y tiró de mí, él se guardó las llaves y fuimos por un pasillo hasta aparecer en lo que parecía el salón de la casa, la habitación principal, allí no había nadie por lo que me quedé parada pero Tyler seguí tirando de mi hasta que llegamos a unas escaleras que iban hacia abajo. Siempre me habían gustado los sótanos y de pequeña siempre quise tener uno en mi casa. Cuando separé mi mirada de los escalones vi el sótano, había una gran televisión, un equipo de música, una mesa de billar y varios sillones dispersos. En los sillones había dos personas sentadas y había otras tres jugando al billar.

- Hola- dijo Tyler, todo el mundo dejó de hacer lo que estaba haciendo y se acercaron a las escaleras.

Yo terminé de bajar los escalones con su ayuda y al final, había un pequeño corro alrededor nuestra. Mientras Tyler los iba saludando yo los observaba. Saludó a un chico de su misma altura, era de piel blanca y pelirrojo.

- Este es Adriel- me dijo Tyler señalando al chico.
- Yo soy Hayley, encantada- él me sonrió y me dios dos besos.

Luego una chica que llevaba el cabello por los hombros de un color marrón con las puntas más claras que era más o menos de mi altura saludó a Tyler con un abrazo.

- Ella es Dalia.
- Encantada- dije sonriendo, la chica vino y me dio un abrazo bien fuerte, pero la verdad es que no me fue para nada incómodo.
- Bueno, para que sea más rápido. Él es Mauro- señaló a un chico que parecía el más mayor o por lo menos de la edad de Tyler con el cabello castaño peinado hacia atrás, él levantó su mano en forma de saludo-. El chico que está más apartado, es Jaime, aunque creo que a él lo conoces- Tyler señaló al chico que había dado tantos problemas según Justin. Jaime me miró y afirmó con la cabeza- Y ella es Kat- señaló a una chica que tenía el cabello de un tono anaranjado, era la más bajita y su piel también era clara.
- ¡Hola!- dijo Kat y dio varios pasos para estar delante de mí- Tenía muchas ganas de conocerte, Tyler no deja de hablar de lo guapa que eres y todo eso.

Podía notar como me sonrojaba y miré a Tyler con la intención de asesinarlo, pero él estaba sonriendo y se rascaba la nuca. Al ver su sonrisa se me quitaron las ganas de matarlo y yo también sonreí.

- Espero no haberte desilusionado- dije encogiéndome de hombros.
- ¡Que va! Eres muy guapa.
- Y tú también.
- Tyler, ¿por qué no la has traído antes?- dice ella mirándole.
- Ella era la que tenía miedo de venir- dijo encogiéndose de hombros.

Todos se rieron y yo sonreí, Kat me agarró del brazo y rompió el circulo llevándome hacia los sillones, todo volvió a como estaban antes de que yo viniera. Dalia y Adriel estaban jugando al billar y los demás se sentaron en los sillones, Jaime se sentó en uno pegado a la pared y miraba su teléfono.

- Somos majos- dijo Mauro-. No nos comemos a nadie.
- A no ser que nos den una razón por la que hacerlo- dijo Jaime desde su sitio.

Se quedaron en silencio y fue el único momento en el que me sentí fuera de lugar.

- Jaime, si no vas a poder ser amable lo mejor sería que fueras arriba- dijo Tyler que puso un brazo sobre mis hombros acercándome a él.

Jamie levantó las manos como en son de paz y volvió a su teléfono. Estuvimos un tiempo ahí, hablando con Kat y Mauro, luego se unió Adriel que no dejaba de molestar a Kat y eran realmente tiernos. En una de las conversaciones que yo intervenía menos hubo un momento en el que comparé la situación con la de Justin, no sé porque lo hice pero gracias a eso supe dónde estaba cómoda, aquí me sentía aceptada y no eran obligados, allí era como si estuvieran obligados a ser buenos conmigo como si yo les hubiera hecho algo en el pasado.

- Bueno, voy a seguir enseñando a Hayley la casa, ¿de acuerdo?
- Vale, ha sido un placer conocerte Hayley, a ver si vuelves a aparecer por aquí- dijo Kat.
- Claro, cuando queráis.

Todos sonrieron mientras Tyler me agarraba del brazo y me llevaba de nuevo hacia la escalera. Mientras subía las escaleras todos empezaron a reírse, Tyler tenía razón, todos eran buenas personas y me lo había pasado genial, había merecido la pena venir. Tyler fue enseñándome la cocina que estaba demasiado limpia, como si no la usaran y me temía que era así porque de la basura salía una caja de pizza. Luego subimos unas escaleras que nos llevaron a otra planta con todas las habitaciones cerradas, llegamos a una puerta que Tyler abrió.

- Esta es mi habitación-se llevó las manos a la cabeza-. Ha sonado muy patético, ¿cierto? En plan, está es mi habitación y te voy a arrancar la ropa ahora mismo.

Yo no pude evitar reírme, pero negué con la cabeza y le di un pequeño beso en los labios.

- Ha estado bien.
- Pues bueno, esta es mi habitación.

Su cuarto no tenía gran cosa, había una cama justo en frente grande y baja, tanto que casi rozaba el suelo el colchón. Todos los muebles eran blanco lo que hacía que a habitación pareciera más amplia de lo que era.

- ¿Algo que preguntarme?- dijo Tyler.
- Tengo varias cosas en mente- le dije mientras me daba la vuelta para mirarle- No me suena de haber visto a ninguno en el internado.
- Pues necesitas gafas, pequeña- dijo sonriendo-. Aparte de Jamie y Mauro los demás suelen estar por ahí. Ahora creo que no te fijas tanto en mi como yo en ti.
- He andado un poco descolocada últimamente- dije mientras tocaba una cómoda que para mi sorpresa no tenía ni una mota de polvo.
- Pues ya estoy yo aquí para que no te vuelva a pasar.

Tyler estaba enfrente de mi y cuando me quise dar cuenta colocó sus manos en mi cuello y me besó. Me pillo desprevenida por lo que mis manos habían quedado colgando en mis extremos. Sus labios parecían inocentes pero iba con agresividad hacia los míos. Nuestros labios se movían como si fuera un baile preparado, podía sentir como todos mis sentidos estaban puestos en el beso, sentía el tacto de sus labios y su olor me invadía. Sus manos pasaron a agarrarme por la cintura y movía mi cuerpo. Coloqué mis manos en su cabeza pegándolo más a mí. Jamás me hubiese esperado un beso así de su parte, Tyler siempre había sido dulce pero ahora notaba agresividad en su cuerpo, estaba deseando algo y a mí no me importaba dárselo, claro está que hasta cierto punto, no se lo iba a dar todo en la primera noche.

Llegamos hasta la cama y la caída hasta al colchón me pareció eterna, al sentir el tacto mullido no pude evitar sonreír. Decidí abrí los ojos y me lo encontré delante de mi cogiendo aire con los ojos cerrados, acaricié su mejilla lentamente y él abrió los ojos. En aquel momento no me importó nada, solo quería sentirme protegida y con él lo lograba. Lamió su labio inferior y me dio un beso en la frente. Me sentía hipnotizada y como si me costara respirar, mi pecho se movía lentamente y rozaba con su cuerpo. Mirar directamente hacia sus ojos era como mirar hacia el sol, me producía calor pero a la vez no podía mirarlo por mucho tiempo. Me acomodé un poco y lo abracé por el cuello, Tyler puso su mano en mi estómago y levantó un poco la camiseta. El tejido de algodón me rozaba la piel que se iba quedando desnuda tras su paso. El aliento de Tyler me rozaba la cara y cuando cerré los ojos para poder disfrutar de sus caricias ya no sentía la camiseta por mi cuerpo. Abrí los ojos de inmediato para ver como Tyler observaba mi cuerpo semidesnudo, y aunque todavía seguía tapada me sentía desnuda e indefensa.

- Tyler… -susurré.

Él apretó los labios y cerró los ojos.

- Creo que iré a por un vaso de agua- susurró él bajándose de encima mía poco a poco.
- De acuerdo.

Él se fue de la habitación y yo cogí la camiseta de un extremo de la cama y me la puse, la habitación ya estaba a oscuras. Me senté en el filo del colchón y puse la mano en mi corazón para notar como seguía latiendo muy rápido. Me recogí el pelo en una coleta despegando de mi piel los mechones pegados por el sudor. A los minutos Tyler volvió a entrar con un vaso de agua. Encendió la luz de la habitación y vino hacia mí.

- Toma- se sentó a mi lado y me dio el vaso-. ¿Estás bien?
- Si, es solo que… A ver, a mí no me importa pero no sé porque tenemos que hacerlo ya. ¿Me entiendes?
- Claro, lo siento por no haberme controlado.
- No es solo tu culpa- dije y le acaricie la mano, su mirada se volvió un poco cansada-. ¿Pasa algo?

Él aparató su mano de la mía y se levantó, siempre me ha parecido curioso que haya cosas que no puedes decir sentado.

- Tengo miedo de perderte, Hayley. Y lo peor es que no sé por qué, no puedo perderte porque no eres mía… Tengo la sensación de que en cualquier momento te vas a ir de mi lado.
- ¿Y dónde crees que voy a ir? No tengo a nadie aquí aparte de a ti.

Tyler había estado evitando mirarme a los ojos, pero ahora lo hizo.

- Justin estaría encantado de tenerte.

Dejé el vaso vacío en el suelo y me puse de pie.

- Eh, no digas eso, no hay ninguna manera en la que Justin pudiera tenerme- coloqué mis manos en su cara.
- Él cree que sí.
- A mí no me importa lo que él piense- sonreí.
- ¿Y si hubiese una manera de hacerle ver que no eres suya? - me preguntó, colocando una mano sobre la mía.
- He intentado buscar una manera desde que llegué aquí.
- Yo sé que es lo que más le duele a Justin- dijo Tyler-. Odia creer que lo tiene todo bajo control y que no sea así.
- ¿Y qué podemos hacer?- le pregunté.
- Hoy es viernes, hoy vuelve a parecer el cuadrado.
- Justin lleva toda la semana perdido- le dije.
- Justin jamás se pierde uno.
- Me parece que tienes un plan, así que venga, suéltalo.

Tyler sonrió de una manera que me hizo pensarme dos veces lo de haber aceptado tan rápido pero si había una manera en la cual Justin me dejara en paz, lo intentaría.

El cuadrado nunca es en un mismo sitio, cambia de lugares para intentar descolocar a la gente y hasta el último momento no te enteras de donde está. Hoy tocaba en un desguace de coches abandonado, no me esperaba algo menos oscuro pero tampoco me esperaba algo así. Pudimos pasarnos antes por el internado para que cogiera algo de ropa para bailar, y si, iba a bailar, eso estaba incluido en el plan.  Cogí unos pantalones grises de chándal que era bastante anchos y un sujetador deportivo negro.

Cuando llegamos allí había llamas que salían de aparatos y eran de diferentes colores, había un coche que se había reformado como barra donde ponían copas y lo que me pareció más ingenioso fue que había como cuatro coches puestos uno encima del otro y arriba del todo estaba el DJ. Esta vez me parecía todo mejor organizado.

- ¿Tienes frio?- me preguntó Tyler acercándose a mí para que le pudiese oír.
- No. Estoy bien.

Soy una chica muy friolera pero tenía la adrenalina al máximo y no notaba como el frío me envolvía. Al final me había dejado el cabello suelto para que no se me reconociera tanto.

- ¿Quieres tomar algo?
- La verdad es que no me vendría mal.

Nos acercamos a la bara improvisada y Tyler pedio dos copas, mientras estábamos esperando pude ver como Kat y Adriel nos habían reconocido y venia hacia nosotros.

- Oh, Hayley, con esta ropa pareces muy diferente- dijo ella sonriendo.
- Ya…- me avergonzaba ir enseñando tanta piel.
- Estás muy guapa- dijo Adriel.

Entonces se cambió la canción y Kat dio un pequeño saltito y aplaudió.

- Vamos Adriel, que me encanta esta canción.

Él puso los ojos en blanco y fue con ella, yo sonreí, eran muy monos juntos.

- ¿Cuánto tiempo llevan juntos?- le pregunté a Tyler.
- Si no me equivoco creo que 18 años- dijo él sonriendo, yo le miré extrañada-. Son hermanos, para ser más claro son mellizos.
- Llevo todo este tiempo creyendo que son novios- dije y empecé a reír, Tyler se me unió y me dio la copa.
- Anda bebe, que lo vas a necesitar.

Tenía razón, así que la cogí y bebí un buen trago desde la pajita. Desde que habíamos no había visto a ninguno de los amigos de Justin y aún menos a Justin así que temía que esto no iba a funcionar. Nos íbamos a meter entre el mogollón de gente cuando Tyler se paró de golpe.

- Voy a ir a hablar con una persona para que te hagan hueco, ¿de acuerdo?
- Yo voy a buscar un baño.
- De acuerdo, luego vuelve aquí, ¿vale?

Afirmé con la cabeza y fui hacia donde había visto una de esas cabinas con baños portátiles. En la de chicas había una cola pero no veía muy bien como estaba organizada.

- ¿La última? – pregunté.
- Yo- dijo una chica girándose mientras había levantado la mano-. ¿Hayley?

Me fijé en su cara para poder verla, cuando sonrió me acordé de ella.

- Hola Tamila- dije sonriendo.
- ¿Qué haces aquí? ¿Con quién has venido? Creía que Abby no iba a venir hoy.
- Y no ha venido- le dije-. He venido con otra persona.
- ¿Tyler?- preguntó y yo lo afirmé con la cabeza- Justin no se lo esperaba aquí.
- ¿Ha venido?
- Sí.

Ahora sí que estaba nerviosa y las ganas de ir al servicio se me habían ido.

- Bueno, me tengo que ir…
- Vale, ya nos veremos- dijo sonriendo.

Cuando fui hacia donde estábamos, Tyler ya me estaba esperando, me dio un pequeño beso y me sonrió.

- Parece que acabas de ver a un fantasma.

Intenté no pensar en eso.

- ¿Cuándo me toca?- le pregunté.
- Cuando se acabe esta canción.

Eso no me había ayudado para nada.

La canción había llegado a su fin y un foco de luz se había posado en mí, odiaba esa luz, las personas me hicieron un pequeño pasadizo y yo salí al cuadrado, todo el mundo se había quedado en silencio y yo solo sabía mirar rápidamente a mi alrededor para tener a Justin localizado, pero no lo veía por ningún lado. Un grupo de personas empezaron a moverse como si los empujaran y Justin apareció en primera fila, detrás de él estaban Norman y Hugo. Justin me miraba, sus fracciones no expresaban nada, pero sus ojos si, estaba mirándome con desprecio. Quizás creía que ahora que sabía que pasaba en el cuadrado jamás iba a parecer.

Empezó a sonar la canción de wiggle de Jason Derulo y me acordé de un video que había visto de unas chicas. Nunca me ha importado bailar de esta manera, pero bailar en un cuadrado rodeada de decenas de tíos que van a estar observando cómo se mueve cada parte de tu cuerpo intimida un poco.
Pero cerré los ojos y dejé que la música fluyera por cada extremidad de mi cuerpo. Sabía que pasos hacer hasta cierto punto de la canción, así que ahí iba a ser cuando iba a poner en marcha el plan. Escuchaba algunos aplausos y gritos, yo sabía bailar y la gente me lo recordaba. Entonces abrí los ojos y busqué a Justin con la mirada, se estaba lamiendo el labio inferior. Si miras a un chico por ocho segundos, él baila contigo. Seis… siete… ocho… Empujaron a Justin de su sitio y él empezó a sonreír mientras entraba a la pista. Fui andando hacia él y me agarré a su cuello y empecé a mover mis caderas lentamente. Luego me di media vuelta dándole la espalda e hice varias sentadillas al rito me la música abriendo y cerrando las piernas. Justin me agarró de la mano y tiro de mí hacia arriba. Me agarró de los extremos de mi trasero y me movía al ritmo que su cuerpo lo hacía. Me giré y quedé cara a cara con él, apoyé mi cabeza en su cuello mientras que ponía mi pierna entre las suyas y bajábamos y subíamos lentamente. Le di un pequeño beso en el cuello y él movió su cabeza para rozar mis labios pero yo me aparté y apoyé mi frente en la suya.

Luego me giré rápidamente dejando un brazo alrededor de su cuello, mi mano tocaba su nuca. Tyler me quedó justo enfrente, él sonreía, sabía que el plan estaba quedando perfectamente como él quería y yo también me sentía una ganadora. Cinco, seis… Justin me apretaba más a su cuerpo de una forma posesiva que hacía que mi corazón se esforzara por latir con normalidad, siete… Ocho. Me aparté de Justin dándole un empujón con mi cintura, todo el mundo empezó a reírse y a dar palmadas. Antes de llegar a Tyler, que ya había salido de la multitud, me giré para ver como Justin se había quedado quieto mirando a su alrededor viendo como todo el mundo se estaba riendo. Yo le guiñé un ojo, después noté como Tyler me agarraba de mi cintura desnuda y me daba la vuelta para quedar enfrente de él.

- Bien hecho, pequeña- me dijo sonriendo.

Coloqué con delicadeza mi mano en su mejilla y me puse de puntillas para besarle, lo había conseguido… O eso creía yo, porque cuando me quise dar cuenta habían tirado de mi cuerpo y estaba girando sobre mí misma de puntillas. Cuando paré de dar vueltas volvía a estar entre los brazos de Justin, me apretaba fuertemente a él, la canción había terminado y yo ahora tenía miedo. Me giré para ver a Tyler, que se había quedado quieto, sin entender porque no me alejaba de él, lo intenté pero la fuerza de Justin debilitaba las mías.

- Nena, ¿qué crees que ibas a hacer?
- Suéltame.
- Vuestro plan no tenía sentido sabiendo el poder que tengo sobre ti.
- ¿Qué dices?
- Te reto a que me beses en la boca, con lengua, para ser más específicos, y así todos estos sepan quien ha ganado.
- Pero tú sabes que no me tienes.
- ¿Y qué importa si yo lo sé si los demás no? Vamos Hayley, bésame, no querrás perder el juego ahora mismo.

Lo miré a la cara, no podía sentir más odio hacia mí misma por lo que iba a hacer y hacia él por lo que me había obligado a hacer, iba a herir a Tyler de una manera muy desagradable. Lo cogí del cuello con una mano y poniéndome de puntillas lo besé. Pude escuchar un estallido de gritos de todas las personas que nos rodeaban. Justin puso sus manos en mi cintura pegándome a él. Los labios de Justin no se despegaban de mí ni un segundo, no me dejaban la oportunidad de coger aire. Habían puesto una canción desconocida para mis oídos, pero Justin y yo nos movíamos al son, juntando nuestros cuerpos en cada golpe de la canción.  Justin pasó una mano a mi cabeza y jugó con mi melena, yo apreté mi mano a su cuello, intentando hacerle daño pero parecía que solo le producía placer. La otra mano de Justin que estaba en cadera estaba apretándome y apretaba con dureza mi cuerpo mientras que iba metiendo la mano sigilosamente debajo de mi pantalón. Puse mis dos manos en su cuello y le mordí el labio inferior, pero Justin no se separó. No sé qué tenía la forma en la que besaba que ponía todos mis sentidos alerta porque sabía que en cualquier momento podía perder el control y tenía miedo de dejarme llevar. Cuando noté como la mano de Justin había llegado hasta el filo de mi braga el interruptor de encendió y lo aparté. Tuve que agacharme para coger aire, porque no me quedaba.

Levanté mi mirada llena de culpabilidad hacia Justin, él estaba lamiéndose los labios y mirándome queriendo más, no se lo iba a dar. Me giré rápidamente hacia donde había estado Tyler, pero allí no había nadie, solo adolescentes bailando.

- Tyler…- susurré.
- Parece que ha aprendido la lección- susurró Justin detrás de mí.

Me giré, siendo consiente de mis actos y empecé a pegarle puñetazos, pero él no se inmutaba. Justin agarró mis puños y me acercó de nuevo hacia él.

- Ven conmigo, te llevaré a tu habitación. La fiesta se ha terminado para ti.
- No quiero estar contigo en ningún lado.
- Mira a tu alrededor, nadie de aquí va a querer llevarte a casa- no me hacía falta mirar para saber que tenía razón-. Además, acabo de estropear tu relación, déjame por lo menos llevarte sana y salva- me agarró del brazo y me sacó de la multitud.

Llegamos  a un coche negro, me metí dentro antes de darle la oportunidad de abrirme la puerta aunque sabía que no lo iba a hacer.

- Enserio, no sé tus ganas de hacer todo lo posible para que te odie. Sales con mi archienemigo, no te quieres acostar conmigo, te llevas mal con mis amigos.

Lo miré de reojo para ver que se lo estaba tomando a bromas.

- No me hace gracia- le dije.
- Pero el beso te ha gustado- dijo arrancando el coche.
- ¿Y qué tiene que ver eso?
- Nada, simplemente quería saberlo.
- Pues si ¿sabes? – me giré hacia él- Me gustan tus besos, porque es como un chute de adrenalina directamente hacia mi corazón, pero luego pienso en que eres tú y me entran ganas de vomitar para eliminar cada rastro de saliva que hay en mi boca tuya. Odio los minutos que paso a tu lado pero aun odio más que 
Tyler no me proporcione lo que tú me das.

Mi respiración se había vuelto a agitar al recordar el beso aunque también era por lo enfadada que estaba.

- ¿Te gusta la adrenalina?- la voz de Justin sonaba seria.
- Más de lo que me gustaría admitir.

Yo ya no controlaba lo que decía pero es que sentí que mi vida era un barco a la deriva sin ninguna manera de ponerle un sentido firmen. Había perdido a Tyler y estaba diciéndole cosas sin sentido a Justin. Noté como la música del coche empezaba a subir, sonaba Sail y estaba tan alta la música que no escuchaba mis propios pensamientos.

- Pues lo hubieses dicho antes- gritó Justin y colocó una mano en mi pierna y con la otra agarró fuertemente el volante del coche, no sabía lo que iba a ocurrir hasta que de un empujón me pegué al asiento del coche y por la ventanilla veía las cosas ir más deprisa. Miré el marcador de velocidad del coche e iba por 120. La calle estaba a oscuras siendo iluminada por los faros del coche.
- ¡¿Qué haces?!- grité.
- Darte lo que quieres- gritó él.

Y apretó la mano que estaba sobre mi pierna, un gemido me pillo desprevenida. Pude escuchar la risa de Justin por encima de la música, y la verdad es que encajaba perfectamente con la música, yo también me reí, era eso o llorar. Justin dio un giro brusco con el volante y mi cuerpo cayó encima del suyo, me aparté apoyándome en él, pero antes de alejarme Justin acercó sus labios de nuevo hacia los míos y los beso mientras conducía, apretando mi labio inferior entre los suyos en el momento de sepáranos.

Llegué a la residencia antes de lo esperado, pero a la velocidad a la que íbamos tampoco me sorprendió. Nada más que el coche paró, yo abrí la puerta y bajé corriendo.

- ¿No te vas a despedir?- me preguntó gritando mientras yo me iba.

Me giré y mientras le miraba le hice un corte de mangas, Justin se empezó a reír.

- Cuando quieras tu chute de adrenalina ya sabes dónde estoy, bailarina.

Llegué a mi cuarto con ganas de golpear mi cabeza contra la pared hasta perder la consciencia, a ver si así olvidaba lo pasado en las últimas horas. A mí no me habían educado para esto, yo no era así, ¿o sí? Abrí la habitación y me encontré una figura sentada en la cama, con la mirada puesta en el suelo, tuve que encender la luz para distinguir a Tyler.

- Va a ser que mis miedos son ciertos... Dime que hay una explicación lógica dijo él, susurrando.

No le puedes decir nada a nadie sobre el juego” eso era una de las reglas y la verdad es que sabía que de alguna manera se enteraría.

- Fue él.

La excusa más estúpida que se me ocurrió y Tyler lo sabía, empezó a reírse.

- Creía que lo tenías ya claro- dijo él levantándose-. Parezco un estúpido yendo detrás de ti mientras tú no haces nada por hacer que esto funcione.
- No me dejes, Tyler- le supliqué-. Sé que lo he hecho mal, pero dame otra oportunidad.

Tyler levantó su mirada y se acercó a mí.

- Me tienes que enseñar que te importo, que de verdad quieres estar conmigo.
- No quiero estar sola- le dije.
- Bueno, pues yo no voy a ser esa persona con la que vas a estar solo porque no quieres estar sola. Búscate a otro, porque seguro que los tienes a mogollones.
- Perdóname Tyler.

Le agarré de la mano pero él la sacudió, pasó por mi lado hacia la puerta.

- Necesito un tiempo…- dijo él.
- El tiempo es lo peor, Tyler, te da tiempo para pensar y pensar es malo. Hay veces que es mejor actuar- le dije, no sabía que le estaba pidiendo.
- Bueno, pues empieza a actuar de una forma que yo sepa que quieres estar conmigo. Porque no soy un maldito adivino, Hayley.
- Lo haré, te lo prometo- dije.

Él se encogió de hombros como si no me creyera.

- Buenas noches pequeña- dijo, pero su voz no sonaba como la de siempre.


Quería quererlo de todas las maneras posibles, quería tener a un chico como él en mi vida y no me iba a permitir perderlo por algún chute de adrenalina que Justin pudiese darme. Tenía que empezar a ver que eran lo que me convenía para mí, porque realmente no lo sabía.

-----------------------------------------------------------------------------

uy uy uy uy alguien anda muy confundida. Muchas veces me habéis preguntado que es lo que siente Hayley por Justin y creo que aquí lo deja bastante claro. Al final me voy de "vacaciones" la semana que viene, así que intentaré hacer el maratón esa semana. No sé de que manera subiré el maratón, si todo de golpe o un capítulo por día pero bueno. 
SOIS TODAS UNAS CONVENIDAS, CUANDO DIGO QUE COMENTÉIS PARA QUE HAYA MARATÓN COMENTÁIS SI NO, NO. Pero igualmente os quiero ¯\_(ツ)_/¯

PD: no he podido leer el capítulo de nuevo para corregir las faltas porque ando escasa de tiempo

Si leíste pulsa el botón



LLEVO SUBIENDO 3 DÍAS CUANDO DIJE QUE IBA A SUBIR, ESTO SE MERECE UN APLAUSO.
Gracias, gracias.
Leer más »
11 comentarios

Capítulo 24



Cuando sonó la alarma que me recordaba que empezaba un nuevo día no quise levantarme, así que me removí en la cama buscando algo en lo que refugiarme de la brisa mañanera, pero no había nada ni nadie. Abrí los ojos de par en par y miré a mi lado, pero nada, Tyler no estaba allí. Siempre me había desagradado que el chico no se quedara hasta el día siguiente junto a la chica, me parecía de mal gusto que uno se fuera en mitad de la noche, es como si no quisiera estar a su lado. Me levanté resignada y con menos ganas, si eso era posible. Cuando me estaba poniendo el uniforme me fijé en que encima de la mesa había un trozo de papel con algo escrito en él.

Lo siento por no quedarme, no quiero que me pillen. Ha sido un placer dormir contigo, pequeña - Tyler

No podía evitar que una sonrisa tierna apareciera en mi cara, me dejé caer en la cama de nuevo y pude apreciar como las sabanas no olían solo a mí, sino que existía la esencia de un chico, de Tyler. Recuerdo como me abrazó en la noche, como si no me dejara ir. Sus brazos musculosos se sentían bien. Volví a levantarme de la cama ya decidida a salir por la puerta, Abby se encontraba justo enfrente de mí, noté en sus ojos que estaba preocupada.

- ¿Qué ocurre?- pregunté.
- Nada…- se separó de la pared y se colocó a mi lado, yo no dije nada, solo la miré esperando que lo soltara-. Bueno, es por ayer, sé que estuviste incomoda y por favor- se llevó las manos a la cabeza-, dejé que Justin te drogara. En serio, lo siento, no sabes cómo me arrepiento de haber aceptado salir.
- Tonta, no es tu culpa. Las cosas ocurren y algunas veces no hay forma de saber que van a ocurrir. Lo hecho, hecho está. Además, se me fue el efecto rápido.
- Ya, gracias a Dios. Hayley, ¿qué llevas en la mano?

Cuando miré la mano que ella estaba mirando observé que todavía llevaba el papel de Tyler. Yo no estaba preparada como para decirle que estaba pensando en darle una oportunidad, así que lo guardé en la parte de mi falda que se pega a mi cintura pensando en guardarlo después.

- Nada, es unas dudas que tengo que preguntarle a un profesor sobre los exámenes.
- Es verdad, los finales de este trimestre están a la vuelta de la esquina. Tenemos que empezar a quedar para sesiones de estudio. ¿De acuerdo?

Y ella empezó a hablar de lo importante que era dar una buena impresión en el primer trimestre, que no me desconcentrarse y que si tenía alguna duda que se la preguntase a ella. Esto me recordó a mi pueblo, a como solía hablar con mis supuestas amigas de estudios y que las ayudara a copiar en los exámenes. No me gustaría estropear la amistad que se está formando con Abby, no quiero quedarme sola. Así que sonreí mientras hablaba, hasta que ella se dio cuenta de que estaba sonriendo como una tonta y me preguntó el por qué, por suerte ya estábamos en la cafetería.

Nos sentamos dentro a desayunar, ya que fuera hacía frío y todavía era oscuro. Los bostezo inundaban la habitación y te daban más ganas de dormir. La mañana transcurrió  con normalidad, pero yo estaba inquieta por que acabara y así pudiera ver a Tyler ya que se me estaba haciendo imposible encontrarlo en los intercambios de hora. Al que no me era difícil encontrar era a Justin, siempre estaba en algún lado mirándome, me sentía levemente acosada y aunque debería de agradecerle que me llevara a mi cuarto dormida todavía no puedo perdonarle las miles de desgracia que a traído a mi vida con tan solo pestañear, odio el descontrol que tengo cuando estoy cerca de él, así que lo intento evitar pero cuando él se me acerca ya estoy perdida, como si estuviese en un callejón sin salida. Algo así me pasó cuando terminó la última hora antes de comer y yo iba hacia el encuentro que tanto esperaba con Tyler pero algo tiró de mi brazo metiéndome en uno de los pasillos ya vacíos. Por suerte o por desgracia no me hace falta ver su cara, puedo sentirlo en la forma en la que me agarra, una forma posesiva.

- No te vuelvas a acercarte a mí, después de lo que me hiciste no te mereces que ni siquiera te miré a la cara.

Los ojos de Justin era quizás lo que más me atraía de él, eran de un color claro y cuando te miraba, sabias que te miraba. Él me estaba mirando a los míos de una forma seria.

- ¿No me merezco un gracias por llevarte a tu cuarto sana y salva?
- ¿Enserio eres así? ¿Me drogas y luego esperas que te vaya agradeciendo cuando me llevas a algún lado dormida?
- La verdad es que ayer tuve la oportunidad de tenerte en mis brazos muchas veces, cuando te desmallaste…
- ¿Y? Si lo vas a hacer por algo a cambio hubiese preferido que me dejases en el suelo- no podía contener la ira que él estaba produciendo en mí.
- Que yo sepa no te he pedido nada a cambio.
- Acabas de pedirme que te de las gracias- dije bajando mi mirada y moviendo mi brazo para que me soltase.
- He dicho que me lo merecía, pero nada más.

Soñaba extrañamente dolido, lo cual me dio ganas de pedirle perdón pero no iba a ser yo la que cediera, sobretodo no delante de él.

- Si no te importa me tengo que ir, me esperan.

Me di la vuelta, intentando huir de él, pero colocó sus manos en mi cintura oponiéndose a que me fuera, volvió a girar mi cuerpo dejándome cara a cara con él. Apretó sus manos y fue cuando yo me acordé del papel de Tyler, pero era demasiado tarde porque Justin se había dado cuenta. Me separó un poco la falda y con la misma mano sacó el papel.

- No, no, no – fui a cogerlo pero Justin estiró la mano, y era inútil intentar cogerlo.

Justin lo abrió en el aire y se dio la vuelta para leerlo.

- Lo siento por no quedarme, no quiero que me pillen. Ha sido un placer dormir contigo, pequeña. Tyler- Justin puso voz aguda y se reía, pero cuando llegó al final dejó de hacerlo- ¿Tyler? ¿Qué mierda has hecho  con él?

Justin apretó el papel en el puño hasta que no pudo más, me miraba con despreció pero estaba enfadado.

- ¿Te has acostado con él? No me esperaba eso de ti, bailarina.
 - ¿Qué te importa lo que yo hago con él?- le pregunté.
- Así que lo has hecho, eres una puta más- en su cara apareció una sonrisa que me dolió.
- No soy una puta, si no ya lo hubiese hecho contigo.

Justin negó con la cabeza y se guardó el papel en el bolsillo mientras se movió hacia un lado.

- Ya no te puedo mirar ni a la cara- dijo cuando pasó a mi lado.
- ¡Ya era hora!- grité, porque ya estaba lejos.

Me giré y seguí mi camino hacia la cafetería, lo que me volvió a parar fue un sonido fuerte, cuando me giré vi como una papelera daba vueltas en el suelo al final del pasillo. Me obligué a seguir mi camino. Al llegar a las puertas de la cafetería Tyler me estaba esperando, vino hacia mi sonriendo y me abrazó, elevándome unos cuantos centímetros del aire, me dio una pequeña vuelta justo antes de dejarme en el suelo, me deslicé por su cuerpo para colocar los pies.

- Hola- dije sonriendo.
- Te he buscado todo el día, pero no te encontraba- me apartó un mechón de mi rostro colocándolo con delicadeza detrás de mí oreja, me dio un beso sin prisa en mi mejilla.

Podía notar mis mejillas sonrojadas.

- Yo he hecho lo mismo, quizás por eso no nos encontramos.
- Será por eso- él sonrió. La sonrisa de Tyler es como la de un bebe pequeño, que cuando sonríe lo hace de oreja a oreja-. ¿Te acuerdas que te dije que hoy no hicieras planes? Hoy eres mía.
- ¿Y qué vas a hacer una tarde entera conmigo?- le pregunté mientras me acercaba a él y colocaba mis brazos alrededor de su cuello.
- Por desgracia no es lo que yo quisiera, pero si es lo que tú quieres.
- ¿Y eso?
- Creo que ya va siendo hora de conocer a mis amigos, así ya conocerás una parte de mí.

De estar tan tranquila una oleada nerviosa me golpeó, aunque también me sentía algo aliviada, él lo hacía por mí y eso me parecía precioso. Tenía ganas de que llegase la tarde, para conocer como es su mundo cuando no está conmigo, porque esa es la única manera de conocer a alguien de verdad.

Cuando entramos dentro de la cafetería busqué a Abby con la mirada, pero no estaba, la busqué fuera, pero no estaba, ni ella ni ninguno del grupo de Justin. No sé porque pero esto no me olía nada bien. Fui con Tyler a coger la comida y nos sentamos juntos en una mesa, intenté comer tranquila y mantener una conversación con Tyler, pero no podía dejar de mirar a mi alrededor asustada.
Justin

- No he comido desde las ocho y me muero de hambre- Eddy se agarraba el estómago-. No creo que te venga bien quedarte con un hombre menos ahora mismo.
- Hombre dice…- Camille empezó a reír, Eddy la mató con la mirada.
- ¿Para qué nos has llamado, Justin? – Hugo me miraba atento, sabía que pocas veces los llamaba a estas horas.
- He dejado a Hayley sola y ni la he avisado, como le ocurra algo os encargáis vosotros- Abby era la que más me había costado convencer para que viniese.

Me levanté del sillón en el que estaba, saqué el papel de mi bolsillo y sonreí mientras negaba con la cabeza.

- Tranquila, seguramente no estará sola.
- Que yo sepa no tiene muchos amigos y no voy a decir quien hace que sea así- Abby me miró, yo le guiñé un ojo y ella puso los ojos en blanco.
- No creo que quieras ver como tu amigo del alma se muere porque no le dejaste comer. No creo que puedas sobrevivir con eso- Eddy seguía quejándose.
- Créeme que sobrevivo con cosas peores- dije sin ninguna intención pero todo el mundo se quedó callado-. Bueno, que no venimos a hablar de esas cosas. Mirar lo que le he encontrado a Hayley esta mañana.

No sabía si iba a poder desarrugar el papel sin romperlo, así que le pasé la bola a Abby para que ella lo hiciera. Todos se agruparon a su alrededor y ella empezó a leer en voz alta. Cuando dijo el nombre de Tyler todos me miraron, la que rompió el silencio primero fue Camille riéndose.

- Y yo creía que era una niñata. Pues va a parecer que no es tan tonta como creía.
- Camille…- susurré.
- ¿Esto es lo que tenía esta mañana en la mano? Y no me dijo nada…- Abby lo dijo en voz alta pero era como si hablara para sí misma.
- Sabes que todavía no confía en nadie, tienes que darle su espacio- dijo Eddy.
- Yo ya no sé qué más hacer para que vea que soy de fiar.

Hugo colocó su mano en la espalda de Abby y le dio unas cuantas palmadas.

- Quizás es que sabe que te ha calado desde un principio y sabe que no eres de fiar- dijo Camille.
- ¿Perdona?- Abby pareció realmente ofendida y se levantó de donde estaba- Que yo sepa en quien no se debería de confiar sería en ti, sabiendo de dónde vienes.
- No empieces a sacar trapos sucios- dijo Camille, mirando a Abby fijamente-. Porque bien sabes que nos podíamos tirar un buen rato si empiezo yo también.

Me estaban empezando a poner de los nervios, así que di un golpe en la mesa más cercana haciendo que todas me miraran.

- No os he reunido para eso, si os vais a pegar fuera de mi habitación.
- Bueno, pues seguir hablando vosotros que yo me voy a buscar a Hayley- Abby se movió rápidamente y fue hasta la puerta, escuché abrirla pero no cerrarla- Justin, hay algo aquí para ti.

Me giré rápidamente y vi como Abby sostenía algo en su mano, un trozo de papel doblado. Lo agarré, me estaba empezando a cansar de las notas, esto no era una puñetera película de misterio. Le quité el papel de la mano rápidamente y lo abrí.

Voy a hacer que se enamore de mí y cuando ya no pueda más, cuando sea capaz incluso de dar su vida por mí, la destruiré de una manera de la cual no se podrá recomponer

La leí una segunda vez en voz alta para que todos se enteraran y por si acaso yo me había equivocado al leerla. Estaba escrita a mano, por lo que no se podría saber de quién era… No lo podías saber si no eras yo. Mi respiración se agito y podía notar como mis músculos se tensaban.

- Justin…- escuché a Camille pero era como si estuviese demasiado lejos.
- ¿Me esta amenazando? ¿A mí? ¿Quién se cree que es? ¿De verdad crees que me importa lo que haga con ella? Pero nadie me amenaza.

Cuando me quise dar cuenta ya estaba corriendo fuera de mi habitación, odiaba cuando no tenía control de mi cuerpo, sobre todo cuando me dejaba llevar por mis primeras decisiones. Escuchaba pasos detrás de mí y varias veces escuché mi nombre, pero era como si no me incumbiera, solo quería verlo sangrar a ese hijo de puta.

Hayley

- No sabes lo que extraño una pizza bien grasienta – dije cuando dejamos las bandejas-. Había una pizzeria en mi pueblo que hacia unas pizzas riquísima y solía ir con mi hermano allí cuando no nos apetecía comer lo que hacía nuestra madre.
- Calla, que me están entrando unas ganas de pizza que mataría por una.
- Si quieres un día de estos como este fin de semana pasado te podía llevar, mi casa está allí, vacía, nos podríamos quedar- dije sonriendo.
- A mí me harías un rey.

Pasó su brazo por mi cuello y empezamos a salir de la cafetería. Empecé a oír fuertes murmullos de las escaleras más cercanas, y gente que corría, podía distinguir la voz de Abby. ¿Le habría enseñado la nota Justin a ella?

- Para Justin, solo vas a conseguir empeorarlo todo- gritaba ella.

Mi corazón latía rápido, tenía que hacer algo si no quería que esto fuera a peor y tenía que ser rápida.

- Vamos por allí- le dije señalando el pasillo contrario-.  Vamos- tiré de su brazos, pero era ya era tarde, Justin apareció saltando los tres escalones últimos, aterrizó casi delante nuestra.

Mis minutos de tranquilidad se habían terminado. Justin empujó a Tyler y él quitó su brazo de encima de mí. Tyler me miró confundido, no sabía que estaba pasando, yo lo suponía pero no veía los motivos. Justin lo agarró del cuello de la camisa y lo llevó hasta la pared más cercana, los dos eran de la misma altura así que sus miradas iban directas la una a la otra.

- ¿Qué mierda te crees enviándome notitas?- dijo Justin.
- Suéltame- dijo Tyler.

Cuando miré a mi alrededor, esperando que hubiera profesores como solía ocurrir en mi antigua escuela solo vi a Camille, Eddy y Hugo dispuestos a unirse a la pelea si Justin los necesitaba y a Abby mirando sin saber qué hacer, yo me encontraba igual que ella.

- No juegues conmigo Tyler, porque sabes que vas a perder- Justin se acercó a él y le hablaba lentamente vocalizando a la perfección.
- No sé de lo que hablas, así que suéltame porque tengo cosas más importantes que hacer con Hayley.
- ¡Tú no vas a hacer nada con ella!

Antes de que pudiera detenerle, Justin le dio un golpe en su cara con su cabeza. Vi como Tyler cerró los ojos por más de un segundo y fui hacia el brazo de Justin que todavía lo sostenía, lo agarré y tiré de él. Solo conseguí que Justin moviera su brazo dándome un codazo en mi pecho, cortándome la respiración por un segundo. Caí al suelo con la respiración agitada. Justin se giró  y me miró, tenía los ojos abiertos y su pecho se movía rápidamente, podía ver como las aletas de su nariz estaban tensas y como fruncía el ceño. Abby me ayudó a levantarme de nuevo, cuando conseguí levantarme la mirada de Justin se relajó.

En ese momento Tyler recobró el conocimiento y aprovechando que Justin estaba distraído le dio un puñetazo en su mandíbula. La nariz de Tyler estaba sangrando y Justin respondió con un rodillazo en el estómago. Tyler se deslizó por la pared hasta acabar en el suelo, cuando fui hacia él Justin me agarró de los hombros.

- No- dijo firme.
- ¿Quieres parar de una vez?- le grité, ya con ganas de llorar- No eres nadie para decirme que hacer y todavía menos si le haces daño a las personas que me importan.
- Él te va a hacer mucho daño, Hayley- me dijo.
- Más que el que tú me produces seguro que no.
- Me ha enviado una jodida carta diciendo que va a acabar contigo.
- Yo no he sido, he estado todo este rato contigo Hayley- dijo Tyler desde el suelo-. Seguro que ha sido otro.

Miré detrás de Justin y miré a los ojos del chico que estaba en el suelo, con la cara ensangrentada, confiaba mil veces más en el que en el chico que me agarraba.

- Suéltame Justin- dije.
- ¡Joder! ¡Reacciona de una vez!- me dijo, sacudiéndome un poco-. Él no es de fiar.
- ¡He dicho que me dejes!- le grité y después con la mano abierta le pegué en la mejilla.

Justin me seguía agarrando con una mano, la otra se había hecho un puño y estaba a cinco centímetros de mi cara. Justin cerró los ojos y bajó la mano. Luego me soltó, nada más que me pude mover fui corriendo hacia Tyler y moví su cabeza para ver si estaba muy mal.

- ¿Te duele?- le pregunte.
- Si estás aquí no tanto.

Le acaricie la mejilla manchándome un poco con su sangre, pero no me importaba.

- Vayámonos Justin- escuché la voz de Eddy.

Mientras que ayudé a Tyler a ponerse de pie vi de reojo como todos iban abandonando la escena del crimen. Cuando me giré no había nadie, solo quedaba Abby que me miraba con los ojos enrojecidos y apretaba fuertemente sus labios.

- ¿Me ayudas?- le pregunté.

Ella miró por donde estaban los otros y luego me miró a mí. Lentamente se acercó y me ayudó a agarrar el cuerpo de Tyler.

- Vamos a mi cuarto, tengo el pack de primeros auxilios- dijo ella y empezamos a andar hasta su habitación.

No sé qué hubiese pasado si ella me hubiese dejado, pero me alegraba que estuviera a mi lado y me apoyara. La busqué al otro lado de Tyler y le sonreí, ella hizo lo mismo pero su sonrisa era cansada. Supongo que no había sido una elección fácil, me preguntaba si ella pensaba que era la correcta. Después de que le limpiásemos la cara a Tyler y que le mirase Abby si tenía la nariz rota, lo que resultó ser que no, él me dijo que lo dejásemos para otro día lo de conocer a sus amigos porque tenía que averiguar si era alguno de los suyos el que había escrito la nota. Lo acompañé hasta la puerta de Abby.

- Gracias- le dijo Tyler a Abby antes de irse, ella le respondió encogiéndose de hombros.

Cerré la puerta detrás de mí y nos quedamos a solas en el pasillo.

- Lo siento por lo de hoy- dije mirando al suelo.
- No tienes nada de que disculparte- él me levantó la mirada-. Recibiría mil golpes si voy a estar contigo después. Los mereces.
- No digas eso- le dije, aunque sonreí.
- Esa sonrisa me alivia más que cualquier pastilla que me deis.
- ¿Y esto?

Coloqué mis manos en sus mejillas y me puse de puntillas para tocar sus labios con los míos. Fui cuidadosa de no hacerle daño, pero él colocó sus brazos en mi espalda y me apretó a él, acercándome a su cuerpo. Abrimos lentamente la boca y disfrutamos del beso, sentía que me evadía de la realidad por un segundo, que me fundía con él y que pasaba a otro mundo en el que todo era normal, donde mañana quizás fuéramos al cine y le tirásemos palomitas a la persona que está delante de mí. Pero cuando nos separamos supe que esa ya no era mi realidad, que lo que tenía que hacer mañana era procurar que mañana no hubiera otra pelea.

- Eso me alivia todos los dolores para el resto de la semana- dijo sonriendo. Él volvió a darme un beso, este más pequeño, el típico beso de despedida-. Nos vemos mañana, ¿de acuerdo? Cuídate pequeña.

Le afirmé con la cabeza indicándole que lo haría y volví a meterme dentro del cuarto de Abby, ella estaba sentada en el filo de la cama, con la cabeza sobre la palma de sus manos.

- ¿Abby?- pregunté.
- Solo te voy a decir que tengas cuidado, que pienses dos veces antes de hacer algo- podía ver una pequeña lágrima en su mejilla.

Fui y me puse de rodillas delante de ella, le aparté los mechones de pelo que se habían pegado a sus mejillas.

- Tranquila, no va a pasa nada.
- No quiero que te hagan daño- dijo mientras se pasaba las manos por sus mejillas, para sacárselas. Le di un pequeño beso en la frente.
 - Abby.
- ¿Si?- dijo ella.
- Gracias por ayudarme - susurré.
- Es lo que hacen las amigas.

Y después la abracé fuertemente.

A la noche fui al gimnasio aposta, sabría que estaba él y era lo que yo estaba buscando. Justin estaba con un pantalón de jugar al baloncesto y sin camisetas, se movía rápido y le daba golpes fuertes al saco de boxeo. Yo me acerqué lentamente y me apoyé en el marco de la puerta.

- No te atrevas a tocar de nuevo a Tyler- dije lo bastante alto para que me escuchara.

Justin paró un segundo de golpear, pero luego volvió a empezar.

- ¿Me has escuchado?- me quedé callada esperando una respuesta que no llegó- Como vuelvas a poner una mano encima de él, el que saldrá perdiendo serás tú.

Justin golpeaba más y más fuerte, me quedé unos segundos quieta y en silencio, observando su espalda musculada llena de sudor, al igual que su pelo que parecía que se hubiese duchado. Él dejó de golpear y giró su cabeza, cuando vio que estaba todavía ahí se giró completamente.

- ¿Te has acostado con él?- me preguntó.
- No es de tu incumbencia.
- Te reto a que me lo digas- dijo serio.
- No- contesté-. Le pedí que durmiera conmigo porque no quería dormir sola.
- Podías haberme llamado a mí, antes que a él.

Yo reí y negué con la cabeza.

- Justin, tú no me quitas el miedo, tú me impones más. No sé cuándo se te va a ir la cabeza y vas a empezar a hacer tonterías.
- Antes- dijo él y se quedó callado por unos segundos mientras se quitaba los guantes, avanzó un poco hacia mí-. Te podía haber pegado y no lo hice.
- No te convenía, sabes que si me tocabas Tyler iría contra ti.
- No me importa lo que él me pudiese llegar a hacer, no te toqué porque no quise, porque hubiese podido y me hubiese sentido bien.
- ¿Si? ¿Pues venga? ¡Pégame!- fui hacia él, colocándome desafiante delante suya- Siéntete como un hombre y hazlo.
- No- dijo él y se movió para no quedar delante de mí, pero yo volví a colocarme enfrente de él.
- Yo te pegué y me quedé muy bien, la verdad. Me sentí genial, aunque fue muy poco- volví a pegarle con la mano abierta, Justin ni cerró los ojos-. Si, se siente genial. Venga, prueba.

Justin sonrió y se lamió el labio inferior.

- Lo estás deseando- le susurré lentamente.

Justin hizo un puño con su mano izquierda y yo me preparé para recibir el golpe, pero cuando abrí los ojos el puño estaba delante de mí, tal y como había pasado antes, solo que esta vez no se quedó ahí aunque tan poco me pegó. Abrí el puño y agarró mi barbilla para elevar mi cara, sabía que me iba a besar, pero yo no lo permitiría. Me eché hacia atrás y moví mis pies, pero tuve la suerte de que estaba uno de sus guantes ahí y caí al suelo, Justin se vino conmigo. Él estaba encima de mi cuerpo, sonriendo, yo solo quería dejar de sentir cada parte de su cuerpo. Me moví y quedé yo encima, fui a levantarme pero él agarró mis piernas con las suyas y volvió a colocarse el encima.

- La verdad es que me gusta más estar arriba, desde aquí se tiene más control- dijo Justin sonriendo pícaramente.
- Quita.
- Seguro que lo has besado intentando quitarle el dolor- dijo acercándose a mí-. A mí también me duele algo, venga, dame un besito.
- Que te lo de Camille.
- ¿Celosa?- Justin abrió la boca sorprendido.
 - Ni loca estaría yo celosa de una puta como ella.
- Si se enterase te meterías en grabes problemas- dijo Justin negando con la cabeza.
- ¿Y? ¿Se lo vas a decir?
- No si me das un beso.
- Venga, corre, ve a decírselo.

Él empezó a reírse, tenía una risa contagiosa así que acabé sonriendo aunque cuando me di cuenta volví a ponerme seria.

- ¿Qué tengo que hacer para conseguir un beso, bailarina?
- Sé de miles de chicas que estarían dispuestas a dártelo.
- Pero yo quiero un beso tuyo- sonaba como un bebe-. Y sé las palabras mágicas para conseguirlo. Te reto a que me des un beso.

Como odiaba este estúpido juego.

- Déjame ponerme de pie y te lo doy.

Justin se levantó rápidamente, yo me puse de puntillas y le di un beso, pero no fue en la boca fue en la mejilla. Noté como Justin sonreía.

- No me dijiste donde- le susurré en el oído.

Y después me fui corriendo para no darle tiempo de que me pidiera otro beso, pude escuchar de nuevo su risa.

- Corre bailarina pero no podrás esconderte de mí- lo escuchaba gritar tan fuerte que era como si estuviese a mí lado- y me importa una mierda Tyler, tú eres mía.


Mi corazón latió tan fuerte que hasta yo me sorprendí. 

-----------------------------------------------------------------------------------------------

Me siento orgullosa de mi misma porque he subido cuando dije y eso es un gran paso para mi jajajaja Quiero intentar hacer un ..... *redoble de tambores* un maratón, porque os lo merecéis y además la semana que viene me voy a casa de un familiar y no creo que pueda subir, lo intentaré, pero si no fuese así escribiré varios capítulos para subirlos cuando vuelva(y si subo el martes que viene igualmente escribiré los capítulos esos). Esa es mi intención, no sé si se va a poder cumplir, pero el maratón no está lejos.

PD: ¿Cómo podéis ayudar a que haya maratón? Pues muy simple, escribir comentarios y habladme de la novela, si os gusta o qué cambiarías, lo que sea, el simple hecho de que gastéis tiempo de vuestra vida en comentar sobre lo que escribo a mi me dan ganas de escribir.

PD2: Desde ahora volveré a leer el capítulo(en este lo he hecho) cuando lo termine para intentar corregir las faltas de ortografía, ya que no es algo que a mi me guste y así vuestra lectura será más fácil y cómoda, pero aún así se me puede escapar algo así que os lo agradecería si me las dijeseis para que la siguiente persona que lo lea no la encuentre. 

PD3: Intentaré dejar las cosas más claras y no liarlas mucho, lo intentaré dejar en un punto medio en el que a mi me guste y a vosotros también. También querría decir que cualquier critica bien hecha es recibida y que se intentan aplicar, gracias a todas esas personas que las hacen sin querer herirme. 


Si leíste pulsa el botón  GRACIAS <3

Muchas gracias a las que, aún por todo, me siguen leyendo y me motivan a seguir subiendo ('':
Leer más »
1 comentarios

Capítulo 23



Lo primero que sentí cuando abrí los ojos es que quería volver a dormirme, estaba compartiendo cama con Abby, era una cama de matrimonio con un colchón demasiado cómodo y unas mantas que te aportaban el calor justo y necesario. Me di la vuelta en la cama y entre abrí los ojos, no había nadie en el otro lado de la cama por lo que significaba que  Abby ya se había levantado. Tenía una pared entera de cristales por la que estaba entrando la poca luz que había después de una noche tan lluviosa como la de ayer, desde su cristalera se podía ver una pequeña montaña medio tapada por las nubes. Me desperté con un bostezo y me levanté de la cama, la habitación estaba decorada de una forma muy sencilla donde el color blanco abundaba. Fui a por el pantalón que me había molestado al dormir, estaba en una silla cerca de las ventanas, lo cogí y me quedé mirando, ¿yo viviría una vida como la suya para tener algo así? Seguramente no. 

Cuando me quise dar cuenta en una ventana que se veía desde aquí Justin me estaba observando mientras se fumaba, quizás, el primer cigarro de la mañana. Tenía mis piernas desnudas pero su mirada no bajaba de mis ojos. Aunque después de unos segundos bajó hacia mis piernas y en su cara se formó una media sonrisa, yo me aparté y me puse el pantalón justo a tiempo cuando llamaron a la habitación, la cabeza de Abby se asomó.

- ¿Ya te has despertado?
- Si, ¿qué hora es?
- La una de la mañana- dice ella sonriendo.
- ¿Qué?– miré un reloj que se encontraba en la pared, marcaba las una- ¿Cómo he podido dormir tanto?
- Ayer fue un día largo.

Y tan largo, me habían intentado matar, me había desmayado y Justin me había dicho que no me odiaba. Nada había salido bien.

- Si.
- Pero tranquila, que hoy te toca un día genial- dijo mientras me apretaba el hombro.
- Creo que me quedaré todo el día en la cama hasta que tengamos que ir otra vez de vuelta.
- No, no voy a permitir que te quedes en la cama dándole vuelta a todo lo que pasó ayer. Venga, levántate.
- Déjame, por favor- y me tiro a la cama de nuevo, enserio, estar ahí es como estar en las nubes.
- No me hagas arrasarte fuera de la cama.
- Tú no puedes conmigo.
- Ya, yo no- Abby giró su cabeza y miró a la puerta- ¡Hugo! Ven.

Hugo aparece por la puerta sonriendo, yo me agarro a la manta por miedo a que quiera hacer conmigo.

- ¿No sé quiere levantar?- dice Hugo.
- No.
- ¿Pero qué os cuesta dejadme aquí? Ir vosotros a divertiros- intento convencerlos, pero Abby niega con la cabeza.
- ¿Me haces el favor, Hugo?
- Sin problemas.

Se acerca a la parte de la cama donde estoy yo y tira de mi cuerpo sin hacerme daño pero con una fuerza que aunque me oponga, me levanta como a una pluma y me coloca sobre su hombro. Suelto las sabanas que estaban viniéndose conmigo y empiezo a quejarme pero cuando salimos de la habitación me doy cuenta que no hay remedio, así que disfruto del viaje.

- Me puedes dejar en el suelo si quieres, no me voy a ir.
- Lo siento, pero desde pequeño me enseñaron a no confiar en nadie- dice Hugo.

Vamos por unos pasillos largos y a lo lejos se empieza a oír voces, no puedo sacar nada claro porque todas hablan a la vez. Pero cuando ya acabamos en una habitación y me suelta en el suelo puedo distinguir una voz.

- Si necesitabas ayuda, ¿por qué no me has llamado a mí, Abby? A mí también me hubiera gustado cogerla así- dice Justin y recibe la risa de varias personas.
- Tú te hubieras aprovechado- dice Abby mientras va hacia algún lado.

Me giro justo cuando Justin hace una mueca con su boca.

- Cierto- responde él y luego me sonríe.

Pongo mis ojos en blanco y aprovecho para mover mi cabeza y ver donde estoy. Estoy en una cocina donde predomina el color del acero, todos los electrodomésticos y los muebles son de ese color, lo que le da un toque muy tecnológico. Se está cocinando comida que huele muy bien, huele a pasta y a queso, miro y hay una chica de espalda removiendo una olla con un palo de madera. No me suena la chica, es de piel oscura y lleva el pelo corto, negro y con rizos muy pequeños. Lleva una camiseta negra de tirantes y unos vaqueros largos pegados. Quito mi mirada rápida de ella para mirar al resto de las personas. Camille está sentada encima de una mesa con sus piernas cruzadas hablando a un chico que es Norman, cuando lo miro me acuerdo del incidente del piano y doy un paso hacia atrás sin quererlo, entonces noto un cuerpo detrás de mí, me doy la vuelta, veo a un chico rubio y más alto que yo, James, lo recordaba también, él me sonríe.

- Hola Hayley.

Tiene unos ojos muy azules, tan azules como el mar.

- Hola.
- ¿Vas a acompañarnos en la comida
- La verdad es que…- empecé a andar hacia atrás.
- Si, es mi invitada. Y si a alguien no le agrada, que se vaya. Estáis en mi casa, por si os lo habéis olvidado- salta Abby desde la esquina en la que estaba.

Escucho como una silla se mueve, miro hacia allí y veo como Norman se está levantando, se escuchan risas muy bajas.

- Siéntate- dice Justin ocultando una sonrisa.
- Pero ella dijo…- dice Norma apuntando a Abby.

Escucho como Abby resopla y va hacia mí.

- Que no te intimiden estos niñatos, son solo eso. No te tienes que dejar pisotear por ellos, si crees que eres débil se aprovecharan- me susurra en el oído-. Venga, ven, vamos a sentarnos, Tamila hace una pasta riquísima.

La chica que estaba cocinando se gira y sonríe a Abby.

- ¿Es tu cocinera? ¿No es un poco joven?- le pregunto en un susurro.

Nada más que termino la oración veo un objeto volando hacia mi dirección y cuando me doy cuenta está clavado justo detrás de mí. Cuando miro de donde venía Tamila me está mirando fijamente.

- No soy la cocinera de nadie.

Todo el mundo empieza a reírse y yo noto como me suben los colores. Toco mi oreja izquierda pero está intacta.

- Yo… lo siento, es solo que…
- ¿Por mi color de piel?
- No, para nada.

Entonces Tamila empezó a reírse y se acercó a mí, se agachó y me miró a los ojos.

- Tranquila, no soy como estos estúpidos, no te voy a juzgar por cada palabra ni por cada gesto. Me llamo Tamila y me gusta cocinar, y sin mi todos estos se morirían de hambre- me tiende su mano.
- Yo soy Hayley.
- Ya me han hablado de ti, encantada de conocerte. Y… bueno… lo siento por…
- Tamila, algo huele a quemado por aquí- suelta Justin interrumpiendo su frase.
- ¿Qué mierda habéis hecho ya?- dice Tamila dándose la vuelta y volviendo a donde estaba.

Yo cogí aire y lo expulsé lentamente. Ella era la segunda persona que me había tratado bien en esta sala y eso se agradaba. Yo empecé a hablar con Abby de que habían estado haciendo ayer y demás hasta que Tamila empezó a repartir la comida. Después vino Eddy acompañado de otro chico, Miller, si no me equivoco.

- Hola familia- grita Eddy cuando entra por la puerta, pasa la mirada por todos y se para en mi- Ah, y hola Hayley.
- ¿Por qué mierda son tan maleducados todos aquí?- salta Abby.
- Tranquila, sabes que no lo hacemos a malas- dice Eddy acercándose y yendo a su mesa vacía.
- Yo si- susurra Norman.

Yo suspiro ya cansada de la situación y por dejar que los otros hagan conmigo lo que quieren.

- Estar aquí me gusta tan poco como a vosotros, pero yo en vez de soltar cualquier pensamiento que me pasa por la cabeza me los quedo para mí porque paso.
- Pues vete- dice Norman.
- Es mi invitada, no se va a ir a ninguna parte- dice Abby.
- No te voy a dar el gusto de irme porque tú lo quieras.
- No soy el único que quiere que te vayas- él mira a Justin que está sonriendo.
- A mí no me mires tío, yo quiero que se quede, esto es más entretenido estando ella de por medio.

Justin me mira y guiña un ojo, yo bajo mi mirada y empiezo a remover mi plato de pasta.

- Genial- dice Norman y escucho después como su silla se levanta y él sale de la habitación.

Todo el mundo se queda callado y yo no me puedo creer que yo haya causado todo esto.

- Le haré compañía- oigo la voz de Camille, que recoge su plato y el de Norman.
- ¿Alguien se quiere ir?- pregunta Justin, puedo oír cómo está algo enfadado- De acuerdo, por sigamos comiendo.

Y la comida avanza, en silencio, hasta que James pregunta que haremos esta tarde y Hugo le sugiere que vayamos a un bar que hay cercano a pasar un buen rato y así el ambiente se relaja. No sé si yo voy incluida en el plan, una parte de mi desea que no sea así pero la otra parte tiene tanto miedo de quedarse sola que no le importaría ir. La comida acaba y Abby me dice que la acompañe, vamos a su cuarto y me sienta en la cama.

- ¿Qué te vas a poner?- me pregunta.
- ¿Yo? ¿Para qué?
 - No creas que te voy a dejar aquí. Si yo voy, tú vas.

Entonces me acordé de algo que llevaba todo el día queriendo preguntarle.

- ¿Y por qué vas? Mejor dicho, ¿por qué están ellos aquí, Abby? ¿No decías que te caían mal?

Abby se encoje de hombros y suspira, se sienta a mi lado en la cama.

- Hay cosas que tenemos que hacer aunque no nos gusten. Mi padre aceptó que no hiciera nada con ellos, pero esta es su casa y él hace lo que quiere con ella. Así que mejor dicho no son mis invitados.
- ¿Y dónde está tu padre?
- No sé, creo que en alguna isla. No le gusta mucho el calor.

Abby miraba al suelo como si fuera la primera vez que lo viera, moviendo sus ojos rápidamente como si intentara mantenerlos ocupado.

- ¿Y por qué sales con ellos?
- De alguna forma me tengo que dejar ver vista en público con ellos para mantenerme a salvo. Pero bueno, dejemos de esas cosas, y piensa que es como si saliéramos las dos solas. Venga, ven, que seguro que no tienes nada en tu maleta como para salir.

Abby se puso de pie y me tendió su mano, yo la agarré fuerte y me levanto.

- Gracias por responder a mis preguntas.
- Ya te dije que lo haría. No hay nada que me gustase más que saber que confías en mí.
- Poco a poco- susurré.

Ella sonrió y me llevó hasta una puerta, la abrió y pude ver que era su vestidor… un vestidor del tamaño de mi habitación. No pude evitar reírme. Abby me metió dentro y me dijo que podía coger lo que quisiese. Decidí coger unos pantalones cortos negros y una blusa blanca que quedaba holgada, me prestó unos tacones que según ella eran cómodos, pero yo no me fiaba. Le dije que si podía ducharme antes de que me empezara a arreglar y me llevó hasta el baño. Me llené la bañera y de mientras me fui quitando la ropa.
Me miré en el espejo y una mancha en mi cuello me llamo la atención. Hasta ahora había llevado el cabello suelto y no me había dado cuenta que tenía un moratón en la parte de la izquierda, no era muy grande pero nada más que lo toqué recordé cuando el hombre me tenía cogida del cuello, no pude reprimir un pequeño gemido de angustia. Al darme la vuelta observé otro moratón en el final de mi espalda, seguramente por la caída. Miré mi mano y recordé como su zapato sucio por la lluvia había pisado mi mano. Levanté mi mirada para evitar las lágrimas que iban a salir. Fui hacia la bañera y apagué el grifo. Escuché unos golpes secos en la puerta.

- Ocupado- grite, aunque mi voz no sonaba tan fuerte como yo quería.

Los golpes volvieron a sonar, pero ya no eran golpes, era como pasos y el pomo de la puerta empezó a moverse. Cogí una toalla de las que me habían dado Abby y me tapé, escuché como algo metálico sonaba, yo me apoyé en la pared y me deslicé hasta el suelo.

- Déjame, por favor- susurré.

Me tapé los oídos fuertemente con las manos, pero no dejaba de oír la lluvia y los árboles moviéndose.

- ¿Hayley? ¿Hayley? Soy yo, soy Abby, ábreme, te traigo un albornoz.

Me levanté del suelo y fui hacia la puerta algo tambaleante. Quité el pestillo y abrí la puerta.

- ¿Por qué no me escuchabas?- me preguntó.
- No sé, quizás fue el agua- dije intento evitar mirarla a los ojos.
- Pero si no escuchaba el grifo… Bueno, da igual, las paredes son duras aquí- dijo sonriendo-. Toma.
- Gracias.

Lo cogí y me di la vuelta para dejarlo en una encimera, me giré hacia la puerta y fui a cerrarla. Cogí aire y apreté fuerte mis parpados, me tenía que tranquilizar, no podía montar un espectáculo.

- ¿Te vas a meter con la toalla?-preguntó una voz que me hizo abrir los ojos, Justin estaba delante de mi quitándose la camiseta- Que chica más rara, la gente se suele bañar desnuda- estaba empezando a desabrocharse el pantalón cuando reaccione.
- ¿Qué haces aquí? ¿Cómo has entrado? ¡Para!- llevé mis manos a las suya y las aparté del pantalón.
- Bueno, si quieres soy todo tuyo- puso sus manos en el aire y miro a su pantalón y después a mí.
- Sé dónde ha estado eso y ni loca lo voy a tocar con mis manos.

Justin refunfuñando cogió su camiseta del suelo.

- Y yo que creía que por haber tenido una experiencia cercana a la muerte ibas a ser más simpática ahora.

Puse mis ojos en blanco, abrí la puerta y le hice señales para que se fuera. Justin sonrió de lado y me dejo por fin a solas en el baño. Puse el pestillo y me quité la toalla para meterme en la bañera, la cual ya estaba algo fría pero no me importaba. Me tumbé hasta que mi cabeza quedó debajo del agua, abrí los ojos y vi una figura negra fuera del agua, mirándome, observándome. Saqué rápidamente mi cabeza del agua para descubrir que allí no había nadie más que yo.

Terminé el baño diez minutos después volví al cuarto en el cual Abby estaba maquillándose sentada delante de un espejo. Me miró a través del espejo y me sonrió.

- Cuando termine conmigo empiezo contigo.
 - Si, tranquila.

Sobre las cinco y media ya estábamos las dos terminadas. Fuimos por una parte que tuvimos que bajar unas escaleras y llegamos a un garaje donde había una furgoneta en la que cabían por lo menos diez personas, allí ya estaban Justin, Eddy, Hugo y Tamila. Cuando me quise dar cuenta por el mismo lugar por el que habíamos bajado Abby y yo, vinieron Miller, Camille, Norman y James. Menos Justin todos llevaban vaqueros oscuros, una camiseta negra y una chaqueta de cuero. Justin a diferencia llevaba la camiseta blanca, las chicas en vez de una camiseta llevaban una de tirantes con el típico escote.

- Venga, todo el mundo arriba- dijo Eddy.

Fui la última en entrar, tampoco me esperaba menos.

- ¿Todos listos?- dijo Hugo, que era el que conducía.
- Que sepáis que solo vengo porque es mi obligación, sin mi arrasarían hoy con vosotros- dijo Norman.
- Si, si, muchas gracias por honrarnos con tu presencia, Dios Norman- soltó Tamila.
- De nada.

La furgoneta arrancó y la puerta del garaje se abrió, el cielo estaba nublado pero sin peligro de que fuera a llover. Abby iba a mi lado y cuando ya habían pasado cinco minutos y todo el mundo se había puesto a hablar con su compañera, yo me giré hacia ella.

- ¿Qué va a pasar?- pregunté por el comentario de Norman.
- Nada peligroso, si no, no te llevaría. Van a divertirse, a su manera.
- ¿Y cuál es su manera?- pregunté.
- ¿Te acuerdas del cuadrado?- me preguntó y afirmé con la cabeza- Pues algo así.

Hacía mucho que no bailaba y hacía mucho más que no veía a alguien bailar, así que las pocas ganas que tenía de ir con ellos aumentaron. Quizás no me gustaban, pero bailaban genial. Pusieron música y la gente hablaba más fuerte todavía. Tardamos como veinte minutos en llegar al local y ya estaba empezando a oscurecer. Aparcaron en un aparcamiento con otros cuatro coches y todos bajamos de la furgoneta. Yo me agarré del brazo de Abby y empezamos a seguir al resto hasta que llegamos a la puerta de un local, la música se oía desde aquí. Justin se acercó a uno de los porteros y tras unas cuantas frases, el portero le hizo una señal al otro y este nos abrió la puerta. Todos entraron rápidamente.

- Hayley, le dije que si nos dejaba entrar luego te ibas a su cuarto a solas- me dijo mientras pasaba a mi lado.
- ¿Qué? ¿Qué mierda has hecho?- me solté de Abby y fui a cogerlo del brazo.
- Tranquila muñeca, no creo que se hubiese conformado solo contigo. Y prepárate que va a ser una noche muy divertida- siguió para adelante y tuve que soltar su brazo.

Lo primero que hice fue ir a la barra con Abby para tomarnos algo, el camarero nos invitó y mientras estaba mirando a la pista me fijé que era como una discoteca normal y corriente una gran sala con luces y personas bailando, a lo lejos de la sala en una esquina estaba un chico detrás de una tabla que ponía la música. En las dos esquinas había varias gogos que bailaban, mientras observaba vi cómo la gente empezó a dejar un sitio en el centro y las luces se apagaron.

- Wao, wao ¿qué es eso? ¿Qué está pasando?- dijo por lo altavoces.

Se iluminó un foco en la pista y Tamila quedó iluminada, empezó a sonar drop the game, estaba estirando sus brazos y moviendo su cuello mientras miraba a todas las personas que había a su alrededor, se quedó quieta como si hubiesen apagado el interruptor y dejara de funcionar, sus brazos cayeron de la posición en la que estaban hasta estar pegados a su cuerpo. En la canción empezaron a sonar unos oh oh oh y se enfocó toda la pista, estaban allí todo el mundo mirando hacia abajo y dando grandes pasos. Podía ver donde estaba Justin, justo en medio de todos. Justin levantó su cabeza y empezó a mover partes de su cuerpo lentamente y era como si todo estuviese conectado, me recordó al videoclip de dicha canción. Todo el mundo los miraba y estaban empezando a reconocerlos, algunas gritaban el nombre de Justin. Todo su grupo empezó a bailar como él. Era un baile menos agresivo que el de la última vez, aquí se veía que tenían algo de técnica, todos sus pasos eran limpios. En una de estas veces Camille fue cogida un brazo por Hugo y otro por Miller para dar una voltereta y acabar en el suelo. Todos se movían como uno, la verdad es que era un espectáculo verlos y antes de que terminaran. Norman empezó a bailar solo lentamente, el mismo estilo de baile que Justin había estado bailando, pero en este caso Norman lo bailaba mejor. Las luces se apagaron de golpe otra vez y cuando se volvieron a encender, ninguno estaba en la pista. Noté como me pellizcaban en el costado y al girarme Justin estaba allí, algo agitado.

- ¿Te apetece bailar?- tenía que hablarme cerca para poder escucharlo
- Estoy bien- le digo.
- Venga, te reto a que bailes conmigo por lo menos dos canciones.
- No sé para qué me resisto si siempre haces lo mismo.

Justin me agarró del brazo y me llevó al centro de la pista, pasando por personas sudadas y por lo consiguiente, pegajosas. Colocó sus manos en mi cintura y bailamos, sus manos no bajaron más abajo por lo que hizo que pudiera disfrutar del baile. Cuando la canción se acabó, pusieron una más lenta y yo le miré a los ojos, deseaba que me dejara pero él me pegó más a su cuerpo y apartó mi cabello de mi cuello, entonces se fijó en lo mismo que yo, en que tenía un moratón.

- ¿Ya has ligado? No te puedo dejar ni unos minutos a solas- me susurra.
- Yo no… Es del otro día. ¿Podemos no hablar de eso?- pregunté.
- Tampoco es que me importarse.

Coloco su cabeza en mi hombro y me beso el cuello, justo donde estaba el moratón y me dio un pequeño escalofrío. Justin me apartó él rápidamente.

- Voy a ir al baño.
- De acuerdo.

Yo volví a donde estaba antes con Abby, que ahora se había unido Tamila, pero ella no duró mucho porque un chico la llevó a bailar. Me tomé otra copa, la cual ya tuve que pagar pero creo que no fue el precio real. El camarero me sacaría tres años como poco pero parecía muy joven, tenía el cabello negro y unos ojos azules preciosos. Estuve hablando con él hasta que las dos copas hicieron efecto y tuve que ir al baño. Al entrar los tres cubículos estaban ocupados, así que me quedé mirando en el espejo hasta que una de las puertas se abrió y una chica salió sonriendo y bajándose el vestido, puse los ojos en blanco, ¿enserio es alguien capaz de hacerlo aquí? Con las miles de enfermedades que puede coger… La puerta se volvió a abrir y Justin salió de ella, como no, quien iba a ser si no.

- ¿Otra vez en el baño de las chicas?- pregunté.

Justin no habló, solo me miró y se tocó la nariz, sus ojos estaban algo rojos. Y me asusté, la última vez que había pillado a Justin drogado no había sido un buen momento. Fue hacia mi rápido y empezó a desabrocharme la camisa. Su respiración era muy agitada y su cuerpo se pagaba al mío eliminándome las pocas fuerzas que tenía.

- Justin, déjame, suéltame.
- ¿Por qué lo haces todo tan complicado? Es solo sexo, por dios.

Logré empujar a Justin lejos de mí y me abroché los dos botones que me había quitado. Pero Justin no se iba, me empujo desde los hombros y choqué contra la pared. Tuve a Justin de nuevo a nada de mí, pero no me iba a sentir débil.

- Bueno, pues si no quieres besarme a mí, besaras a otro…- dijo mirando mis labios.
- No… no…- dije susurrando.
- ¿Te acuerdas cuando me dijiste que besara a la primera chica que viera? Pues te toca a ti, besa al primer chico que veas.
- Eres un cabrón.
- Lo sé cariño, pero antes ven, toma esto- Justin sacó una pastilla de su bolsillo.
- No, drogas no.
- Es un juego, y te acuerdas de las reglas.

La cogí y me la tragué, bebiendo agua del grifo. Cuando volví a estar delante de él, le pegué una hostia en su cara con toda mi fuerza. Él se quedó riendo y con una mejilla roja mientras yo salía del cuarto de baños, se me habían quitado las ganas de mear. Estuve mirando al suelo hasta que vi unos zapatos de hombres solos, yo no era como Justin, no podía besar a cualquiera. Levanté la mirada y estaba el camarero recogiendo unas copas. Puse mis manos en sus mejillas y lo besé. Era un beso desinteresado, yo apenas participaba pero él se notaba que lo quería, que lo llevaba deseando desde hace tiempo. Soltó la bandeja y me agarró por la espalda. Mi cuerpo empezó a moverse, siendo llevado con él. Volví a notar la pared a mi espalda y la blusa empezó a salir de mis pantalones. Mi respiración era agitada y la música sonaba demasiado fuerte para mi gusto. Noté su mano caliente en mi estómago y subía, y yo no podía pararle, solo escuchaba mi respiración, la de camarero y la música.

Escuché un golpe seco y apartaron al camarero sin nombre de delante de mí, todo se volvía oscuro pero pude ver a Tamila delante de mí, creo que decía mi nombre. Pasó uno de mis brazos por sus hombros y me ayudó a moverme.

- ¿Quién ha sido?- escuché a Abby preguntar.

Escuché a Justin reir y me entraron ganas de partirle la cara, pero no sabía ni donde estaba yo.

- Te vas a enterar, cabrón- dijo Abby y Tamila paró, quizás se estaban pegando, hubiese pagado por eso- Déjame Eddy, déjame, te juro que lo mato. Que actué de una vez por todo como la persona mayor que es. Todos estamos jodidos pero no lo pagamos con Hayley, si quieres joderle la vida a alguien que sea a ti mismo, Justin.
- Mi vida no puede estar más jodida, cariño- dijo él.
- Ojala sea cierto.

Y no escuché nada más, solo un “tranquila, te llevare a casa” de Tamila. ¿Casa? ¿Acaso yo tenía de eso?
Lo siguiente que recuerdo es estar tumbada en algo cómodo, y a alguien acariciándome la cara.

- Hayley, cariño, soy Abby, te tienes que vestir para ir ya al internado.
- Si…- susurré.
- Aquí tienes ropa, te espero abajo, tengo tu maleta ya abajo. ¿Vale?
- Si…

Me vestí lentamente, luchando contra mis parpados. Me miré al espejo para observar como lucia, tenía los ojos rojos y estaba blanca y aún llevaba el maquillaje así que no sé cómo lo había hecho, no me acuerdo de estar besando al tío, sé que lo hice pero no sé cómo. Luego fui hasta las escaleras y estaban Abby, Tamila y Camille de pie, mirando algo. Yo me quedé quieta viendo como todos los chicos estaban en un círculo.

- Venga, que beba quien alguna vez se ha potado encima de lo borracho que estaba- dijo James.

Todo el mundo se rio y los chicos bebieron de la copa que tenían en sus manos. Abby me miró y me sonrió, vino hacia mí y me pregunto qué tal estaba. Yo le dije que regular y que cuando nos íbamos, me contesto que cuando llegara el coche nos íbamos. Yo me senté en un sillón que había cerca de la puerta y me quedé mirando como los chicos seguían diciendo estupideces. En mi cabeza todo retumbaba, pero escuché claramente cuando Abby dijo:

- Que beba quien alguna vez se ha enamorado de quien no debía.

Camille, Eddy, Hugo, James, Abby e incluso Justin bebieron. Después eso, todos se quedaron en silencio, todos estaban incómodos pero eso me facilitó a mí que me quedase dormida. Sé que fui a un coche, pero eso es como cuando tu madre de pequeña te mueve del sofá a la cama, lo sabes pero no te acuerdas. También recuerdo haber llegado a mi habitación una vez ya en el internado pero no sé cómo lo conseguí. Me despertó unos golpes en la puerta. Ahí me di cuenta que estaba ya en el internado, otra vez.
Miré sorprendida a mi habitación, aquí extrañamente me sentía a salvo. En la ventana había vaho y un mensaje en ella.  Buenas noches bailarina, nada más que lo leí lo borré rápidamente. No quería saber nada más de él. Mi cabeza seguía dando vueltas pero estaba algo mejor. Los porrazos en la puerta volvieron.

- ¿Si?

La puerta se abrió de golpe, dejando ver detrás de ella a Tyler, a un Tyler inmaculado y sonriendo, había olvidado lo bonita que era su sonrisa pero no sé porque a mí no me producía nada. ¿Esperaba a otra persona? Él iba vestido con un chándal y sus rizos estaban perfectamente alborotados.

- Tyler…- susurré.
- ¿No te alegras de verme, pequeña?

Su voz era tan dulce que recordé cada instante en el que él había estado conmigo, cada momento en el que yo me sentí segura y comprendida. Me levanté de la cama y me lancé a sus brazos, él me elevó en el aire y por unos segundos pensé que vomitaría pero no ocurrió nada.

- Mucho- dije y era verdad. Por unos días me había olvidado de él, pero quizás tenían razón esas personas que dicen que hay que dejar algo ir para que cuando vuelvas sepas si lo extrañaste, y yo lo hice.

Sus brazos se sentían calientes a mí alrededor, y mi cuerpo se ajustaba al suyo perfectamente. Solo había una cosa que me apartaba de él, y que no iba a hacerlo más.

- ¿Qué te pasa?- me mira a los ojos intentando entenderme, pero no lo consigue y es que yo tampoco lo entiendo.
- Quiero conocerte mejor- susurro.
- Lo harás, Hayley.
- Pero lo digo enserio, me he sentido muy sola todo este tiempo y estoy harta de estar así. Estoy cansada de no saber en quien confiar y sin saber si al segundo que viene me van a hacer daño. Necesito a alguien que me cuide, y no me importaría que fueras tú.

Quizás así Justin me dejaba en paz, quizás así conseguiría la estabilidad que necesitaba.

- Y yo estaría encantado de ser esa persona.

Sus labios fueron lentamente hacia mi boca, primero nuestras narices se rozaron, dándome la oportunidad de echarme atrás. Pero no lo hice, me quedé ahí y disfruté del beso, disfruté de sus manos por mi espalda y de las mariposas que me proporcionaba.

- ¿Te puedes quedar esta noche conmigo?- le pregunté.
- Esta noche y todas las que quieras. No te va a pasar nada malo mientras yo esté aquí.


No intentó nada, simplemente me abrazó, simplemente eso, que no era nada y era todo lo que yo necesitaba.

-----------------------------------------------------------------
¡CUANTOS CAPÍTULOS SIN TYLER! Casi me había olvidado de él. 
Antes de nada quiero decir que quería escribir otra cosa pero quizás como algunas sabéis tuve problemas con el ordenador y se me borró gran parte por lo que lo he escrito a la bulla para que no estuviera muy alejada del lunes. Así que quizás no es un gran capítulo, pero como os voy a subir más a menudo lo uno compensa lo otro. Ah, por cierto, me encanta Tamila jajaja.

PD: ¿Os gusta el ritmo de la novela?

Si leíste pulsa el botón   MIL GRACIAS POR LEERME Y POR TODO, GRACIAS. <3

Lo siento a esas personas a las que les molesta mi poca "seriedad" al subir y al prometerme, pero soy así y no puedo cambiar y muchas gracias a las que, aún por todo eso, me siguen leyendo('':
Leer más »

Gracias.

Con la tecnología de Blogger.