Lo primero que sentí cuando abrí
los ojos es que quería volver a dormirme, estaba compartiendo cama con Abby,
era una cama de matrimonio con un colchón demasiado cómodo y unas mantas que te
aportaban el calor justo y necesario. Me di la vuelta en la cama y entre abrí
los ojos, no había nadie en el otro lado de la cama por lo que significaba
que Abby ya se había levantado. Tenía
una pared entera de cristales por la que estaba entrando la poca luz que había
después de una noche tan lluviosa como la de ayer, desde su cristalera se podía
ver una pequeña montaña medio tapada por las nubes. Me desperté con un bostezo
y me levanté de la cama, la habitación estaba decorada de una forma muy
sencilla donde el color blanco abundaba. Fui a por el pantalón que me había
molestado al dormir, estaba en una silla cerca de las ventanas, lo cogí y me
quedé mirando, ¿yo viviría una vida como la suya para tener algo así?
Seguramente no.
- ¿Ya te has despertado?
- Si, ¿qué hora es?
- La una de la mañana- dice ella
sonriendo.
- ¿Qué?– miré un reloj que se
encontraba en la pared, marcaba las una- ¿Cómo he podido dormir tanto?
- Ayer fue un día largo.
Y tan largo, me habían intentado
matar, me había desmayado y Justin me había dicho que no me odiaba. Nada había
salido bien.
- Si.
- Pero tranquila, que hoy te toca
un día genial- dijo mientras me apretaba el hombro.
- Creo que me quedaré todo el día
en la cama hasta que tengamos que ir otra vez de vuelta.
- No, no voy a permitir que te
quedes en la cama dándole vuelta a todo lo que pasó ayer. Venga, levántate.
- Déjame, por favor- y me tiro a
la cama de nuevo, enserio, estar ahí es como estar en las nubes.
- No me hagas arrasarte fuera de
la cama.
- Tú no puedes conmigo.
- Ya, yo no- Abby giró su cabeza
y miró a la puerta- ¡Hugo! Ven.
Hugo aparece por la puerta
sonriendo, yo me agarro a la manta por miedo a que quiera hacer conmigo.
- ¿No sé quiere levantar?- dice
Hugo.
- No.
- ¿Pero qué os cuesta dejadme
aquí? Ir vosotros a divertiros- intento convencerlos, pero Abby niega con la
cabeza.
- ¿Me haces el favor, Hugo?
- Sin problemas.
Se acerca a la parte de la cama
donde estoy yo y tira de mi cuerpo sin hacerme daño pero con una fuerza que
aunque me oponga, me levanta como a una pluma y me coloca sobre su hombro.
Suelto las sabanas que estaban viniéndose conmigo y empiezo a quejarme pero
cuando salimos de la habitación me doy cuenta que no hay remedio, así que
disfruto del viaje.
- Me puedes dejar en el suelo si
quieres, no me voy a ir.
- Lo siento, pero desde pequeño
me enseñaron a no confiar en nadie- dice Hugo.
Vamos por unos pasillos largos y
a lo lejos se empieza a oír voces, no puedo sacar nada claro porque todas
hablan a la vez. Pero cuando ya acabamos en una habitación y me suelta en el
suelo puedo distinguir una voz.
- Si necesitabas ayuda, ¿por qué
no me has llamado a mí, Abby? A mí también me hubiera gustado cogerla así- dice
Justin y recibe la risa de varias personas.
- Tú te hubieras aprovechado-
dice Abby mientras va hacia algún lado.
Me giro justo cuando Justin hace
una mueca con su boca.
- Cierto- responde él y luego me
sonríe.
Pongo mis ojos en blanco y
aprovecho para mover mi cabeza y ver donde estoy. Estoy en una cocina donde
predomina el color del acero, todos los electrodomésticos y los muebles son de
ese color, lo que le da un toque muy tecnológico. Se está cocinando comida que
huele muy bien, huele a pasta y a queso, miro y hay una chica de espalda
removiendo una olla con un palo de madera. No me suena la chica, es de piel
oscura y lleva el pelo corto, negro y con rizos muy pequeños. Lleva una
camiseta negra de tirantes y unos vaqueros largos pegados. Quito mi mirada
rápida de ella para mirar al resto de las personas. Camille está sentada encima
de una mesa con sus piernas cruzadas hablando a un chico que es Norman, cuando
lo miro me acuerdo del incidente del piano y doy un paso hacia atrás sin
quererlo, entonces noto un cuerpo detrás de mí, me doy la vuelta, veo a un
chico rubio y más alto que yo, James, lo recordaba también, él me sonríe.
- Hola Hayley.
Tiene unos ojos muy azules, tan
azules como el mar.
- Hola.
- ¿Vas a acompañarnos en la
comida
- La verdad es que…- empecé a
andar hacia atrás.
- Si, es mi invitada. Y si a
alguien no le agrada, que se vaya. Estáis en mi casa, por si os lo habéis
olvidado- salta Abby desde la esquina en la que estaba.
Escucho como una silla se mueve,
miro hacia allí y veo como Norman se está levantando, se escuchan risas muy
bajas.
- Siéntate- dice Justin ocultando
una sonrisa.
- Pero ella dijo…- dice Norma
apuntando a Abby.
Escucho como Abby resopla y va
hacia mí.
- Que no te intimiden estos
niñatos, son solo eso. No te tienes que dejar pisotear por ellos, si crees que
eres débil se aprovecharan- me susurra en el oído-. Venga, ven, vamos a
sentarnos, Tamila hace una pasta riquísima.
La chica que estaba cocinando se
gira y sonríe a Abby.
- ¿Es tu cocinera? ¿No es un poco
joven?- le pregunto en un susurro.
Nada más que termino la oración
veo un objeto volando hacia mi dirección y cuando me doy cuenta está clavado justo
detrás de mí. Cuando miro de donde venía Tamila me está mirando fijamente.
- No soy la cocinera de nadie.
Todo el mundo empieza a reírse y
yo noto como me suben los colores. Toco mi oreja izquierda pero está intacta.
- Yo… lo siento, es solo que…
- ¿Por mi color de piel?
- No, para nada.
Entonces Tamila empezó a reírse y
se acercó a mí, se agachó y me miró a los ojos.
- Tranquila, no soy como estos
estúpidos, no te voy a juzgar por cada palabra ni por cada gesto. Me llamo
Tamila y me gusta cocinar, y sin mi todos estos se morirían de hambre- me
tiende su mano.
- Yo soy Hayley.
- Ya me han hablado de ti,
encantada de conocerte. Y… bueno… lo siento por…
- Tamila, algo huele a quemado
por aquí- suelta Justin interrumpiendo su frase.
- ¿Qué mierda habéis hecho ya?-
dice Tamila dándose la vuelta y volviendo a donde estaba.
Yo cogí aire y lo expulsé
lentamente. Ella era la segunda persona que me había tratado bien en esta sala
y eso se agradaba. Yo empecé a hablar con Abby de que habían estado haciendo
ayer y demás hasta que Tamila empezó a repartir la comida. Después vino Eddy
acompañado de otro chico, Miller, si no me equivoco.
- Hola familia- grita Eddy cuando
entra por la puerta, pasa la mirada por todos y se para en mi- Ah, y hola
Hayley.
- ¿Por qué mierda son tan
maleducados todos aquí?- salta Abby.
- Tranquila, sabes que no lo
hacemos a malas- dice Eddy acercándose y yendo a su mesa vacía.
- Yo si- susurra Norman.
Yo suspiro ya cansada de la
situación y por dejar que los otros hagan conmigo lo que quieren.
- Estar aquí me gusta tan poco
como a vosotros, pero yo en vez de soltar cualquier pensamiento que me pasa por
la cabeza me los quedo para mí porque paso.
- Pues vete- dice Norman.
- Es mi invitada, no se va a ir a
ninguna parte- dice Abby.
- No te voy a dar el gusto de
irme porque tú lo quieras.
- No soy el único que quiere que
te vayas- él mira a Justin que está sonriendo.
- A mí no me mires tío, yo quiero
que se quede, esto es más entretenido estando ella de por medio.
Justin me mira y guiña un ojo, yo
bajo mi mirada y empiezo a remover mi plato de pasta.
- Genial- dice Norman y escucho
después como su silla se levanta y él sale de la habitación.
Todo el mundo se queda callado y
yo no me puedo creer que yo haya causado todo esto.
- Le haré compañía- oigo la voz
de Camille, que recoge su plato y el de Norman.
- ¿Alguien se quiere ir?-
pregunta Justin, puedo oír cómo está algo enfadado- De acuerdo, por sigamos
comiendo.
Y la comida avanza, en silencio,
hasta que James pregunta que haremos esta tarde y Hugo le sugiere que vayamos a
un bar que hay cercano a pasar un buen rato y así el ambiente se relaja. No sé
si yo voy incluida en el plan, una parte de mi desea que no sea así pero la
otra parte tiene tanto miedo de quedarse sola que no le importaría ir. La
comida acaba y Abby me dice que la acompañe, vamos a su cuarto y me sienta en
la cama.
- ¿Qué te vas a poner?- me
pregunta.
- ¿Yo? ¿Para qué?
- No creas que te voy a dejar aquí. Si yo voy,
tú vas.
Entonces me acordé de algo que
llevaba todo el día queriendo preguntarle.
- ¿Y por qué vas? Mejor dicho,
¿por qué están ellos aquí, Abby? ¿No decías que te caían mal?
Abby se encoje de hombros y
suspira, se sienta a mi lado en la cama.
- Hay cosas que tenemos que hacer
aunque no nos gusten. Mi padre aceptó que no hiciera nada con ellos, pero esta
es su casa y él hace lo que quiere con ella. Así que mejor dicho no son mis
invitados.
- ¿Y dónde está tu padre?
- No sé, creo que en alguna isla.
No le gusta mucho el calor.
Abby miraba al suelo como si
fuera la primera vez que lo viera, moviendo sus ojos rápidamente como si
intentara mantenerlos ocupado.
- ¿Y por qué sales con ellos?
- De alguna forma me tengo que
dejar ver vista en público con ellos para mantenerme a salvo. Pero bueno,
dejemos de esas cosas, y piensa que es como si saliéramos las dos solas. Venga,
ven, que seguro que no tienes nada en tu maleta como para salir.
Abby se puso de pie y me tendió
su mano, yo la agarré fuerte y me levanto.
- Gracias por responder a mis
preguntas.
- Ya te dije que lo haría. No hay
nada que me gustase más que saber que confías en mí.
- Poco a poco- susurré.
Ella sonrió y me llevó hasta una
puerta, la abrió y pude ver que era su vestidor… un vestidor del tamaño de mi
habitación. No pude evitar reírme. Abby me metió dentro y me dijo que podía
coger lo que quisiese. Decidí coger unos pantalones cortos negros y una blusa
blanca que quedaba holgada, me prestó unos tacones que según ella eran cómodos,
pero yo no me fiaba. Le dije que si podía ducharme antes de que me empezara a
arreglar y me llevó hasta el baño. Me llené la bañera y de mientras me fui
quitando la ropa.
Me miré en el espejo y una mancha
en mi cuello me llamo la atención. Hasta ahora había llevado el cabello suelto
y no me había dado cuenta que tenía un moratón en la parte de la izquierda, no
era muy grande pero nada más que lo toqué recordé cuando el hombre me tenía
cogida del cuello, no pude reprimir un pequeño gemido de angustia. Al darme la
vuelta observé otro moratón en el final de mi espalda, seguramente por la
caída. Miré mi mano y recordé como su zapato sucio por la lluvia había pisado
mi mano. Levanté mi mirada para evitar las lágrimas que iban a salir. Fui hacia
la bañera y apagué el grifo. Escuché unos golpes secos en la puerta.
- Ocupado- grite, aunque mi voz
no sonaba tan fuerte como yo quería.
Los golpes volvieron a sonar,
pero ya no eran golpes, era como pasos y el pomo de la puerta empezó a moverse.
Cogí una toalla de las que me habían dado Abby y me tapé, escuché como algo
metálico sonaba, yo me apoyé en la pared y me deslicé hasta el suelo.
- Déjame, por favor- susurré.
Me tapé los oídos fuertemente con
las manos, pero no dejaba de oír la lluvia y los árboles moviéndose.
- ¿Hayley? ¿Hayley? Soy yo, soy
Abby, ábreme, te traigo un albornoz.
Me levanté del suelo y fui hacia
la puerta algo tambaleante. Quité el pestillo y abrí la puerta.
- ¿Por qué no me escuchabas?- me
preguntó.
- No sé, quizás fue el agua- dije
intento evitar mirarla a los ojos.
- Pero si no escuchaba el grifo…
Bueno, da igual, las paredes son duras aquí- dijo sonriendo-. Toma.
- Gracias.
Lo cogí y me di la vuelta para
dejarlo en una encimera, me giré hacia la puerta y fui a cerrarla. Cogí aire y
apreté fuerte mis parpados, me tenía que tranquilizar, no podía montar un
espectáculo.
- ¿Te vas a meter con la
toalla?-preguntó una voz que me hizo abrir los ojos, Justin estaba delante de
mi quitándose la camiseta- Que chica más rara, la gente se suele bañar desnuda-
estaba empezando a desabrocharse el pantalón cuando reaccione.
- ¿Qué haces aquí? ¿Cómo has
entrado? ¡Para!- llevé mis manos a las suya y las aparté del pantalón.
- Bueno, si quieres soy todo
tuyo- puso sus manos en el aire y miro a su pantalón y después a mí.
- Sé dónde ha estado eso y ni
loca lo voy a tocar con mis manos.
Justin refunfuñando cogió su
camiseta del suelo.
- Y yo que creía que por haber
tenido una experiencia cercana a la muerte ibas a ser más simpática ahora.
Puse mis ojos en blanco, abrí la
puerta y le hice señales para que se fuera. Justin sonrió de lado y me dejo por
fin a solas en el baño. Puse el pestillo y me quité la toalla para meterme en
la bañera, la cual ya estaba algo fría pero no me importaba. Me tumbé hasta que
mi cabeza quedó debajo del agua, abrí los ojos y vi una figura negra fuera del
agua, mirándome, observándome. Saqué rápidamente mi cabeza del agua para
descubrir que allí no había nadie más que yo.
Terminé el baño diez minutos
después volví al cuarto en el cual Abby estaba maquillándose sentada delante de
un espejo. Me miró a través del espejo y me sonrió.
- Cuando termine conmigo empiezo
contigo.
- Si, tranquila.
Sobre las cinco y media ya
estábamos las dos terminadas. Fuimos por una parte que tuvimos que bajar unas
escaleras y llegamos a un garaje donde había una furgoneta en la que cabían por
lo menos diez personas, allí ya estaban Justin, Eddy, Hugo y Tamila. Cuando me
quise dar cuenta por el mismo lugar por el que habíamos bajado Abby y yo,
vinieron Miller, Camille, Norman y James. Menos Justin todos llevaban vaqueros
oscuros, una camiseta negra y una chaqueta de cuero. Justin a diferencia
llevaba la camiseta blanca, las chicas en vez de una camiseta llevaban una de
tirantes con el típico escote.
- Venga, todo el mundo arriba-
dijo Eddy.
Fui la última en entrar, tampoco
me esperaba menos.
- ¿Todos listos?- dijo Hugo, que
era el que conducía.
- Que sepáis que solo vengo
porque es mi obligación, sin mi arrasarían hoy con vosotros- dijo Norman.
- Si, si, muchas gracias por
honrarnos con tu presencia, Dios Norman- soltó Tamila.
- De nada.
La furgoneta arrancó y la puerta
del garaje se abrió, el cielo estaba nublado pero sin peligro de que fuera a
llover. Abby iba a mi lado y cuando ya habían pasado cinco minutos y todo el
mundo se había puesto a hablar con su compañera, yo me giré hacia ella.
- ¿Qué va a pasar?- pregunté por
el comentario de Norman.
- Nada peligroso, si no, no te
llevaría. Van a divertirse, a su manera.
- ¿Y cuál es su manera?-
pregunté.
- ¿Te acuerdas del cuadrado?- me
preguntó y afirmé con la cabeza- Pues algo así.
Hacía mucho que no bailaba y
hacía mucho más que no veía a alguien bailar, así que las pocas ganas que tenía
de ir con ellos aumentaron. Quizás no me gustaban, pero bailaban genial.
Pusieron música y la gente hablaba más fuerte todavía. Tardamos como veinte
minutos en llegar al local y ya estaba empezando a oscurecer. Aparcaron en un
aparcamiento con otros cuatro coches y todos bajamos de la furgoneta. Yo me
agarré del brazo de Abby y empezamos a seguir al resto hasta que llegamos a la
puerta de un local, la música se oía desde aquí. Justin se acercó a uno de los
porteros y tras unas cuantas frases, el portero le hizo una señal al otro y
este nos abrió la puerta. Todos entraron rápidamente.
- Hayley, le dije que si nos
dejaba entrar luego te ibas a su cuarto a solas- me dijo mientras pasaba a mi
lado.
- ¿Qué? ¿Qué mierda has hecho?-
me solté de Abby y fui a cogerlo del brazo.
- Tranquila muñeca, no creo que
se hubiese conformado solo contigo. Y prepárate que va a ser una noche muy
divertida- siguió para adelante y tuve que soltar su brazo.
Lo primero que hice fue ir a la
barra con Abby para tomarnos algo, el camarero nos invitó y mientras estaba
mirando a la pista me fijé que era como una discoteca normal y corriente una
gran sala con luces y personas bailando, a lo lejos de la sala en una esquina
estaba un chico detrás de una tabla que ponía la música. En las dos esquinas
había varias gogos que bailaban, mientras observaba vi cómo la gente empezó a
dejar un sitio en el centro y las luces se apagaron.
- Wao, wao ¿qué es eso? ¿Qué está
pasando?- dijo por lo altavoces.
Se iluminó un foco en la pista y
Tamila quedó iluminada, empezó a sonar drop the game, estaba estirando sus brazos y moviendo su cuello
mientras miraba a todas las personas que había a su alrededor, se quedó quieta
como si hubiesen apagado el interruptor y dejara de funcionar, sus brazos cayeron
de la posición en la que estaban hasta estar pegados a su cuerpo. En la canción
empezaron a sonar unos oh oh oh y se enfocó toda la pista, estaban allí todo el
mundo mirando hacia abajo y dando grandes pasos. Podía ver donde estaba Justin,
justo en medio de todos. Justin levantó su cabeza y empezó a mover partes de su
cuerpo lentamente y era como si todo estuviese conectado, me recordó al
videoclip de dicha canción. Todo el mundo los miraba y estaban empezando a
reconocerlos, algunas gritaban el nombre de Justin. Todo su grupo empezó a
bailar como él. Era un baile menos agresivo que el de la última vez, aquí se
veía que tenían algo de técnica, todos sus pasos eran limpios. En una de estas
veces Camille fue cogida un brazo por Hugo y otro por Miller para dar una
voltereta y acabar en el suelo. Todos se movían como uno, la verdad es que era
un espectáculo verlos y antes de que terminaran. Norman empezó a bailar solo
lentamente, el mismo estilo de baile que Justin había estado bailando, pero en
este caso Norman lo bailaba mejor. Las luces se apagaron de golpe otra vez y
cuando se volvieron a encender, ninguno estaba en la pista. Noté como me
pellizcaban en el costado y al girarme Justin estaba allí, algo agitado.
- ¿Te apetece bailar?- tenía que
hablarme cerca para poder escucharlo
- Estoy bien- le digo.
- Venga, te reto a que bailes
conmigo por lo menos dos canciones.
- No sé para qué me resisto si
siempre haces lo mismo.
Justin me agarró del brazo y me
llevó al centro de la pista, pasando por personas sudadas y por lo
consiguiente, pegajosas. Colocó sus manos en mi cintura y bailamos, sus manos no
bajaron más abajo por lo que hizo que pudiera disfrutar del baile. Cuando la
canción se acabó, pusieron una más lenta y yo le miré a los ojos, deseaba que
me dejara pero él me pegó más a su cuerpo y apartó mi cabello de mi cuello,
entonces se fijó en lo mismo que yo, en que tenía un moratón.
- ¿Ya has ligado? No te puedo
dejar ni unos minutos a solas- me susurra.
- Yo no… Es del otro día.
¿Podemos no hablar de eso?- pregunté.
- Tampoco es que me importarse.
Coloco su cabeza en mi hombro y
me beso el cuello, justo donde estaba el moratón y me dio un pequeño
escalofrío. Justin me apartó él rápidamente.
- Voy a ir al baño.
- De acuerdo.
Yo volví a donde estaba antes con
Abby, que ahora se había unido Tamila, pero ella no duró mucho porque un chico
la llevó a bailar. Me tomé otra copa, la cual ya tuve que pagar pero creo que no
fue el precio real. El camarero me sacaría tres años como poco pero parecía muy
joven, tenía el cabello negro y unos ojos azules preciosos. Estuve hablando con
él hasta que las dos copas hicieron efecto y tuve que ir al baño. Al entrar los
tres cubículos estaban ocupados, así que me quedé mirando en el espejo hasta
que una de las puertas se abrió y una chica salió sonriendo y bajándose el
vestido, puse los ojos en blanco, ¿enserio es alguien capaz de hacerlo aquí?
Con las miles de enfermedades que puede coger… La puerta se volvió a abrir y
Justin salió de ella, como no, quien iba a ser si no.
- ¿Otra vez en el baño de las
chicas?- pregunté.
Justin no habló, solo me miró y
se tocó la nariz, sus ojos estaban algo rojos. Y me asusté, la última vez que
había pillado a Justin drogado no había sido un buen momento. Fue hacia mi
rápido y empezó a desabrocharme la camisa. Su respiración era muy agitada y su
cuerpo se pagaba al mío eliminándome las pocas fuerzas que tenía.
- Justin, déjame, suéltame.
- ¿Por qué lo haces todo tan
complicado? Es solo sexo, por dios.
Logré empujar a Justin lejos de
mí y me abroché los dos botones que me había quitado. Pero Justin no se iba, me
empujo desde los hombros y choqué contra la pared. Tuve a Justin de nuevo a
nada de mí, pero no me iba a sentir débil.
- Bueno, pues si no quieres
besarme a mí, besaras a otro…- dijo mirando mis labios.
- No… no…- dije susurrando.
- ¿Te acuerdas cuando me dijiste
que besara a la primera chica que viera? Pues te toca a ti, besa al primer chico
que veas.
- Eres un cabrón.
- Lo sé cariño, pero antes ven,
toma esto- Justin sacó una pastilla de su bolsillo.
- No, drogas no.
- Es un juego, y te acuerdas de
las reglas.
La cogí y me la tragué, bebiendo
agua del grifo. Cuando volví a estar delante de él, le pegué una hostia en su
cara con toda mi fuerza. Él se quedó riendo y con una mejilla roja mientras yo
salía del cuarto de baños, se me habían quitado las ganas de mear. Estuve
mirando al suelo hasta que vi unos zapatos de hombres solos, yo no era como
Justin, no podía besar a cualquiera. Levanté la mirada y estaba el camarero
recogiendo unas copas. Puse mis manos en sus mejillas y lo besé. Era un beso
desinteresado, yo apenas participaba pero él se notaba que lo quería, que lo
llevaba deseando desde hace tiempo. Soltó la bandeja y me agarró por la
espalda. Mi cuerpo empezó a moverse, siendo llevado con él. Volví a notar la
pared a mi espalda y la blusa empezó a salir de mis pantalones. Mi respiración
era agitada y la música sonaba demasiado fuerte para mi gusto. Noté su mano
caliente en mi estómago y subía, y yo no podía pararle, solo escuchaba mi
respiración, la de camarero y la música.
Escuché un golpe seco y apartaron
al camarero sin nombre de delante de mí, todo se volvía oscuro pero pude ver a
Tamila delante de mí, creo que decía mi nombre. Pasó uno de mis brazos por sus
hombros y me ayudó a moverme.
- ¿Quién ha sido?- escuché a Abby
preguntar.
Escuché a Justin reir y me
entraron ganas de partirle la cara, pero no sabía ni donde estaba yo.
- Te vas a enterar, cabrón- dijo
Abby y Tamila paró, quizás se estaban pegando, hubiese pagado por eso- Déjame
Eddy, déjame, te juro que lo mato. Que actué de una vez por todo como la
persona mayor que es. Todos estamos jodidos pero no lo pagamos con Hayley, si
quieres joderle la vida a alguien que sea a ti mismo, Justin.
- Mi vida no puede estar más
jodida, cariño- dijo él.
- Ojala sea cierto.
Y no escuché nada más, solo un “tranquila,
te llevare a casa” de Tamila. ¿Casa? ¿Acaso yo tenía de eso?
Lo siguiente que recuerdo es
estar tumbada en algo cómodo, y a alguien acariciándome la cara.
- Hayley, cariño, soy Abby, te
tienes que vestir para ir ya al internado.
- Si…- susurré.
- Aquí tienes ropa, te espero
abajo, tengo tu maleta ya abajo. ¿Vale?
- Si…
Me vestí lentamente, luchando
contra mis parpados. Me miré al espejo para observar como lucia, tenía los ojos
rojos y estaba blanca y aún llevaba el maquillaje así que no sé cómo lo había
hecho, no me acuerdo de estar besando al tío, sé que lo hice pero no sé cómo. Luego
fui hasta las escaleras y estaban Abby, Tamila y Camille de pie, mirando algo.
Yo me quedé quieta viendo como todos los chicos estaban en un círculo.
- Venga, que beba quien alguna
vez se ha potado encima de lo borracho que estaba- dijo James.
Todo el mundo se rio y los chicos
bebieron de la copa que tenían en sus manos. Abby me miró y me sonrió, vino
hacia mí y me pregunto qué tal estaba. Yo le dije que regular y que cuando nos íbamos,
me contesto que cuando llegara el coche nos íbamos. Yo me senté en un sillón
que había cerca de la puerta y me quedé mirando como los chicos seguían
diciendo estupideces. En mi cabeza todo retumbaba, pero escuché claramente
cuando Abby dijo:
- Que beba quien alguna vez se ha
enamorado de quien no debía.
Camille, Eddy, Hugo, James, Abby
e incluso Justin bebieron. Después eso, todos se quedaron en silencio, todos
estaban incómodos pero eso me facilitó a mí que me quedase dormida. Sé que fui
a un coche, pero eso es como cuando tu madre de pequeña te mueve del sofá a la
cama, lo sabes pero no te acuerdas. También recuerdo haber llegado a mi
habitación una vez ya en el internado pero no sé cómo lo conseguí. Me despertó
unos golpes en la puerta. Ahí me di cuenta que estaba ya en el internado, otra
vez.
Miré sorprendida a mi habitación,
aquí extrañamente me sentía a salvo. En la ventana había vaho y un mensaje en
ella. Buenas noches bailarina, nada más
que lo leí lo borré rápidamente. No quería saber nada más de él. Mi cabeza
seguía dando vueltas pero estaba algo mejor. Los porrazos en la puerta
volvieron.
- ¿Si?
La puerta se abrió de golpe,
dejando ver detrás de ella a Tyler, a un Tyler inmaculado y sonriendo, había
olvidado lo bonita que era su sonrisa pero no sé porque a mí no me producía
nada. ¿Esperaba a otra persona? Él iba vestido con un chándal y sus rizos
estaban perfectamente alborotados.
- Tyler…- susurré.
- ¿No te alegras de verme,
pequeña?
Su voz era tan dulce que recordé
cada instante en el que él había estado conmigo, cada momento en el que yo me
sentí segura y comprendida. Me levanté de la cama y me lancé a sus brazos, él
me elevó en el aire y por unos segundos pensé que vomitaría pero no ocurrió
nada.
- Mucho- dije y era verdad. Por
unos días me había olvidado de él, pero quizás tenían razón esas personas que
dicen que hay que dejar algo ir para que cuando vuelvas sepas si lo extrañaste,
y yo lo hice.
Sus brazos se sentían calientes a
mí alrededor, y mi cuerpo se ajustaba al suyo perfectamente. Solo había una
cosa que me apartaba de él, y que no iba a hacerlo más.
- ¿Qué te pasa?- me mira a los
ojos intentando entenderme, pero no lo consigue y es que yo tampoco lo
entiendo.
- Quiero conocerte mejor-
susurro.
- Lo harás, Hayley.
- Pero lo digo enserio, me he
sentido muy sola todo este tiempo y estoy harta de estar así. Estoy cansada de
no saber en quien confiar y sin saber si al segundo que viene me van a hacer
daño. Necesito a alguien que me cuide, y no me importaría que fueras tú.
Quizás así Justin me dejaba en
paz, quizás así conseguiría la estabilidad que necesitaba.
- Y yo estaría encantado de ser
esa persona.
Sus labios fueron lentamente
hacia mi boca, primero nuestras narices se rozaron, dándome la oportunidad de
echarme atrás. Pero no lo hice, me quedé ahí y disfruté del beso, disfruté de
sus manos por mi espalda y de las mariposas que me proporcionaba.
- ¿Te puedes quedar esta noche conmigo?- le pregunté.
- Esta noche y todas las que
quieras. No te va a pasar nada malo mientras yo esté aquí.
No intentó nada, simplemente me
abrazó, simplemente eso, que no era nada y era todo lo que yo necesitaba.
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¡CUANTOS CAPÍTULOS SIN TYLER! Casi me había olvidado de él.
Antes de nada quiero decir que quería escribir otra cosa pero quizás como algunas sabéis tuve problemas con el ordenador y se me borró gran parte por lo que lo he escrito a la bulla para que no estuviera muy alejada del lunes. Así que quizás no es un gran capítulo, pero como os voy a subir más a menudo lo uno compensa lo otro. Ah, por cierto, me encanta Tamila jajaja.
PD: ¿Os gusta el ritmo de la novela?
PD: ¿Os gusta el ritmo de la novela?
Si leíste pulsa el botón Tweet MIL GRACIAS POR LEERME Y POR TODO, GRACIAS. <3
Lo siento a esas personas a las que les molesta mi poca "seriedad" al subir y al prometerme, pero soy así y no puedo cambiar y muchas gracias a las que, aún por todo eso, me siguen leyendo('':
Lo siento a esas personas a las que les molesta mi poca "seriedad" al subir y al prometerme, pero soy así y no puedo cambiar y muchas gracias a las que, aún por todo eso, me siguen leyendo('':
Me encantó!! Realmente amo tu nove :)). Jajaja Siguela pronto ^^
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