Puedo sentir como las luces
parpadean, como todo da vuelta, como la gente hace que el suelo revote y la
música hace que no sepa que hacer, porque me encanta sentir la música alta pero
esta está tan alta que me duele la cabeza. Siento como Justin me toca en el brazo,
me había olvidado de su presencia, lo miro y veo como su boca su mueve pero no
le escucho, él señala mi vaso y pega un sorbo del suyo. Claro, me está diciendo
que beba. Miro a mi vaso, lo acerco a mi nariz y lo huelo, mis dudas son
ciertas, esto puede que no solo lleve coca cola, miro a Justin que está riendo.
- ¡Eso no es lo que yo quería!-
grité.
- No seas niña chica y bebe.
No tiene nada de malo en beber
una copa, ¿no? Todas las personas de mi edad beben… Pego un pequeño sorbo a mi
copa y el alcohol quema mi garganta, tanto que duele. Aparto el vaso de mí y
pongo una mueca con mi boca, de reojo puedo ver la sonrisa de Justin antes de
que pegue otro sorbo de su copa. Acerqué
la mía a mi nariz y la olí de nuevo, en el fondo tenía un toque dulce, pegué un
trago de nueva y esta vez me sentó mejo. Quizás fue porque no estaba
acostumbrada, antes del accidente de mi hermano bebía en contadas ocasiones y
después no había probado una gota de nuevo. Levanté la mirada y me fijé en
Justin, él me miró a los ojos y luego se acercó a mí, colocó una mano en mi
cintura y su boca en mi oído.
- El primero que se la beba elije
si bailamos juntos o por separado.
- ¿Quién te ha dicho que quiero
bailar?
- Bailarina, a mí no me engañas,
sé que esta música te atrae.
Miro mi vaso y el suyo, están más
o menos igual.
- Vale, venga. 1, 2 y 3.
Justin y yo nos llevamos el vaso
a nuestra boca a la vez, tengo ganas de expulsar todo el líquido que entra en
mi boca pero no le voy a dejar ganar. Cierro los ojos mientras el líquido acaba
de bajar por mi garganta y bajo el vaso, abro los ojos y veo como él está
mirándome con el vaso vacío.
- Eres un poco lenta ¡eh! Eso lo
tendríamos que mejorar si vamos a salir más veces juntos.
- No vamos a salir más veces.
Él me quitó el vaso de la mano y
se perdió entre la multitud. De repente el pequeño espacio que había entre yo y
la gente se fue cuando se fue Justin y volví a sentir todas las personas a mi
alrededor dando saltos llenas de sudor, asqueroso. Justin vuelve a los minutos,
ya se ha quitado la chaqueta y la sudadera, ahora solo lleva la camiseta color
vino tinto y aunque las luces hacen que parezca que está en cámara lenta, puedo
sentir como rápidamente su mano va a mi cintura y me pega a él.
- Gane- susurra cerca de mí para
que lo escuche- te toca bailar conmigo.
- Llevo tacones, no puedo bailar
mucho.
- Tú bailas aunque tenga una
lámina de agujas bajo tus pies.
Me ha pillado. Me riendo y
empiezo a mecer un poco mi cuerpo, es tan natural para mi moverme lo extraño es
que esté quieta. Noto como las manos de Justin se suben de mi cintura a mi
cabello y toquetean mi recogido, antes de que pueda pararle el primer mechón
cae sobre mi cara y le siguen los demás, Justin tira las horquillas al suelo y
me deja la gomilla en mi mano.
- Así mejor- dije él.
Yo me llevo las manos a mi
cabello para alborotarlo un poco para que no se quede mal después de haberlo
tenido todo este rato recogido, él sonríe mientras se muerde su labio inferior.
- ¿Quieres un truco para tenerlo
revuelto natural?- me susurra al oído mientras vuelve a colocar su mano en mi
cintura y empieza a moverse.
- ¿El qué?
- Ven conmigo a los reservados y
te lo enseño- la última silaba la dice tan baja que me cuesta escucharlo pero
aun así hace que mis piernas tiemblen un poco.
- Contigo no voy a un sitio en el
que no haya mucha gente.
- Eso lo dices ahora- dice
mientras se aleja de mi oído poco a poco.
Tiene las dos manos en mi cintura
y yo coloco las mías en su cuello, me asombra la facilidad con la que nuestros
movimientos se coordinan, como si hubiéramos bailado mil veces. Él coloca su
frente contra la mía y puedo notar su respiración agitada en mi boca. Lleva sus
manos a las mía y me da media vuelta, dejándome de espaldas a él. Me agarra por
el estómago y apoya su cabeza en mi hombro mientras nos mecemos de izquierda a
derecha. Justin baja su boca por mi espalda un poco hasta llegar a la parte del
corazón y besa mi piel, el contacto de sus labios es como si me pasaran un
hielo por mi espalda. Desearía no sentir
eso, porque es él, es Justin y aunque no lo conozca los rumores que corren
sobre él son suficientes para apartarme de él. Pero ahora no puedo apartarme,
porque él me tiene agarrada tan fuerte que todo mi cuerpo está contra el suyo.
Su respiración se agita lentamente cuando empiezo a hacer pequeños movimientos
con mi cintura hacia delante y hacia atrás. Me doy la vuelta y me pongo de cara
a él, sus manos se apoyan en la curva de mi cintura. Apoyo mis manos en sus
hombros y acerco mis labios a su cuello, sé que debería apartarme, pero quiero
hacerle sufrir, quiero que él también tenga una marca de que ha estado con
alguna chica esta noche.
Pasó mis manos hasta su nuca y
agarro su camiseta mientras presiono mis labios contras su cuello, Justin me ha
apretado contra su cuerpo y sé con toda la seguridad del mundo que he escuchado
un gemido. Sé que ya le he dejado marca, pero no puedo alejarme, no sé si es su olor o es la forma en la que
me agarra y lo fuerte que respira. Le doy pequeños besos pero cojo aire cuando
noto una de sus manos en mi trasero apretándome más a él, tanto que puedo notar
algo contra mi muslo.
- Justin- susurro.
- No me llames así que duele.
- ¿El qué?- digo mientras mis
manos inconscientemente acarician su nuca.
- La erección que me estas
provocando.
Le empujó para apartarlo de mi,
no quiero que se piense que soy una chica fácil y menos aun él. Hayley,
espabila no te importa lo que piense él, no, claro que no. Observo la mirada de
Justin, su entrecejo esta fruncido y aprieta fuertemente la mandíbula, puedo
sentir que aunque estoy sudando tengo frío y mis vellos están de punta. Sé que
esa es la mirada de un asesino pero aun así me gustaría que… Justin corta mis
pensamientos cuando me agarra del brazo y me lleva atreves de la gente. Me dan codazos, patadas, pero no me
importa porque solo escucho el latido de mi corazón. Subimos unas escaleras y
pasamos por un pasillo lleno de puertas, aunque también hay gente fuera, me ha
parecido ver a una chica en sujetador, pero no sé de qué me sorprendo.
Justin saca una tarjeta de su
bolsillo y la pasa por una pantalla, la puerta se abre y Justin me empuja
dentro. Cierra la puerta detrás de él de una patada y se vuelve a guardar la
tarjeta.
- Justin- digo un poco asustada.
Él está enfrente de mi, noto como
su pecho se mueve por su respiración, me da miedo la forma en la que aprieta
sus puños. Él no dice nada, directamente va hacia mi cuerpo y me hace dar
varios pasos hacia atrás, coloca su boca en mi cuello y hace que me
desequilibre tanto que noto como mi cuerpo se desploma y cae sobre una
superficie confortable. Justin coloca su izquierda entre mis dos piernas
haciendo que mi vestido se suba y puedo notar como mis mejillas se sonrojan. Él
se aparta un segundo de mi cuello, dejándome con la respiración entrecortada,
¿qué está pasando? ¿Por qué no le detengo? ¿Por qué su tacto me sienta tan
bien?
- Te estas sonrojando, bailarina.
Que no hable por Dios, que se
quede callado. Apoyo mis manos sobre su espalda haciendo que se acerque más a
mí, las deslizo debajo de su camiseta y noto que su cuerpo también esta
sudoroso, pero no me da asco, en cambio
hace que encorve mi espalda. Justin baja una de sus manos que estaba
apoyada a mi lado de la cabeza hasta mi muslo, mi vestido esta tan alto que
deja mis braguitas al aire. Justin aprieta fuertemente mi muslo y mueve su mano
lentamente hacia la tela de mi braguita, pero me doy cuenta que lo hace sin
desviar la mirada de mis ojos y su mirada es oscura, tanto que siento algo de
tristeza en el fondo de mi corazón, cuando desvía la mirada de mis ojos a su mano
vuelvo a aterrizar en la tierra y sé que será mi primera vez mientras que la
suya no será nada más que “una vez más”. Mi hermano me dijo una vez en la
conversación más incómoda de mi vida que si algún hombre me tocaba que por lo
menos yo lo amara. Levanto mi pierna dándole con la rodilla en su pecho y
Justin cae a mi lado, yo muevo mis piernas hasta que me siento en la cama
apoyando los pies en el suelo. Mi cabeza me da vuelta y sé que todo es por la
bebida, me entran ganas de vomitar pero me tapo la cabeza.
- Hayley, es de mala educación
cortar en estos momentos.
- Es por la bebida cabrón, por tu
culpa.
Escucho su risa desde atrás.
- ¿Qué tenía?- le pregunto, si
levantar la mirada del suelo porque si no sé vomitaré.
- Una cosita para que te
diviertas.
- ¡Me drogaste!- grito girando mi
cabeza para mirarlo.
Él esta tumbado a mi lado,
riendo, con los zapatos quitados.
- Si, y tengo que decir que me
gusta más la Hayley drogada.
Me llevo la mano a la cabeza,
todo me da vueltas y quiero dormir pero no quiero dormir aquí.
- Venga, te daré algo para que te
repongas- dice conteniendo la risa.
No levanto la cabeza pero escucho
el sonido del tapón de una botella, levanto la mirada y veo como está echando
en dos copas un líquido burbujeante color champagne… ¿Champagne? ¿Eso me va a
ayudar? Justin deja la botella en su mesita de noche y me da una copa.
- ¿Estas tonto?- le digo.
- No, créeme, tómate esto y te
sentirás mejor, es muy suave.
- ¿Por qué tendría que creerte?-
digo mirando la copa.
- Créeme si quieres no te tengo
que convencer. Pero pocas veces soy amable y deberías de aprovechar esas
ocasiones.
Decido agarrar la copa y doy un
pequeño sorbo, en mi casa siempre había champagne en fin de año y todos bebían
pero yo lo odiaba, pero este sabe bien, hasta las burbujas me hacen cosquillas.
Justin se tumba apoyando su cabeza en el cabecero.
- ¿De qué querías hablar conmigo,
bailarina?
Se me había olvidado en absoluto.
Lo miro y él está mirándome de reojo, su mirada se ha relajado pero sigue
siendo dura.
- Quiero que me dejes. Me refiero
a que quiero que pases de mí, no quiero que hables conmigo ni de mí. No sé qué
pasa en el internado pero no me quiero invocar, yo no pertenezco a ese mundo y
no quiero que me relacionen con él.
- ¿Y Tyler?- me pregunta.
- Él es diferente, él no está
loco.
Justin sonríe de lado, luego bebe
de su copa.
- ¿Y qué quieres que haga?
- No me vuelvas a hablar ni a
dirigir la mirada.
- ¿Tan fácil?
- Sí.
- Eso es muy aburrido- dice con
voz de niño chico.
Yo subo mis piernas a la cama,
estirándolas, me duelen de los tacones.
- ¿Se te ocurre algo más
divertido, Justin?
- Si, ¿te puedo proponer una
cosa?
-¿Qué me quieres proponer?
Justin se sienta mejor en la
cama, separándose del cabecero y dando el último sorbo de su copa. Él levanto
su mirada de la cama a mí y sonríe.
- Un juego.
- ¿Qué juego?
- Uno muy especial.
Sé que no me gusta lo que va a
proponer pero le sigo el rollo.
- Cuéntame.
- Sabes muy bien que aunque me
pidas que te deje tranquila, no lo voy a hacer. Solo hay una forma en la que te
deje libre y es una, nos acostamos o dos, juegas a un juego conmigo. Un juego
que yo me invento y si tú ganas eres libre pero si yo gano, nos acostamos.
- ¿Tan simple?
- Dictaremos unas reglas.
- ¿Cuáles?
- Déjame que te explique primero
el juego, bailarina. El juego se llama “¿Te atreves o no te atreves?”
- Yo jugaba a eso de pequeña- le
dije.
- Si, pero te retaban a
comerte 10 golosinas en 5 segundos y eso
no es a lo que vamos a jugar- Justin me mira y luego se echa más champagne en
su copa, yo arrimo la mía para que me eche, sonríe cuando ve mi mano
sosteniendo la copa vacía-. Las reglas son estas: no te puedes enamorarme de
mí, el primero que se niegue a hacer algo pierde, no hay límites, no valen
hacer preguntas del pasado, no se lo puedes decir a nadie y… creo que eso es
todo. ¿Te apuntas?
Pego un trago a mi copa y lo
miro, no se está riendo, esto es algo serio y lo sé porque recuerdo lo que me
dijo Abby hace varios días. “Si eres especial, porque eres más guapa o te
resistes un poco, se inventa un juego en el que si ganas él te deja y si
pierdes, él te gana. ¿Sabes qué? Justin jamás ha perdido.” Soy competitiva,
quizás no tanto como él pero si me retan, juego.
- Acepto.
- ¿Segura?- dice él sorprendido.
- Vas a perder Justin- le
aseguro.
- Sé que aunque pierda, me pedirás
que me acueste contigo.
- No.
- Ya lo veremos, bailarina.
Justin termia su copa y yo le doy
un sorbo de nuevo a la mía. ¿Cómo beber tan rápido? ¿Acaso no le duele la
garganta? ¿Acaso ya está más que acostumbrado? Justin se levanta, arregla un
poco su cabello y suelta su copa, me mira.
- Vamos, si no vamos a hacer nada
es una estupidez que estemos en una habitación.
Yo me levanto con cuidado de que
no se me suba demasiado el vestido y dejo la copa en mi mesita de noche. Justin
abre la puerta con la botella en la mano y pasa delante de mi, yo sostengo la
puerta para pasar. Justin va por el pasillo y detrás de él, más lenta por los
tacones. Bajamos las escaleras que subimos antes y estamos de nuevo en la pista
de baile, Justin se queda parado dando un trago de la botella. Yo me acercó a
su oído para que me pueda escuchar.
- ¿Cuándo empieza el juego?
- Ya estamos jugando, nena.
- Empiezo yo- le susurro- Ve y líate
con la primera chica rubia que te encuentres dando igual si esta con un chico o
no.
- Bailarina, sabes que casi todos
los chicos de aquí llevan armas, ¿no?
- ¿Te atreves o no?
Justin mira la pista, vuelve a
pegar un trago y me da la botella.
- ¿Tan fácil vas a empezar? ¿Por
qué no me pides que te bese a ti?- dije sonriendo.
- Porque quiero ver si vas en
serio.
- Yo no bromeo con estas cosas.
Yo te reto a que te bebas la botella antes de que vuelva.
- Venga.
Justin antes de irse me mira a
los ojos, intentando adivinar si hay algo que me eche hacia atrás, pero no hay
nada, no me importa lo que él haga y quiero que me deje en paz. Yo empiezo a
beber lentamente mientras me subo por las escaleras para tener una mayor visión
de la pista. Justin se abre camino entre la gente sin tocar a nadie, cuando las
personas lo ven se alejan, por ahora todas son morenas, pero antes de que
Justin la vea yo la veo, hay una rubia bailando con un chico. Justin se gira y
me busca con la mirada, cuando me encuentra mueve su cabeza señalando a la rubia,
sonríe y yo pego un buche a la botella.
Veo como Justin llega hasta la
pareja y ellos dejan de bailar cuando los ve, Justin sin dar explicaciones ni
nada coge a la chica de barbilla y acercan sus labios. Noto como la cara del
chico se cambia de color y como mira a Justin sintiéndose impotente, el chico
busca algo en sus bolsillos pero al parecer no lo encuentra. Justin se aleja de
la chica, dejando a esta sin respiración y mirando a Justin boquiabierta, él
mira al chico y le enseña algo al chico, algo afilado, el chico se queda con la
boca abierta. Justin se lo da, pero no se va sin más, empieza a reír y el chico
le pequeña un puñetazo en el estómago, Justin se mueve un poco pero le devuelve
una patada rápidamente. Cuando mira a su alrededor, unos chicos se alejan de
sus parejas para ir a por el chico que pegó a Justin. Yo bebo de la botella
asombrada por lo que se acaba de montar. Ya no hay nadie bailando, solo se ven
cuerpos pegándose y gritos y gente corriendo. Cuando por fin acabo la botella,
Justin está a los pies de la escalera y lleva su chaqueta y su sudadera en la
mano, bajo lentamente y le enseño la botella él, la deja en el suelo y tira de
mi mano para salir del local. Yo empiezo a reír, mientras él me lleva entre la
gente.
- Te lías con su chica y encima
se lleva una paliza.
- Nadie puede tocarme, tengo
gente que me pagaría por defenderme.
Yo no paro de reír, Justin me
mira y se le escapa una pequeña sonrisa. Yo me tapo la boca para intentar
ponerme seria pero no puedo, la situación me parece muy cómica y haber bebido
lo que quedaba de la botella tan rápido no es buena idea. Antes de llegar al
pasillo logro esquivar una botella que volaba por los aires de milagro, cuando
la noto estallar contra la pared pego un pequeño chillido y Justin me vuelve a
mirar, agarra más fuerte mi mano y avanza más rápido. Llegamos al bar donde
está la chica hablando con un hombre mucho más mayor con él.
- Eh, ahí se está formando-
dice Justin.
La chica suspira.
- Gracias por avisarme- y va hacia
el teléfono.
Nosotros terminamos de salir del
local y vamos a por la moto. Justin esta vez me presta su sudadera mientras que
él solo se pone su chaqueta de cuero. Nos subimos en la moto tal y como
vinimos, yo apoyo la cabeza en la espalda de Justin porque no me importa lo que
piense porque no sé lo que estoy haciendo. A los minutos escucho la sirena de
la policía acercándose al local, peor nosotros ya estamos lejos.
- Estas loco- le susurro, sin
esperar que me oiga.
- Conóceme un poco mejor y ya
hablarás- su voz es firme, parece que solo ha bebido un vaso de agua.
- ¿Cambiaré mi opinión?- le digo,
cerrando los ojos porque el viento me molesta.
- Si, pero no para bien.
Y aprieta más el acelerador. Al
rato llegamos al internado y me deja donde me recogió, bajo de la moto un poco
mareada pero sé dónde estoy.
- ¿Puedes llegar sola?- me dice
todavía subido en la moto.
- Sí.
- Vale…
- ¡Justin!- digo antes de que
suba el otro pie en la moto- Te reto a que el lunes vayas a clase.
- ¿Yo? ¿A clase?
- ¿Te vas a rendir ya?
- Más quisieras bailarina.
Él sonríe de lado y sube el pie
de la moto, me quedo viendo cómo se aleja hasta que caigo en que todavía tengo
su sudadera pero yo ya no sé dónde está y a mi me vuelve a venir la risa floja
por lo que me doy media vuelta y subo hacia mi cuarto.
------------------------------------------------------------------
QUE SE BESEN, QUE SE BESEN, JO, ¿POR QUÉ MIERDA NO SE BESA? Ya ha salido el juego que Justin les ha propuesto y va a dar mucho que hablar, espero que os haya gustado ese tema y pues que me pone lo duro que es Justin y lo poco que le importa todo. Sé que no tengo perdón por no subir, pero aún así me alegra que me insistáis y demás.
Si leíste pulsa el botón Tweet Cuantos más comentarios haya antes subo. MIL GRACIAS POR LEERME Y POR TODO, GRACIAS.