Padre está aquí y hace que me acuerde de mi antigua época,
aunque todo este borroso parece como si hubiera sido ayer cuando me ataron a la
cama porque ya no quedaba humanidad en mi. He vomitado y no me arrepiento de
aquello, mi estómago está vacío y hay una sonrisa en mi cara. No sé si son por
las pastillas pero no sueño y no hay monstruos, no parece un mal sitio para
morir.
Después de un desayuno tranquilo, viendo como caía la nieve
tras la ventana me fui a mi habitación. Algunas chicas ayudaban a colgar
adornos de navidad, otras dibujaban, otras decoraban el árbol de navidad. De
una forma u otra el ambiente me envolvió y acabé en la sala común con un té
caliente en mi mano viendo como las demás chicas reían y hablaban con villancicos de fondo. Ya podía
reconocer varias caras, una chica que estaba riendo con un gorro de Santa Claus
era la que ayer por la noche se había puesto a llorar en el suelo del comedor a
la hora de la cena. Sonreí mientras observaba como una época del año podía
cambiar el humor de la gente. Pero una cosa no cambiaba, era navidad y si,
estaba encerrada en un manicomio. Esta era la primera vez que iba a pasar las
fiestas fuera de mi casa y extraño el olor a galletas que mi madre solía hacer,
extraño decorar el árbol con mi padre… pero me di cuenta que esas cosas no
pasaron el año pasado, ese año le grité a mi madre que por qué quería que
engordase haciendo galletas y rompí dos bolas del árbol porque podía ver mi
reflejo en él.
No hay frase más verdadera que esa que dice que apreciamos
las cosas cuando ya no están en nuestras manos. Esta es mi última navidad y
pasaré rodeada de locas. Levanté la mirada de mi taza de té y pude ver a
Margaret haciendo foto a las chicas que no se daban cuenta y a los adornos.
Ella me vio tras su objetivo y bajó la cámara, me saludó con la mano y yo le
sonreí.
Con la ayuda de una cuchara moví el té y dejé que mi mente
se fuera lo que me pareció una estupidez porque lo primero que recordé fue una
tarde hace varios días, no pude aguantar las ganas de tocarme el tatuaje sobre
mi sudadera gris. Podía recordar lo bien que cabíamos los dos en mi sofá,
viendo esa película de la cual no me acuerdo ni del nombre.
“- ¿Entonces te quedarás?
- ¿Tú quieres que me quede?
- Las navidades siempre son difíciles de pasar…
- Pues no hables más, aquí estaré.”
Me entraron las dudad de donde estaría él, seguramente en su
casa, me pregunté si las navidades serían agradables para él sin su abuelo. Un
cosquilleó recorrió mi columna vertebrar y apoyé mi cabeza en el respaldo del
sillón. Es agradable el sentimiento de calor que emana la taza, siempre estoy
congelada, es como si no tuviera sangre que calentara mi piel.
Cerré los ojos por un segundo y respiré lentamente, solo
escuchaba risas y música, era inevitable sonreír de vuelta. ¿Y si no acabara
con mi vida? ¿Y si me diera una segunda oportunidad? ¿Y si intentara mejorar
ese lio que hay en mi cabeza? Había pequeñas cosas en la vida que te hacían
pensar en darle una segunda oportunidad, pero me empezó a doler la parte
delantera de mi cabeza y abrí los ojos con mi respiración agitada. Alguien como
yo no se merece una segunda oportunidad.
Dejé la taza de té en una mesa a mi lado y me levanté del
sillón, no aguantaba más risas por hoy. De camino a mi habitación, la directora
se acercó a mi corriendo con sus tacones.
- ¡Grace! ¡Grace!- me gritó.
¿Se estudiaba los nombres de todas las chicas por la noche?
- ¿Si?
- Te estaba buscando.
La directora llevaba una chaqueta formar color roja, los
colores tan llamativos hacían que me dolieran los ojos.
- ¿Por?
- Tienes visitas navideñas.
- ¿Quién?
- No lo sé, ve a la sala de visitas y te dirán. ¿Quieres que
te acompañe?
Yo afirmé con la cabeza. Fuimos lentas, ella me iba
preguntando en el camino qué me parecía todo esto, yo fingía, como siempre, le
decía que era todo muy bonito y que la gente te trataba genial. Aunque eso no
era mentira, aquí todas te trataban como amigas o como madres o como tías y las
más mayores como abuelas. Llegamos a una sala, esta vez me fijé que la puerta
era de un gris oscuro y que tenía apariencia de ser difícil de romper. La
directora abrió la puerta y yo entré con la cabeza agachada, cuando la levanté,
mis padres estaban sentados en el mismo sofá en el que estaban mis amigas la
anterior vez.
Mis padres me miraban sonriendo, mi padre llevaba un gorro
de Santa Claus y mi madre iba con accesorios rojos, estaban muy ridículos, pero
eran mis padres y verlos sonriendo hizo que me escocieran los ojos, no podía
permitir que vieran que su sola presencia me provocaba todo eso.
- Mi niña- mi madre fue la primera en levantarse y
abrazarme.
Cerré los ojos al oler su aroma a flores con un toque dulce,
lo que me tocó la fibra sensible fue oler a masa de galletas. Me mordí el labio
inferior para no derramar ninguna lágrima. Los brazos de mi madre me envolvían
fuertemente y sentía que me perdía en su abrazo.
- Hola- susurré.
Mi madre se apartó, secándose un par de lágrimas y acto
seguido mi padre se levantó y vino a mi despacio, no pude aguantar mis ganas de
alejarme de él y di un paso hacia atrás, pero él cogió aire y recortó el camino
que había entre nosotros. Me abrazó y pude notar que se había pasado con el
perfume pero que todavía olía a recién bañado, sonreí en su pecho, extrañaba
los brazos duros de mis padres rodeando mi cuerpo débil. Al alejarse me dio un
par de palmas en mi espalda, se quitó el gorro y me lo puso, fui a quitármelo,
pero su voz me distrajo.
- Te extrañamos.
Era la primera vez que mi padre me decía algo que no fuera
una orden o recordándome que hacia todo mal. Lo miré a los ojos y por un
segundo me quedé quieta como una estatua hasta que mi madre habló y dijo que
nos sentásemos. Mi madre se notaba nerviosa pero tranquila, no tenía tantas
ojeras debajo de los ojos y había tenido la paciencia de pintarse un poco, ella
sonreía y me miraba, me metió un par de mechones dentro del gorro y sin
pronunciar palabra con sus labios me dijo “guapa”. Luego me pidieron que les
contara como me iba todo, que tal me trataban aquí y que les hubiera gustado
que estuviera en casa pero cuanto antes me recuperara mejor, yo no dejaba de
tener un nudo en el estómago.
- Te he traído una cosa para que nos recuerdes y la he
tenido que traer oculta ya que no nos dejan que te demos comida pero…- mi madre
sacó una caja metálica, la puso en la mesa y la abrió, el olor a galletas
inundó la habitación- Eran tus preferidas en navidad.
Mi madre sonría a las galletas, yo sonreí lentamente y tapé
la caja poniéndola a mi lado. Luego hubo un par de miradas entre mis padres y
mi madre se levantó.
- Voy a hablar con la directora para arreglar unos papeles,
luego vuelvo cielo, todavía te tenemos que dar nuestros regalos de navidad.
Mi madre desapareció de la habitación, dejándonos a mí y a
mi padre solos, él tosió para aclararse la garganta y apretó sus manos juntándolas
mientras me miraba.
- Hay una cosa que te quería decir, Grace- su voz sonaba
dudosa por primera vez en su vida.
- ¿El qué?
- La razón por la que estás aquí la razón por la que soy
como soy contigo. Antes que nada quiero que sepas que yo le conté esto a Justin
o más bien la mitad y quizás eso fue lo que le convenció para traerte de
vuelta. A Él le hubiera gustado huir contigo, hacer lo que tú quisieras si eso
te hacía feliz, pero vio que había otras cosas.
Empecé a hincar mis uñas en la palma de mi mano.
- ¿Qué le dijiste?
Siempre tenía que tener él la culpa.
- Yo tenía una hermana, si, no lo sabías, creías que era
hijo único pero no es así Grace. Tenía 14 años y mi hermana 16…
Justin
Cambié de lado la bola de color rojo por la de color verde.
Me aparté por unos segundos observando detenidamente, me rasqué la barbilla y
volví a cambiar las bolas.
- Le gustará- me dijo la chica.
Yo me giré y la miré, ella me sonrió afirmando con la cabeza
segura.
- ¿Segura?- pregunté.
- Si.
Me senté en la cama, al final en los pies pude divisar una
cosa que me resultaba conocida, sonreí.
- ¿Sabes?- dijo la chica.
- ¿El qué?- pregunté.
- Ella creía que no vendrías.
Grace
Mi padre empezó a contarme la historia de cómo tuvo una
hermana que se autolesionaba y se encerraba en su cuarto. Me contó como él era
el único que podía hacerla sonreír y cómo fue el que la encontró muerta.
Mientras me contaba como era su hermana, sentía una presión en mi pecho y las
arcadas subían y bajaban por mi garganta. Podía notar como los ojos de mis
padres se cubrían de una capa cristalina y como muchas veces apartaba la mirada
de mi para no derramar más de una lágrimas.
- Muchas veces cuando te veo, es como si viera a mi hermana
y me pregunto que pude hacer mal para que otra vez volviera a ocurrir- terminó
diciendo mi padre.
Yo tragué saliva.
- Cada persona es un mundo, papá. Pero que sintieras que
tenías que estar sobre mí no significa tomar las decisiones por mi, yo también
sé decidir. No tenías derecho de ordenar a Justin que se fuera ni a que me
trajera.
-Yo pensaba que Justin era como cualquier chico a su edad,
como los chicos con los que se veía mi hermana. Creía que Justin jamás podría
apreciarte como te mereces y que al final te acabaría haciendo más daño, pero
he sido yo quien lo ha jodido todo- mi padre bajó la mirada por un segundo,
pero volvió a mirarme suspirando-. Perdóname por todo esto, lo último que
quiero es que sientas que tu padre no te quiere.
Me quedé mirando la figura de mi padre, empezaba a notarse
la edad, unas pequeñas arrugas, los ojos más caídos y las canas salían más
rápidas. Podía jurar que desde empezó a saber lo que pasaba por mi cabeza
envejeció de repente. Bajo sus ojos había una pequeña sobra negra, que indicaba
que empezaba a dormir mal.
- Deberías de trabajar menos- le advertí, pasando por alto
sus disculpas.
- ¿Entonces quién va a pagar todo esto? No creas que trabajo
más por gusto, para ir menos por casa, trabajo más para poder pagar lo que sea
si eso hace que tu salud mejore. Eres mi hija, me importas más que cualquier
cosa en este mundo.
- Nunca me lo habías dicho- empecé a jugar con mis dedos.
- Jamás me preguntaste, Grace.
Levanté mi mirada de mis dedos para volver a observarlo,
parpadeé y pude notar las lágrimas amenazando con salir de mis ojos. Miré al
techo para forzarlas a permanecer en mis
ojos.
- ¿Me perdonas?
Asentí con la cabeza, mordiendo mi labio inferior.
- Si- lo último que quería era morir sin decirle a mi padre
que estaba perdonado-. Te perdono papá.
- Te quiero- y su voz sonó un poco ronca, pero tosió
disimulándola.
- Y yo- susurré.
A los segundos mi madre entró por la puerta sonriendo, pasó
por detrás del sofá dándole una palmada a mi padre en la espalda y sentándose a
su lado. De una bolsa sacó dos paquetes que me ofreció, los cogí.
- Feliz navidad, Grace.
Abrí los paquetes, uno era un marco de fotos con una foto de
los tres cuando yo era más pequeña, salía con dos coletas y enseñando la
lengua, sin complejos. Les di las gracias y cogí el siguiente paquete, era un
cuaderno acompañado de un bolígrafo.
- Sabemos que tienes un cuaderno en el que anotas cosas
mientras estas aquí, así que –mi madre sonrió- se nos ocurrió la idea de
regalarte uno para que escribieras cuando salgas de aquí, para que escribas
sobre tu nueva vida.
Yo les sonreí, miré el cuaderno y la sonrisa desapareció, iba
a ser un cuaderno malgastado. Hablé un poco más con mis padres hasta que
avisaron de que era la hora de comer y que se tenían que ir. Me despedí de
ellos pero me dijeron que volverían pronto. Dejé los regalos allí, me dijeron
que los llevarían a mi cuarto. Yo fui lentamente hacia el comedor, se podía
notar que era de comer, las risas se habían cambiado por llantos silenciosos.
Cuando llegué fui hacia mi mesa cuando la voz de Margaret me paró.
- ¿Has ido al cuarto?- preguntó sonriendo, como siempre.
- ¿Qué? No, acabo de volver de estar con mis padres.
Ella se cubrió la boca con sus manos y se rio, volvió a
sentarse dejándome el paso libre, yo la miré pero ella ya pasaba de mi. ¿Qué
pasaba en el cuarto? La pequeña intriga que tenía se fue cuando mi bandeja de
comida se encontró delante de mi. Me froté los ojos, quería acabar con esto de
una vez, estaba cansada de ponerme delante de la bandeja y no poder levantarme
hasta que acabara.
- Vamos Grace, ¿acaso no quieres acabar hoy pronto?- me dijo
a mitad la mujer que se sentaba enfrente de mi.
Yo la fulminé con la mirada, no quería acabar pronto con la
comida, quería que desapareciese. Hoy tenía menos cantidad, así que terminé en
una hora. Me levanté de la mesa, sintiendo mi estómago hinchado y pesado.
Cada paso era como si tuviera un elefante sobre mi espalda,
la idea de pasar el día de navidad en la cama no me parecía tan mala idea. Abrí
la puerta y cuando levanté mi mirada no acaba de entender lo que estaba viendo,
la parte de mi cuarto donde estaba mi cama estaba decorado con adornos
navideños y había un pequeño árbol de navidad encima de mi cómoda, pero eso no
era lo que me había dejado quieta en la entrada de la puerta eso lo había producido
un chico que se encontraba en mitad de la habitación con una camisa blanca un
poco arrugada y unos jeans oscuros, su sonrisa iba de oreja a oreja, pero fue
desapareciendo cuando empezó a ver mi mirada, como habían empezado a brotar
lágrimas de mis ojos sin yo darme cuenta. Me mordí el labio inferior y cerré
los ojos por un segundo, cuando los abrí tenía la visión borrosa pero todavía
podía distinguir la silueta de Justin. Todo mi cuerpo temblaba, mi corazón
latía fuertemente y mi respiración era agitada. Se me ocurrió hacer de todo
irme corriendo, tirarme al suelo, ir y pegarle una hostia, seguir quieta, se me
ocurrió todo menos lo que hice.
Fui hacia él, acortando la distancia que nos alejaba en
menos de un segundo. Justin no estaba preparado cuando nuestros cuerpos
chocaron así que dio unos cuantos pasos hacia atrás antes de colocar sus manos
en mi cintura mientras las mías estabas en sus mejillas. Nuestros labios se
habían encontrado en el mismo instante que nuestros cuerpos habían chocados.
Fue uno de los besos más apasionados que habíamos tenidos, yo luchaba para que
nuestros cuerpos se juntaran más al igual que él, lo que hacía que nos
moviéramos por toda la habitación hasta que llegamos a una pared en la que
quedé presionara entre la pared y su cuerpo. La forma de sus labios era la
misma y tenían el mismo sabor, aunque ahora estaba mezclado con el sabor salado
de mis lágrimas. Me aparté de él para coger aire, apoyando mi cabeza en la
pared, él pasó su dedo pulgar por mi mejilla para retirar las lágrimas, ahí me
pude dar cuenta, que él también estaba llorando, sonreí tímidamente, luego lo
miré a los ojos, que estaban aliviados pero todavía nerviosos.
- Te odio- susurré con mi voz rota por el llanto.
- No me importa, yo tengo suficiente amor para los dos.
Y me besó la frente, yo apreté mi cabeza contra su pecho,
olía a él. Recordé nuestra conversación por Skype, las barbaridades que le
había dicho y aun así, él estaba ahí.
- Yo… Yo no quería decirte lo que te dije.
- Lo sé.
Él acariciaba mi cabello lentamente, podía sentir su calor y
entonces me di cuenta del frío que había sentido estos días. Me aparté de su
abrazo, pero él me seguía agarrando por la cintura.
- Pero te odio, por dejarme.
- Creo que después de decirme que no me quieres y que
desaparezca de tu vida estamos en paz- dijo sonriendo.
- No sé…- dije intentando ocultar una sonrisa.
Él no dijo nada y yo cogí ese tiempo para respirar, para
sentir como mi pulso se iba relajando.
- Escritora…- susurró.
Levanté mi mirada para ver su sonrisa pícara, mis mejillas
se sonrojaron.
- ¿Si?
- Te extrañé.
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¿Extrañaban a Grace y a Justin? Porque yo mucho. Menos mal que el cabrón de Justin no se da por vencido, ¿cambiará el pensamiento de Grace? ¿O hará que todo empeore? tatatataaaaaaaaaaaaaan.
Sé que iba a subir 5 capítulos pero me iba a poner a escribir el 5º capítulo y no tenía inspiración para escribir esa parte así que decidí dejarlo aquí con este final que me gustó y dentro de unos días subir otro antes que subir uno más y que quede fatal. Espero que os hayan gustado, yo lo paso mal escribiendo sobretodo porque YA SON MÁS DE 40 CAPÍTULOS y el final esta como super cerca, si, quedarán como 8 capítulos para que termine y tengo demasiado cariño a esta novela y le pongo muchos sentimientos a cada trozo aunque quizás no se note lol Si os habéis fijado en la parte superior derecha del blog hay una encuesta sobre esta novela, me gustaría saber que pensáis! Y como siempre (ya es habitual) PERDÓN POR NO SUBIR SEGUIDO.
Y recordar que detrás de las ☁ siempre habrá un ☀ resplandeciente esperándoos.
Si leíste pulsa este botón Tweet Gracias, muchas gracias por leer, por no pasar de mi aunque tarde siglos en leer por preocuparos por cuando iba a subir y demás. Y si no es mucho pedir, ¿podrías dejar un comentario? Os lo agradecería enormemente, enserio, no sabéis como jhvehjvyvrjthte LOVE YA.
Dios, llore tanto que se crearon unas nuevas cataratas del Niágara en mi habitacion ;_; Como piedes escribir tan jodidamente perfecto? Llore sobre todo en el primer capitulo que subiste y en el ultimo, OMG sabia sabia sabia lo sabia y sabia mas que el iba a ir a visitarla y juntos son amor, son lo mad mono y cuquo y tierno y precioso del mundo. En serio, espero que no se termine nunca. Gracias por escribirlos caps, me encantaron :) Siguela cuando puedas por favor :3
ResponderEliminarLa verdad es que tu novela me deja sin palabras, es totalmente hermosa. Se me hacen tantos nudos en la garganta al leerlas. Amo leer este tipo de historias, con tanto drama y sufrimiento, se me hacen tan espectaculares. Eres una excelente escritora :-) ¡muchas felicidades! Ame ese maratón, muchas gracias por escribirlo y subirlo. Síguela cuando puedas *~*
ResponderEliminarMIERDA ME AHOGO. No puedo respirar de las lágrimas srsly.
ResponderEliminarCuando he leído que Justin estaba allí, mi llanto ha aumentado de una manera...
Como echaba de menos que estuvieran juntos, ay. "No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes" que cierta es esa frase.
DENTRO DE UNAS HORA HEARTBREAKER AHKSKDLSJSKKDKF ME MUERO.
(Eso no venia a cuento jajajaja, pero es que estoy muy emocionada avskdkdldkkdkd)
Bueno que eso maraton, perfecto, mejor imposible.
Y te repito lo de siempre amo tu forma de escribir y de transmitir los sentimientos. Es simplemente perfecta. Se que te digo mucho que tu novela es perfecta y tal, pero es que no hay otra palabra para describirla.
Bueno dejo ya de petarte esto que es muy tarde (1:45) y mañana madrugo.
Te quiero mucho <3 -Y
NOOO PARAAA! ESCRIBISTE UN NOSE.. PARAISO DE NOVELA Y SOLO TIENE 3 COMENTARIOS?!?!?! DIOSSSS QUE LE PASA A ESTE MUNDO TAN CRUEL? D:
ResponderEliminarBueno q le vamos a hacer.
uf! si hacer llorar fuera ilegal TU estarias encarcelada de porvida! no se es como mucho muy demaciado asdfghjklñ, no se no tengo álabras, tu ciempre haces algo como un echiso con tus novelas leo el epilogo y chan! me enganco asi como si fuera droga! y no quiero que me dejes sin droga nunca LOL !
Espero algun dia tener un libro tuyo en mis manos :') seria muy japy si eso pasara.
te quero demaciado <3 .-
Hola Trixie,
ResponderEliminarBueno, no se cómo empezar esto... Pero te quiero hacer un comentario largo, ya que es el primero. Seguramente no lo leerás, pero te lo escribiré igualmente.
A ver, como empiezo... Por el principio, veamos, me dijeron que hacías novelas muy buenas, pero nunca me decidí a leer ninguna ya que las escribías en Tuitpics y no me gusta leer por ahí. Al enterarme (hace no mucho, tengo que añadir) que tenías esta novela me decidí a leerla. Me identifico demasiado con Grace. Soy muy parecida a ella. Pero yo no tengo un Justin, no tengo a nadie como él en mi vida. Quiero que sepas que tu novela me ha ayudado, no sólo a darme cuenta de que los demás no te ven como tú lo haces (que cuesta darse cuenta ya que la razón por la que te ves así es por comentarios de personas de tu círculo), también a ver que cuando menos lo esperamos alguien puede venir y cambiar tu vida. No sé. Me ha influido. He llorado, he reído y me gusta mucho leer esta novela. Porque aunque sea eso, una novela me hace sentir menos desplazada, sentir que alguien me entiende.
Ahora fuera de ese tema... ¡QUÉ MONOSO ES JUSTIN CON GRACE, COÑO! Yo también quiero, jolín. No puedes dejar que nada malo ocurra con ellos al final. Si quieres haznos sufrir hasta que acabe. Por favor te lo pido. Haz que Grace y Justin terminen juntos, y que ella se ponga bien. Por favor. No se que me pasaría si algo le ocurre a Grace. Aunque esto no tiene nada que ver con este capítulo, te tengo queda e ir que estuve como media hora riéndome por lo de que era arbisexual. Dios mío, me meo con César.
Por cierto, a ver sí encuentras ya una plataforma sobre la que hacer el soundtrack de Rompiendo Barreras con todas las canciones que has puesto aquí. Abdjwfjfhiekgjekgjrkgjkrv. O subir una lista al blog con todos los nombres de las canciones y sus cantantes. ¡Lo necesito ya!
Bueno Trixie, adiós.
@faithofavon, xoxo.
Pd: A partir de ahora intentaré comentar en todos los capítulos. Ahsufhfkjlegjktglg.
SENCILLAMENTE PRECIOSO
ResponderEliminarAmo tu novela, es de las pocaa que puede sacarme lágrimas y sonrisas a la vez. Nunca una novela me había hecho llorar tanto como lo hace la tuya, con cada mala cosa que le pasa a Grace monto un río en mi cama, es preciosa la novela. Amo la historia y lo que te enseña, tú si que sabes escribir y enseñar a ka vez. Ojalá algún día saques un libro o algo me tendrías la primera para comprarlo. Ahora vamos con el final, no puedes terminar esta novela bien, esta novela es totalmente diferente a todas las que he leído y por eso quiero que tenga un final inesperado que no sea el final feliz que todas queremos para que termine,me gustaría que fuese lo contrario a feliz. Grace nos ha enseñado que la vida no es fácil ¿no? Y emtonces ¿para que va a vivir si va a morir alguna vez? No digo que muera pero nose, sorprendeme. Un beso, sigue escribiendo igual de genial.
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