Corriendo fui hacia el cuerpo de Abby, me arrodillé frente a
ella, sus dientes castañeaban.
- ¡Eh! ¡Abby!
Ella me miraba a los ojos como si me dijera que no podía
pronunciar ni una palabra. Desvió su mirada, yo coloqué mis manos en sus
mejillas y le obligué a que me mirara.
- Abby, mírame, ¿qué pasa?
Sus manos temblaban y cuando me fijé bien pude ver una
sustancia roja en sus yemas. Abby no dejaba de llorar, ¿era su sangre? ¿Dónde
estaba herida?
- ¿De quién es esa sangre? ¿Es tuya?
- Hayley...-dijo entre sus llantos.
- ¿Qué? ¿Qué pasa? Tranquila, respira.
- No, no puedo, te-tengo un ataque de ansiedad.
- Vamos a mi cuarto y me cuentas.
Ella asintió con la cabeza, le ayudé a levantarse y abrí la
puerta de mi cuarto. Entramos y la dejé sobre la cama, fui hacia la nevera y
saqué una botella de agua fría, cogí un vaso y le eché agua. Le llevé el vaso y
después le aparté varios mechones que estaban pegados a su rostro por el sudor,
cogí la silla y me senté enfrente de ella, antes cogí un paquete de toallitas,
dejé su vaso ya vacío. Agarré sus manos y empecé a limpiarlas. Notaba como la
respiración de Abby iba relajándose poco a poco.
- ¿Es tuya?- pregunté limpiando entre sus uñas.
- N-no- tartamudeó ella.
- ¿De quien es?
- De Eddy- dijo Abby firme, después cogió aire y me miró a
los ojos algo más concentrada- Estaba a su lado cuando alguien disparó para que
todo el mundo se dispersara pero le dieron y – paró para coger aire- y puse mis
manos donde estaba empezando a sangra y cayó al suelo, luego todo el mundo
empezó a correr, me pisaron pero no podía dejar a una persona con un disparo,
hasta que llego Camille y me dijo que me fuera, detrás de ella venían más
chicos, me levanté, tropecé y luego empecé a buscarte, pero no te encontraba
y.. – ella apartó sus manos de las mías y tapó su cara, viendo como su pecho se
movía pude deducir que lloraba, le acaricié la espalda.
- Tranquila, tranquila.
- Tenía que cuidarte Hayley, este mundo es muy malo para una
persona como tú, no vuelvas a ir por favor, aléjate de ellos, no quiero que te
hagan daño.
- Mira, estoy aquí, ¿vale? No me va a pasar nada, me sé
cuidar.
- Hayley, no te lo estas tomando en serio, esto no es una
película, aquí hay vidas en peligro. ¡Esa gente es mala!
- Tyler me acompañó, se preocupó de que estuviera bien, no
me va a pasar nada.
Abby bajó su mirada, pero luego me volvió a mirar.
- Una chica que fue mi amiga, vino aquí sin saber nada, se
lo expliqué y ella me prometió que se mantendría alejada… A las semanas estaba
con los chicos, una noche con uno y la otra noche con el otro. Este mundo la
absorbió y acabó con ella. Puede ser tentador, chicos guapos y peligrosos,
vidas trepidantes, aventura, dinero…
- No me atrae nada de eso, Abby. No soy una chica cualquiera,
mi hermano me educó bien para que supiera valerme por mi misma sin dejarme
llevar por los chicos.
- Tú hermano era listo.
- Mucho.
Posé mis manos sobre mis piernas y cogí aliento.
- ¿Estas mejor?- pregunté.
- Si- pude notar sus manos más relajadas-. Fue un simple
ataque de ansiedad.
- Me alegro.
Me levanté para tirar las toallitas ensuciadas de sangre,
Abby seguía en la cama, nerviosa.
- ¿Pasa algo?- pregunto.
- Hayley, ¿podría a quedarme a dormir contigo?- me preguntó.
- Claro.
Le dejé un pijama a Abby y las dos nos cambiamos, nos
metimos dentro de la cama. Abby era pequeña y pase un rato abrazándola, y
sonreí, sentí como si fuera una hermana pequeña que cuidaba. Me pregunté si así
era como mi hermano se sentía cuando iba a su cuarto muerta de miedo. Mordí mi
labio inferior para no soltar ninguna estúpida lágrimas.
A la mañana siguiente me asombró despertarme sin el sonido
del despertador, era sorprendente que el despertador solo sonase de lunes a
viernes. Lo siguiente que me sorprendió fue que Abby no estaba conmigo, mi
pijama se encontraba doblado sobre la silla. Cuando me levanté lentamente para
guardarlo un papel de deslizó hasta tocar el suelo, me agaché para cogerlo y
pude leer “Hoy no hace falta uniforme. Lo siento por irme así.”
Guardé el pijama y pensé que podía ponerme, agarré unos
jeans y un jersey que me llegaba por la mitad del muslo, en mis pies me coloqué
mis convers ya muy degastadas. Con mi
melena me hice una coleta alta. Salí de mi cuarto para encontrarme a chicas
moviéndose de arriba hacia abajo y viceversa. Todavía un poco dormida, fui
hacia el comedor. Abby se encontraba en una de las mesas, tomándose un cuenco
de cereales. Yo cogí un zumo de naranja natural y un bollo relleno de chocolate.
Fui y me senté con ella.
- Buenos días- dije sonriendo.
- Hola Hayley.
La conversación fue lenta, ella sentía algo de vergüenza por
lo de ayer y yo la entendía, pero una pregunta me rondaba la cabeza desde que
me había levantado.
- Abby, ¿por qué nadie podía saber que fui yo quien bailó?-
pregunté.
Ella miró a su alrededor armada y se acercó más a mí.
- No hables en voz alta- me susurró-. ¿Quién te advirtió?
- Tyler, Justin… ¿Qué pasa?
- Una de las razones por las que no quería ir es por lo que
te voy a contar, creía que lo sabías y que ibas allí sabiendo a qué te
enfrentabas.
- Yo solo sé que era una pelea de baile.
- Es más que eso. Allí las chicas se exhiben, se dan a
mostrar a los demás, muestran de lo que son capaz para que los chicos luego
escojan.
- ¿QUÉ?- grité.
- ¡Hayley!- me regañó ella susurrando- Creía que lo sabias y
que por eso te cubrías la cara, si los chicos no saben quién es, no puedes
escogerla.
- ¿Y si no me hubiese tapado la cara?
- Te habrían escogido.
- ¿Y si me negara?
- Ellos no saben de eso, allí van las chicas que quieren
estar con ellos, si te niegas, te obligan.
Todo mi apetito desapareció de repente, ¿había estado
jugando con mi cuerpo? ¿Todo por demostrar algo a una persona que no se merecía
ni una simple palabra? Mis manos estrangulando el cuello de Justin aparecieron
en mi mente una y otra vez. Abby me miraba, esperando una respuesta, una señal.
Pero solo pude levantarme de mi asiento, coger la bandeja y huir del comedor,
dejando la bandeja junto a las demás. Pude escuchar mi nombre desde la boca de
Abby, pero ahora solo quería encontrar a Justin.
Recorrí toda la residencia de las chicas y fui a la sala
común, nada, solo pude ver a Camille con unos chicos más. Crucé el edificio,
yendo por pasillos desconocidos para mi, tenía que encontrarlo, estrangularlo,
hacerle entender que desapareciera de mi vida. Entonces, cuando menos me lo
esperaba, Justin apareció lentamente por el pasillo, con la mirada baja, iba
con una chaqueta de cuero, unos jeans oscuros y una camiseta de tirantes
blanca. En sus manos llevaba una navaja que
estaba metiendo entre su uña y su piel.
- ¡Tú!- grité.
Justin levantó su mirada mientras paraba, una sonrisa cubría
su cara mientras pasaba la punta de su lengua por su labio inferior, aunque me
fijé que en su ceja derecha tenía dos tiras blancas y que tenía un pequeño moratón
en su mandíbula. Intenté que no se notara como mi corazón latía más fuerte y
avancé hacia él con la misma decisión que antes.
- ¿Qué pasa bailarina?- dijo mientras doblaba la cuchilla de
la navaja y la guardaba en su cuchillo.
- ¿Cómo fuiste capaz?
- Soy capaz de muchas cosas, pero no sé de qué me hablas
ahora- dijo mientras me observaba, me sentí incomoda bajo su mirada.
- ¿Por qué no me dijiste lo que significaba bailar en el
cuadrado?
- ¿Por qué tendría que haberlo hecho?
- Eres un cabrón.
Justin se encogió de hombros y empezó a caminar a mi lado,
chocando contra mi hombro. Le agarré del brazo e hice que se girara.
- Hay miles de chicas más, déjame en paz, no quiero nada de
esto.
Él colocó su cuerpo delante del mío, nuestras piernas se
tocaban, di un paso hacia atrás.
- No eres nadie para decirme lo que puedo hacer. Si quiero
tocarte, lo haré- colocó su mano en mi mejilla dándome una acaricia suavemente
pero que bastó para revolucionar mi corazón-. Si quiero estar detrás de ti,
susurrándote palabras grotescas lo haré- bajó su mano, llena de pequeñas
heridas, hasta mi hombro y me empujó, haciendo que quedara de espaldas a él, su
mano fue a mi cintura y pegó nuestros cuerpos, mi cuerpo se puso firme cuando
sentí todo su cuerpo pegado al mío-. Te encantaría que rozara mi boca por tu
cuello- me susurró al oído- y que tuviéramos una noche en la que te haría
gritar más que en toda tu vida.
Mis ojos se cerraron por un segundo pensando en esa
fantasía, no pude evitar soltar un gemido cuando sentí un pequeño mordisco en
mi cuello. Intenté apartarme, pero Justin no me soltaba hasta que le di una
patada. Cuando me aparté, llevándome la mano a mi cuello pude observar como
Justin se reía.
- Encontrarme contigo siempre me sube el ánimo, bailarina.
Me aparté la mano y tenía restos de la saliva de Justin, no
me lo había visto pero estaba segura que
tenía un chupetón. Podía notar como mi cara de ponía roja de vergüenza
y rabia.
- Primero haces que casi exponga mi cuerpo a unos cerdos y
ahora me haces un chupetón.
- Yo había sido el que más dinero diera por ti, nena.
- Asqueroso- me quejé.
- Y a ti te habría gustado.
- A partir de ahora no existes para mi y déjame en paz.
- Muñeca, ¿no te has dado cuenta que siempre eres tú la que
viene a por mi?
Gruñí, di la vuelta y me fui dando pasos grandes y fuertes.
Podía escuchar su risa al final y eso me ponía de los nervios, aunque me preguntaba
si podría ser tan fuerte como quería o acabaría rindiéndome bajo sus encantos,
¿sería una más o no? Avanzaba con la cabeza cabizbaja sin darme cuenta de que
había ido por un pasillo totalmente desconocido para mí. Levanté la mirada e
intenté averiguar dónde estaba. Avancé lentamente hasta que escuché unas voces
al fondo, fui rápidamente hasta allí, iba a mirar si era un profesor cuando vi
el cabello rubio de Camille, me pegué a la pared.
- Si quieres voy y le pido otro analgésico- dijo ella
- No, no, no- dijo una voz que supuse que era la de Eddy
pero sonaba muy degastada y cansada.
- Se enterarán- la voz de Camille era fría-. Ellos saben que
ese día no se pueden llevar armas de fuego.
- Pero no lo hicieron a posta, Camille. Lo hicieron para que
la gentes se fuera y me dio a mi, fue pura coincidencia.
- ¿Desde cuándo algo es pura coincidencia? Todo porque
Justin se puso así con esa chica
- Fue Tyler quien empezó- dijo Eddy-, pero dejémoslo, quiero dormir.
- Voy a llamar a Hugo para que venga a vigilar, tengo que
hablar con Justin sobre Tyler, ha venido con los humos muy subidos después de
lo del verano y también le diré que se espabile Justin o acabaremos todos
muertos.
- Justin me dijo que iba a ver a Tyler.
- Pues iré a ayudarlo.
Había deseado no escuchar la conversación, ya que ahora
tenía en mi peso la carga de saber que le iba a pasar algo a Tyler, me di la
vuelta y anduve hasta que empecé a correr por donde había venido. Llegué hasta
la puerta que daba al patio trasero donde había fuentes y bancos, Tyler se
encontraba en uno de ellos rodeado con sus amigos, dos chicas y tres chicos,
Tyler se encontraba enrollando algo. Fui hasta el lentamente, hasta que una
persona me miró y le pegó en la pierna, Tyler levantó la mirada y le dio el
cigarro envuelto a una chica mientras avanzaba a mí.
- ¿Qué pasa, Hayley?
- Tenemos que hablar.
Estaba nerviosa, no sabía dónde me estaba metiendo y me
sentía un poco incomoda. Fuimos andando hasta que llegamos a una parte que no
había personas.
- ¿Qué?- me pregunto.
La cara de Tyler estaba un poco magullada, su labio inferior
estaba cortado y pude ver su mano derecha vendada.
- Justin te está buscando.
- ¿Y por qué me has avisado?
- Porque… porque…
- Creía que eras de su parte- Tyler frunció el ceño.
- Yo no estoy de ninguna parte, esto no me gusta solo sentía
que te lo debía.
- ¿Por?
- Por haberme sacado de la fiesta ayer.
- Ah- Tyler se llevó la mano buena a la nuca-. No importa,
lo hice porque no quería que te pasase nada.
Sonreí y torcí mi cabeza para esconder mi sonrisa tímida.
- Hayley, tienes una cosa roja aquí en el cuello- Tyler se
tocó en su cuello.
Yo tapé con mi mano el chupetón.
- Es alergia.
- ¿Alergia?
Afirmé con la cabeza nerviosa.
- Me tengo que ir, ten cuidado.
- Siempre lo tengo- me guiño el ojo.
Yo avancé sonriendo cuando él me llamó, me giré.
- ¿Si te pidiera una cita? ¿Qué dirías?- me preguntó.
- ¿Me estas pidiendo salir?- le pregunté
Él sonrió.
- Depende de lo que me dirías.
- Te diría que fueras valiente y me lo preguntaras sin
rodeo, hasta luego.
Y me fui, dejándolo con la pregunta en la boca, sonriendo, metiéndome
en la boca del lobo.
--------------------------------------------------------
La verdad es que tengo muchas ganas de que sea el próximo capítulo, os va a gustar mucho(creo) y tengo ganas de acabar con RB para ponerme con esta novela en serio. Me alegra ver como os esta gustando esta novela aunque no este en todo su esplendor. Siento toda la tardanza y estoy harta de contar que pasó porque parecen simples excusas, intentaré subir más seguido y pronto habrá un maratón.
Si leíste pulsa el botón Tweet Si comentas tendré una sonrisa de oreja a oreja.