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Capítulo 11


Corriendo fui hacia el cuerpo de Abby, me arrodillé frente a ella, sus dientes castañeaban.

- ¡Eh! ¡Abby!

Ella me miraba a los ojos como si me dijera que no podía pronunciar ni una palabra. Desvió su mirada, yo coloqué mis manos en sus mejillas y le obligué a que me mirara.


- Abby, mírame, ¿qué pasa?
Sus manos temblaban y cuando me fijé bien pude ver una sustancia roja en sus yemas. Abby no dejaba de llorar, ¿era su sangre? ¿Dónde estaba herida?

- ¿De quién es esa sangre? ¿Es tuya?
- Hayley...-dijo entre sus llantos.
- ¿Qué? ¿Qué pasa? Tranquila, respira.
- No, no puedo, te-tengo un ataque de ansiedad.
- Vamos a mi cuarto y me cuentas.

Ella asintió con la cabeza, le ayudé a levantarse y abrí la puerta de mi cuarto. Entramos y la dejé sobre la cama, fui hacia la nevera y saqué una botella de agua fría, cogí un vaso y le eché agua. Le llevé el vaso y después le aparté varios mechones que estaban pegados a su rostro por el sudor, cogí la silla y me senté enfrente de ella, antes cogí un paquete de toallitas, dejé su vaso ya vacío. Agarré sus manos y empecé a limpiarlas. Notaba como la respiración de Abby iba relajándose poco a poco.

- ¿Es tuya?- pregunté limpiando entre sus uñas.
- N-no- tartamudeó ella.
- ¿De quien es?
- De Eddy- dijo Abby firme, después cogió aire y me miró a los ojos algo más concentrada- Estaba a su lado cuando alguien disparó para que todo el mundo se dispersara pero le dieron y – paró para coger aire- y puse mis manos donde estaba empezando a sangra y cayó al suelo, luego todo el mundo empezó a correr, me pisaron pero no podía dejar a una persona con un disparo, hasta que llego Camille y me dijo que me fuera, detrás de ella venían más chicos, me levanté, tropecé y luego empecé a buscarte, pero no te encontraba y.. – ella apartó sus manos de las mías y tapó su cara, viendo como su pecho se movía pude deducir que lloraba, le acaricié la espalda.
- Tranquila, tranquila.
- Tenía que cuidarte Hayley, este mundo es muy malo para una persona como tú, no vuelvas a ir por favor, aléjate de ellos, no quiero que te hagan daño.
- Mira, estoy aquí, ¿vale? No me va a pasar nada, me sé cuidar.
- Hayley, no te lo estas tomando en serio, esto no es una película, aquí hay vidas en peligro. ¡Esa gente es mala! 
- Tyler me acompañó, se preocupó de que estuviera bien, no me va a pasar nada.

Abby bajó su mirada, pero luego me volvió a mirar.

- Una chica que fue mi amiga, vino aquí sin saber nada, se lo expliqué y ella me prometió que se mantendría alejada… A las semanas estaba con los chicos, una noche con uno y la otra noche con el otro. Este mundo la absorbió y acabó con ella. Puede ser tentador, chicos guapos y peligrosos, vidas trepidantes, aventura, dinero…
- No me atrae nada de eso, Abby. No soy una chica cualquiera, mi hermano me educó bien para que supiera valerme por mi misma sin dejarme llevar por los chicos.
- Tú hermano era listo.
- Mucho.

Posé mis manos sobre mis piernas y cogí aliento.

- ¿Estas mejor?- pregunté.
- Si- pude notar sus manos más relajadas-. Fue un simple ataque de ansiedad.
- Me alegro.

Me levanté para tirar las toallitas ensuciadas de sangre, Abby seguía en la cama, nerviosa.
- ¿Pasa algo?- pregunto.
- Hayley, ¿podría a quedarme a dormir contigo?- me preguntó.
- Claro.

Le dejé un pijama a Abby y las dos nos cambiamos, nos metimos dentro de la cama. Abby era pequeña y pase un rato abrazándola, y sonreí, sentí como si fuera una hermana pequeña que cuidaba. Me pregunté si así era como mi hermano se sentía cuando iba a su cuarto muerta de miedo. Mordí mi labio inferior para no soltar ninguna estúpida lágrimas.

A la mañana siguiente me asombró despertarme sin el sonido del despertador, era sorprendente que el despertador solo sonase de lunes a viernes. Lo siguiente que me sorprendió fue que Abby no estaba conmigo, mi pijama se encontraba doblado sobre la silla. Cuando me levanté lentamente para guardarlo un papel de deslizó hasta tocar el suelo, me agaché para cogerlo y pude leer “Hoy no hace falta uniforme. Lo siento por irme así.”

Guardé el pijama y pensé que podía ponerme, agarré unos jeans y un jersey que me llegaba por la mitad del muslo, en mis pies me coloqué mis convers ya muy degastadas.  Con mi melena me hice una coleta alta. Salí de mi cuarto para encontrarme a chicas moviéndose de arriba hacia abajo y viceversa. Todavía un poco dormida, fui hacia el comedor. Abby se encontraba en una de las mesas, tomándose un cuenco de cereales. Yo cogí un zumo de naranja natural y un bollo relleno de chocolate. Fui y me senté con ella.

- Buenos días- dije sonriendo.
- Hola Hayley.

La conversación fue lenta, ella sentía algo de vergüenza por lo de ayer y yo la entendía, pero una pregunta me rondaba la cabeza desde que me había levantado.

- Abby, ¿por qué nadie podía saber que fui yo quien bailó?- pregunté.

Ella miró a su alrededor armada y se acercó más a mí.

- No hables en voz alta- me susurró-. ¿Quién te advirtió?
- Tyler, Justin… ¿Qué pasa?
- Una de las razones por las que no quería ir es por lo que te voy a contar, creía que lo sabías y que ibas allí sabiendo a qué te enfrentabas.
- Yo solo sé que era una pelea de baile.
- Es más que eso. Allí las chicas se exhiben, se dan a mostrar a los demás, muestran de lo que son capaz para que los chicos luego escojan.
- ¿QUÉ?- grité.
- ¡Hayley!- me regañó ella susurrando- Creía que lo sabias y que por eso te cubrías la cara, si los chicos no saben quién es, no puedes escogerla.
- ¿Y si no me hubiese tapado la cara?
- Te habrían escogido.
- ¿Y si me negara?
- Ellos no saben de eso, allí van las chicas que quieren estar con ellos, si te niegas, te obligan.

Todo mi apetito desapareció de repente, ¿había estado jugando con mi cuerpo? ¿Todo por demostrar algo a una persona que no se merecía ni una simple palabra? Mis manos estrangulando el cuello de Justin aparecieron en mi mente una y otra vez. Abby me miraba, esperando una respuesta, una señal. Pero solo pude levantarme de mi asiento, coger la bandeja y huir del comedor, dejando la bandeja junto a las demás. Pude escuchar mi nombre desde la boca de Abby, pero ahora solo quería encontrar a Justin.

Recorrí toda la residencia de las chicas y fui a la sala común, nada, solo pude ver a Camille con unos chicos más. Crucé el edificio, yendo por pasillos desconocidos para mi, tenía que encontrarlo, estrangularlo, hacerle entender que desapareciera de mi vida. Entonces, cuando menos me lo esperaba, Justin apareció lentamente por el pasillo, con la mirada baja, iba con una chaqueta de cuero, unos jeans oscuros y una camiseta de tirantes blanca. En sus manos llevaba una navaja que  estaba metiendo entre su uña y su piel.

- ¡Tú!- grité.

Justin levantó su mirada mientras paraba, una sonrisa cubría su cara mientras pasaba la punta de su lengua por su labio inferior, aunque me fijé que en su ceja derecha tenía dos tiras blancas y que tenía un pequeño moratón en su mandíbula. Intenté que no se notara como mi corazón latía más fuerte y avancé hacia él con la misma decisión que antes.

- ¿Qué pasa bailarina?- dijo mientras doblaba la cuchilla de la navaja y la guardaba en su cuchillo.
- ¿Cómo fuiste capaz?
- Soy capaz de muchas cosas, pero no sé de qué me hablas ahora- dijo mientras me observaba, me sentí incomoda bajo su mirada.
- ¿Por qué no me dijiste lo que significaba bailar en el cuadrado?
- ¿Por qué tendría que haberlo hecho?
- Eres un cabrón.

Justin se encogió de hombros y empezó a caminar a mi lado, chocando contra mi hombro. Le agarré del brazo e hice que se girara.

- Hay miles de chicas más, déjame en paz, no quiero nada de esto.

Él colocó su cuerpo delante del mío, nuestras piernas se tocaban, di un paso hacia atrás.

- No eres nadie para decirme lo que puedo hacer. Si quiero tocarte, lo haré- colocó su mano en mi mejilla dándome una acaricia suavemente pero que bastó para revolucionar mi corazón-. Si quiero estar detrás de ti, susurrándote palabras grotescas lo haré- bajó su mano, llena de pequeñas heridas, hasta mi hombro y me empujó, haciendo que quedara de espaldas a él, su mano fue a mi cintura y pegó nuestros cuerpos, mi cuerpo se puso firme cuando sentí todo su cuerpo pegado al mío-. Te encantaría que rozara mi boca por tu cuello- me susurró al oído- y que tuviéramos una noche en la que te haría gritar más que en toda tu vida.

Mis ojos se cerraron por un segundo pensando en esa fantasía, no pude evitar soltar un gemido cuando sentí un pequeño mordisco en mi cuello. Intenté apartarme, pero Justin no me soltaba hasta que le di una patada. Cuando me aparté, llevándome la mano a mi cuello pude observar como Justin se reía.

- Encontrarme contigo siempre me sube el ánimo, bailarina.

Me aparté la mano y tenía restos de la saliva de Justin, no me lo había visto pero  estaba segura que tenía un chupetón.  Podía  notar como mi cara de ponía roja de vergüenza y rabia.

- Primero haces que casi exponga mi cuerpo a unos cerdos y ahora me haces un chupetón.
- Yo había sido el que más dinero diera por ti, nena.
- Asqueroso- me quejé.
- Y a ti te habría gustado.
- A partir de ahora no existes para mi y déjame en paz.
- Muñeca, ¿no te has dado cuenta que siempre eres tú la que viene a por mi?

Gruñí, di la vuelta y me fui dando pasos grandes y fuertes. Podía escuchar su risa al final y eso me ponía de los nervios, aunque me preguntaba si podría ser tan fuerte como quería o acabaría rindiéndome bajo sus encantos, ¿sería una más o no? Avanzaba con la cabeza cabizbaja sin darme cuenta de que había ido por un pasillo totalmente desconocido para mí. Levanté la mirada e intenté averiguar dónde estaba. Avancé lentamente hasta que escuché unas voces al fondo, fui rápidamente hasta allí, iba a mirar si era un profesor cuando vi el cabello rubio de Camille, me pegué a la pared.

- Si quieres voy y le pido otro analgésico- dijo ella
- No, no, no- dijo una voz que supuse que era la de Eddy pero sonaba muy degastada y cansada.
- Se enterarán- la voz de Camille era fría-. Ellos saben que ese día no se pueden llevar armas de fuego.
- Pero no lo hicieron a posta, Camille. Lo hicieron para que la gentes se fuera y me dio a mi, fue pura coincidencia.
- ¿Desde cuándo algo es pura coincidencia? Todo porque Justin se puso así con esa chica
- Fue Tyler quien empezó- dijo Eddy-, pero dejémoslo,  quiero dormir.
- Voy a llamar a Hugo para que venga a vigilar, tengo que hablar con Justin sobre Tyler, ha venido con los humos muy subidos después de lo del verano y también le diré que se espabile Justin o acabaremos todos muertos.
- Justin me dijo que iba a ver a Tyler.
- Pues iré a ayudarlo.

Había deseado no escuchar la conversación, ya que ahora tenía en mi peso la carga de saber que le iba a pasar algo a Tyler, me di la vuelta y anduve hasta que empecé a correr por donde había venido. Llegué hasta la puerta que daba al patio trasero donde había fuentes y bancos, Tyler se encontraba en uno de ellos rodeado con sus amigos, dos chicas y tres chicos, Tyler se encontraba enrollando algo. Fui hasta el lentamente, hasta que una persona me miró y le pegó en la pierna, Tyler levantó la mirada y le dio el cigarro envuelto a una chica mientras avanzaba a mí.

- ¿Qué pasa, Hayley?
- Tenemos que hablar.

Estaba nerviosa, no sabía dónde me estaba metiendo y me sentía un poco incomoda. Fuimos andando hasta que llegamos a una parte que no había personas.

- ¿Qué?- me pregunto.

La cara de Tyler estaba un poco magullada, su labio inferior estaba cortado y pude ver su mano derecha vendada.

- Justin te está buscando.
- ¿Y por qué me has avisado?
- Porque… porque…
- Creía que eras de su parte- Tyler frunció el ceño.
- Yo no estoy de ninguna parte, esto no me gusta solo sentía que te lo debía.
- ¿Por?
- Por haberme sacado de la fiesta ayer.
- Ah- Tyler se llevó la mano buena a la nuca-. No importa, lo hice porque no quería que te pasase nada.

Sonreí y torcí mi cabeza para esconder mi sonrisa tímida.

- Hayley, tienes una cosa roja aquí en el cuello- Tyler se tocó en su cuello.

Yo tapé con mi mano el chupetón.

- Es alergia.
- ¿Alergia?

Afirmé con la cabeza nerviosa.

- Me tengo que ir, ten cuidado.
- Siempre lo tengo- me guiño el ojo.

Yo avancé sonriendo cuando él me llamó, me giré.

- ¿Si te pidiera una cita? ¿Qué dirías?- me preguntó.
- ¿Me estas pidiendo salir?- le pregunté

Él sonrió.

- Depende de lo que me dirías.
- Te diría que fueras valiente y me lo preguntaras sin rodeo, hasta luego.


Y me fui, dejándolo con la pregunta en la boca, sonriendo, metiéndome en la boca del lobo.

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La verdad es que tengo muchas ganas de que sea el próximo capítulo, os va a gustar mucho(creo) y tengo ganas de acabar con RB para ponerme con esta novela en serio. Me alegra ver como os esta gustando esta novela aunque no este en todo su esplendor. Siento toda la tardanza y estoy harta de contar que pasó porque parecen simples excusas, intentaré subir más seguido y pronto habrá un maratón.

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Capítulo 38


Sentí las suaves sábanas por debajo de mis piernas, sonreí delicadamente mientras notaba la almohada sobre mi cabeza. Cuando la noche se puso más fría volvimos a casa, los dos nos dormimos abrazados. Empecé a notar que una canción sonaba a los lejos, me senté en la cama lentamente frotando mis ojos y sonriendo, miré a la puerta y Justin entraba por la puerta usando un cepillo como micrófono. Yo sonreí y me acerqué al fino de la cama, Justin se acercó y empezó a cantarme a la cara, yo mecía mi cuerpo y me tocaba el cabello mientras le sonreía a la cara. Justin se separó de mí lentamente y empezó a dar vueltas mientras saltaba y bailaba

Me levanté en la cama y empecé a saltar mientras cantaba la canción, no podía parar de reír, tanto que me dolía el estómago. Mire a Justin, que se paró, vino hasta el filo de la cama y yo me acerqué, me agarró de las piernas y me bajó al suelo dándome vueltas dejándome con el corazón en la boca. Cuando me encontré en el suelo, empecé a bailar, moviendo mi cabello y sintiendo como la camiseta de Justin se subía por encima de mi trasero… mi carne, se veía mucha carne, paré por un segundo me bajé la camiseta pero la mano de Justin agarró la mía y me hizo girar para acabar pegada a su cuerpo, sonreí. Me besó en la mejilla y volvió a girarme para acabar en el extremo de su brazo. La canción terminó y yo cogí aire, sonriendo.

- ¿Y este buenos días?- pregunté, sentándome en el filo de la cama.
- Hoy estoy feliz- dijo mientras se acercaba a mi, abriendo mis piernas y colocándose entre ellas, delicadamente, acariciando mis muslos. Tuve que reprimirme para no apartar sus manos.
- ¿Lo has decidido?- le pregunté, mientras jugaba con sus dedos en mi pierna.
 - Sí.
- ¿Y qué? ¿Nos fugamos?- sonreí al pronunciar esa última palabra, fugarme era sinónimo de libertad.
- Te lo diré después de desayunar- y me besó la punta de mi nariz antes de irse por la puerta.

Me bajé lentamente de la cama, con la sonrisa todavía en mi cara pero cuando fui a ponerme los pantalones para no salir en bragas y al ponerme la chaqueta para tapar los cortes la sonrisa desapareció, ¿y si decía que no? ¿Y si no nos fugábamos? ¿Qué sería de mí? ¿Volvería con mis padres? ¿Iría a la calle? ¿Quién quiere a una chica con cortes? … Él, él me quiere. Me intenté auto-convencer.

Salí de su cuarto para encontrarme a su madre dándole de comer a Mini y a su abuela removiendo su café

- Buenos días- dije cuando aparecí.
- Buenos días, querida- dijo su abuela.

Me senté en mi sito habitual justo cuando Justin venía con mi taza de té y con un cuenco con fruta, me los colocó enfrente mía.

- Gracias- dije sonriendo.

Justin se sentó sonriendo, cogió leche  se echó en sus cereales, al rato vino Pattie y desayunamos todos juntos. Parecíamos una familia de verdad, todo era normal, parecía un simple desayuno en el que todos hablábamos sin preocuparnos de nada. Pattie y Diane no sabían nada de mis autolesiones y por eso me trataban como si fuera una chica normal, por eso muchas veces no quiero contarle esto a nadie porque cambian su forma de tratar conmigo, como si fuera rara. Yo solo quería ser una chica normal como todas las demás, guapa y delgada.

Después del desayuno, Justin y yo nos sentamos en el sofá, yo apoyé mi cabeza en su hombro mientras veíamos la televisión.

- ¿Me lo vas a decir ya?
- Es bueno mantener un poco la intriga- dijo sonriendo de lado.
- Pero yo quiero saber que has decidido.
- ¿Por qué?

Para saber qué hacer con mi vida si me dejas, de nuevo. Dije en mi mente, pero no pude pronunciarlo, simplemente me encogí de hombros y sonreí. Al rato Pattie y Diane aparecieron por el salón y se sentaron a nuestro alrededor en unos sillones. Justin las miró y luego me miró a mí. Quitó se brazo de mis hombros y se levantó.

- Ahora vuelvo.

Y se fue. Esta era la primera vez que me sentía incomoda con la presencia de estas dos mujeres. Puse mis manos en mis rodillas y las miré, ellas miraban atentamente la televisión. Respiré tranquila y volví a pegar mi espalda al regazo.

- Grace- dijo Pattie girando su cabeza a mi.
- ¿Si?- dije algo rígido.
- ¿Qué piensas hacer cuando acabes los estudios?

Jamás había pensado el futuro simplemente porque jamás pensé que sobreviviría por mucho tiempo.

- ¿Piensas ir a la universidad?- dijo Diane uniéndose a la conversación.
- Supongo, no sé…
- Justin desde pequeño siempre quería ir a la universidad- dijo Pattie-. Aunque no sabía lo que era, pero un día su abuelo le dijo que allí te volvías muy listo y dijo que iría para ser tan listo como su abuelo. Nos sorprendimos cuando después de su muerte Justin siguió igual de bien con los estudios.

Casi se me escapa que lo hacía porque era lo que todo el mundo esperaba de él.

- Él sabe que tiene que hacer- dije.
- Si, es un chico de ideas claras aunque algunas veces se equivoque.

Inevitablemente me llevé las uñas a mi boca.

- ¿Por qué me estáis diciendo estas cosas?- pregunté.
- Conozco a Justin, es mi hijo y sé que algo está tramando. No sé si es bueno o si es malo, pero algo está tramando y creo que tú lo sabes.
- Siento decepcionarte, pero tengo la misma duda.

Pattie volvió a la mirada a la televisión pero al segundo volvió a mirarme.

- No quiero perder a mi hijo- murmuró Pattie.
- ¿Qué?- pregunté.
- No te lo lleves- dijo ella con lágrimas en los ojos-. Es lo único que tengo.

Diane le tocó la espalda a Pattie, dándole ánimos.

- No te lo dice de mala forma, Grace. Ella te aprecia, porque has sacado la sonrisa de Justin que no veíamos de hace tiempo… pero Justin es lo único que nos queda- dijo Diane firme.
- Yo… yo no os lo quiero quitar- susurré con la mirada baja
- Pero él haría cualquier cosa para que tú fueras feliz, ¿no es cierto?

Yo no supe que responder, ¿estaba siendo tan egoísta?

- Justin siempre estuvo con su abuelo- empezó Pattie-. Más que conmigo, pero él me seguía queriendo, me decía que era su segunda persona preferida. Me preguntaba como un niño podría tener un lazo tan potente con su abuelo y un día lo hablé con mi padre. Él me confesó el secreto, no trataba a Justin como el niño que era, desde que nació lo trató como un adulto y un niño a la vez. A Justin le gustaban las preguntas que le hacía su abuelo y debatir asuntos estúpidos como si un helado permanecería siempre duro en el polo norte. El abuelo fue muy importante para todos nosotros y su muerte nos marcó a todos de una manera u otra. Después de su muerte, Justin se me acercó al día siguiente mientras yo lloraba y él, sin soltar una lágrima, se sentó a mi lado y me contó una cosa.
“- Mamá, una vez el abuelo me dijo que se podía llorar por felicidad y por tristeza, que otras veces se podía sonreír por la boca pero no por los ojos y que esta última era la peor de todas, porque una parte de nosotros intenta fingir que estamos bien pero eso no se puede ocultar, si una persona de verdad nos conoce sabrá si estamos felices o si en cambio, estamos a punto de derrumbarnos. Tú estás triste de verdad ¿no?
- Si- le susurré yo.
- Vale, porque no quiero que finjas una sonrisa nunca si después vas a soltar una lágrima. Hay que ser todos fuertes por el abuelo, no se merece que estemos triste por él. Esta donde se merece, en un lugar hermoso.
- Pero es normal llorar la perdida de una persona amada.
- Y está bien llorar sin más. Si necesitas llorar, llora, es lo más normal del mundo. Si tienes que tirarte llorando una noche entera, hazlo, pero a la mañana siguiente levántate y comete el mundo.”

Pattie desvió la mirada mientras se limpiaba unas lágrimas.

- ¿Sabes lo que es que tu propio hijo te tenga que levantar el ánimo en vez de tú a él? ¿Sabes que es lo peor? Que pocas veces lo vi llorar y que no sé si lo conozco bien, porque jamás vi que sonriera sin ganas. Hay veces que parece que no le entiendo.
- Justin es feliz, os quiere- dije por fin-. Tendrá sus días malos como cualquier humano, pero hace lo mejor que puede.
- Yo quiero entenderle.
- Entonces si él se quisiera ir…- pregunté.
- Le dejaría, aunque no me guste, aunque intentara hacer de todo para retenerlo aquí, pero él sabe que es lo apropiado, lo sabe mejor que yo. Cuídalo- me dijo.

Yo asentí con la cabeza y justo en ese momento Justin gritó mi nombre desde su cuarto, me levanté y desaparecí de ahí secándome una lágrimas. Cuando llegué a su cuarto, Justin estaba sentado en su silla.

- ¿Qué pasa?
- Vayámonos. Fuguémonos- dijo sonriendo.
- ¿Qué?- dije sorprendida.
- Lo he decidido, vámonos.

Justin cogió mi mano y tiró de mí, después cerró la puerta.

- Pero… ¿Lo has pensado bien?- dije sorprendida.
- ¡Grace! ¿Qué pasa? Parece que no quieres.
- No, no, no, claro que quiero.

Y me tiré a sus brazos, sonriendo. Justin me besó rápido en los labios y se fue a buscar una maleta, al dejar la puerta abierta, Mini apareció. La cogí.

- Mini, ¿crees que va a ser buena idea?

Ella maulló

- ¿Qué puede salir mal? Con él mejoraré, lejos de los médicos.

Ella bajo su mirada y un pequeño nudo se hizo en mi garganta, pero rápidamente se fue cuando Justin apareció con la maleta sonriendo, se le veía contento y entonces, yo también lo estaba.
Mini se encontraba en mi regazo lamiendo su pata, yo balanceaba mis piernas aprovechando que desde la mesa mis pies no tocaban el suelo. Levanté la mirada de mis pies para comprobar como Justin se movía nervioso por su cuarto, guardado cosas en una maleta, sonreí pero mi sonrisa tenía un leve toque de tristeza, todavía no estaba segura de que fuera buena idea.

Justin se fija en mi mirada, él me conoce bien. Se acerca y quita a Mini de mis piernas, esta se queda tranquila en la cama. Justin coloca sus manos en mis piernas, pero luego coge mis manos.

- ¿Estas segura de que esto es lo que quieres?- me preguntó.
- Sí. Pero no quiero forzarte.
- Solo quiero lo mejor para ti, ¿de acuerdo?
- ¿Y dejar a tu familia?- le pregunté.
- Las visitaré a menudo. Pero tú… ¿te das por rendida?
- ¿Con qué?
- Con los médicos.
- Ellos no consiguen nada.
- Pero esta vez sería diferente, yo estaría allí contigo- Justin beso mi mano derecha.
- Prefiero cualquier cosa antes que los médicos.

Aparté mis manos de él, cansada de este tema.

- Vale, tranquila- me besó en los labios-. A la noche nos iremos.

El día pasó lento, la comida más aún. Ahora que iba a vivir con Justin tenía que cuidar mi figura más para que el tuviera al lado la mujer que se mereciera, Justin no insistió en que comiera más lo que me sorprendió, quizás ya comprendió que yo era así y que difícilmente cambiaría. La tarde la pasé durmiendo para tener fuerzas en el viaje. Cuando dieron las 9 de la tarde y aprovechando que Pattie y Diane estaban fueras, Justin y yo bajamos sus maletas al coche. Dejé a Mini allí, ahora mismo me decía que Pattie la iba a necesitar más que yo.


Me senté en el lado del copiloto, Justin me dio una taza de café para el camino sonriendo, estaba nervioso igual que yo. El coche se puso en marcha y miles de mariposas estallaron en mi estómago, pero yo no podía dejar de sonreír, por fin algo me salía bien. Por la ventana veía las luces de las casas, a parejas dando paseos y a niños con bicicletas disfrutando de la noche.

Me terminé el café y dejé la taza en un reposa vasos del coche. Justin agarró mi mano inmediatamente, lo miré y él despegó la mirada de la carretera rápidamente para decirme.

- Estamos en esto juntos.

Yo sonreí mientras saca el jersey de Justin que ya era mío de mi maleta para colocármelo ya que hacía frío. Apoyé mi cabeza en la ventana y me empecé a encontrar realmente cansada, mis ojos se cerraban y aunque intentara permanecer despierta cada vez me costaba menos.

- Justin… -susurré-. Voy a dormir un rato.
- Duerme mi escritora.
- Te quiero- le susurré.
- Te quiero Grace- y su voz pareció romperse al final pero yo estaba cayendo en picado al mundo de los sueños.

Soñé con un prado de flores amarillas, yo llevaba un camisón blanco y Justin era una silueta borrosa, los dos corríamos y reíamos.  Paré para coger aire y Justin siguió corriendo
- ¡Justin! ¡Para! ¡Espérame!
- No puedo Grace, tienes que descansar.
- ¿Y no puedes esperarme?
- Grita mi nombre cuando estés mejor.

Abrí los ojos cuando pude volver a correr. Abrí los ojos lentamente, poco a poco, frotándome con cuidado los ojos. Sonreí mientras bostezaba, miré de reojo a Justin, él miraba con la mandíbula tensa la carretera.

- ¿Por dónde vamos?- susurré poniéndome recta en el asiento.
- Queda poco- susurró.

Yo sonreí mientras giraba la cabeza para ver por dónde íbamos, tarde en darme cuenta que las casas me sonaban.

- ¿Dónde estoy?- dije cuando empezaba a sonarme las casas.
- Grace...- la voz de Justin estaba rota.

La sonrisa de mi cara desapareció. Era una trampa, había caído en una trampa.

- Justin… no, por favor.
- Grace, tranquila, por favor.
- No puedo volver con mis padres, no, ellos me llevarán al hospital.
- Es lo mejor.
- ¡NO!- grité-. Tú no sabes lo que es estar ahí.
- Iré a verte- pude observar como unas lágrimas bajaban por su mejilla mientras torcía por una calle, mi calle.
- Por favor- dije suplicando, con mis ojos rojos.

Justin permaneció en silencio, llorando, al igual que yo, pero en cambio yo gritaba. Aparcó enfrente de mi edificio. Empecé a apretar fuertemente las manos hasta notar mis uñas, Justin se quitó el cinturón y agarró mis manos.

- Mírame Grace, ¡mírame!- me gritó.

Era la primera vez que me gritaba, así que le miré.

- Vas a ir y vas a luchar, no por mí ni por tus padres, por ti, porque te mereces una vida mejor, te mereces ser feliz sin monstruos. ¿De acuerdo?

Bajé mi mirada, sus palabras entraban por un oído y salían por otro. Justin me había traicionado, otra vez.

- Mi padre te ha comido la cabeza- susurré.
- No, me ha hecho ver la realidad, ver que es lo que te mereces. Deja que te explique un par de cosas.

Levanté mi mirada, para ver los ojos de Justin rojos. ¿Por qué lloraba? Él no era quien iba al infierno.

- Justin, no quiero verte más en mi vida, no me visites, no me vuelvas a hablar.
- ¿Qué?- dijo él.
- Intentabas ayudarme porque crees que estoy loca.
- No. Quiero que seas feliz.

Me desabroché el cinturón y me aparté las manos de Justin que intentaban retenerme cuando abrí la puerta.

- ¡Te odio!- dije gritando- ¡Desparece de mi vida!

Pude ver como Justin se quedaba en el coche mirándome sin entender nada y la verdad es que yo tampoco lo sabía. Quería odiarle pero no podía. Aflojé un poco mis puños y pude ver en mi mano un papel ya muy arrugado, pero todavía se podía leer “se fuerte” en él. Justin me lo habrá puesto allí. Con todo mi cuerpo temblando, subí a mi casa que estaba con la puerta abierta. Mis padres me esperaban sentados en el sofá, cuando me vieron se levantaron.

- No me toquéis- dije-. Iré al manicomio, pero no por nadie, por mí, para a ver si así muero de una vez.

Fui hacia mi cuarto, pero una voz hizo que parara por unos segundos.


- Grace- dijo mi padre-. Me alegra que estés de vuelta.

Apreté mis labios fuertemente y me encerré de un portazo.

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La verdad es que no sé porque no subí esto antes, la verdad es que tampoco es que sea un capítulo en el que le tenía que dar mucho al coco para escribirlo... pero no podía. ¿Qué pasara ahora? ¿Justin desaparecerá de su vida? ¿Hará caso a Grace o no? ¿Grace irá o se escapará? ¿Y MINI? Pues estas dudas las descubriréis en los próximos capítulos que como antes, los subiré en un maratón, lo más posible es que sea de cinco capítulos. Sé que muchas os habréis cansado de esta novela y lo entiendo, puede ser un poco cansina ya, pero bueno, tengo ganas y a la vez no de subir los demás capítulos, le tengo cariño a esta novela y no quiero que acabe <3 Pero quizás junte los capítulos que tengo pensados para hacerla más corta, no sé, ya lo veré. PERDÓN POR NO SUBIR.

Y recordar que detrás de las  ☁ siempre habrá un ☀ resplandeciente esperándoos.

Si leíste pulsa este botón   Gracias, muchas gracias por leer, por comentar por todo, sencillamente sois geniales.
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Capítulo 10


El viernes por la noche llegó antes de lo que quería que llegase. Me encontraba en mi cuarto sentada en la cama, viendo mi armario. La semana había sido tranquila, aparte de que Justin cada vez que me veía susurraba: “no traigas el tutu” y que Tyler me mandaba miradas coquetas y me acompañaba algunas clases. Pero el ambiente estaba tenso, lo podía sentir, después de esta noche algo cambiaría. Le conté mi idea a Abby y ella me dijo que ni loca iría allí, que antes iban pero siempre acaban de la misma manera, no me quiso decir cómo acababan.

Mientras que me levantaba para coger una camiseta, pegaron a mi puerta, pero antes de que pudiera ir a abrirla la puerta se abrió y Abby apareció en mi cuarto, con la cabeza agachada. La miré y me quedé con la boca abierta por unos segundos, sin el uniforme parecía una mujer y una niña pequeña. Llevaba un pantalón vaquero desgastado de talle alto y encima un corset que le llegaba por encima del obligo color blanco y con encaje del mismo color, llevaba una rebeca color beige de punto, de zapatos llevaba unas converse bajas color negro. Se había maquillado poco y llevaba su pelo castaño largo, me di cuenta que estaba algo ondulado.
-
 Estas guapísima- dije.
- Que sepas que lo estoy haciendo por ti, sabría que irías sin mi y no podía permitir que fueras sola con tantos chicos.
- ¿Y por eso te has puesto tan sexy?
- Allí hay que demostrar que no eres una niña pequeña si no quieres que te traten como una cualquiera, hay que demostrar de que estas hecha.
- ¿Y qué me pongo?
- ¿Vas a bailar?- me preguntó.
- Tengo que hacerlo.
- Pues ponte algo con lo que estés cómoda pero ya sabes, no vayas como una monja.

Yo me quedé mirando mi armario y como una pequeña luz, un conjunto salió en mi mente. Fui a por mis pantalones grises bombachos y busqué a ver si había metido un chaleco que me encantaba. Tras buscar, la encontré, era  del mismo tono del pantalón y tenía cremallera, lo que más me gustaba es que quedaba por tres dedos debajo del pecho y era muy fresquito, y además, tenía una gran capucha.

Mientras Abby miraba por mi cuarto, aproveché para cambiarme, me puse unas zapatillas negras en mis pies y me miré en el espejo. Me daba un poco de vergüenza ir así, ya que siempre me ponía una camiseta debajo de este chaleco, me puse la capucha y puse todo mi cabello hacia delante.

- ¿Qué tal?- dije a Abby, mirándola, ella se giró y sonrió.
- Guapísima, un poco de pintalabios rojos y algo de mascarilla y serás la reina de la fiesta.

Yo me senté en mi cama y Abby vino a pintarme, al aparecer todo esto le gustaba pero lo ocultaba bajo su apariencia de niña inocente.

- Tengo miedo de quedarme en blanco o no saber cuándo tengo que bailar.
- Lo sabrás y no estés nerviosa lo harás genial, demuestra a Justin que chica eres y lo que se va a perder por ser un capullo.

Yo sonreí y Abby me imitó.

- ¿Crees que irá Tyler?
- Quizás- susurró.
- ¿Habrá pelea?- pregunté y un escalofrío recorrió por mi cuerpo.
- Hayley, ve a la aventura, no vayas pensando que va a pasar…. Disfruta y luego ya me dirás que tenía la razón no queriendo ir.

Abby sonrió para quitarle seriedad al asunto, pero algo dentro de mí me decía que debería de quedarme en la residencia y comer palomitas con Abby mientras veía una película e intentar mantenerme alejada de todo este mundo, pero la voz de Justin tentándome no se me iba de mi cabeza.

- ¿Lo saben los profesores?- pregunté.
- Hayley, es una pelea de baile callejera, ¿qué crees?
- Que lo que pasa ahí se queda ahí.

Varios minutos después nos encontrábamos de camino a un sitio del que yo desconocía su situación, ya que nadie puede decirla, solo puedes ir acompañada y ahí descubres donde está. Estaba pensando en cómo hubiera ido si Abby no hubiera venido. La observé mientras avanzábamos en silencio, parecía inquieta, nervios y entonces dudé en si la tranquilidad que sentía ahora era normal. Mientras nos íbamos acercando al sitio clave, empezabas a oír un fuerte sonido que descifrabas que era música mezclado con chillidos.

- ¿Estas bies?- pregunté a Abby antes de que tuviera que chillar para hablar con ella.
- Si, pero prométeme que no te separarás de mí.
- Abby… Tranquila.
- Hayley…

Pero no pude escuchar que decía a continuación ya que su voz se perdió cuando nos acercamos por el fuerte sonido de la música, pude descifrar que sonaba Beez in the trap de Nicki Minaj, sonreí, me gustaba esa canción. Desde el punto en el que estaba podía ver motos y coches colocados con los faros encendidos alumbrando un cuadrado perfecto que lo señalaban cuatro antorchas. Cuando miré el cuadrado pude ver a un grupo de cuatro chicas bailando, movían su trasero como si les fuera la vida en ello, su vestuario dejaba poco a la imaginación y no reo que les importaba. Sin quererlo me puse a buscarlo entre la multitud, lo encontré apoyado en su coche, Justin estaba agarrando a una chica por la cintura mientras observaba a las otras chicas bailando podía notar donde miraba y me dio un poco de repulsión al pensar que me fuera a mirar así cuando bailara. Mire por la multitud buscando a Tyler, no lo encontré, de repente sentí una mano grande y fría en mi costado desnudo.

- ¿Qué haces aquí?- me preguntaron en el oído.

Giré mi cabeza y allí estaba el rey de roma. Tyler sonreí con una sonrisa perfectamente blanca, llevaba una camiseta de mangas cortas negras que marcaba sus músculos en sus brazos y llevaba unos jeans oscuros. Su ceño estaba fruncido.

- ¿Qué pasa?- pregunté.
- No deberías estar aquí. Vete.
- No, no me voy a ir, me gusta bailar y quiero ver a la gente bailar.
- Esto no es solo eso. ¿No te han explicado nada? Vete.
- Tyler, nadie me dice que debo hacer o no.

Él levantó la mirada de mis ojos y miró detrás de mí, como si hubiera alguien, cuando me giré un chico le hacía señales de que se acercara.

- Me tengo que ir, no hagas nada Hayley, no te lo tomes a broma, ni se te ocurra meterte en el cuadrado. Luego os acompaño a ti y a Abby a vuestras habitaciones.
- No somos niñas pequeñas- dijo Abby.

Pero Tyler pasó de ella, siguió hacia delante en dirección al chico, yo miré a Abby y ella se mordía su labio inferior nerviosa, cada vez esto parecía la peor elección de mi vida pero más ganas tenía de unirme a la fiesta. Agarré la mano de Abby y tiré de ella para que nos acercáramos al cuadrado, pude hacernos un hueco y acabamos en primera fila. Las chicas terminaban de bailar y se llevaban un aplauso del público, tras hacer una reverencia se abrió un sitio en el cuadrado y las chicas pasaron por ahí. Miré lentamente en dirección a Justin, el coche en el que estaba apoyado estaba en primera fila del cuadrado y no tenía las luces encendidas. Pude divisar a Camille y a Eddie, también varias caras eran reconocidas pero no sabía los nombres. Justin seguía con una chica morena en sus brazos, esta vez besaba su cuello delicadamente. La música paró de golpe y una voz sonó por los altavoces, no sabía de donde venía esa voz pero escuché atentamente.

- Bienvenidos al cuadrado señora y señores, este es el primero de este curso y esperemos que no sea el último. Las reglas son las de siempre, no se puede tocar a ninguna chica que este bailando a no ser que la chica haga contacto visual contigo por más de 8 segundos, los chicos pueden sacar a bailar a cualquier chica pero las chicas tienen que esperar a ser invitadas y chica, si esta luz te alumbra es que alguien quiere verte en el cuadrado, no te hagas de rogar y sal. No hay más absurdas reglas. Suerte y que gane el mejor.

Sonó como alguien quitaba el micrófono de algún lado y después, una voz femenina habló.

- Chicas, si lográis empalmar a un chico, lo estáis haciendo bien. Suerte tigresas.

Justo cuando una canción volvía a empezar, fue cuando me di cuenta de donde estaba y de lo que quería hacer. Empecé a dar pequeño pasos hacia atrás pero la gente no se movía y yo no conseguía desaparecer.

- Abby, creo que me está dando pánico o algo, ¿podemos irnos?
- Después de este discurso cierran unas puertas que no has visto antes por la oscuridad, nadie sale hasta que la noche haya terminado.

Sentía como el color de mi cara se iba y unas pequeñas nauseas subían por mi estómago. Abby subió una mano a mi espalda y la movió, dándome ánimo. Un chico y una chica salieron a bailar, más que bailar parecía que se estuvieran dando el lote allí mismo. Después de esta preciosa escena subida de torno que aumentaron mis nauseas la música fue bajando su volumen hasta quedar en silencio, el suelo empezó a llenarse de humo y los faros de los coches se apagaron.

- ¡Pero que tenemos aquí! Parece que la actuación más deseada se ha adelantado- dijo el mismo tío de antes por los altavoces.

Todas las personas empezaron a chillar y a aplaudir, yo miré a Abby y ella se encogió de hombros. Volví a mirar a la pista y un grupo de personas se estaban colocando, dándome la espalda. Intuitivamente miré hacia donde estaba Justin y solo estaba la chica que estaba en sus brazos tumbada en el capó observando el cuadrado, me empezaron a entrar los nervios y me subí la capucha, así por lo menos sentía que pasaba más desaparecida. Sonó un trueno y la luz volvió, las personas que estaban dándome la vuelta se giraron y quedaron justo de cara a mí. Mi mirada se fue directamente a Justin que me miraba sonriendo de lado, oh Dios, ¿qué estaría pasando por su cabeza? Empezó a sonar una canción y todos empezaron a bailar menos Justin que se quedó quieto en su sitio moviéndose, apuntándome con el dedo mientras que con su otra mano agarraba su paquete.

- Ella dice que le encanta mi lollipop, quiere hacerlo estallar. Dice que le encanta mi lollipop, ella quiere besar la punta.

Sentía como todas las personas miraban en mi dirección, yo bajé la mirada desando que la capucha al ser tan grande tapara toda mi cara. Iba a pagarle esa, claro que lo iba a hacer y eso fue lo que necesité para levantar la mirada para ver a Justin como bailaba pero no levantarla tanto como para que los demás pudieran ver mi rostro. Justin iba con un pantalón negro bombacho y una americana blanca, no tenía nada debajo de ella pude ver que tenía varios tatuajes y una tableta increíble.

Movía su cuero como si hubiera nacido bailando. Me quedé embobada viendo lo limpio que eran sus pasos la naturaleza con la que los hacía. Cuando logré apartar la mirada de Justin, vi a Camille con unas medias de rejilla un short vaquero deshilachado y una camiseta de tirantes con escotazo negra. Era guapa sin proponérselo. Pude distinguir a Eddy que también bailaba bien, pero no igual que Justin. Cuando la canción acabó, Justin sonrió mientras la gente aplaudía, pero su sonrisa era de “sabía que lo iba a hacer genial” Entonces el grupo de Justin se dispersó, él fue hacia un lado, Camille hacia otro y los demás hacia el coche de nuevo.

Empezó a sonar unos redobles de tambores y una luz blanca empezó a moverse por el público. Sabía dónde iba a parar, lo sabía pero no estaba preparada, así que cuando la luz paró en mí no pude evitar que mi corazón parase por unos segundos, todas las miradas estaban puestas en mí y ya escuchaba  un griterío para que saliera. Abby me empujó en el brazo, cogí aire y empecé a caminar hacia el centro del cuadrado, tenía miedo de que me entrara miedo escénico justo ahora.  Empezó a sonar Work, me alegré de que la canción me resultara conocida, yo la solía bailar con mis antiguas amigas. Cuando empezó a sonar la canción, empecé a moverme dando círculos con la mirada agachada, mientras golpeaba mi mano echa un puño contra la palma de mi otra mano.  Cuando cambio de voz, me quedé quieta y con las manos unidas como si rezara y empecé a agitar mi cintura primero lento y luego más rápido. Podía escuchar a la gente gritando, bajé de lado hasta que una de mis rodillas toco el suelo mientras pasaba una de mis manos por mis curvas, giré apoyando la otra rodilla en el suelo, puse mis manos detrás de mi espalda e hice un pequeño puente. Ahora venía la mejor parte, cuando repetía una y otra vez “work”, aprovechando que estaba en el suelo, me puse recta, de cuclillas y empecé a mover mi trasero mientras movía mis puños como si tocara un tambor, primero uno y después otro delante de mi estómago. Al terminar me puse de nuevo recta juntando mis piernas y levantando despacio mi trasero.

Levanté un poco mi mirada para ver como Justin estaba observándome sin apartar la mirada sin ninguna chica delante de él. Empecé a andar, marcando bien los pasos y abriendo las piernas mientras movía los brazos. Fui lentamente hacia donde había un chico y me quedé lentamente mirando a sus ojos, él chico sonrió y después de siete segundos fui hacia él y lo agarré de su camiseta,  le llevé al centro del cuadrado y baile a su alrededor, bajando y subiendo, pasando mi mano por su pecho y bajé hasta tocar su paquete y me levanté rápidamente y dándole un empujón lo aparté del cuadrado, todo el mundo gritaba y yo sonreía. Me puse de nuevo en el medio y doblé mi cuerpo hasta que pude tocar el suelo, subí las manos lentamente por mis piernas y cuando estuve de nuevo recta empezó de nuevo el “work” imité el mismo paso de antes, pero esta vez movía la cabeza y la levanté un poco para ver como Justin tenía la boca abierta.

Me levanté de un salto y con la cabeza bajada, empecé a moverme mientras estiraba los pies y los separaba, después quieta, moví los pies como si fuera del ejército y con las manos estiraba las pegaba a mi cuerpo y las separaba moviendo mi pecho. Puse una mano en mi estómago y la otra en mi espalda, al mismo tiempo las giré y quedaron en mi costado, empecé a bajar suavemente al suelo mientras sonaba un “work” más lento, movía mis caderas sensualmente, cuando ya no podía bajar más me tiré al suelo de rodilla y fui doblando mi espalda hasta que pude tocar el suelo. Cuando me empezó a doler puse mi espalda recta de un tirón y tuve que apoyar mis manos delante de mí para no caer de cara, me puse de nuevo la capucha y sin evitarlo levanté mi cara hasta mirar a Justin, sin darme cuenta no contaba los segundos, la gente empezó a aplaudir y Justin se separó apoyándose en el coche, se sacó su chaqueta y empezó a venir hasta mí.

Justin tenía su mirada puesta en mí, serio, como si fuera a matarme ahora mismo, yo me puse de nuevo de cuclillas con mis rodillas juntas y apoyándome en las puntillas. Justin vino hacia mi, yo le tendí mi brazo él cogió mi mano e hizo que girara sobre mis puntillas en el suelo. Al parar quedé dándole la espalda a Justin, me levanté pegando mi trasero a su cuerpo, cuando llegué a su miembro, doblé mi espalda hacia delante y empecé a mover mi cadera, Justin puso su mano en mi espalda, cuando me levanté y me giré, su mano seguía en mi espalda en la parte que estaba desnuda y mi pierna estaba entre las suyas. Mis manos estaban en su nuca unidas, bajé un poco y volví a subir.

-  ¿Sabes que no puedes tocarme?- le susurré en la boca.
- ¿Sabes que no me importan las normas?- me dijo, serio pero a la vez divertido.

Pero me aparté de él y empecé a menear mi cintura como si estuviera bailando la danza del vientre, después levanté mis piernas una y después otra y pisé fuerte en el suelo, levantando polvo a mí alrededor. Justin estaba quieto mirándome. Giré quedándome de perfil, puse mis brazos  rectos delante de mí y uno de ellos, el que estaba más cerca de Justin, lo empecé a mover para atrás y para delante mientras movía mi pecho. Justin me sonrió de lado y empezó a hacer pasos con sus pies, agarrando su paquete y al final quedando levantando como Michael Jackson, la canción se estaba terminando y yo tenía que ganar. Aprovechando que la canción disminuía, empecé a doblar mi espalda, haciendo un puente, cuando llegué a apoyar las manos pasé mis piernas hacia atrás por encima de mi una a una y conseguí ponerme de pie, con la capucha medio puesta justo cuando la canción terminó. El público estalló en aplausos y las luces se volvieron a apagar gracias a Dios porque perdí el equilibrio y caí de culo.

- ¡Y la ganadora es la chica de la capucha gris!- dijo el chico por los altavoces
- Waou chica, sé a más de uno que lo has dejado con la boca abierta y con otra cosa bien recta- dijo la chica.

Las luces volvieron, pero esta vez parpadeaban y era como si todo fuese a cámara lenta, yo seguía en el suelo y no podía levantarme porque estaba mareada, mi respiración estaba agitada y una canción empezó a sonar por los altavoces.

- ¡Todos a la pista! ¡Ya tenemos a la ganadora de hoy!- dijo el chico por encima de la música.

El suelo empezó a temblar mientras la gente corría hacia el cuadrado, yo no podía levantarme y temía que me empezaran a pisar. Pude escuchar como gritaban mi nombre a lo lejos, yo miré delante de mí, haciendo que mi capucha se cayera. Pude ver la figura de Justin delante de mi mis ojos, él me miraba, yo quería pedirle que me levantase pero no hizo falta, Justin vino hacia mí y me tiró de mis brazos para levantarme. Yo me puse de pie pero al estar todavía mareada me dejé caer sobre el cuerpo de Justin, él apoyo su mano en mi espalda y empezó a moverse, con su otra mano me puso la capucha.

- No te la quites- me dijo al oído.
- ¿Por qué?- grité, para que me escuchara.
- No deben de saber quién eres.

Pude notar como nuestro alrededor se llenó de personas, si te movías un centímetro ya sentías un cuerpo sudoroso. Eso solo ayudó para que me pegara más a Justin, gemí en su oído cuando sentí que alguien me hincaba su codo en mi espalda. La luz seguía parpadeando, haciendo que tuviera que mantener los ojos cerrados por un tiempo para no marearme. Cuando abrí los ojos tenía los labios de Justin a cinco centímetros de los míos, su respiración daba en mi boca, levanté la mirada y él se encontraba mirando mis labios. Podía notar el cuerpo de Justin sudoroso pegado al mío, no sabía dónde terminaba su cuerpo o empezaba el mío. Intenté apartarme pero ni las manos de Justin ni las personas me dejaban, solo conseguí doblar mi cabeza hacía atrás y eso solo hizo que Justin llevara sus labios a mi cuello, pude notar como me daba pequeños besos y yo no pude evitar un pequeño gemido e hincar mis uñas en su espalda, luego note como su lengua tocaba mi piel, me iba a hacer un chupetón si seguía. Intenté apartar a Justin, pero él me pegaba más a su cuerpo. Cuando se apartó pude ver la sonrisa en su cara, me llevé la mano a mi cuello.

- ¡Idiota!- grité por encima de la música.
- Me han llamado cosas peores muñeca.
- ¡Justin! Quita tu mano de mi trasero- grité.
- ¡No te estoy tocando!- me gritó.

Entonces Justin miró detrás de mí y en cuestión de segundos Justin tiró de mí poniéndome detrás de él. Apoyé mis manos en su espalda, miré el chico que había delante de nosotros que al ver la cara de Justin la suya se había puesto pálida y tenía las manos en el aire.

- Yo… yo… Lo siento Justin- gritó el chico-. No sabía que era tuya.
- ¡No soy de…!- empecé a decir, pero Justin tapó mi boca con su mano.
- Ya te estas largando si no quieres que te estampe la cara contra el suelo- dijo Justin.

El chico se dio la vuelta y empezó a cambiar entre la gente con la cabeza baja. Justin giró su cara,  mirándome.

- El chico estaba haciendo lo mismo que tú, tocarme sin mi consentimiento- dije a su oído cuando volvió a pegarme contra su cuerpo.
- Ya, pero él no es Justin- me dijo pegando su frente contra la mía, mientras nos movíamos al son de la música.
- ¿Y tú por ser Justin tienes un traro especial acaso?
- Yo por ser Justin pongo a cien a todas las chicas, hasta las que lo niegan, a esas- pegó mi cintura más a la suya- les pongo todavía más.
- A mí lo que me das son arcadas cada vez que te veo.
- Ajá…

Murmuró Justin mientras colocaba sus dos manos en mi trasero y bajaba sus manos hasta mi trasero y su boca a mi cuello. Cuando movió sus labios dándome pequeños besos y subió hasta mi oreja y mordió mi lóbulo, no pude evitar un gemido cuando sentía algo presionando mi feminidad. Sus labios subieron por mi mejilla hasta que aprovechando mi boca abierta, mordió mi labio inferior.

- Justin- murmuré en un gemido.
- ¿Si, Hayley?

Su nombre sonaba muy sensual desde su boca, cuando iba a responder que parara, una persona lo apartó de mi de un empujón. Levanté mi mirada para ver quién era y pude ver a Tyler.

- Me ha dicho Jaime que lo has empujado, te dije que dejaras a mis chicos en paz- dijo Tyler cogiendo del brazo a Justin, todo el mundo los miraba.
- ¿Entonces con tus chicas puedo jugar?- preguntó Justin sonriendo.

Tyler levantó su brazo y estampó su puño contra su boca, Justin escupió sangre a su lado y lo miró.

- Tu niño estaba tocando a mi chica- Justin me apuntó y Tyler me miró, cuando me reconoció abrió su boca y Justin aprovechó su momento de confusión para pegarle un puñetazo en su mejilla.
- ¡Deja a Hayley!- gritó Tyler - ¿Qué te crees? ¿Qué es tuya?
- ¿Y acaso es tuya?

Tyler intentó pegarle un puñetazo, pero Justin cogió su brazo antes de que le llegara y lo dobló haciendo que Tyler se doblara en el suelo.

- ¡JUSTIN!- grité lo más alto que pude.

Este me miró por unos segundos, los necesarios para que Tyler se levantara y le propinara una patada a Justin, a continuación no pude distinguir nada por el movimiento de brazos y piernas, además, pude ver a Eddy enfrentarse con otro chico. La gente empezaba a chillar viendo la pelea, pidiendo sangre y yo intenté moverme, desparecer de ahí, encontrar a Abby y huir. Pude escuchar el sonido de una cuchilla abriéndose, entonces chillé y empecé a correr, cuando me alejé del coro escuché un disparo que hizo que me quedara en el sitio parada, notando como todo mi cuerpo temblaba, no pude evitar sentir como mis ojos se llenaban de lágrimas. ¿Dónde me había metido? La gente empezó a correr, dispersándose, yo no distinguía a nadie que conociese hasta que una persona me agarró por atrás.

- Soy yo Hayley, soy Tyler.
- He… He oído un disparo- dije tartamudeando.
- Es solo la señal de que la fiesta se ha acabado, vamos.

Miré a mi alrededor, buscando a Abby o a Justin, pero no pude distinguir a ninguno.
- ¡Mueve Hayley!

Tyler empezó a correr y yo me dejé llevar por él, mientras corría giré mi cabeza, pude distinguir a Justin frotándose su boca mientras me miraba como huía. Cuando nos encontramos ya en los alrededores de la residencia, Tyler disminuyó su paso, entonces me centré en él, tenía una ceja partida, una fina línea en su pómulo izquierdo y por la comisura de su boca derecha corría un pequeño hijo rojo de sangre. Me paré enfrente de él, mirándole, llevándome con mi dedo pulgar la sangre que corría por su barbilla.

- ¿Estas bien?- dije con la voz cortada por mi respiración agitada.
- Si, esto no es nada.

Yo sonreí.

-Ve a tú cuarto y no salgas, ¿vale? Si alguien te pregunta si fuiste tú la del baile, niégalo.
- ¿Por qué? ¿Por qué nadie me puede reconocer?
- Dile a Abby que te lo cuente todo, yo ahora tengo que irme.
- ¿Dónde vas a ir?- pregunté.
- Cuanto menos sepas, mejor- dijo acariciando mi mejilla, después la beso y se alejó corriendo.


Me quedé unos segundos quieta donde estaba pero segundos después me alejé del lugar para ir a mi residencia. Al llegar a mí habitación, Abby se encontraba con el rímel corrido por sus mejillas apoyada en mi puerta, levantó la mirada y al verme de sus ojos brotaron un par de lágrimas.

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Creo que es uno de los capítulos más largos que he escrito y uno de los más difíciles que he escrito también por la escena de baile si has logrado entender algo, un aplauso para ti por favor *me levanto y aplaudo* Muchas gracias por seguir leyendo y espero que os este gustando (':  love ya

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Capítulo 9


Después de haber pasado la noche pensando en lo que Abby me había dicho asumo que cuando sonó el despertador di un pequeño salto en mi cama porque había estado soñando que unos chicos vestidos de negro me apuntaban con pistolas y que al mismo tiempo la disparaban, llegue a despertarme antes de que las balas me llegaran. Al despertarme, apagué el despertador que casi tiro al suelo y me sequé un poco el sudor que corría por mi frente.

Me levanté algo cansada, aunque no había hecho gran cosa ayer había hecho más que en estos anteriores meses. Me puse lentamente el uniforme y salí por la puerta, antes volví a coger mi horario y un bolso con mis libros. Allí estaba Abby, mirándose sus uñas.

- ¡Hola Hayley!- dijo animada, yo le saludé con la mano y empezamos a caminar- Pensaba que después de analizar lo de ayer no querrías hablar conmigo. Todas las personas son un poco reacias a este tema cuando se enteran. Te lo digo con total experiencia en este tema, muchas veces me toca a mí contárselo a los nuevos ya que no tengo cara de villana- dijo sonriendo.
- ¿Nadie se ha quedado contigo después de contarlo?
- Dos personas, una chica y un chico.
- ¿Y porque no están aquí con nosotras?
- El chico está en su casa por unos asuntos- dijo Abby bajando la mirada.
- ¿Y la chica?
- Se fue.

Por primera vez la voz de Abby sonaba fría y lejana, iba a insistir sobre el tema porque sabía que había más pero no quería molestarla. Entramos en la cafetería y nos quedamos dentro porque hacía mucho frío fuera. Mientras me tomaba un cola cado caliente y unas tostadas saqué mi horario y miré que me tocaba.

- Nos toca literatura- dijo Abby.
- Cierto. Hoy venía el chico ese que ganó el concurso el año pasado, ¿no?
- Si- murmuró Abby.
- ¿Sabes quién es?
- Sí.

Yo reí.

- ¿Me lo vas a decir?
- Tyler.
- ¿Qué? ¿El mafioso ganó un concurso de escritura?- dije mientras contenía la risa, decir mafioso me resultaba cómico.
- Te dije que se hacía el chico bueno- me recordó.

Pegué un mordisco a mi tostada mientras observaba a Abby, notaba como su ceño esta fruncido y su mandíbula estaba tensa.

- ¿Por qué odias tanto todo esto?- pregunté.
- Jamás pude pasar mucho tiempo con mi padre por su vida, me hubiera gustado poder salir al parque sin que se llevará una pistola consigo. Odio todo esto, no pertenezco aquí y por favor Hayley, no seas estúpida, no caigas en sus brazos.

Abby me miraba fijamente, más seria que nunca, un trozo de pan se me atasco un poco y tuve que forzarme a tragar saliva. Yo le asentí con la cabeza, no era la única a la que todo este asunto le gustaba poco. Terminamos de desayunar, recogimos nuestras bandejas y desaparecimos de la sala. Al llegar a literatura, pude observar que había más gente que la anterior vez, lo gracioso es que todas eran chicas. Me senté en mi asiento al lado de Abby.

Tardé en darme cuenta que la profesora estaba en la mesa como la otra vez, con sus cabellos rizados sin peinarlos con la mirada puesta en un libro subida encima de la mesa, además a su lado estaba su taza todavía humeante. Tocó el timbre que señalaba el inicio de la clase y la profesora como un robot, levantó la mirada, abrió los ojos de par en par a ver tantas chicas con las hormonas revolucionadas.

- No sabía que mi clase se hubiera vuelto tan famosa. Espero que todas tengáis un permiso especial de vuestros profesores- se escuchó una risa colectiva-. Lo suponía. Ahora iba a recordaros que un chico iba a venir, pero, no creo que haga falta recordarlo. Si no recuerdo mal, le faltarán un cuarto de hora. Hasta entonces, ¿alguien tiene una frase favorita de Shakespeare?

Una chica con gafas levantó la mano, la profesora la señaló dándole el turno de palabra.

- Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras- dijo esta, lentamente.
- ¿Y cómo explicarías la frase, querida?
- Que es mejor callarse que meter la pata hablando.
- Breve pero conciso- dijo la profesora sonriendo- ¿Alguna más?

Una chica de cabellos negros levantó la mano y empezó a hablar.

- No tratéis de guiar al que pretende elegir por sí su propio camino- dijo la chica rápidamente.
- ¿Qué significa?- dijo la profesora.
- Que cada uno sigue su propio camino.
- ¿Y lo de guiar?- preguntó la profesora.
- Que muchas veces queremos que otras personas sigan nuestros propios pasos y está mal, ya que- la chica paró por unos segundos, mordiendo su labio inferior-. Ya que hay que dejar que cada uno escoja sus propias decisiones aunque sean erróneas. 
- Muy bien- dijo la profesora-. ¿Alguna frase más de nuestro querido William Shakespeare?

Las puertas de madera se abrieron de par en par, haciendo que todas las chicas giraran la cabeza y todos los demás también. Un chico cruzó la puerta sonriendo, con el uniforme totalmente bien colocado.

- ¡Oh! ¡Amor poderoso!- dijo Tyler, con su suave voz mientras avanzaba por el pasillo que había entre dos filas de mesa para llegar al lado de la profesora- Que a veces hace de una bestia un hombre, y otras, de un hombre una bestia.

Justo se había parado a mi lado, giró su cabeza y me sonrió, yo me había quedado alucinada con lo hermosa que sonaba su voz mientras decía la frase.

- Buenas Hayley- dijo susurrando, sonriendo.
- Hola- dije murmurando.
- Preciosa entrada, Tyler. Acérquese aquí, donde todas lo puedan admirar.

Tyler afirmó con la cabeza y me miró una última vez antes de irse. Se puso al lado de la profesora, era un poco más alto que ella. Él removió su pelo y miró a todas las chicas, se pudo escuchar un suspiro y de reojo Abby colocaba su mano en la cara, yo reí por lo bajo.

- Este muchacho que todas conocéis ganó el año pasado el concurso literario y hoy lo he traído aquí para que os cuente que le inspiro y para nos recite un poema de Shakespeare. Así que Tyler, cuéntanos, ¿qué te inspiró?

Tyler antes de hablar sonrió a su público.

- Me inspiro cada mañana al ver tantas chicas guapas, podría escribir un poema y un cuento sobre cada una y todos serían hermosos. Incluida usted, profesora.
- No me diga esas cosa que estoy casada- dijo ella sonriendo.
- No puedo callarme cuando sé que tengo la razón.
- Pues empiece a recitar el poema antes que le pida el divorcio a mi marido.

La sala entera empezó a reír, yo incluida. Tyler sonrió, tomó un sorbo de agua de un vaso que había en la mesa y se apoyó en esta.

- Déjame confesar que somos dos.
Aun que es indivisible el amor nuestro,
así las manchas que conmigo quedan
he de llevar yo solo sin tu ayuda.
No hay más que un sentimiento en nuestro amor
si bien un hado adverso nos separa,
que si el objeto del amor no altera,
dulces horas le roba a su delicia.
No podré desde hoy reconocerte
para que así mis faltas no te humillen,
ni podrá tu bondad honrarme en público
sin despojar la honra de tu nombre.
Mas no lo hagas, pues te quiero tanto
que si es mío tu amor, mía es tu fama.

Pude notar como mientras Tyler recitaba el poema de memoria, movía su mirada por toda la sala, pero acabó en mí. Nuestros ojos se conectaron y noté un leve cosquilleo en mi interior, no pude evitar sonreír. Tyler sonrió de lado al ver mi pequeña sonrisa, cuando miré a mí alrededor, algunas chicas me miraban y me puse roja como un tomate. Bajé mi mirada y esperé a que esta clase terminara. Al terminar, Abby y yo fuimos las primeras en salir mientras que las demás chicas iban a buscar a Tyler para decirle lo bien que lo había hecho, yo intentaba huir sin ser vista. Pero escuché mi nombre a lo lejos, me giré y Tyler venía entre la multitud.

- Luego te veo- me dijo Abby y desapareció.

Tyler llegó a mi lado y me dedicó una sonrisa enorme.

- ¿Te acompaño?
- Iba al baño- dije un poco avergonzada.
- No importa, vamos.

Los dos empezamos a andar, yo le seguía a él.
- ¿Lo he hecho bien?- me preguntó.

- Creo que ya te han respondido a esa pregunta decena de chica hace unos minutos.
- Pero sus opiniones no me importan. La verdad es que estaba un poco nervioso.

Yo procuré no mirarle a los ojos.

- Lo has hecho genial.
- Me alegra saber que te ha gustado. Si vas a participar en el concurso te puedo ayudar.
- No gracias, me gusta más leer que escribir.
- Que pena, seguro que serias buenísima. Eh… ¿Hayley? ¿Dónde vas? El baño está aquí.

Me paré de golpe y miré al lado de Tyler, allí estaba la puerta del servicio con el símbolo de una mujer.

- A partir de ahí tendrás que ir sola- dijo él sonriendo.
- Ya nos veremos- le dije y al segundo me arrepentí, le estaba dando pie a una cita.
-Ya hablaremos- dijo él despidiéndose con la mano.

Abrí la puerta del servicio y dejé mi bolso con los libros en una encimera mientras abría el grifo y me echaba agua en la cara, respiré y sentía como la vergüenza se iba junto al agua, mi corazón latía muy fuerte cuando la gente me miraba. Cuando me miré al espejo, vi una persona detrás de mí, di un pequeño salto. Llevaba solo la camisa con los primeros botones suelo y medio metida en el pantalón, su cabello rubio estaba revuelto, sus labios estaban tan perfectos como siempre.

- Es el servicio de chicas- murmuré, cogiendo papel para secarme las manos.
- ¿Crees que me importa?- sus ojos se movían mientras yo me movía por la sala.
- ¿Hay algo que te importe, Justin?
- Eh…- Justin se tocó la barbilla- Si, que mi cabello este salvaje por la mañana.

Si cuando esta salvaje es cuando está mejor, dije en mi mente.

- Pero me he enterado que eso les pone mucho a las chicas- dijo Justin como si me leyera el pensamiento.
- Que bien que tus preocupaciones solo sean eso.

Justin sonrió de lado y yo entré en uno de esos sitios que tienen un retrete separado por paredes y una puerta. La cerré, queriendo dándole a entender que ahí se acababa nuestra conversación.

- Eh, chica curiosa, hay rumores de que te mandas sonrisa con Tyler. No es por nada, pero si no quieres que te tomen como una mujer de muchos hombres será mejor que te alejes de él.
- ¿Muchos hombres?- pregunté mientras permanecía de pie delante de la puerta.
- Yo cuento como 6 chicos normales, más Tyler… Es como si jugaras con  7 chicos. La chica nueva empieza pisando fuerte, ¡eh!
- Yo no juego con nadie- susurré.
- Todavía no, nena.
- Jamás voy a jugar contigo.

Escuché unos pasos y mi corazón latía lentamente.

- ¿Ni al ajedrez?

Cuando miré de donde venía la voz, Justin estaba en el cuadrado de al lado subido al retrete mirándome por encima de la pared.

- Podría estar meando- dije.
- Me he llevado una desilusión al ver que no estabas meando- dijo.

Algo sorprendente de Justin es que aparte de sonrisas picaras y sarcásticas no había más señales de sentimientos en su rostro.

- ¿Irás a lo del viernes por la noche?- preguntó.
- ¿El qué?
- Una batalla de baile. Aunque allí no se bailan tonterías como el ballet. Me gustaría ver cómo te manejas en ese ambi- salí de ahí antes de dejarle terminar la oración.

Yo abrí la puerta y fui a por mí bolso que estaba delante de mí, cuando me di la vuelta Justin se encontraba muy cerca mía, tanto que nuestras piernas se tocaban, tanto que su respiración me golpeaba en la boca. No sabía si mirar a sus labios o a sus ojos, las dos cosas me tentaban demasiado. Un cosquilleo subía por mi feminidad a mi estómago. Justin puso una mano en el cristal de detrás de mí, obligándome  a sentarme en la encimera o a tener a su cara aplastada junto a la mía. Decidí sentarme en la encimera, Justin puso sus manos en mis rodillas y me apartó las piernas, colocándose entremedio de ellas.

- No me gusta que me dejen con la palabra en la boca- murmuró, mirando fijamente a mis ojos.
- No me gustan que insulten a una de las cosas que más quiero.
- Ven el viernes y demuéstrame que no eres una niña de papa que baila ballet con un tutu rosa.
- No tengo que demostrarte nada.
- ¿O no tienes nada para demostrarme?- dijo subiendo el lado derecho de su sonrisa.

Ahí sonó el timbre de que empezaba la siguiente clase, me moví un poco dándole a Justin la idea de que quería bajarme irme, pero solo conseguí que una de sus manos llegar a mi trasero pegándome más a él.

- No me toques- susurré.
- ¿Lo dices porque tienes miedo de que te guste?

Apretó su mano más contra mi trasero, pegue mi cuerpo a su pecho y me deslicé al suelo. Mis labios rozaron su mejilla mientras bajaba al suelo.

- Jamás me gustaría que unas manos como las tuyas me tocaran.


Aparté a Justin de un empujó y salí corriendo del cuarto de baño. Tenía el corazón latiendo a mil por hora y no solo por la carrera, la presencia de Justin me ponía más que nerviosa. Cuando me di la vuelta para comprobar que no me seguía, pude ver como jugaba con el mechón de una chica mientras esta le besaba el cuello. Más que un chico malo parece un chico con problemas de bipolaridad, pero yo le demostraré que no solo sé bailar ballet. Llegué a mi clase un poco tarde pero eso de que era nueva todavía me funcionaba.

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Mañana mismo subo otro capítulo, la verdad es que no logro entender como os esta gustando si los capítulos son pésimos. Bueno, creo que después del siguiente capítulo todo se pondrá más interesante. ¿Team Tyler o Team Justin? jajaja Mil gracias por seguir leyendo esta novela y por ser tan geniales. El siguiente capítulo o el otro os va a gustar mucho o eso espero ^^ 

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