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Capítulo 46


Me hicieron pruebas que me obligaban a levantarme, andar y hablar; tres cosas que no me apetecían para nada ahora mismo. Ahora mis padres están aquí conmigo, todavía no he visto a nadie más, ni quiero, pero sé que llegará la hora en la que Justin entrará y a mí se me romperá el corazón en dos. Debe de ser de noche, porque mi madre cada dos por tres está bostezando y mi padre le dice algo de que se duerma que él se quedara despierto. No sé si me han llevado a otro lado o estoy en el mismo centro, mi madre no ha puesto música en todo el día y eso me hace preguntarme si quizás se ha dado por vencida.

Mi madre le dice a mi padre que le traiga otro café y la habitación se queda en silencio. Sé que estoy despierta pero no soy consciente de lo que estoy haciendo, creo que estoy de lado. Me han quitado la máquina que mide mis latidos, así que solo sé que vivo porque puedo escuchar y sentir mis latidos en cualquier parte de mi cuerpo. Todavía tengo puesto el suero porque me han traído la merienda y sigue ahí, creo que dentro de poco vendrá la cena. Me duele mucho el estómago y he estado a punto de vomitar, creo que ha sido porque he trago unas pastillas con el estómago vacío, era para relajarme porque no dejaba de llorar. El camisón blanco es cómo entre lo que cabe. Mi padre vuelve a entrar y le da el café a mi madre.

- ¿Sigue ahí?- le pregunta mi madre.
- Si.

Mi madre bebe del café.

- ¿Y si le dejamos pasar para que se vaya?- dice mi padre.
- Dentro de nada se acaba el horario de visitas y no sé cómo reaccionará ella.                                  
- Ya sabes, si le produce algún reacción es bueno.
- Vale, vamos a salir.
Cuando mi madre acepta se me encoge el corazón por unos segundo y doy gracias  a Dios por no tener conectada la máquina. Mis padres salen y me empiezo a poner muy nerviosa, mi corazón late rápido y lento, mi respiración se ha agitado hasta llegar al punto en el que confundo mi respiración con un llanto. Pero cuando la puerta se abre y escucho unos pasos  mi respiración se calla. No sé por dónde va a venir ni que va a hacer. Tengo mis ojos bien abiertos a la espera de recibir alguna reacción de él, no escucho nada hasta que un llanto se abre pasos, muevo lentamente un dedo a mi mejilla para tocar mis lágrimas, pero yo no estoy llorando.

El llanto primero es silencioso solo escucho como coge aire agitadamente pero después escucho como se sienta en un sillón cerca de mi cama y su llanto se vuelve más fuerte. Yo aprieto fuertemente mis dientes para no soltar un chillido de dolor, quiero que pare, por favor.

- ¿Por qué?- pregunta, no sé si a mí o al aire.

Pero su voz es como si rasgara su garganta y eso hace que rompa a llorar, pero son lágrimas silenciosas, noto como mojan mis mejillas pero no produzco sonido.

- Seguro que estás pensando ¿por qué no?- dice Justin cuando su llanto se tranquiliza, aclara su garganta y se pone de pie.

Oigo sus pasos y me pongo nerviosa cuanto más se acerca. Se para delante de mí, puedo ver que lleva un jersey azul oscuro, solo veo eso hasta que se pone de cuclillas y nuestras caras quedan a la par. Su piel está más blanca de lo normal y tiene cara de cansado, me pregunto si eso es solo de hoy o si es por la acumulación de todo los días que estuvo en ese hotel levantándose pronto para estar aquí cuando yo me despertara y yéndose después de que me durmiera. ¿Por qué no me di cuenta antes de sus ojeras o de su cara de zombie?

- ¿Por qué no me di cuenta que no mejorabas?- me susurra.

Quiero que me toque la mejilla, que elimine el resto de mis lágrimas o que me bese, no me gusta que se me quede mirando en silencio. Él quita su mirada de mi y cuando sigo su mirada me doy cuenta que está mirando mi muñeca envuelta, yo la muevo hasta esconderla debajo de las sabanas. Las sabanas son frías y están duras, me gustaría que se tumbara conmigo y me diera calor.

- ¿Te parece una buena manera para empezar el año?

Si hubiera funcionado, sí. Pero no se lo digo. Simplemente vuelvo a mirarle.

- Háblame- me suplica y yo cedo.
- Hola.

Él sonríe y coloca su mano sobre mi mejilla.

- Me dijiste que me fuera, que no pasaría nada.
- Supongo que no debes de creer a los locos.
- Tú no estás locas.
- Creo que solo los locos intentarían acabar con sus vidas.

Él suspira.

- Mi Grace, mi escritora, daría lo que fuera si a cambio dejaras de sufrir.
- Me merezco todo esto, si tanto me queréis ver feliz dejarme morir.
- No- dice él subiendo el volumen.
- Justin…- susurro.

Él se levanta y se lleva las manos a su cabello, puedo notar como se pone rojo de rabia.

- Estoy harto de que pases de mí, de que no te creas lo que te digo. Que si digo que te quiero es porque de verdad lo siento- él aprieta sus manos mientras grita. 
 - Si sólo me vas a gritar te puedes ir.
- Ojala me pudiera ir y dejarte, ojala no me doliera si lo hiciera pero es superior a mi, no puedo dejarte en estas condiciones. No- él niega con su cabeza.
- Nada va a cambiar estando tú aquí.
- Cállate, Grace.
- Solo digo la verdad- digo bajando el volumen de mi voz.

Entonces él  apoya su cabeza en mis piernas y agarra las sabanas, sé que es para no llorar, pero a mi no me importa porque no siento nada por él, porque las personas como yo no sabemos lo que es amar porque si no nos amamos a nosotros mismo cómo vamos a amar a otra persona.

Justin se sube a la cama y con cuidado se coloca detrás de mi, oigo chocar sus zapatos contra el suelo, se mete bajo las sabanas y me abraza. Cuando siento su cuerpo contra el mío, la primera imagen que me viene a la cabeza es la de nuestros cuerpos desnudos y noto como me sonrojo. Justin apoya su cabeza cerca de mi nuca y respira.

- Estas helada.

Le quiero decir que es normal, porque si él no está ahí para darme calor nadie lo está. Que él es la llama que anima mi cuerpo y que aunque yo no lo quiera siempre será así. Justin agarra mis manos con cuidado de no tocar el cable del suero, sus manos están caliente y por primera vez en esta congelada habitación logro estar cómoda.

- Así mejor- dice él cuando mis manos están más calientes.
- Si- susurro, aunque no creo que me haya oído… espero que no me haya oído.

Él me acaricia en cabello y más de una vez me susurra que me quiere, aun así no es como en otros momentos, aquí ya no creo que él pueda rescatarme de la oscuridad. Pasado el tiempo la cena llega, me obligan a comer pero no como. Mis padres llegan, Justin se va y con él mi tranquilidad. Es una de las noches más fría de mi vida, escucho el llanto de mi madre mientras me duermo y lo único en el que pienso es en cómo terminará mi carta para despedirme.

“Perdonadme por no haber apreciado la vida que me disteis y decirle a Justin que le estaré eternamente agradecida por haber hecho de los últimos día de mi vida los mejores de toda ella.


Esa me parece una buena forma de acabarla.

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Uno más.

1 comentario:

  1. Entre la canción y este capítulo, cuando Justin entra en la habitación y habla con ella... ¿Adivina qué? ESTOY LLORANDO. Y lo digo en serio, los locos siempre dicen la verdad:)))))))) JAAJAJAJA. Sigo leyendo <3
    @fanii_JB

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Gracias.

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