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Capítulo 35



Justin me cogió de la mano, apretando tan fuerte que me hacía daño pero no me importaba. Me metió dentro de su casa, estaba tan calentita que me di cuenta del frío que hacía en la calle. Justin se colocó en mi espalda y me abrazó, colocando su cabeza en mi hombro, me dio un beso en el cuello.

- Hoy fue el peor día de mi vida- me susurró.

Yo sonreí, porque también había sido el mío. Sentía el calor del cuerpo de Justin, a su lado me sentía pequeña pero grande. Giré mi cabeza para darle un beso cuando vi de reojo que una figura se nos acercaba. Justin se apartó de mi espalda para colocarse a mi lado. La mujer que estaba enfrente mía era pequeña, con un largo cabello oscuro y estaba envuelta en una bata color beige, se notaba que estaba recién levantada pero era hermosa.

- Mamá, ella es… - empezó Justin.
- ¿Grace?- dijo su madre, yo afirmé con la cabeza, ella sonrió- Mi hijo ya me ha puesto al tanto del todo, yo soy Pattie, encantada- dijo sonriendo-. ¿Te vas a quedar a dormir?
- Si puedo…- dije.
- Claro, nuestra casa es tú casa. No habléis muy alto, que la abuela está durmiendo.

Y dicho esto se dio media vuelta y desapareció. Justin me agarró de nuevo de la mano y tiró de mi hacia su cuarto. Cuando abrió la puerta, dejó que entrara primero. Las paredes eran de un color azul algo ya descolorido, tenía una cama doble en la parte izquierda mientras que en la derecha había un escritorio, libros y un sillón, colgando de una esquina había un televisor. Lo más sorprendente fue que todo estaba recogido.

- ¿Qué tal?- dijo susurrando desde atrás, apoyando sus manos en mi cintura, di un pequeño salto.
- Bien, no sé, está recogido, no parece la habitación de un chico.

Yo avancé y Justin entró, cerrando la puerta en su espalda.

- Las noches son largas y no duermo, tengo mucho tiempo libre.

Yo me giré para mirarlo, metiendo un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

- ¿Tú tampoco dormiste?- le pregunté.
- Ya sabes que solo dormía con una persona y con… contigo- admitió-. Veo que no has traído maleta, ¿quieres que te preste una camiseta?

Yo asentí con la cabeza y él fue a su armario que estaba en la misma pared que la puerta, luego me lanzó una camiseta gris con la cara de la rana Gustavo algo descolorida.

- Esa encogió en la secadora, pero aun así te quedará grande.
- ¿Dónde esta el baño?- pregunté.
- Grace, ya te he visto desnuda- dijo sonriendo.

Yo pude notar como mi rubor se colocaba en mis mejillas.

- Está en la pared de enfrente a la derecha.

Salí del cuarto de Justin y fui corriendo al cuarto de baño, cerré con pestillo y empecé a desnudarme. En el suelo había una báscula y me tenté a pesarme, pero tenía que tener la mente fresca con lo que le iba a proponer a Justin. Me puse la camiseta de Justin, que me llegaba a mitad de mis muslos y me recogí el cabello en un moño alto. Mojé mi cara y cogí aire, sentía miles de cosquillas en estómago. Cogí mi ropa del suelo y volví al cuarto de Justin, él estaba en la cama, mirándose los dedos. Cuando abrí la puerta, su sonrisa resplandecía en la oscuridad. Dejé mi ropa en el escritorio y me subí en la cama. Nos acomodamos perfectamente, yo apoyé mi cabeza en su pecho y él me agarraba.


- Grace- me susurra.
 - ¿Si?- le digo, aspirando su aroma que me hacía sentir en casa.
- Te echaba de menos- puedo notar como su voz se rompe al final.
- Y yo a ti, por eso estoy aquí.

Noté como Justin cogía una gran bocanada de aire.

- Seguramente debería de decirte que hiciste mal, que no deberías de haber huido, pero me alegro tanto de tenerte en mis brazos.

Los brazos de Justin me pegaron más a él.

- Cuando te fuiste me di cuenta de lo que eras para mí- susurré-. Me di cuenta de lo egoísta que había estado siendo, simplemente por no agradecerte cada segundo que estabas a mi lado, solo importaban mis problemas y hoy pensé que si te volviera a ver, no sería lo mismo. Tú me ayudas Justin, pero muchas veces es como si no te conociera.

Justin suspiró y después de unos segundos habló.

- ¿Alguna vez has oído la frase esa de que en el dolor de los demás encontramos nuestra felicidad? Yo creo que soy algo así, me gusta sentirme necesitado, sentir que sirvo de algo en este mundo… Estuve tantos años cuidando de mi abuelo que cuando nos dejó, tenía demasiado tiempo libre. Cuando te conocí, cuando vi lo que sufrías sentí una necesidad incontrolable de ayudarte, de hacer cualquier cosa para ayudarte y muchas veces creo que fallé. Cuando te fui conociendo más, vi que aparte de dolor había una chica genial ahí escondida y entonces me gustaste mucho.

Él terminó besando mi cabeza, sonreí cerrando los ojos.

- ¿Alguna vez te sentiste solo, Justin?
- Todos los días después de que mi abuelo muriera. En el colegio era popular, pero qué importa estar rodeado de personas si después ninguna permanecerá para siempre. Aprendí a disimilar el dolor que me produjo su perdida, aprendí a ser el chico popular y estudioso, aprendí a ser el hijo que hacía reír a su madre y a su abuela porque si estaba mal ellas estarían mal. Con el paso del tiempo, ya no me hacía falta aparentar nada porque ya me había creído mis mentiras. Pasaba noches llorando angustiado preguntándome por qué no podía dormir si estaba cansado, me preguntaba una y otra vez por qué él y no yo.

La habitación quedó unos segundos en silencio, hasta que me armé de valor para hablar.

- Él destino te tenía preparado una misión, salvarme a mí, por eso no fuiste tú, porque tenías algo que hacer todavía.
- Si es eso, que Dios me perdone porque creo que la fastidié dejándote.
- El pasado pisado- susurré mientras me ponía encima de él y acercaba mis labios a los suyos.

Justin sonrió y metió su mano por dentro de mi camiseta y llegó a la zona del tatuaje que todavía estaba un poco rojo, pero no dolía que él lo tocara. Lo miré a los ojos y sonreía, no pude evitar sonreír.

- Tú amor por mí me va a acabar matando, Grace- dijo mientras sacaba la mano y me agarraba las manos con las suyas.
- Espero que te refieras a matarte a besos.

Me agaché y separé nuestras manos para colocarlas en sus mejillas y empecé a darle pequeños besos hasta que él puso sus manos en mi espalda y nuestro beso se volvió lento. Bajó una mano por mi brazo y abrí los ojos cuando se paró en mis heridas reciente.

- Grace- murmuró todavía con los ojos cerrados.
- El dolor era insoportable y tú no estabas allí para aliviarlo- susurré en sus labios.
- No puedo ser tu sustituto para las cuchillas, ¿y si algún día no estoy?
- Dame tiempo.

Justin suspiró, abrió los ojos y lentamente me colocó a su lado, se colocó de perfil y me miró a los ojos y después a mis labios.

- Me das paz- le dije. Justin sonrió lentamente-. Contigo no tengo que fingir y eso hace que se me quite un gran peso de mi espalda. Contigo puedo dormir y te digo que no creo que jamás encuentre a alguien con quien pueda dormir si no eres tú.
- Hay muchos peces en el río- dijo él.
- Pero ninguno como tú.

Justin acarició mi mejilla y su tacto hizo que cerrara los ojos, no me había dado cuenta de lo cansada que estaba, pegué un pequeño bostezo.

- Duerme pequeña, que yo haré lo mismo.

Pegué mi cabeza más a su pecho para poder sentir su latido, Justin apoyó su cabeza sobre la mía.

- Mi escritora…- susurró.
- Mi diario con patas- dije sonriendo.


Justin soltó una pequeña carcajada que hizo que volviera a sentirme en casa.

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Subiré 2 capítulos más. Comentad hermosas.<3

2 comentarios:

  1. Aish que adorables, me encanta.
    Echaba tanto de menos leer algo donde estuvieran juntos skdjhajaakskajhgdas.
    "-Mi escritora
    -Mi diario con patas" KSDJGHKDGHLJAGKGAHGSHJA tanta adorabilidad (creo que me acabo de inventar una palabra) junta no que me muero.
    -Y

    ResponderEliminar
  2. Aish que adorables, me encanta.
    Echaba tanto de menos leer algo donde estuvieran juntos skdjhajaakskajhgdas.
    "-Mi escritora
    -Mi diario con patas" KSDJGHKDGHLJAGKGAHGSHJA tanta adorabilidad (creo que me acabo de inventar una palabra) junta no que me muero.
    -Y

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Gracias.

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