¿Es demasiada coincidencia que mientras espero al autobús,
el último que llega hoy, este lloviendo? La verdad es que agradezco que llueva
con esta fuerza porque no quiero que la gente se quede mirando a un chico a
estas horas de la noche llorando con maletas a su lado, ¿qué pensarán? “Oh,
míralo, sus padres lo habrán echado de casa” “Alguien estará enfermo e irá a
verlo”… Nadie pensará “Ese chico tiene el corazón roto” porque nadie espera que
a mi edad pueda llegar a amar con tanta fuerza.
Mini maulló en mi regazo, estaba intentando taparla con mi
chaqueta pero algunas gotas le caían. Podría haberme puesto bajo un techado,
pero no quería, no quería protegerme de la lluvia quería permanecer aquí, bajo
ella para que recordara lo mucho que dejaba atrás y que había sido un cobarde
por no haberla despertado y haberla traído conmigo. ¿Era yo de verdad un ancla
para ella? En mis audífonos empezaba a sonar I don't wanna love her de Brinck,
mi boca suelta una pequeña carcajada, ¿acaso el mundo está en mi contra?
Recuerdo como hice mi maleta, mientras ella seguía
durmiendo, algo me decía que poco tiempo le quedaba estando dormida y que tenía
que ser rápido. Metía la ropa en mi maleta junto varias lágrimas que caían
desde mis mejillas, ¿qué los chicos no lloras? A otro con ese cuento. Llevé las
maletas hasta el salón, justo donde las había dejado cuando llegué. Me quedé
quieto, saqué mi teléfono y le envié un mensaje a su padre, mis dedos temblaban
y me costó escribirlo.
“Toda vuestra, espero que no la fastidiéis, mi vida está en
vuestras manos.”
Lo envié, guardé el teléfono y me permití verla por última vez.
Estaba en su cama, todavía con sus ojos cerrados… Parecía un ángel, un ángel
con la mirada muy oscura… Espero que la vida tenga un futuro perfecto planeado
para ella ya que yo no fui lo suficiente bueno, al parecer.
- Te quiero Grace y siempre lo haré- susurré
Me alejé lentamente de su puerta, me aleje de su
respiración, del latido de su corazón, sus preciosos ojos y de su suave
cabello, como me gustaba pasar mis manos por ahí… Llegué a la puerta de su
casa, arrastrando mi maleta. Algo en mi interior quería que se despertara y me
pidiera que me quedara, lo haría, claro que lo haría. Pero ya estaba en el
ascensor y ella seguía dormida.
Cuando toqué la calle con mis pies, pude oír cómo se
avecinaba una tormenta pero ese no fue el sonido que me sorprendió, algo en mis
pies maulló. Miré al suelo y allí estaba una gata pequeña ciega de un ojo,
preciosa a su manera. Deje las maletas y me arrodillé delate de ella, Mini me
miró a los ojos y se lamió una pata, luego maulló mirando las maletas, como si
me dijera “¿Por qué te vas, idiota?”
- Ella tiene que ser feliz sin mí- dije susurrando.
Mini bajó su cabeza, ¿decepcionada? Quizás. Busqué en mi
mochila un bocata, y le desmigué un poco el pan, ella empezó a comer.
- ¿Sabes? Dentro de poco Grace no va a poder cuidarte más,
va a desaparecer de aquí por unos días… Y no creo que le gustara encontrarte
muerta de hambre cuando vuelva- acaricié su pequeña cabeza negra-. Ella me
contó una vez que te negaste a ir a su casa una vez, pero… ¿vendrías a la mía? Ella te ha estado descuidando estos días
porque yo estaba aquí y siento que se lo debo… Grace no va a tener fuerzas para
cuidar a nadie más que a sí misma en los próximos días y va a estar lejos… en
cuerpo y mente. ¿Lo entiendes?
Mini me miró a los ojos y maulló, sí que era lista. Yo la
cogí en brazos y ella se acurrucó en mi pecho, de una forma u otra, ella me
recordaba a Grace y cuidarla era como… cuidarla a ella. Con el brazo que me
quedaba libre tiré de las maletas, ahora me tocaba ver como la ocultaba en el
autobús.
Los faros del autobús me cegaron por unos instantes, al
parecer era la única persona que cogía este autobús. Puse a Mini en mi pecho y
me cerré la cremallera, el conductor bajó, le enseñé el billete y me ayudó a
guardar la maleta. Subí lentamente al autobús y me dejé caer suavemente sobre
el primer asiento vacío que encontré, por suerte era doble y estaban vacío los
dos, mi llanto se estaba haciendo cada vez menos silencioso y Mini luchaba por
salir de mi pecho, pero por suerte no maullaba. Coloqué mi mano en el cristal
lleno de pequeñas gotas, no me quería ir, no quería quererla de esta manera, no
la quería tanto que doliera…
Noté como alguien se sentó a mi lado pero no le di mucha
importancia hasta que habló.
- Chico, ¿estás bien?
No había olvidado su voz, claro que no, la había tenido en
mi cabeza todo estos días. Giré mi cabeza y me sequé los ojos, la mujer de
gafas redondas y pelo canoso me miraba sonriendo, parecía que estaba contenta
de volver a verme, pero cuando negué con la cabeza y mis lágrimas volvieron a
salir sin avisar su sonrisa se esfumó.
- ¿Qué hiciste? – me preguntó, preocupada.
- La deje libre - dije en apenas un susurro, con mi voz
entrecortada.
La mujer, mordió su labio inferior y me abrió sus brazos, yo
sin pensármelo dos veces me lance hacia ella, apoyé mi cabeza en su hombro y
ella me frotó mi espalda con su mano delicadamente.
- No tuvo que ser una decisión fácil, muchacho, y te
entiendo, muchas veces tenemos que esperar a ver los resultados para comprobar
si nos equivocamos o si no.
Me aparté de sus brazos, un poco avergonzado.
- Siempre se puede luchar un poco más, ¿no?
- Siempre, pero muchas veces la fuerza no nos acompaña, ¿y
de que valen las ganas de luchar sin fuerzas?
- Yo no era lo suficiente fuerte para ella… Me lacé a la aventura,
sin pensar si iba a ser suficiente para ella o no- confesé.
- ¿Acaso eso no es el amor, muchacho?
Esta vez fue la primera vez que sonreí en toda la noche,
entonces me di cuenta de lo cansado que estaba. Ella siguió hablando.
- El amor nos hace egoístas- me dijo acariciando mi mejilla,
con un gesto muy tierno. Tú querías ser feliz con ella…
Yo me encogí de hombros mientras desviaba la mirada de ella
a la ventana.
- Es extraño… Siento como si tuviera el corazón roto, pero
ella no me lo ha roto, ella ni sabe que me he ido.
- Muchas veces nosotros mismos somos los que nos rompemos el
corazón intento no romper el de los demás.
Cogí aire y la miré a los ojos.
- ¿Cómo ha sido su visita?
Ella sonrió, pero pude notar como esa sonrisa no era de
felicidad, cogí sus manos arrugadas entre las mía. Sus ojos se aguaron por un
instante.
- El primer amor nunca se olvida, ¿no?- le dije susurrando.
- Exacto- dijo ella sonriendo con ternura-. Aprendemos a
sobrevivir con él.
- ¿Sabe?- dije acariciando su mano fuertemente con mi
pulgar- Usted le habría caído bien a mi abuelo… Son iguales, él era como tú,
como esas personas que siempre que acabas de hablar con ellas aprendes algo.
- Que desgracia que no esté entre nosotros, ¿no?
- Pero si lo estuviera, no permitiría que se lo intentara
ligar, mi abuelo pertenece a mi abuela y ella a él, siempre ha sido así y
siempre lo será.
Ella soltó unas carcajadas y removió un poco mi cabello, en
ese momento Mini decidió maullar, yo la miré a los ojos algo asustado y ella
empezó a toser fuertemente.
- ¿Eso ha sido un maullido?- dijo el conductor por los
altavoces.
- ¿Cómo es posible que confunda la tos de una anciana con un
gato? – dijo ella en alta voz, luego me miró a mí- ¿Por qué llevas eso?
- Esta gatita le pertenecía a ella… Si la tengo conmigo es
como si… como si estuviéramos juntos.
Ella sonrío de oreja a oreja y saco un frasco de colonia de
su abrigo.
- Es su colonia favorita- dijo medio riendo, yo no pude
aguantar la risa-. Cada vez que voy se la robo, él siempre se la vuelve a comprar…
Creo que sabe por qué desparece justo cuando me voy, pero nunca ha dicho nada.
Volví a mover mi cabeza en dirección a la ventana y suspiré.
La echaba tanto de menos y hacia nada que la había visto por última vez… ¿la
volvería a ver? ¿Volvería a saber de ella? ¿Se pondrá mejor?
- Bueno muchacho- dijo dando unos golpes en mi rodilla
derecha-, te dejo, hay momentos que hay que
pasarlos a solas.
Yo la miré a los ojos, dándole las gracias y minutos
después, volví a mirar tras la pantalla, observando cómo me alejaba cada vez
más de ella.
Grace
Una brisa de aire recorrió todo mi cuerpo, un fuerte dolor cruzó
mi cabeza fuertemente. Moví mi brazo derecho buscando el brazo de Justin debajo
de la sabana para que me abrazara, para que el dolor se fuera. No estaba. Su
brazo no estaba ahí. Busqué su cuerpo, no había nadie a mi lado. Me senté
demasiado rápido en la cama, tanto que me dio un pequeño mareo, miré en mi
cuarto, todo estaba oscuro. No estaba Justin. Me levanté lentamente de la cama,
¿estaría en la cocina comiendo algo? ¿En el baño?
Fui primero lentamente al
baño que era lo que más cerca quedaba, pero no, estaba vacío. Fui
restregándome los ojos hacia la cocina, pegué un pequeño bostezo, todavía me
sentí débil, como si estuviera bajo el efecto de la pastilla todavía. Quería
que viniera a mí, me abrazar por la espalda y me llevara en sus brazo hasta la
cama. Una sonrisa tímida cubrió mi rostro.
Llegué a la cocina, la luz estaba apagada. La sonrisa
desapareció de mi cara, corriendo fui a su cuarto. El mundo se volvió negro por
unos segundos, solo oía un pitido lejano, todo iba lento a mi alrededor. No sé
si me caí o me desmayé por unos segundos, pero me encontraba de rodillas en el
suelo. Observé el armario abierto sin su ropa dentro, ya no estaba la maleta en
el cuarto.
- ¿Justin?-
susurré- ¡JUSTIN!- chillé.
Me levante rápido, fui hacia la cama, estaba hecha y no
había ropa suya encima. Dejé caer mis manos encima de las sabanas y tiré de
ellas, gritando, las sabanas dieron en una figura de la mesa de noche y fue al
suelo, rompiéndose, el estruendo de la figura me asustó. Fui corriendo hacia mi
cuarto, miré a mi alrededor, toqué mi cama con la mano derecha. Sus ojos
aparecieron en mi mente.
- Simplemente te miraba.
- ¿Y esas lágrimas?
- Es que eres hermosa
Chillé, pero no lloraba, no, no lloraba porque no me lo creía,
él estaba ahí… Eso había sido un sueño, lo había soñado, ¿cierto? Miré en mi
mesa, un papel blanco se movía por la brisa que corría. Me lancé a él como si
fuese la última botella de agua en el desierto. “Se fuerte” es su letra, por su
puestos que es su letra, yo la conozco bien, la tengo tatuada en mi cuerpo.
- Si yo algún día te fallara, si algún día te tuviera que
dejar, ¿seguirías luchando?
- Eso jamás va a pasar ¿no?
- ¿Lucharías?
- Si me lo pides, por supuesto. Haría cualquier cosa por ti.
Apreté el papel en mis manos, no me di cuenta que apretaba
tan fuerte hasta que sentí como las uñas se hincaban en mi piel y estaba a punto de hacerme daño. Entonces, mis ojos se abrieron lo más que pudieron cuando se
escuchó como se abría la puerta de casa. Ahí estaba, claro que estaba ahí. Fui
corriendo lo más rápido que pude, pero cuando pude ver la puerta y vi que no
era Justin, si no mis padres lo que entraban por la puerta, estaban algo
mojados, mi mundo se cayó a mis pies.
- No… No…- susurré.
- Grace, mi niña…- dijo mi madre, a la cual se le aguaron
los ojos al verme.
- No- me pecho subía y bajaba fuertemente- ¿Dónde está?
- Se ha ido- dijo mi padre.
- NO- chillé
Fui hacia la puerta, esquivando maletas, tenía que atraparlo,
no podía estar muy lejos. Pero mi madre me cogió de los brazos y me apretó a su
pecho.
- Déjame, tengo que ir, tengo que encontrarlo, no le puedo
dejar ir.
- Sh… Grace… Es lo mejor- acarició mi cabello.
- No es lo mejor- dije seria-. Estar lejos de él es lo peor
que me puede pasar.
- Eso lo dices ahora, Grace. Cuando madures sabrás que esto
es lo mejor- dijo mi padre, metiendo las maletas en el salón.
Me separé de mi madre y lo miré.
- Has sido tú, ¿cierto? Por tu culpa él se ha ido. Solo
sabes fastidiarme la vida, ojala ardas en el infierno.
Y después de haber dicho eso, aprovechando que mi madre
estaba distraída, salí corriendo de mi casa. Bajé las escaleras, mi respiración
se agitaba cada vez más, mi visión se iba poniendo borrosa, sentía que me iba a
desmayar, pero tenía que ser fuerte y llegar a donde él estuviese.
Llegué fuera del portal, la lluvia me pilló desprevenida, la
calle estaba a oscuras tanto que ni las farolas estaban encendidas. No sabía a
donde ir, no sabía qué hacer. Así que como débil que soy, caí al suelo dejando
que la lluvia me mojara. Empecé a llorar, me dolía cada lágrima como si en vez
de lágrimas fueran gotas de ácido e hicieran daño por mis mejillas. El llanto
se atragantaba en mi garganta y tenía que toser a la fuerza, sentía que en una
de estas empezaría a toser sangre. Empecé a mecer mi cuerpo, me llevé mis manos
a mi pecho porque era como si me sintiera vacía, como si algo faltara ahí… como
si mi corazón ya no estuviera. Antes mi corazón podía ser de hielo, pero ahora
ya no estaba. Me di cuenta de que seguía haciendo un puño en mi mano izquierda,
deshice el puño lentamente, la lluvia empapó el papel en un instante. “Se
fuerte” ¿Cómo iba a ser fuerte si mi razón de serlo estaba tan cerca?
La tinta no se corría al contacto con el agua, por lo menos,
ella era fuerte.
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Yo tengo que dejar de escribir capítulos así o caeré en depresión ;_; ;_; ;______________; hrvjtvjehvyhvrehhjvthjrvthjrvehjtrjethevrh Os tengo una buena noticia, dentro de poco habrá maratón, no sé que capítulos serán exactamente porque tengo que ponerme a mirar cuales prefiero quitarme así de un sopetón pero será más o menos un maratón de 5 capítulos. Me da mucha pena, pero esta novela tiene cada vez más cerca su fin y lloro, lloro mucho krhverhvejyervthj Y si, sé que quizás estos capítulos están siendo un poco lentos, pero vienen varios cargado de emoción y la verdad es que no quiero apresurar nada, porque creo que si una persona es como Grace, cada segundo de su vida en importante para lo que va suceder después.
Pd: no sabéis el cariño que me da la mujer esa del autobús, aunque yo creo que esta liada con el conductor y la verdad es que vive en el bus y se inventa su vida (?) lol
Y recordar que detrás de las ☁ siempre habrá un ☀ resplandeciente esperándoos.
Si leíste pulsa el botón Tweet Gracias, muchas gracias por comentar... Enserio, me hacéis muy feliz
AQSDCFNSEROIGWR4EI DIOOOOOOOOOOS cada capitulo es mas perfecto, me encanta, ¿te he dicho ya que eres mi escritora favorita? aaaawwww pobre Justin SHORO.
ResponderEliminarLes tengo un infinito desprecio a El padre y la doctora....
UYKTHGNIUJBKGBNIOBUETG OMG¡¡¡¡ Me has hecho llorar con la mayoría de los capítulos y encima le añades ''A drop in the ocean'' pues me deshidrato aquí mismo. Estoy empezando a odiar a los padres y la doctora de Grace -.-
ResponderEliminarMe encantaaa *--* Simplemente perfecta, de verdad, increible!
ResponderEliminarTenia mucho que no leia y tu novela, son las 2:31 am en Mexico y estoy escribiendo con lagrimas en los ojos, el raton de mi lap no avanza por las lagrimas haha.
ResponderEliminarEs perfecta, no hubo un capitulo en donde no llorara, la música, cada palabra, todo es perfecto y me recuerda a lo que solia ser cuando no tenia a nadie.
No se que mas decir, justo ahora solo pienso en lo difícil que es la vida y la fuerza que se necesita para salir adelante.
Sigue escribiendo y nunca dejes de hacerlo.
Nunca me decepcionas.
God Bless u Trixie. xx
Estoy llorando como si no hubiera un mañana.
ResponderEliminarMe encanta tu forma de escribir, llevo leyéndote desde tu primera novela en Twitpic y nunca me canso.
Si algún día publicas un libro, que sé que lo harás, que sepas que seré una de las primeras en comprármelo y leerlo.
Enserio Trixie, muchas gracias por escribir, y por favor, nunca dejes de hacerlo porque yo siempre te leeré.
Dios mio me leido todo en un día ayer por la noche lo termine de leer de madrugada y parecia que se ubiera muerto alguien hacia tiempo que no lloraba tantisimo.
ResponderEliminarSiempre he dicho que tus novelas son las mejores y mencantas porque me meto muchisimo en ella y siento que yo soy la protagonista, simplemente mencantan tus novelas y tus capitulos sigue asi se que llegaras muy lejos! Y siempre sere una de tus lectoras, eso no lo dudes.
@iAdoremyidols_
Jodeeeeer que he leido esto en una noche/madrugada, son las 5:00am y mi almohada esta empapada, mi cabeza me va a explotar de tanto llorar y tengo un depresion giganteee... Todavia no paro de llorar! La he amado y espero que la sigaas!
ResponderEliminarSaludos desde Venezuela!
@ffeelgoodanyway <3 #lloran2 #sufrien2
Dios mio, no he llorado mas por una novela...
ResponderEliminarAmo tu novela, porfavor nunca dejes de escribir @albaquebe sigueme, besos
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