Content

Capítulo 30


Entreabrí suavemente los ojos, cada parte de mi cuerpo me dolía pero no me di cuenta hasta que me removí en la cama. Moví lentamente mis brazos y fue como si hubiera estado haciendo ejercicio por el día y por la noche… La noche, una sonrisa cubre mi rostro. Abro los ojos de par en par y no me encuentro con Justin a mi lado, me siento en la cama y observo como la persiana sigue abierta y varios rayos de luz entran a la habitación.

Giró mi cabeza para mirar a la puerta y me encuentro a Justin en el umbral de la puerta sosteniendo una bandeja con comida. Justin me sonríe y se muerde su labio inferior. Entonces me doy cuenta de que la sabana se había bajado hasta mi cintura y estaba desnuda. Inmediatamente me tapo y busco en el suelo algo, lo primero que encuentro a mi lado es su camiseta, la cojo y me la pongo.

- Buenos días- dice todavía sonriendo-. He intentado hacer el desayuno lo más rápido posible para volver aquí y que no te despertaras sin mi, pero no he podido.
- Ya… bueno. No tengo hambre, no tenías por qué molestarte.
Justin coloca la bandeja en la mesita de noche y se sienta en la cama, coge la bandeja y la coloca entre nosotros.
- Hoy tienes la cita con la doctora y pensé que estaría bien que fueras con fuerzas, además por lo de anoche…- él sonríe- Quiero que tengas algo de fuerza.

Mis mejillas volvían a ponerse coloradas, pero era verdad, creía que podía volver a cerrar los ojos y dormir durante un año. Cogí unos cereales sin leche y me los comí como si fueran unas galletas. Justin cogió una manzana y empezó a pegarle mordiscos, yo para beber cogí un zumo de naranja y él un café. Cuando iba por la mitad del cuenco decidí que si cogía uno más iba a vomitar y no por cuenta propia. Me levante de la cama, menos mal que la camiseta de Justin me llegaba por debajo de mi trasero.

- Me voy a duchar- le dije.
- ¿Quieres ahorrar agua?- me preguntó mientras me iba.
- Me sé esa, Justin y no- dije riendo.

Cuando volví a quedar desnuda en el cuarto de baños, me observé frente al espejo y pude ver señales que me indicaban que había perdido mi virginidad. Tenía un chupetón en el cuello, mi cabello estaba enredado y todavía tenía mis labios hinchados y heridos por los mordiscos. Sonreí, no a mi reflejo si no a los recuerdos. Me metí en la ducha y sin yo quererlo, el agua se llevó el aroma de Justin que se había quedado impregnado a mi cuerpo.

Unas horas después me encontraba en el autobús con dirección a la consulta, con Justin a mi lado y con temor en mi mente. Esta vez Justin me agarraba la mano fuertemente, pero seguía notando aquella inquietud que tenía la otra vez… ¿Por qué le pasaba eso? ¿Había algo que yo no sabía? En los auriculares que compartíamos empezó a sonar Down de Jason Walker. Jamás sé por qué intento pensar mucho cuando voy en el autobús de camino allí. Quizás porque me gusta tener las ideas claras, saber que tengo que decirle y que no. Entonces, ¿por qué lo intento? Sé que voy a caer. Esa frase de la canción podría definir mi vida perfectamente, ¿por qué intentarlo si sé que saldrá mal? ¿Por qué tengo que intentar entender las cosas si eso me volverá loca? No puedo con todo, no puedo sostener tanto peso en mi espalda.

Apoyo la cabeza en el asiento y miro por la ventana hasta que sé que hay que parar ahí. Tiró de la mano de Justin y él se mueve. Los dos esperamos hasta que se abren las puertas y yo guardo el ipod. Entramos en el edificio y allí estaba Paul, observando un periódico, sonríe cuando me ve.

- Buenas señorita Grace, espero que esta vez vaya mejor- dije bajando su cabeza como si fuera una reverencia.
- Gracias, eso espero yo también.

Y tiro de la mano de Justin para que subamos rápido, cuanto antes empecemos antes acabaremos. Llegamos y nos recibe Isabel sonriendo como siempre, nos lleva hasta la sala de espera, allí esta una mujer sentada seguro que su hija está dentro. Toquetea su bolso nerviosa y yo sonrío, ¿por qué esto les pone nerviosa a los padres? Si a ellos no les pasa nada, los locos son sus hijos, no ellos.

- Grace… Me gustaría que hicieras una cosa, no por mi… más bien por ti. Cuentéale algo a ella, pero no le mientas, desahógate, ella está ahí por tu bien.
- Justin, parece mis padres- dijo separando mi mano de la suya.
- Me da igual, te lo digo por tu bien, desahógate, cuando contamos algo a alguien es como si compartiéramos la carga que tenemos y empieza a pesar menos.

Le iba a contestar que era pura mentira pero la puerta se abrió y una chica de mi edad o más pequeña salió sonriendo del despacho de la doctora, su madre sonrió al verla y la abrazó, se despidieron de la doctora y se fueron Cuando Blevins me miró, puso los ojos en blanco y sonrió.

- Si las miradas matasen…- dijo en un suspiro, luego sonrió y nos indicó que entráramos.

Me senté en el sillón de piel falsa color marrón y la doctora se sentó en una silla, sin papel en mano ni bolígrafos.

- ¿No vas a tomar apuntes?- dije mirándola.
- No, me di cuenta de que te molesta así que no apuntes.

Yo sonreí orgullosa de que por fin hiciera algo por mi bien.

- ¿Y qué tal estos días?
- Bien, Justin me ayuda mucho.
- ¿Y las comidas?

En ese momento mis ojos se perdieron en la habitación y me di cuenta de lo mucho que había estado comiendo sin darme cuenta, casi comía como todos los demás… pero siempre cuando estaba Justin. Me entraron ansias y tuve que tragar saliva para no vomitar en mitad del despacho.

- Como- dije en apenas un susurro.
- Estas algo blanca, ¿quieres agua?- me susurró.

Negué con la cabeza.

- Estoy comiendo como nunca lo he hecho y me han entrado ganas de vomitar, eso es todo- cuando todo salió de mi boca, me sorprendí de que le estuviera diciendo la verdad.
- ¿Y qué sientes cuando comes?
- Apenas me doy cuenta de que lo hago hasta que empieza a dolerme el estómago, no pienso en la comida.
Pienso en él… terminé en mi mente mirando a Justin.
- ¿Hay algo que me quieras decir?- me preguntó.
- No quiero que terminen las vacaciones.

No quiero que él se vaya, no quiero volver a ir al instituto.

- ¿Por qué?
- No quiero volver a ver a mis compañeros, no me gusta cómo me miran… como si supieran de verdad lo que pasa.

Recordé todas las miradas de mis compañeros, las miradas de asco del novio de Sabrina porque ella se juntaba conmigo, recordé las mil y una vez que encontraba escrito algo en mi pupitre, algo como: bulímica, anoréxica, vomita perra… Un día llegué a encontrar unas cuchillas en la mesa. Jamás se lo conté a mi padre.

- ¿Por qué no te cambias de centro?
- Porque no quiero rendirme ante ellos.
- No te estas rindiendo, simplemente estas pasando de ellos.

Me quedé en silencio, jugando con mis dedos, ¿por qué mi cabeza no me dejaba decirle todo?

- ¿Te sientes sola?

Empecé a firmar en la cabeza, pero entonces los ojos de Justin aparecieron en mi mente… Sonreí y negué con la cabeza.

- ¿Si o no?
- Todo el mundo se siente solo alguna vez- aseguré-. Pero yo le tengo a él.
- ¿Y es suficiente?
- Yo creo que sí- dije encogiéndome de hombros.
- ¿Qué dirías si te ofrecen volver al centro?
- ¿Al manicomio?- dije aguantando una carcajada, ella afirmó con la cabeza- Que ni soñando, eso es el infierno, yo no voy a volver allí…- una luz se encendió en mi cabeza- No, no, no… no me vais a volver a encerrar- me levanté rápida del sillón-. No estoy mal, estoy bien, no vómito, como, no me corto. ¿Qué más queréis de mí?
- Grace, siéntate, no te he dicho nada de eso.
- Pero es lo que tú querrías. Todo el mundo quiere encerrarme, porque la parecer soy un peligro cuando estoy libre, ¿no? Cómo un animal salvaje.
- Grace, tranquila, deja tu mano.

Baje mi mirada hasta observar como mi mano derecha estaba arañando mi mano izquierda tan fuerte que estaba a punto de sangrar. Aleje mis manos y miré a la doctora.

- No te necesito, lo tengo a él- dije mirando a Justin-. Él me entiende y me quiere.
- Hablemos de otra cosa- dice-. ¿Cómo es estar sin tus padres?
- Bien, no me agobian- dije todavía de pie.
- ¿No los extrañas?
- Un poco- admití.
- ¿Quieres que vuelvan?
- No. Justin, vayámonos- dije.

Justin miró a la doctora y después a mí.

- Todavía te queda tiempo, Grace- dice con su voz lenta y pausada.
- ¿Tú también estas con ella? Estáis todos contra mí.

Esta vez no corrí, abrí la puerta decidida y salí de allí, la doctora se puso de pie.
Justin

Me levanté para ir detrás de ella.

- Justin- me llamó la doctora.

Me paré y giré para mirarla, se había dejado caer en la silla y tenía una mano en su frente.

- Tengo que ir tras ella.
- Esto no le ayuda- dijo en un susurro.
- ¿Qué quiere decir?- dije preocupado.
- Yo creí que esto funcionaría… Pero solo hace que se encierre más en sí misma- parecía que hablaba para si mi misma, pero me miró a los ojos-. Da igual, vete…
- ¿Qué va a hacer?- le pregunté.
- Ve tras ella, es un peligro.
- Ella no le haría daño a nadie- dije enfadado.
- A nadie no, a ella misma sí.

Canción

Y dicho eso, salí corriendo de la habitación. No se encontraba en la sala de espera, miré a Isabel, ella me dijo que se había ido. Las lágrimas se empezaron a aguar en mis ojos, corriendo bajé por las escaleras. Allí estaba Paul con la mirada puesta en la entrada, me dijo que fuera rápido que se había ido corriendo y que parecía rota. Mi muñeca, mi muñeca estaba rota, otra vez. Salí corriendo del edificio y me encontré perdido, no sabía dónde estaba y no me conocía esta ciudad.

Fui corriendo hacia la derecha y me fijé en que había un callejón oscuro. La oscuridad es un buen sitio para esconderse. Empecé a entrar, despacio y escuché un gemido que era un llanto, el llanto de mi chica. Estaba sentada en el suelo, apoyando la espalda en la pared, cuando me acerqué pude ver cómo había vómito a su lado y ella se tapaba la boca y las lágrimas bajaban por su cara. Levantó su mirada y me vio, apartó la mano de su boca

- Soy estúpida, porque quiero huir, desparecer, pero no puedo ir muy lejos porque quiero que me encuentres.
- Vayamos a casa- dije ofreciéndole la mano.

Pero ella se levantó apoyándose en la pared y empezó a andar lentamente hacia fue del callejón. Cuando llegamos a casa, ella se lavó los dientes y fue a su cuarto. Yo simplemente me senté en el sofá y puse mi cabeza entre mis piernas, necesitaba coger aire y fuerzas. Sin darme cuenta empiezo a llorar, pero no es un llanto profundo, empiezo a llorar en silencio. Pero rápidamente me seco las lágrimas, no puedo llorar mientras la persona que más me importa está destrozada en la habitación de al lado. Voy lentamente, cogiendo aire y expulsándolo. Cuando llego, está sentada en su cama, agarrando sus piernas con la mirada perdida. Cojo aire pero rápidamente me derrumbo, me muevo para irme pero su voz me detiene.

- No te vayas, ven- dice mirándome-. Si tú estás aquí es como si tuviera un guerrero luchando contra mis monstruos.

Esa es la fuerza que necesitaba, ella me necesita y yo no puedo ser débil. Voy y me siento a su lado, ella apoya su cabeza en mis piernas y yo le acaricio el cabello. Su cuerpo deja de temblar poco a poco. Yo apoyo mi cabeza en la pared e intento que mis lágrimas no bajen por mi mejilla.

- No te merezco- dice en un susurro-. Tú lo das todo y yo no doy nada, soy inútil, no tengo nada que proporcionar a esta relación. No te culparía si me dejaras, ¿lo sabes? ¿no?

No puedo hablar porque estoy ocupado en no derramar las lágrimas.

- Justin, quiero dormir y no soñar nada. Quiero desaparecer por unos minutos… ¿Me podrías dar las pastillas que mis padres te dieron? Solo una. Mi cabeza me está matando y no quiero hacer nada peor.
- Vale.

Ella levanta su cabeza de mis piernas y yo me bajo de su cama,  voy hasta mi maleta y cojo una pastilla. Se la llevo junto a un vaso de agua, ella toma la pastilla y bebe el agua, apoya su cabeza suavemente en la almohada. Yo acaricio su mejilla y le beso la frente.

- Jamás te podría dejar- le susurro-. De una forma u otra siempre estaré contigo y tú me das demasiada cosas, como por ejemplo felicidad cada vez que sonríes.

Grace sonríe y cierra los ojos.

- Todo va a estar bien, ¿cierto? Como en la canción- dijo ella susurrando.
- Ni lo dudes.
- Te quiero, diario. - me susurra.
- Y yo a ti, escritora.

Le bajo la persiana para que tenga algo de oscuridad. Me voy de su cuarto lentamente y voy hacia la cocina, mientras me preparo un bocadillo para comer, mi móvil empieza a sonar, en la pantalla sale “Padre de Grace”. Lo cojo.

- ¿Si?
- ¿Justin?- pregunta serio.
- Sí, soy yo, ¿qué pasa?
- Tenemos que hablar.
- ¿De qué?

- De Grace, quiero que la dejes. 

--------------------------------------------------------------

SIIIIIIIIIIIIIIIIII, POR FIN, LOS PLANETAS SE HAN ALINEADO Y EL SOL BRILLA MÁS FUERTE QUE NUNCA. OH YEAH, YO HE SUBIDO, MARCAR ESTE DÍA EN ROJO EN VUESTROS CALENDARIOS, SIIIIII. Okay, ya hablando serio, no sé como me puedo disculpar por no haber subido en tanto tiemplo, simplemente necesitaba... no sé, mi cabeza ahora mismo esta sobrecargada y necesitaba que pasaran unos días para poder escribir, espero que os siga gustando la novela y lo siento, enserio, he intentado escribir estos capítulos los más largo posible y dejaros este final impactante para que volváis a tener intriga ( y serso) . Su padre es un hijo puta *llora* ¿Por qué quiere que la deje? CABRÓN, TE VOY A INCENDIAR LA CASA EN LA QUE ESTAS PARA QUE LOS DEJES TRANQUILOS, ¿NO VES LO ADORABLES QUE SON? SON MÁS ADORABLES QUE UNOS CACHORROS. Os quiero, muchas gracias por esperar. 

Y recordar que detrás de las  ☁ siempre habrá un ☀ resplandeciente esperándoos. LOVE YA

Si leíste pulsa el botón   Y si me quieres hacer MUY, MUY feliz deja un comentario en cada capítulo (al ser posible) . No te olvides de pulsar el botón de arriba de "Lo he leído" ¡¡GRACIAS POR LEER!!

(Eso de ahí me suena a lo que suelen decir la gente de youtube cuando terminan un vídeo ._. pero no digo que os suscribáis, pero si queréis seguir el blog no os voy a decir que no *guiño*)

4 comentarios:

  1. OOOOOOOOH NOOOOOOOOOO, EL PADRE DE GRACE ES TONTO ¿NO? JAKDKDLSBF PUTO
    Con lo bien que iba todo. Como se le ocurra dejarla, yo... Yo no me hago responsable de mis actos.
    Gracias por este maratón ha sido más que perfecto ansjdkskdkfkksjf.
    Y por último, cielo si no estas bien tómate el tiempo que necesites para subir. Nosotras esperamos lo que haga falta :')
    Te quiero mucho <3 -Y

    ResponderEliminar
  2. La espera ha merecido la pena, es genial, perfecta! Oh DIOOOS! Me encanta, sigue escribiendo así por dios *------* Y esperemos que no deje a Grace, que el amor pueda con todo <3

    ResponderEliminar
  3. Pero Dios! Esto que es... No paras de darme sustos, enserio. Creo que voy a entrar en tu novela a torturar de todas las formas posibles al padre de Grace. Aunque en realidad creo que es la doctora la que llamo a el padre. Que puta oye. De todas formas el padre tambien tiene la culpa por hacerla caso. Ahora es cuando los dos mueren misteriosamente. Pero dios, no pueden separarlos, juntos son perfectos. No pueden. No pueden. No pueden. *se va a una esquina de la habitacion a llorar acurrucada mientras se chupa el dedo* NO PUEDEN D: PD: Espero que no tardes tanto en subir el siguiente. He sufrido mucho.

    ResponderEliminar
  4. Ay, muchas gracias por este maratón, SON SUPER CUCOS JUNTOS. Menudos capitulazos, aunque lo último ha llegado de repente y ha sido como: "AHHH. NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOveas, macho, el padre ya tenía que venir a cagarla"
    Pero eso le da vidilla a la novela. Aunque espero que no sufra mucho Grace, por favor, no la hagas sufrir mucho, se le ha cogido cariño al final.
    Y EL JUSTIN DE TU NOVELA ES TAAAAAAAAAN ADORABLE Y SERSI A LA VEZ. Me encanta todo lo que se preocupa por Grace.
    Y la del siquiatra,NO VE QUE JUSTIN LE HACE BIEN? Y aunque a veces le.dé comeduras de cabeza, son las normales de las chicas de su edad. Hace que ella pueda llevar una vida normal... Y ELLA NO LO VE O QUÉ? DÓNDE LE DIERON EL TÍTULO, EN UNA TÓMBOLA? Respiraré x) Espero que no tardes en subir lo siguiente :3

    ResponderEliminar

Gracias.

Con la tecnología de Blogger.