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Capítulo 29


Así que ahora nos encontramos en mi coche, de camino a un sitio que me solían llevar antes de que todo pasara, era mi sitio favorito y todavía lo sigue siendo. Lo era en cualquier época del año, en primavera todo estaba verde y con miles de flores, y ahora en invierno hay un lago congelado en el que la gente suele patinar. Yo aprendí a patinar sobre hielo ahí, yo siempre tenía miedo por si por mi culpa el hielo se quebraba pero él me animó y una vez que supe patinar, jamás paraba.

En la radio sonaba Wake me up de Avicii y parecía la perfecta canción para ir en carretera con las ventanas subidas por el frío. Justin conducía, yo le había dejado, pero como era obvio yo le iba señalando por dónde ir. Apoyé mi cabeza y observé a Justin, tenía la mandíbula tensa mientras miraba atentamente a la carretera, esta estaba húmeda por la anterior llovizna de la noche. Tenía las dos manos en el volante y de vez en cuando me miraba, yo le sonreí y volvió a mirarme.

- ¿Por qué me miras?- me pregunta.
- No sé- dije encogiéndome de hombros-. Si algo es bonito, ¿por qué no mirarlo?
- Pues por esa misma regla de tres, ahora tendríamos un accidente.
- ¿Por qué?- pregunté.
- Porque no te puedo mirar a ti y a la carretera a la vez.

Con una sonrisa tonta, giré mi cabeza hasta llegar a esconderla, pude escuchar una risa floja de Justin. A los 15 minutos llegamos al sitio donde me refería, aparcamos juntos a los demás coches y salimos. Justin cogió la mochila con la comida y se quedó mirando donde estábamos. El sitio era hermoso. Lo principal era el lago que era mediano, alrededor había solo tierra y luego había mesas y árboles que era donde la gente solía estar. El lago tenía poca profundidad y por eso era de los primeros en congelarse. La tierra y el césped que había estaba cubierto por una fina capa de nieve.

- Dios, esto es muy bonito- dijo Justin.
- Si, me encantaba venir aquí con mis padres.
- ¿Ya no?- me preguntó.

Yo simplemente me encogí de hombros, mi relación con mis padres se había enfriado y distanciado mucho, intentábamos estar como antes pero era imposible. Mi padre trabajaba más para estar menos tiempo en casa y mamá siempre intentaba hacer como si todo estuviera bien.

- Ojala hubiéramos traído patines- dice Justin suspirando.
- ¿Por quién me tomas?- dije sonriendo mientras sacaba dos bolsas de maletero- Aquí están los míos y los otros son de un primo que vino el año pasado y se los dejo, creo que te quedarán bien.

Justin sonrió como cualquier niño pequeño al que le das una gominola. Los dos avanzamos hasta encontrar una mesa vacía y pusimos todas las cosas encimas. El tiempo había pasado volando, ya eran las 3 de la tarde, Justin empezó a sacar comida sin preguntarme… chico listo. Sacó varios sándwiches, una ensalada y una botella de agua.

- Venga ya, ¿por qué tanta comida?- pregunto.
- ¿Qué? Si estuve a punto de hacer unos filetes pero sabía que te quejarías.
- ¿Solo sabes hacer filetes?- dije aguantando una carcajada.
- ¿Qué quieres? Soy un hijo de mamá- dijo sonriendo.

Y nos sentamos, yo me eché en un vaso de plástico un poco de agua y cogí un tenedor de plástico para picar de la ensalada. Justin me miraba de reojo, hace tiempo me podría haber puesto nervioso ver como alguien vigilaba si comía o no, pero cuando Justin lo hace no puedo enfadarme, es al revés, lo veo un gesto muy tierno, como si se preocupara por mi… Quizás eso es lo que todos hacen, ¿no? Justin acabó comiendo dos sándwiches y un poco de ensalada, yo medio sándwich y un poco de ensalada. 

- Venga, come la otra mitad, si es muy pequeño- dijo poniéndome cara de perrito.
- No tengo más hambre.
- Si lo haces te doy postre- dijo subiendo una deja.

Yo no pude evitar una carcajada.

- ¿Un beso? Eso lo tengo siempre que quiera.
- No será un simple beso.

Y en la forma que se lamió su labio inferior mire la mitad que me quedaba del sándwich y lo cogí, en cinco minutos ya no quedaba nada. Lo miré sonriendo y negando con mi cabeza. Se levantó de su lado del banco de madera y fue hacia mi lado, me tendió su mano y yo la acepté, luego la poso en mi espalda.

- Como no haya merecido la pena… te enteras- dije observando sus labios.
- Mis besos siempre merecen la pena- dijo sonriendo.

Me dio un beso pequeño, pero luego abrió su boca y mis labios siguieron a los suyos. Sentía miles de mariposas por mi estómago revolotear y chocarse unas con otras. Justin metió una de sus manos bajo mi jersey, que era suyo, cuando noté el tacto caliente de su mano di un pequeño salto. Empezó a subir sus manos hasta que tocó el broche de mi sujetador, yo intenté apartarme pero Justin lo desabrochó con una simple mano y eso no fue lo último, al separarse de mis labios mordió mi labio inferior.

- ¡Justin!- dije riéndome y abrochándome el sujetador- ¿Por qué lo hiciste?
- Te dije que era especial- dijo riendo-. Eso me lo enseñó mi amigo César varios años atrás.  ¿Quieres patinar ya?
- De acuerdo.

Después de pasar una hora patinando, haciendo el tonto, en la cual descubrí lo bueno que era Justin patinando, terminamos muy cansados, tantos que salimos del hielo llevados por el poco aire que había. Fuimos hasta nuestra mesa con todas nuestras cosas, Justin sacó un termo con café y lo echó en dos vasos.

- Justin, cuando volvíamos vi como mirabas al chico ese que tenía la guitarra… ¿Sabes tocarla?
- Mi abuelo sabía- dijo bajando su mirada- Y me enseñó una canción que la verdad siempre me recuerda a ti.
- ¿Por qué?
- Es sobre la distancia… Es… Ojala te la pudiera tocar.

Entonces me levanté y dejándome llevar por el sentimiento de saber porque esa canción le recordaba tanto a mí, fui hasta el chico, el cual me la prestó sin ningún problemas. Cuando Justin me vio llegar con ella, negó con la cabeza y la cogió, tocó varias veces las cuerdas y luego empezó a tocar la canción.

Justin empezó a cantar y la verdad es que jamás había escuchado una voz como la suya, con cada palabra expresaba miles de sentimientos, podía notar en sus ojos como de verdad le daba un significado a esas palabras, como para él había una historia detrás de esta canción. Miraba a la guitarra y me miraba a mí, sonreía y a la vez pude notar como empezaban a cubrirse sus ojos de lágrimas, lágrimas que él supo contener.

- Porque todo va a estar bien…- dijo mirándome a los ojos.

La gente empezaba a venir atraída por su voz. Por un momento, no había nadie más que él, su guitarra y yo, nadie más. Nadie nos rodeaba. Mi corazón latía lentamente y bajo, para que no me molestara al oír a Justin. Su voz… hasta los ángeles estaban celosos. Justin siguió tocando, sus dedos se movían perfectamente sobre la guitarra y la canción cuadraba con nosotros.

 - Sabes que me preocupo por ti… Siempre estaré para ti, te prometo que me quedaré justo aquí.

Las lágrimas empezaron a bajar suavemente sobre mis mejillas, no me importaron, no me importaba que Justin viera lo que su voz me podía producir. La gente empezó a irse cuando la voz de Justin iba disminuyendo. La canción termino, dejó la guitarra a un lado y se secó rápidamente unas lágrimas.

- Yo… -empecé a decir- Es hermosa, es increíble… y tú voz es fabulosa. No sé por qué no te dedicas a esto, eres increíble Justin. Quiero que me cantes todo los días a todas horas. Oh, Dios, ya no sé ni lo que digo… Solo, uf, gracias.

Y me lancé a sus brazos, él acariciaba mi espalda.

- Todo va a estar bien- me susurró.
- Eso espero- dije empezando a derramar lágrimas de nuevo- Algo me dice que tú no me vas a dejar… Que por fin puedo ser feliz, que por fin llego mi turno de sonreír al mundo.

 - Tú siempre has podido ser feliz, Grace, siempre… Simplemente te hacía falta que alguien te abriera los ojos.
- Pero todavía me queda.
- El tiempo no es una molestia para mí- dijo y besó mi frente.- Y vamos a recoger esto, que ya empieza a oscurecer y no quiero conducir de noche.

Le devolví la guitarra al chico y recogimos todo para llevarlo al coche, el camino fue silencioso, pero él siempre me agarró una mano, íbamos lentamente y él cielo fue oscureciéndose poco a poco. Llegamos a casa y él se pidió el turno para ducharse, yo de mientras me senté en mi cama e intenté pensar en todo lo ocurrido esta tarde. Su voz mientras cantaba la canción se me había metido en la cabeza… él de verdad me quería y yo no podía ni llegar a imaginarme lo malo que eso podía ser, ¿y si jamás yo podía quererle igual? ¿Y si estábamos destinado a qué él lo diera todo y yo solamente recibiera? Él se aburriría pronto, y me dejaría… Pero, ¿y si lo quiero? ¿Y si le quiero más de lo que creo?

Algo me tenía atraída a la idea de vivir desde que él apareció en mi vida. Justin era como un imán que me mantenía en la Tierra. Con él podía dormir noches de un tirón, con él… la idea de comer no era tan mala y quizás con el tiempo ya me dejen de preocupar todas estas cosas, si él está a mi lado no veo ese momento tan lejos. Lo quería, claro que lo quería y no iba a dejar que me abandonase… jamás. Él era mío y yo de él de una manera que no se pueden explicar con palabras. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, no me daba miedo admitir mis sentimientos. El sonido del agua paro y él me gritó que ya podía meterme. Pero no quería estar más tiempo separa de él, me cambie de ropa por mi pijama y fui a su cuarto. Se encontraba en la cama, con su pijama y secándose el pelo con una toalla.

- ¿No te vas a duchar?- me preguntó.
- Ya me duché esta mañana- dije sonriendo.
- ¿Y esa sonrisa?
- No sé… Es solo… Justin, cuéntame algo de ti- dije mientras me movía por su cuarto, acabé en el otro extremo de la cama con su ipod en mano, mirando sus canciones.
- ¿Qué quieres saber?
- ¿Has tenidos muchas novias?
- No- admitió- Tuve una amiga con 12 años a la que quería mucho y a los 13 empezamos a salir, pero no fue nada especial, nos dábamos besos… pero en el fondo éramos más amigos que otra cosa y luego esta Daisy, no somos novios ¿sabes? Ella solo me quiere porque soy el capotan del equipo del baloncesto y ella es la capitana de las admiradoras. Se suponía que tenía que suceder. Pero antes de venir aquí rompí con ella, no quería jugar más a ese juego.
- ¿Hiciste el amor con ella?- yo no dejaba de buscar canciones, no quería que viese lo roja que estaba de los nervios y la vergüenza.
- Si, en una fiesta todos estaban liándose y ella me dijo que quería hacerlo. No me gusta hablar de esto, Grace.

Sonreí para el ipod cuando encontré una canción que venía perfecta first time de josh xantus. Cuando empezó la canción le hice la pregunta que quería decirle desde el principio.

- ¿Me quieres?- dije dejando el ipod y dándome la vuelta para mirarlo, él me miraba- No en plan como a tu amiga de loa 13 años… ¿Me quieres como se le quiere a una que es tu novia?
- Te quiero como se supone que tienes que querer a alguien cuando piensas en pasar toda tu vida junto a ella.

Mis mejillas se sonrojaron aún más.

- ¿Y por qué? Apenas nos conocemos.
- No importa el tiempo, importa la fuerza con la que sientas.  Y no sé, puede que nos conozcamos desde hace tres meses o dos, pero es como si hubieras estado ahí siempre. ¿Sabes? En Japón hay una leyenda urbana que es sobre un hilo rojo, la leyenda cuenta que entre dos que están destinadas a estar juntas tienen un hilo rojo que las unen desde siempre, desde que nacen hasta que mueren. El hilo no puede romperse en ningún caso, aunque puede estar más o menos tenso, dependiendo de cómo de lejos estén las personas. Pero tardé o temprano, esas personas se encuentran y el hijo deja de estar tenso. Yo creo que nosotros tenemos un hilo rojo que nos une. ¿A qué viene esta pregunta?- dijo sonriendo de lado, algo tímido.

Entonces me puse de rodillas en la cama y me lancé sobre él, dándole un beso cargado de sentimientos, moví mis manos por su cabello todavía mojado. Se sentía tan suave entre mis dedos. Justin coloco sus manos en cada costado de mi cuerpo y me separó un poco.

- ¿Grace? ¿Qué pasa?
- Hoy he aceptado mis sentimientos y… y yo no soy buena con las palabras. Muchas veces me atranco y no sé qué decirte ni como- apoyé mi frente con la suya-. Soy más buena con los hechos, te quiero demostrar que yo también te quiero y no sé otra manera- dije sonriendo.
- No quiero que te sientes obligada- susurró en mis labios.
- Nadie me obliga- dije-. Además, la canción lo dice todo. De verdad te quiero Justin y estoy cansada de jugar a la chica que no quiere enamorarse… Porque yo también me merezco enamorarme y sentirme amada.

Justin se levantó de la cama y levantó la persiana, ya no hacía luz fuera, pero entraba en el cuarto una luz naranja blanquecina por las farolas de la calle y apagó la luz de la habitación. Yo me encontraba sentada en la cama, viendo cómo se movía un poco nervioso por el cuarto. Pero me miró, vio mi sonrisa y se puso de rodillas en la cama, enfrente de mí.

- Me quieres- dijo él sonriendo y pude ver sus ojos brillosos.


Asentí con la cabeza y él puso sus manos en la parte trasera de mi cabeza. Empezó a tumbarme en la cama, suavemente besó mis labios como si no hubiera tiempo o como si este se hubiese parado. Cuando noté la cama en mi espalda, él bajó sus manos por mi cuerpo hasta tocar el principio de mi camiseta, metió sus manos dentro y acaricio mi barriga. Mi instinto fue coger aire para poder encoger la barriga, pero él sonriendo me beso y perdí la consciencia de que tenía que hacer para estar perfecta, ahí me di cuenta de que eso a él no le importaba, que él me quería tal y como era.

Estiré los brazos y él me sacó suavemente la camiseta. Yo me encontraba con los ojos cerrados, pero los abrí para ver sus preciosos ojos, levanté mi mano para acariciarle la mejilla y pude notar los caminos de unas lágrimas.

- No llores, diario, que vas a mojar las hojas y se correrá la tinta- dije sonriendo y le besé.
- Ahora no me importa nada, solo tratarte como te mereces.
- Siempre lo haces, Justin- dije besándole de nuevo y mordiéndole el labio inferior cuando se separó para quitarse la camiseta.

Puse mi mano en su cuerpo desnudo, pasando por sus abdominales hasta llegar a la hebilla del cinturón. Mis manos temblorosas consiguieron desabrocharlo y luego el botón de su pantalón acompañado de la cremallera, él se lo quitó.  Metió sus manos en mi cabello y lo acarició como si sus dedos fueran un peine.

- Te quiero- me susurró en la boca.

Sus manos fueron lentamente, como si estuviera preparado a que en cualquier momento yo le dijera que parase, pero no lo iba a hacer así que me pegué más a él y sus manos quedaron en mi espalda. Con un gesto rápido el sujetador ya no estaba atado y con un movimiento de mis hombros, las tirantas se deslizaron por mis brazos. Lo lancé fuera de la cama y me saqué el pantalón. Justin me observó e instintivamente me tapé con mis manos.

- Estas tan delgada…- me susurró.
- No me digas eso, Justin- dije al borde de las lágrimas.
- No te voy a decir nada… - acaricio mi mejilla y besó mis labios- Solo que te quiero.

Bajó sus manos hasta sin querer tocar mi tatuaje.

- No es normal, ¿sabes?- me susurró- Un diario escribiendo en su escritora.
- Las cosas normales ya no encajan en mi vida. No es normal que un chico apareciera en ella y me cambiara todos los planes.
- ¿Todos?- dice sonriendo, acariciando mi cuerpo, experimentando cada parte.
- Casi todos- digo en un gemido cuando empieza a bajarme las bragas.

Mis bragas desparecen junto a sus boxes en mitad de la habitación. Acaricia mi piel como si fuera su jarrón, sabe dónde tocarme y que me encante, sabe cómo besarme dejándome en un gemido, sabe que decirme para no echarme atrás. Él tiene las palabras indicadas para cualquier momento. Justin coge un preservativo de la mesita de noche, mi primo se lo olvidó ahí.

- Duele- digo mientras él esta acariciando mi cintura-. La primera vez duele.
- Ojala pudiera evitarlo, suficiente sufrimiento tienes tú.
- Este dolor no me importa- digo acariciando sus mejillas mientras le beso.

Bajo mis manos hasta su espalda, él mueve su cuerpo hasta que encajamos como una pieza de puzle. Respiro lentamente, él me susurra al oído mil y una vez que me quiere, lentamente siento como lo único virgen que me quedaba desaparece. Duele, duele como la primera vez, duele como tendría que doler, duele como si fuera todo normal. Hinco mis uñas en su espalda mientras grito. Él se disculpa y yo empiezo a reír, le doy un beso que hace que silencien sus disculpas. Sé que la normalidad no tiene sitio en mi vida y por eso es irónico que intente buscar cada resto que quede de ella en mi vida. Muchas veces queremos lo que no tenemos, aunque sepamos que no es lo que nos conviene, pero toda nuestra vida lo vimos como algo normal… hasta que nos damos cuenta que no hace falta ser perfecto para brillar, que no hace falta serlo para ser perfecto para una persona.

Justin me penetra lentamente, cuando nota que mis chillidos disminuyen empieza a moverse más fuerte. Los gritos pasan a gemidos y a risas. Él besa mi cuello y me da un pequeño mordisco, acaricio su cabello y ahora mismo nada podría ir mejor. Lo tengo a él, él me tiene a mí.

- No puedo vivir sin ti…- dije mientras se aguaban mis ojos.
- Jamás vas a experimentar esa sensación.
- Si huyes iré detrás de ti- dije terminando en un gemido sonoro.
- Eso sería gracioso.

Me da un beso, terminando mordiendo mi labio inferior.

- Y ahora solo quiero oírte gritar mi nombre, ¿vale?- dice sonriendo.

Mueve su pelvis haciendo que mi pecho se levente y su nombre salga volando de mi boca. Él sonríe y yo aprovechando que estoy a su altura, apoyo mi cabeza en su hombro haciendo que pueda penetrarme más lentamente. Ya empiezo a estar cansada y a estar dolorida, gimo de placer y de cansancio, vuelvo a posar mi cabeza en la almohada. Noto como Justin vuelve a alejarse de mí.

- Descansa, reina.
- Se suele decir princesa- digo con mis ojos a punto de cerrarse, pero aun así, busco sus brazos.
- Tú eres más que eso.


Y por fin encuentro su pecho, apoyo mi cabeza y nuestra respiración se van calmando a la vez.

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Ahora subo el último.

1 comentario:

  1. ALJDKDKALJDKSKDJLSJDKSLDJKDKE VUELVO A MORIR. ¿CÓMO PUEDES ESCRIBIR ESA PERFECCIÓN DE NOVELA? ES TAN AJHDLSJFLSJJDKJSND.
    Cuando Justin ha cantado "Be alright" no he podido llorar más en serio, es tan SJJDFKDKNGKSKFKSJAJSJ.
    "- Te quiero como se supone que tienes que querer a alguien cuando piensas en pasar toda tu vida junto a ella." HANDKFKKSKSLDKKAJDLAK *yo muriendo por 3 vez*
    Voy a leer el último que dices que el final es muy impactante y me muero por saber que es ajdjlskflskdks
    -Y

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Gracias.

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