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Capítulo 2



Me desperté en la cama, había conseguido volver a casa aunque todo estaba a oscuras. Lo primero que vi al abrir los ojos fueron las maletas hechas en la puerta. Tres maletas negras, ayer no me había permitido pensar en que hoy tocaba abandonar el pueblo. Me lo dijeron a los días de la muerte de mi hermano. Mis padres me reunieron en el salón y me dijeron que si ahora no estaba mi hermano ya nada nos retenía allí, que mi madre se iba a ir con mi padre a cada ciudad a la que fuera designado y me dieron la opción de irme con ellos o irme a un internado. Creo que lo dije demasiado rápido, pero nada más que mi padre terminó de hablar dije que iría al internado.

Las clases habían empezado ya hace una semana, pero no había habido problemas, mis padres llamaron y hoy iba a ir allí. Tenía miedo, claro que tenía miedo, no conocía a nadie, pero prefería mil veces eso a estar con mis padres dando la vuelta al mundo. Me levante de la cama, llevaba una braguita y una camiseta de mangas cortas rosa pastel con un conejo rojo descolorido, bueno, en un principio la camiseta era blanca y el conejo rojo pasión…  Pero se destiñó.

Me puse delante del espejo y me observé. Pasé las manos por mis ojos y luego intenté peinarme un poco el cabello. No soy ni muy baja ni muy alta, más bien soy normal en ese sentido. Soy blanca de piel, lo más seguro que sea porque no me gusta ir a la playa. Mi cabello de un color chocolate con leche me llega hasta la mitad de mi espalda o quizás un poco más, depende del día lo tengo o liso o con pequeñas ondulaciones.  Mis ojos son grandes y redondos, son de un marrón casi negro. Tengo una nariz chiquitita y mis mejillas con blanditas y tengo caderas, o como solía decir mi hermano, tengo curvas. Sobre lo de mi peso, siempre fui una pelota, pero mi hermano harto de los insultos que yo recibía en el colegio decidió ponerse a hacer ejercicio conmigo. Hasta que hace unos meses atrás me dijo que ya estaba fantástica, que era una mujer con curvas, que ahora la idea de perfección estaba sobrevalorara.  Mis piernas son largas, creo que si fuera morena todo sería mejor… Pero tengo miedo al agua, tengo miedo a que las olas sean más fuertes que yo y me lleven lejos. Mis labios son ni muy gruesos ni muy finos y rosados, mis dientes están perfectos ya que hace unos años llevé brakets. 

No tengo amigos, tengo conocidos y compañeros a los que no veré más y tampoco me importa. Mi hermano siempre me decía que era porque era muy lista, que no era una fresca como las demás y que siguiera así que no cambiase por nadie. Soy fuerte o por lo menos así me veo yo. No me tomo las cosas muy en serio, aprendí a sobrellevar lo que la gente pensará de mi y a usar mi ironía. No soy fácil, lo asumo, pero gracias a eso sé que la gente que se pare a conocerme valdrán la pena, todavía no he conocido a nadie así.

Fui a mi cuarto de baño, me recogí mi melena y me lavé la cara, despejándome. Luego me puse unos pantalones y una chaqueta, ya que fuera de mi cama hacía frio. No sé donde es el internado, no sé nada, yo elegí no saber nada. No quiero tener que preocuparme por otra cosa más. La verdad es que me alegra irme de aquí, ya que cada cosa me acuerda a mi hermano y no creo poder vivir así.

- ¿Hija? ¿Estas despierta?- gritó mi padre desde abajo.
- Ya bajo- grité.

Me coloqué mis zapatillas de estar por casa y bajé a la cocina, en mi sitio estaba ya mi zumo de naranja y mi tostada con mermelada, como siempre.

- ¿Y mamá?- pregunté.
- Esta terminando de hacer las maletas. En dos horas tenemos que estar en el aeropuerto. Al final conseguí que nuestros aviones salieran a la misma hora.

Mi internado no estaba en la ciudad. Bebí el zumo de un sorbo.

- ¿Me gustará?- pregunté.
- Espero que si- dijo sonriéndome.

Se acercó a mí y beso mi cabeza, luego se fue de la cocina. Terminé de desayunar, lavé el vaso y el plato y los coloqué. No íbamos a vender la casa, no sé porque, no sé si era por no entrar en el cuarto de mi hermano y empaquetar las cosas o por si todavía tenían la esperanza de que algún día nos reuniéramos de nuevo y volviéramos a ser la familia de antes. Ni lo sé ni me importa. Subí de nuevo a mi cuarto, me cambié de ropa y terminé de meter las cosas que quedaban en mi cuarto en la maleta. Luego hice mi bolso de mano. Mi reproductor de música, mi cartera con dinero y con mi nueva tarjeta de crédito. Y mi portarretratos que tenía sobre la mesita de noche, salíamos mi hermano y yo, sonriendo… Cuando estabas a su lado era difícil no sonreír.  Me puse las converses y fui bajando las maletas poco a poco. Cuando fui a bajar la última y subí a coger mi mochila, me quedé sin palabras al ver mi cuarto vacío. Cogí aire, cerré la persiana y baje al salón.

Ya había llegado el taxi, el aeropuerto quedaba a media hora del pueblo y teníamos que salir ya. Por suerte cupieron todas las maletas. Yo me quedé en la ventana, saqué la cabeza y el taxis se puso en marcha, mi madre tenía una mano en mi pierna, no sé si era para darme fuerzas a mi o a ella misma. Miré atrás hasta que mi casa desapareció de mis ojos, entonces deje de asomarme y me senté bien. Puse mi mano sobre la mano de mi madre y le sonreí.

- Todo va a salir bien- le dije.

Ella se mordió su labio inferior para no llorar y asintió con la cabeza. Mi padre me explicó que cuando llegara a donde tenía que llegar, le dije que no me dijera la ciudad, iba a estar esperándome un coche negro, ese coche me llevaría al internado. Allí me esperaría una mujer que me lo explicaría todo.

Cuando me quise dar cuenta, ya estábamos en el aeropuerto, no era la primera vez que montaba en avión así que no era una novata. El avión de mis padres salía de una puerta diferente, así que llegó la hora de despedirnos.

- Con cualquier cosa nos llamas- dijo mi padre mientras me abrazaba- Estudia y no pierdas el tiempo.
- Vale.

Hubo un silencio en el que mi padre me abrazó más fuerte.

- Te quiero- me susurró.
- Y yo a ti.

Cerré los ojos y aspiré su aroma de hombre fuerte, de hombre que sirve al ejército. Siempre estaba en alerta y pocas veces dejaba ver su lado blando. Mi padre me soltó y se movió dejándome ver a mi madre, otra vez llorando, fui a abrazarla.

- ¿Seguro que no quieres venir con nosotros?- me preguntó.
- No mamá.
- Te voy a extrañar mucho- me besó en la mejilla.
- Te quiero- le dije.
- Y yo a ti hija, mucho, te quiero mucho.

Después del abrazó miré a mi madre a los ojos.

- Tienes que ser fuerte, mamá. ¿Vale? Por papá, no puedes estar en la cama todos los días.

Mi madre me tocó la mejilla, se notaba en su rostro que estaba cansada, tenía ojeras marcadas y unos ojos rojos, hacía días que no comía.

- Te pareces tanto a él- me dijo.
- No, no- dije y quité su mano- Jamás me pareceré a él.

Mi madre me miró y me sonrió.

- Que te vaya bien, cariño.

Yo asentí con la cabeza. Fui a donde estaban mis maletas y me despedí de mis padres. Enseñé el billete y el pasaporte, metí las maletas, pase el escáner y tuve que esperar a que pudiera entrar en el avión. Cuando dijeron el nombre de mi avión, me levanté y empecé a avanzar con un grupo de gente, agarré fuerte mi maleta.

Entonces alguien me empujó, levanté mi cabeza y una persona vestida de negro, zapatos, pantalones, chaqueta y gorra negra,  avanzaba pegando codazos a todo el mundo. A mi cabeza me vino el recuerdo del chico que me ofreció un cigarro a la salida de la iglesia. Negué con la cabeza, habría sido demasiada coincidencia. Cuando llegué al avión y encontré mi asiento al lado de la ventana de verdad me empecé a creer todo.


Iba a irme a un internado, lejos de mi pequeño pueblo, lejos de mi sitió, lejos de mis padres y lejos de mi hermano. Me puse el cinturón y esperé a que el avión arrancara. Sentí esa sensación de como si me estuvieran empujando y luego todo fue normal. Me quité el cinturón y me di cuenta de que a mi lado había un hombre mayor y a su lado su mujer, se miraban, se sonreían y estaban cogidos de la mano. Quité la mirada de ahí y mirle a delante, mi mirada se detuvo en el chico de gorra negra, miraba a delante, así que solo pude ver su gorra. Apoyé mi espalda en el respaldo y saqué el reproductor de música. Mientras miraba por la ventana me fui durmiendo poco a poco.

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Que ganas tengo de avanzar unos cuantos capítulos más hjvtjhvejvyhjtvyhrjtret Espero que os este gustando hasta ahora.... Y bueno, no tengo nada más que decir. Gracias por leerme <3

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4 comentarios:

  1. ¿Será una novela tipo we're like black and white? AKJDKSKFNKSJDNKSKDKDKNAJDJFJKSSKAB ME ENCANTA.
    Yo sigo pensando que el de negro es Justin y va a ir al mismo internado que ella *o*
    Sigue pronto. Love u <3 -Y

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  2. Por favor no me puede gustar tanto quiero tener muchos capítulos para leer ya! Subí lo antes posible

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  3. Holiiiiiiiiiiii :'') Bueno pues ya estoy aquí. He leído estos capítulos como 5 veces lol. Y ahora otra vez para comentarte porque estaba fuera y no tenía ordenador :/ Que te digooooo emm... que me encanta esta novela y tengo la impresion de que va a ser asdfghjklñlgfdsa y me muero, y justin va a ser un poquito malote y amí se me caen las cosas, you know. Ziguela ya por favo'
    Pd: Luego me paso por tu otra novela que he visto que has subido varios capítulos sdfghjklñkjhgtrfedfghjk ayyy te quiero
    Tu acosadora de novela <3 @fanii_JB

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  4. Para mi Justin tiene una misión y la está siguiendo(?) hjyzjtjyyzjyrjgsjyh seguila <3

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Gracias.

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