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Capítulo 4


Antes de nada quiero  decir una cosa, en el primer capítulo era viernes y en el 3º  Jusitn iba a la escuela, fue un fallo técnico  así que es como si entre el capítulo 2 y 3 hubiera pasado un fin de semana. ¿De acuerdo? Lo siento.


Grace

Llego a mi casa tras una mañana agotadora en la escuela. Llovió, así que dejo mi paragua mojado en el paragüero, dejo mi maleta en mi cuarto y voy a la mesa a comer o eso creen mis padres. Ellos están hablando, mi padre le cuenta como le fue en el trabajo y mi madre le dice cómo le fue en el suyo, como si el viernes no hubiese pasado nada y quizás eso me enfada, por qué… ¿cómo es que estaban fatal y ahora como si nada? Bueno, no me puedo quejar cuando yo soy un claro ejemplo de eso.

- Hola cariño- me dice mi madre.
- Hola- digo sonriendo.

Me siento en la mesa, en mi plato hay espaguetis con salsa de tomate y de repente siento ansias y ganas de vomitar, creía que ya había superado eso pero no, cuanto más fuerte nos creemos más débiles somos. Gracias a Dios siempre hay ensalada en la mesa, mis padres hablan y no me prestan atención, así que pincho dos veces en la ensalada, remuevo mi plato de espaguetis y cuando no me miran, llevo el plato corriendo hasta la cocina.

- ¿Ya terminaste?- pregunta mi padre a gritos.
- Si- le grito mientras tiro los espaguetis a la basura e intento ocultarlos.

Meto el plato en el fregadero y me voy a mi cuarto a encerrarme. Busco por mis cajones el bote de pastillas, no sé dónde lo guardé la última vez. Lo encuentro en el cajón de cosas varias, son relajantes para el estómago, así no tengo tantas ansias, tomo una, ya no me hace falta ni agua de lo acostumbrada que estoy.

Me siento en la silla y respiro, poco a poco me voy sintiendo mejor, ¿algún día me podré sentir bien conmigo misma por méritos propios? ¿Sin hacer nada? Como cada día, me conecto en mi cuenta de twitter, me han seguido varias personas más, otras me han dado RT. Pero mis ojos buscan algo, algo que no encuentro, una mención de él.  Sin pensarlo, me meto en su cuenta, este fue su último tweet.

“Consejos que llegan tardes.”

¿Tendrá que ver conmigo? No, no, deja de ilusionarte Grace, ese chico no tiene por qué estar pensando en ti todo el rato, eres una chica más de twitter. Acabo en sus fotos, hay varios videos de canciones, unos de Michael Jackson, algunos de Usher… No tiene mal gusto, hay varias fotos de él, algunas son de unos amaneceres, pero una foto me llama la atención, es él con una chica. La chica es rubia, de ojos azules y piel lisa, perfecta, esta vestida como una animadora y él, el chico de twitter, (por cierto, no sé sus nombre) tiene una mano por su cintura, la chica está mirando a la cámara con la mirada, que yo supongo, que será su mirada sexy y él está sonriendo. Será su novia, es lo primero que pienso y lo más normal, pegan tanto juntos… Miro el tweet que puso junto a la foto y es:

“¿Falsas sonrisas? Soy todo un experto”

Me quedo un poco pillado, ¿por qué tendrá él que poner falsas sonrisas? ¿Cómo un chico tan guapo puede tener que fingir estar feliz? Su vida debe de ser fácil, tiene una novia, tiene gente que le quiera… ¿qué más puede necesitar? Vuelvo a mirar la imagen y me quedo atrapada en su mirada, él mira a la cámara, sonríe, sus ojos son de un color miel preciosos, te llama, te atrapan. Bajo mi mirad a su sonrisa, preciosa, nadie diría que es fingida.

Vuelvo a ir al apartado de menciones de mi twitter, lo busco y lo encuentro, hace dos minutos.

“No, no te equivoques. Soy un caballero pero no uso mi espada para romper corazones, la uso para defender a las princesas.”

Rio y niego con la cabeza.

“Si estás buscando una princesa, ve a buscarla a otro lado porque aquí estás perdiendo el tiempo.”

Él quiere una princesa, como la chica de la foto, no como yo. Aunque no sé de qué me sorprendo, todo el mundo quiere princesas, de esa de los cuentos. Cierro la pantalla de mi ordenador y a los segundo entra mi madre para decirme que se va, su voz hoy suena más viva,

- Ten cuidado.- le digo.
- Por supuesto.

Me besa en la frente y se va. Yo vuelvo de nuevo a mi mesa, saco las cosas del colegio, pongo música en mi ipod en aleatorio, Pompeii de Bastille. Cierro los ojos, la música entra por mis oídos y ya me noto preparada para todo o por lo menos, casi todo. Hago los ejercicios que tenía que hacer. La música hace que mantenga mis pensamientos a raya. Los termino, son las 5 y media, apago la música y me pongo a estudiar. Me subo a mi cama y me voy cambiando de posición hasta que consigo una cómoda, primero me siento y pongo el libro en la cama, me duele el cuello, me tumbo y estoy cómoda, estudio.

Cuando me doy cuenta, es decir, cuando abro los ojos, estoy a punto de babear sobre mi libro de historia. Me doy por rendida en mi hora de estudio y apoyo mi portátil en la almohada, pongo música de mi spotify, Gypsy de Suzanne Vega. Vuelvo a iniciar sesión en mi twitter y pongo un tweet con un trozo de la canción.

“Nosotros, extraños, nos conocemos ahora.”

Busco por mi TL un buen tweet y le doy RT. Me pican los ojos, tengo sueño, son las 8, dormí como cosa de dos horas y eso será lo que duerma en lo que queda de día. Quizás si algún día me pusiera maquillaje y me tapara estas ojeras alguien se fijara en mí. Me voy a mis menciones, una chica me dice que sabe de qué canción es  el tweet que puse y le digo que esta genial la canción, no me vuelve a responder. Miro debajo de esa mención y encuentro uno de él.
“Busqué princesas en los cuentos de Disney y eran demasiado artificiales, yo quiero algo más natural, algo como tú.”

Y en ese momento me hubiera gustado volver al viernes, no haber hecho los facts, que él no me hubiese hablado. Así yo viviría mi aburrida y estúpida vida, pero por lo menos, no tendría a alguien que va diciendo tonterías y cosas absurdas. No me gusta ser borde, pero a veces esa es la única forma de proteger tu corazón.

“Déjalo, enserio, deja de decir esas cosas.”

Espero unos segundos, las uñas chocan con mi mesa. Me responde.
“Yo… No sé qué he hecho mal, lo siento.”

Y otra vez yo soy la culpable, yo siempre tengo que hacer las cosas mal, siempre tengo que joderlo.

“No eres tú, soy yo, no me gusta todo esto, lo siento no sirvo para estas cosas.”

Y cierro mi cuenta de twitter, apago mi ordenador lo pongo en una esquina de la mesa, lo más lejos de mi posible. Pongo los codos sobre la mesa, apoyo mi cabeza en mis manos y cierro los ojos. Hay gente que sirve para cantar, otras para escribir, algunas para dibujar, yo soy especialista en destrozar los momentos. Por lo menos tengo un talento ¿no?

Hoy quiero dormir, son casi las 9 pero no quiero soportarme una noche entera. Busco mis pastillas para el insomnio, me tomo una, la cantidad necesaria. Y me tumbo en la cama, justo cuando está haciendo efecto la pastilla, noto como mi madre entra en mi cuarto.

- ¿Grace?- pregunta, ya no puedo responderle- Dulces sueños.
Justin

Miro la mención suya, una vez, otra, otra vez. La miro mientras me visto después de salir de la ducha, pero nada cambia, dice lo mismo. No la entiendo y quizás lo hizo con esa intención. Creo que no quieren que la entiendan, prefiere permanecer en la sombra, donde nadie sabe quién es. Me tiró en la cama, mirando al techo. Pero qué digo, si ni siquiera yo la conozco, no sé nada de ella, solo lo que deja ver por twitter. Pero aun así, algo me dice que no me de por rendido, que ella va a ser importante en mi vida. Mi madre entra en mi cuarto.

- Hijo, ¿vas a querer cenar?- me pregunta.
- No mamá, no tengo hambre.
- ¿Estás bien?- dice y se acerca a mí.
- Si, mamá, es solo que no tengo hambre.
- Bueno… Si te encuentras mal, no vayas mañana.
- Vale- sonrío y ella se va más tranquila.

Me remuevo en la cama, miro al móvil, su mención sigue ahí, no sé cómo responderle… Quizás no quiere que la responda, quizás todo acabó ahí… ¿no?

Me vuelvo a remover en la cama, dándole la espalda a mi móvil, cierro los ojos y empiezo a cantar en mi cabeza la nana que mi madre me cantaba de pequeño, Farewell and Goodnight de The Smashing Pumpkins. Recordar cosas de cuando yo era pequeño me relaja, en esa época nada era importante para ti, bueno si, lo importante era no perderte un episodio de tu serie favorita. Sonrío. No como ahora, que mi problema es que una chica de twitter no quiere que le vuelva a hablar. Las cosas cambian, muchas veces a peor y pocas veces a mejor.

Puede que te abrace durante una larga noche de invierno y te salve de tu soledad, dice la canción.

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Voy a subir el 5.

1 comentario:

Gracias.

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