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Capítulo 2


- ¡La cena está en la mesa!

Ese fue el grito que me despertó de mi mirada perdida. La libreta estaba debajo de mi codo, no había conseguido hacer ningún ejercicio y la verdad es que no sé por qué… Mi mirada se había perdido en la nada, mi cabeza había estado en blanco. Creo que me dormí, pero no lo recuerdo, aunque eso es normal. Es una mierda tener los horarios cambiados, es una mierda no poder dormir por las noches.

Ahora me acabo de dar cuenta de lo oscuro que esta mi cuarto. Me levanto de la silla, cojo el mechero verde de mi caja de mecheros y empiezo a encender las velas de toda mi habitación.

- ¡Grace! ¡La cena!- vuelve a gritar mi madre.
- ¡Ya voy!- grito.

Pero ojala no tuviera que ir, ojala pudiera quedarme en mi cuarto. Aun así, dejo el mechero en la caja y salgo de mi cuarto. Mis padres están esperando, hay dos pizzas en medio de la mesa. Esta vez no me quejo sobre la comida, ya que como no he oído llegar a mi madre supongo que acabará de llegar y habrá traído la comida directamente del trabajo. La miro mientras me siento, ella me mira y sé que es así. Hay veces que odio saber que esta pasando cada minuto. Aparto el trozo de pizza que me voy a comer y mis padres empiezan a comer.

- ¿Hiciste los ejercicios?- pregunta mi padre.
- Sí.- respondo mientras miro hacia la pizza.
- ¿Todos?
- Si, papá.
- Así me gusta cielo.

Levanto la mirada y sonrío. Pego unos cuantos mordiscos a mi pizza, es cuatro quesos, demasiado grasienta, noto el aceite como se queda a cada lado de mis labios. Con todo mi esfuerzo consigo comerme una porción. Entonces me levanto de la mesa.

- Tengo que ducharme.
- No has comido nada, cariño- dice mi madre.
- Merendé, mamá. Un tazón de cereales de esos de chocolate.

Ella me sonrío. ¿Sabrá que le miento? Creo que si, mi madre no es tonta. Directamente me voy hacia el cuarto de baño, cierro la puerta con pestillo y abro los grifos de la lluvia para que empiece a caer el agua. Empiezo a desvestirme. Odio el tacto de la ropa mientras cae, odio que me deje al descubierto. Creo que sin ropa somos los seres más vulnerables del planeta. No tenemos caparazón que tape nuestros defectos, así, sin ropa, somos libres para ser conocidos. Y yo odio que me conozcan, no quiero que tengan nada que puedan usar contra mí.

Estoy sola en el cuarto de baños, no hay nadie más y la puerta está cerrada con el pestillo, pero aun así, me tapo con mis brazos. Meto primero el pie derecho y luego el izquierdo. Odio las duchas. Estar tantos minutos conmigo misma en un espacio cerrado es horrible. Estamos en noviembre y hace frío  así que al tener el agua caliente al máximo, el cuarto de baños se empieza a llenar de vapor de agua, me empiezo a agobiar.

Termino corriendo de ducharme, me coloco el albornoz y salgo corriendo a mi habitación. Ya mi casa está en silencio, mis padres están en su cuarto, no se escucha nada. Mañana será un nuevo día. Me encierro en mi cuarto, me pongo el pijama y nada más que puedo me siento y enciendo el ordenador. Me conecto a twitter. Busco su mención y le respondo.

“Oh, lo siento. No estoy acostumbrada a que me hablen chicos.”

Espero un minuto. Refresco la página. Me muerdo la uña de mi dedo índice. No me ha respondido. Entonces decido centrarme en los ejercicios, hago los de matemáticas, los de inglés y los de física y química. Eran fáciles. Vuelvo a mirar mi twitter. Refresco la página y veo que me ha respondido.

“Eso es extraño… “

¿Nada más? ¿No ha puesto nada más? Miro la pantalla, vuelvo a leer el mensaje y me doy cuenta de que mi pierna no ha dejado de moverse, estoy nerviosa. Si me pongo así al hablar con un chico por Internet  no me quiero imaginar cómo me podría en persona.

“¿Por?” Le respondo.

Entonces entro en su perfil. Sí, soy muy cotilla. Veo que ha RT varios tweet sobre chistes y su último tweet fue este.

“Buenas noches a todos, especialmente a aquellas chicas que no suelen hablar con chicos y nos toman por chicas. Dulces sueños.”

Por unos segundos me pongo roja. Tapo mi boca por un instinto y… ¿sonrío? Pero al segundo pienso en borrar todos los tweet de nuestra conversación, quizás él se estaba simplemente riendo de mí. Bajo la pantalla de mi ordenador. Me quedo sobre mi cama, tumbada. Coloco los auriculares sobre mis oídos y dejó que la música haga su típico efecto de analgésico en mi cuerpo. Pongo aleatorio.

Won't go home without you  de Maroon 5

Cierro los ojos y pienso en que sería hermoso dormir ahora mismo, dormir escuchando música y lo intento con todas mis ganas, pero no. Abro los ojos y sigo sin sueño. Me doy rendida con la música. Hay veces que ni la música ayuda. Me levanto de mi cama, me pongo mi sudadera negra que me sirve casi de vestido y me dirijo a mi cocina. Como cada noche. Como cada día. Hago una taza de café bien calentita. Mientras se calienta, voy a mi cuarto y busco mi bocadillo que mi madre hizo para que lo comiera en el recreo, vuelvo a la cocina. Cojo mi taza de café, dos cuencos y una botella de agua. Voy hacia la puerta y con la boca consigo coger mis llaves. Abro la puerta con el codo y salgo de mi casa con cuidado.

Espero el ascensor y bajo. Cuando ya estoy en la planta baja salgo, me siento en el bordillo de mi portal y preparo los cuencos, desmenuzando mi boca en uno de ellos. Tan solo espero unos segundos y ahí viene. Mi gata. Se llama mini, se lo puse porque cuando la encontré era muy chica y casi la confundí con la oscuridad de lo negra que es. Ella se acerca a mí y con su cabeza acaricia mi pierna. Le toco la cabeza.

- ¿Cómo estas pequeña?

Ella maúlla.

- Espero que bien. Anda, come- digo mientras muevo los platos para que los vea.

Casi todo el dinero que mis padres me dan todos los fines de semanas cuando creen que salgo van para esta gatita. La llevo a veterinarios y la alimento. Esta ciega de un ojo, al parecer cuando nació, la madre se olvidó de ella y la abandonó. Mini se buscó la vida por sí  sola, pero no sé cómo, otro animal se peleó con ella y la dejó ciega. Por eso nadie la quiere. A las personas no les suelen gustar la gente que somos diferentes.

- No sé qué harías sin mi ¡eh!- digo acariciándola mientras come.

Ella me mira mientras come y me pestañea. Creo que me entiende y es la única. Termina de comer y va al otro cuenco, le hecho agua y ella espera pacientemente. Es adorable. Le sonrió. Ella me mira, tuerce su cabecita y luego bebe. Ella es la única que me hace sonreír.

- ¿Sabes? Hoy conocí a un chico. Bueno… -río- lo he conocido por twitter.

Solo escucho el lametazo de su lengua para beber, no se escucha nada más.

- Parece majo. Pero creo que se está riendo de mí.

Ella deja de beber y se sienta delante mí, mirándome a los ojos, como si me estuviese preguntando por qué.

- Es que… ¿por qué si no iba a ser tan amable conmigo?

Mini levanta su pierna y la lame.

- ¿Crees que me estoy montando un drama yo sola?

Ella me mira.

- Tus miradas lo dicen todo, mini.

Me acomodo en el portal, me bebo el café de un trago y ella viene hacia mí, dejo que se suba y se acomode en mi estómago.

- Sabes donde esta blandito ¡eh!

Le acaricio la cabeza por un tiempo, mucho tiempo. Abro los ojos, he dormido. Miro la hora, son las cuatro de la madrugada. Mini ya no está sobre mí, pero cuando toco mi sudadera y noto que todavía esta calentita sé que no hace mucho que se fue. Siempre se va antes de que yo despierto, creo que no le gustan las despedidas. Ella jamás ha querido subir a mi casa, ella vive en la calle. Creo que no se sentiría bien en un espacio cerrado, ella es un alma libre.

Recojo todas las cosas y subo de nuevo a mi casa. Queda una hora para que empiece a haber movimiento en mi casa. Queda una hora para que mi padre se despierte para ir a trabajar y quedan dos horas para que mi madre se despierte para despertarme a mí y para irse a trabajar. Creo que va a llegar el día en el que hasta sepa en qué hora, minuto y segundo pasa cada cosa de mi vida.

Es irónico, porque me quejo de la monotonía, pero no sé qué haría si mi vida cambiara.

Me tumbo en la cama y cojo mi móvil. Inicio sesión en mi twitter  voy rápida a mis menciones, me ha respondido.

“Porque creo que eres el tipo de chica por el que todo chico se volvería loco”

Me quedo unos segundos en silencio. Listo, me está tomando el pelo, como cualquier persona. Estoy harta de esto, de que me amarguen todo por ser una chica delicada.

“Busca a otra chica a la que molestar, me harté. ¿Qué? ¿Estás en mi case? Es eso, ¿a qué si? No te basta con molestarme en persona”

Y listo. Se lo envío, espero unos segundos. Él no responde, lo pillé. Tiro el móvil lo más lejos de mi cama que puedo. Noto como mis fracciones se ponen tensas y mi visión se pone nublosa. Me dejo caer de lado en la cama y cuando toco la almohada con mi cara, noto las lágrimas bajar por mis mejillas, las del ojo derecho chocan con mi nariz pero las del ojo izquierdo tienen el camino libre.

Cada vez que lloro me sorprendo, ¿cómo puedo seguir llorando? ¿Habrá algún día que me quedaré sin lágrimas?

Busco con mis pies mi teléfono y lo consigo arrastrar hasta mí. No miro mis menciones, solo pongo un tweet.

“Cuando no me volváis a tener por aquí, no os asustéis, simplemente he decidido descansar por completo.”

Luego otro.

“No es un suicidio si ya estabas muerto por dentro desde hace tiempo”

Uno más.

“No, no va a ser esta noche, aunque la verdad es que ¿para qué posponer mi inevitable final?”

Directamente apago el móvil, sin mirar mis menciones. Ojala fuera tan fuerte como intento aparentar. Me vuelvo a dormir, aunque no es por el cansancio físico, es más por el cansancio mental. ¿Algún día los monstruos se callaran?

Si no se callan por sí mismos, los tendré que callar yo.

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¡Quizás suba uno nuevo antes de que se acabe el día!

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5 comentarios:

  1. Perfecto, como siempre. Sí, por favor subo otro cap hoy djdjkbdjfkdkfhjdjfjks me haría muy feliz :')
    Definitivamente quiero que seas mi cuentacuentos :')
    -Y

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  2. Es todo demasiado amor y aun así me parece todo muy tristón. Llámame chiflada, pero al leer es como si estuvieras hablando de ti: como si Grace tuviera un parte tuya; como si tuvieras una parte de Grace. Es todo muy loco, pero eso es lo malo cuando El Sombrerero forma parte de tu vida(?) De todas formas estoy completamente enamorada de tu forma de escribir y cómo has ido evolucionando con el paso del tiempo, mejorando así todo poquito a poco. Eres amor<3

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  3. Ay ahsfdjaksdf es genial. Y encima se llama Mini, ahfjda, mi gatita también se llamaba así:3
    Bueno, de momento me está encantando, sigue así, besos.

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  4. Muy triste su vida, la verdad. Espero que mejore, me deprime un poco :S
    Un besito y pasate si puedes por mi blog! http://justohana.blogspot.com.es/

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  5. Chica me encanta que así esta genial. Deprimida? Hostia ya era hora de una historia con la que sentirme identificada un beso

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Gracias.

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