Justin
Lunes.
Estiro de los cordones de mis deportivas y muevo los dos pies, están bien sujetos. Miro al frente. El sol está empezando a asomarse por el mar pero todavía no está listo para salir, pero yo si estoy listo para correr. Busco una canción en mi ipod, Billie Jean del gran Michael Jackson. Entonces empiezo a correr por el paseo. Hace frio, cuando expulso aire es como si fumara, una nube blanca se coloca delante de mi boca. Pero yo llevo camiseta de tirantes blancas y un pantalón negro de baloncesto, es que mi cuerpo no entiende el frío.
Estiro de los cordones de mis deportivas y muevo los dos pies, están bien sujetos. Miro al frente. El sol está empezando a asomarse por el mar pero todavía no está listo para salir, pero yo si estoy listo para correr. Busco una canción en mi ipod, Billie Jean del gran Michael Jackson. Entonces empiezo a correr por el paseo. Hace frio, cuando expulso aire es como si fumara, una nube blanca se coloca delante de mi boca. Pero yo llevo camiseta de tirantes blancas y un pantalón negro de baloncesto, es que mi cuerpo no entiende el frío.
Llevo haciendo esto todo mi vida, lo de correr cada mañana,
lo hago desde que mi abuelo murió. Mi madre y yo vivíamos con él, era una
persona muy sana y me cuidaba, así que cuando murió me sentí desprotegido y
desde ahí no he vuelto a dormir por las noches, ya que no estaba él para
protegerme.
Estoy acostumbrado, correr no me cansa. Aun que tengo la música a un buen nivel,
todavía escucho las olas chocar contra unas rocas. Sonrío. Amo ese sonido. Empiezo
a notar como el sudo baja por mi frente y por sus laterales. Consigo llegar al
final del paseo, hago unos cuantos estiramientos, bebo agua de una fuente que está
casi congelada.
Hago unas cuantas flexiones. Hasta que el sudor empieza a
impedir que abra los ojos y me incomoda. Vuelvo a ir corriendo hasta donde
empecé.
Llego, con el aliento un poco agitado. Voy hasta colocarme
enfrente del pequeño acantilado que da a la playa, me siento en la valla y
respiro. Sin estas pequeñas cosas yo no sé cómo sobreviviría. Suena la alarma
en mi ipod, son las 7. Llevo desde las 6 aquí, parece mucho, pero no me quiero
ir a casa. Aun así, me voy.
A las 7 y cuarto llego a casa, me voy corriendo de puntillas
a mi habitación, me quito la ropa, me pongo el pijama, me quito el sudor con
una toallita y me meto en la cama. Cierro los ojos y
Tiriiiin, Tiriiiiiiiiin.
Mi despertador. Espero unos segundos y lo apago. Me quedo en
mi cama y mi madre abre la puerta.
- Venga Justin, a clase.
Ve que no me muevo y se acerca.
- ¿Justin?
Me quedo quieto sonriendo, tapado por la sábana. Mi madre me
empieza a hacer cosquillas por encima de la sabana.
- ¡No! ¡Cosquillas no!- digo riéndome.
- Pues no te hagas más el dormido y levántate a la primera.
Me siento en la cama y le doy un beso en la mejilla.
- Sabes que me encanta que me despiertes así.- le digo.
- Claro, pero el año que viene cuando vayas a la universidad
no voy a estar yo allí.
- No, dices, claro que sí, yo te llevo.
- Anda tonto, despierta y dúchate que hueles a perro muerto.
Sonrío y mi madre se va. Me levanto de la cama y voy directo
al cuarto de baño pero la puerta está cerrada.
- ¡Abuela, mueve ese culo o llegaré tarde!
Mi madre pasa a mi lado y me mata con la mirada, yo le
sonrío. A los segundos mi abuela sale del cuarto de baños.
- Pattie, a este niño hay que enseñarle modales ¡eh! ¿Crees
que se puede hablar así a una persona mayor?- dice apuntándome con el dedo.
- No- le digo.
- ¿Entonces porque me hablas así?
- Porque no eres una persona mayor, sí hasta colarías por la
hermana gemela de Beyoncé- digo mirándola de arriba abajo.
- Anda, cállate Justin- dice ella riendo.
Le doy un beso en la mejilla y entro en el cuarto de baños.
Rápidamente me quito la ropa y me meto bajo la ducha, al principio está algo
fría pero mejor, tengo un calor. Empieza a ponerse calentita y de repente se
pone fría, grito porque no me lo esperaba y cuando el agua vuelve a ponerse
caliente vuelvo a gritar. Me callo y oigo las risas de mi madre y mi abuela.
- ¡Os vais a enterar cuando salga!- chillo.
Escucho de nuevo sus risas y eso es lo que me llena,
escucharlas reír, saber que aunque han pasado por cosas horribles todavía ríen.
Me termino de duchar y salgo. Me pongo una toalla en mi cintura y voy a mi
cuarto a vestirme. Me coloco un pantalón vaquero, una camiseta de mangas largas
negras y encima mi chaqueta de cuero, arriba me pongo una chapa que lleva
escrita el nombre de mi abuelo, fue suya. Me coloco mi gorra, con la visera
hacia atrás. Voy hacia donde están las dos mujeres más hermosas que conozco.
Cojo mi manzana cortada, gracias a mi madre y me la como mientras ellas hablan
de lo que van a hacer, de vez en cuando me miran, temen la forma en la que les
pueda devolver la broma, sonrío.
- Bueno, me voy- digo mientras me levanto.
Beso a mi abuela en al frente y a mi madre en la mejilla.
- ¿Sabes que nos están haciendo sufrir?- dice mi madre.
Cojo la mochila y antes de salir de casa grito:
- ¡Lo sé!
Busco las llaves del coche y lo saco del garaje. Menos mal
que tengo coche, si no, llegaría tarde a todos los lados. Al final acabo
llegando a su casa a tiempo. Paro el coche y ella sale de su casa, arreglándose
el maquillaje, demasiado para mi gusto. Abre la puerta y entra, le sonrío y me
acerco a ella.
- No, no me beses, que se está secando el pintalabios.
- De acuerdo- digo mientras miro al frente y arranco el
coche- Hay veces que creo que solo me quiere por el coche. Daisy
- No digas bromas, Justin- ríe ella.
Pero no es una broma, el coche es una de las cosas por las
que está conmigo. Mientras conduzco, ella se arregla su melena rubia.
- ¿Y qué tal ayer?- le pregunto.
- Bien, en el ensayo de animadoras.
- Aja…
Odio nuestras conversaciones, las pocas veces que las
tenemos.
Llego a la escuela y aparco el coche. Ella sale primero y es
tan corta la falda vaquera que lleva hoy que le veo la braga rosa. Es tan estúpida.
- Hoy no llevas el uniforme ¿y eso?- le pregunto.
- Es que las chicas vamos a ir a comer después de clase.
- Ah.
Y mientras avanzo hacia clase, ella me agarra la mano,
claro, ahora si, ahora todo el mundo nos está viendo y ella necesita que vean
que la relación de la capitana de las animadoras y el capitán del equipo de
baloncesto va genial. Una relación más falsa imposible, pero todos nos admiran
y somos la pareja más deseada del centro. Miro a mi alrededor, todos nos miran.
Decido sacar mi teléfono, antes de entrar en el infierno.
Entro en mi twitter, no pude entrar desde el viernes. Gracias a Dios nadie sabe que tengo
uno, allí puedo ser yo mismo, no tengo que fingir que amo a mi novia. Miro mis
menciones y ella me respondió, ayer me animé a hablarla, he estado viendo su
perfil tanto tiempo que decidí hablarle. Cuando leo su respuesta me quedo un
poco en shock. ¿Molestar? Pero si yo…
“No te conozco de nada, dudo que estemos en el mismo
instituto. Enserio… no sé qué imagen tienes de mí, pero yo no soy así.”
Me da por meterme en su perfil, leo sus últimos tweets… ¿Yo
causé eso? ¿Fue mi culpa que se sintiera así? Pongo un tweet.
“Déjame demostrarte que puedo ser un caballero.”
Entonces una voz un tanto chillona, hace que deje de pensar
en Grace… Ayer por fin supe su nombre.
- ¡Justin! ¿Qué haces?- dice Daira queriendo mirar mi teléfono.
Lo bloqueo y lo escondo en mi bolsillo.
- Nada cielo, anda, entremos.
- Si- dice ella sonriendo.
Y antes de entrar, ella decide que es la hora de besarme. Yo
acepto el beso, no tengo otra cosa que hacer, no puedo hacer nada, esta es la
vida que tengo que llevar para que todo el mundo se sienta cómodo. ¿Y con ella?
¿Cómo sería mi vida con Grace? Nos parecemos tanto. Mi móvil vibra. Sé que ella
me ha respondido.
“Dicen que no hay que juzgar un libro por su portada…” me ha
respondido.
Sonrío.
“Y menos aún si ese libro va a ser tu favorito” le respondo.
Está a punto de que suene el timbre para entrar a clases,
pero no puedo despegarme del móvil y como me pillen me lo quitan. Vibra, es
ella.
“¿Y cómo sabes que va a ser mi favorito?” me responde.
“Lo será.” Le respondo.
Suena el timbre. Me meto corriendo en su perfil y llego a
ver un tweet suyo.
“Los caballeros también saben romper corazones.”
Es por mí, lo sé. Antes de poder poner un tweet respondiendo
a ese, un amigo mío me choca en la espalda, haciendo que se me caiga el teléfono.
- ¡Eh!- le digo.
- ¿En que estas tan absorto, Justin?- dice Cesar.
Por suerte, él sí que es un amigo de verdad.
- Nada-digo recogiendo el móvil del suelo.
- Sea lo que sea, que no te coma mucho la cabeza.- dice
colocando su mano en mi hombro y empujándome para la clase.
¿Y si es demasiado tarde para ese consejo?
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Vale quizás no habéis flipado, pero es que me hacía ilusión subir uno de Justin y es muy adorable hvevjyvehtjjehrvjy
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