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Capítulo 1


- Ha despertado.

Había esperado esas dos palabras por los últimos dos meses como agua de mayo, pero no sabía realmente como iba a reaccionar. Dejé mi segundo café de la mañana en la mesa lentamente mientras mi compañera de trabajo me observaba, quizás esperando una reacción más exagera. No me había cogido la baja en todo este tiempo, incluso al día siguiente del accidente estuve aquí, me la habían ofrecido, mi superior hasta me la había dado por escrito pero se la rechacé. Creo que era porque me sentía de más utilidad si estaba aquí, en el hospital, ya que si pasaba algo sería la primera en enterarme. Mi compañera me seguía mirando, quizás creía que iba a llorar, ¿o a gritar tal ver? No sé, tampoco voy a decir que esta tranquilidad era lo que me esperaba.

- Aina.

Mi compañera dijo mi nombre en un tono precavido mientras se acercaba con intención de tocarme el brazo, quizás para hacer que reaccionara. Pero antes de sentir su mano aparté mi brazo de una manera un tanto brusca.

- Estoy bien- dije mientras me intenté levantar de la silla pero mis piernas parecían no estar preparadas y fallaron haciéndome caer de nuevo en la silla.
- Quizás necesites algo de azúcar, ¿te busco un zumo?
- No, no. Es solo que...- no sabía que decir.
- Que te ha pillado por sorpresa- dijo mientras finalmente me apretaba el brazo con una mano y me sonreía-. Es normal, vamos te acompaño.

Yo le sonreí afirmando mientras ella me ayudó a levantarme. Una vez de pie me estiré la camiseta del uniforme y fui con ella hacia la habitación. A lo lejos pude ver a familiares suyos sentados en unas sillas enfrente de la puerta, seguramente estuviera el cupo de personas lleno en a habitación, había corrido rápido la noticia de que había despertado. Al verme llegar me sonrieron pero no era la sonrisa que me esperaba, ¿donde está ese brillo en los ojos que te dice que todo está bien? Y es que no había caído hasta entonces que podría estar algo mal. En ese instante me giré a mi compañera.

- Cassandra, ¿está bien? ¿Ha despertado sin complicaciones? Lleva dos meses en coma, lo más seguro es que le pase algo. Dimelo Cassie- me empecé a agitar, le cogí de las manos antes de abrir la puerta e intentaba mantener mi voz uniforme-
- Tranquila- dijo mientras quitaba sus manos-. No he podido enterarme, me encontré al doctor de camino que iba a revisar al paciente de la habitación continua y me dijo que te buscara, que se había despertado, nada más. Y esto me recuerda a que tengo que ir a mirar al Señor Rodriguez, quizás este sediento. ¿Te importa que te deje?

Si, claro que me importaba, no quería enfrentarme a esto sola. ¿Y si alguna parte de su cuerpo no reaccionaba? ¿Y si estaba grabe?

- No me importa, ve, tienes que seguir con tu trabajo- ella me sonrió antes de marcharse.

Y armándome del poco valor que me quedaba, puse mi mano en el pomo de la puerta y al abrir la puerta la primera persona que giro su cara fue su madre que estaba un poco retraída de la cama, donde se encontraba su padre y sus dos hermanastros con el doctor, tapándome la camilla. Su madre suspiro, dejó caer mi nombre en un suspiro cuando me vio, tenía pequeña lágrimas en los ojos, lo que hacía que aún me asustaba más. Quería que me dijeran que no pasaba nada, que estaba perfectamente que solo necesitaba reposar, pero nadie me hablaba. Su madre me apretó la mano.

- ¿Qué pasa Pattie?

Ella iba a abrir su boca cuando su móvil empezó a vibrar sonoramente,y se disculpó antes de salir de la habitación. Ya no me quedaba otra cosa que acércame a la camilla, pero algo me echaba para atrás, ¿y si lo que veía no me iba a gustar? El doctor dejó de hablar y se giró al ver que no me movía.

- ¿Aina, todo bien?- me preguntó sereno. Había sido muy precavido conmigo con este caso, aun que no me podía quejar.
- Si, perdone- dije con el tono de voz más neutro que pude sacar en aquel momento.

Fui a dar un paso para acercarme cuando escuche una voz que me produjo un escalofrío.

- ¿Aina?- mi corazón empezó a ir a cien por hora, lo podía notar detrás de las orejas, hasta me palpitaba la cabeza. Mis piernas volvieron a temblar igual que en la sala de descanso cuando me dieron la noticia pero no sé como hice para terminar de acercarme a la camilla.- ¿Qué clase de nombre es ese?

Posé mi mirada en él, le habían quitado unos cuantos aparatos de en medio, pero el oxigeno y el suero seguían. Tenía esa asquerosa bata de hospital, pero que aún así le favorecía. Me miró con una mirada un tanto burlesca pero con duda, quizás al ver mi cara de confusión. Hubo un silenció en la sala que no me gustó. Yo solo estaba esperando un comentario más de su parte, otra broma. Pero no sabía que esperaban los demás. Él no dijo nada, es más, puso cara de no entender la situación y miró hacia su padre. Yo busque la mirada del doctor, exigía que me explicara algo. Él me miró y me hizo un gesto de que saliéramos de allí. Se despidió de Jeremy, el padre, y salió, yo fui justo detrás de él. Cerramos la puerta, se despidió de los demás familiares, yo hice lo mismo y doblamos una esquina.

- Dímelo sin pelos en la lengua.
- Yo...
- Enserio Marco, tenemos la suficiente confianza como para que me ablandes las cosas.

Él cogió aire y me miró, me puso una mano en el hombro. En este momento me acaba de dar cuenta de que la gente suele creer que el contacto físico ayuda a decir una mala noticia.

 - Tiene amnesia retrógrada, no recuerda cosas que le han pasado. Pero no vemos indicios de que pueda tener problemas para retener en su memoria los sucesos que ocurran ahora.
- ¿No me recuerda?
- Es lo que parece.
- ¿A sus padres si?
- Si, y a su hermano y hermana.

Me había estado preparando estos 2 meses de alguna manera para que alguna parte de su cuerpo no funcionara, que tendría que cuidarlo de por vida, y realmente no me molestaba la idea. Pero no sé como, no había pensado en que me podría olvidar, que podría tener amnesia después del coma.

- Pero puede llegar a recordarme, ¿no?- pregunté, un poco ansiosa.
- Ya sabes como son estos casos. Puede que si, puede que no. Ve con cautela, inténtalo pero no te agobies si no funciona... Sigue con tu vida mientras tanto.
- Como si fura tan fácil Marco.
- Ya Aina, lo sé. ¿Prefieres que nombre a otra enfermera para que este a su cuidado o vas a poder con ello?
- Yo puedo.
 - Confiaré en ti- y justo fue cuando sonó su buscador-. Suerte, y para cualquier cosa aquí estoy.

Me dedicó una leve sonrisa antes de dejarme. No tenía tiempo para terminar de asimilar la situación, eran cerca de las 2 pm, la hora de comer. Justin tendría que comer hoy, o por lo menos intentarlo y yo iba a ser la enfermera encargada de que lo hiciera. Fui directa a la cocina a por una bandeja de alimentos, podía notar como mis compañeros me miraban de una manera extraña, los rumores corren bastante rápido por los hospitales. Llegué a la habitación 162 y pegué en la puerta. Pattie fue la que me abrió, me chocaba aún ver a su madre y a su padre en la misma habitación, supongo que los accidentes unen a la familia.

- Hola Aina- dijo ella.
- ¿Cómo se encuentra?- pregunté mientras intentaba buscarlo con la mirada.
- No está, se lo han llevado para unas pruebas, debería de volver en nada.
- Ah bueno, traía la comida- dije un poco desanimada, sobretodo esperaba poder pasar un poco de tiempo con él, dejé la bandeja en una encimera.
- Si no tienes otras cosas que hacer, puedes esperarlo aquí. Me gustaría ir al hotel y ducharme. Además Jeremy tiene que llevar a sus hijos a no sé donde, demasiado tiempo ha pasado aquí me parece- miró de refilón a Jeremy que acariciaba el pelo de su hija Jazzy-. Además me gustaría que estuviera con alguien de confianza.
- Eh, si claro, me puedo quedar, realmente mi turno empieza en un par de hora.

 Ella me sonrió antes de ir a comunicárselo a Jeremy, los dos me dieron las gracias antes de irse. Me quedé en la habitación sola toqueteando las flores y los regalos que le habían traido. Yo solía encargarme de que las flores tuvieran agua limpia cada día, y que los peluches no cogieran polvo. Al final decidí por sentarme en su cama y fue lo peor que pude hacer, porque todo empezó a venir de golpe.

- No, no- dije mirando al techo para evitar derramar unas lágrimas-. Aquí no.
- Bueno por lo menos no soy el único que está mal de la cabeza aquí.

Me bajé de la cama de un saltó y me giré. Ahí estaba él en una silla de ruedas, Justin, la persona que ocupaba esta habitación y que no me recordaba. El hombre que lo había conducido hasta su habitación en la silla de rueda lo llevo hasta la cama, y con delicadeza lo posó sobre la cama. Por un segundo miré la situación con duda, ¿podía andar? Al parecer el noto la confusión en mi mirada.

- Puedo andar, pero es más cómodo asi- dijo.
- Ya- no me salió más, no podía decirle nada más, simplemente porque lo que quería decir no era lo apropiado.

Mi compañero abandonó la habitación, y Justin se me quedó mirando. Por un momento quise ver en sus ojos un destello de luz, pero apartó mi mirada y subió la mano lentamente hasta su pelo, esa pequeña melena rubia decolorada que tanto yo odiaba, le había crecido aún más en estos meses.

- Creo que me lo tengo que cortar.

No pude evitar una pequeña risa, cuantas veces le había perseguido con la maquina de afeitar encendida intentando raparle, y él no se dejaba. Esa melena era sagrada para él. Tenía ganas de preguntarle si me recordaba, si tenía alguna baga imagen de mi. Pero su forma de dirigirse a mi hacía que se me desvanecieran las ganas.

- Tú eres la enfermera de antes ¿no?- me preguntó. Yo asentí con la cabeza- Perdona si te sentó mal lo del nombre me acaba de enterar que tenía algo de amnesia, supongo que es una buena excusa para no estar del mejor humor.
- Tranquilo, suelen quedarse así cuando escuchan mi nombre.

Toda esta situación me entristecía. No podía actuar como una extraña enfrente de él, me costaba la vida estar a su lado sin acariciarle o sin hablarle de una manera más dulce.

- Aina...- dijo en un tono de voz bajo-. Bueno, es pegadizo. ¿De donde viene?
- Es un nombre japonés, o eso solían decirme mis padres, significa amor.
- Bonito nombre- dijo afirmando con su cabeza, mientras me observaba buscando quizás alguna señal que demostrara que era japonesa.

No pude evitar mirarlo con cierta añoranza, esperando que esta conversación despertara algo dentro de él, como la primera vez que me preguntó, pero simplemente apartó su mirada de mi para mirar por la ventana. Empezó a ponerse incomoda la situación y le coloqué una mesa auxiliar al lado de su cama, y le coloqué la bandeja de comida encima mientras él me observaba.

- ¿Estás casada?- me preguntó.

En ese momento  miré donde su mirada se dirigía, mi mano izquierda donde una pequeña alianza de plata. Instintivamente me acaricié el anillo con mi otra mano y sonreí tristemente mientras levantaba la cabeza.

- No, no.
- Ya me parecías muy joven para estar casada, ¿comprometida?- me preguntó, con real interés, incorporándose un poco en la cama.
- No... no sé, es difícil.
- Bueno, tampoco es de mi incumbencia- dijo encogiéndose de hombros y dirigiendo sus manos hacia la cuchara-.  Además, supongo que nos veremos más por aquí. No creo que me den el alta tan pronto, quizás más adelante me cuentes la historia detrás de ese anillo.
- Ya se vera, le dejaré ahora que descanse. Mucha emoción para un día, supongo.

Justin me sonrió mientras ponía la cuchara en un cuenco de sopa. Abandoné la habitación después de observarlo por última vez, las heridas y marcas de la cara del accidente ya apenas eran visibles, igual que ya no había escayola ni collarín. Se le veía más sano, y había tenido buen despertar, pero se notaba que su cuerpo aún tardaba en reaccionar de la forma que llevaba la cuchara, con el brazo que había estado vendado hasta hace poco, a su boca.
Al salir de la habitación sentí como todo venía de golpe, todas las emociones del día, todo los recuerdos del pasado venían a mi mente y no podía pensar en nada claro. Cuando me quise dar cuenta estaba sentada en el suelo tapándome la cara que estaba empapada de lágrimas.

No se acordaba del anillo, ni de la promesa que había detrás de él.

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No tengo word en el ordenador, así que realmente supongo que este primer capítulo habrá sido muy corto, pero bueno, esta historia esta todavía en periodo de prueba (pero no os preocupéis, aun que ha sido pequeña pero ha tenido un buen recibimiento y seguramente la seguiré). Mañana intentaré tener word y realmente quiero subir capítulos laaaaaaaaaaaaaaaargos. Y mi pensamiento es subir un capítulo a la semana y terminarla como a finales de año, así que si quedan 6 semanas así, pues pensad que quizás tendrá 6 capítulos o cosa así (viendolo así parecen muy pocos... quizás suba dos por semanas, pero no hay nada seguro)

Me gustaría saber vuestra opinión. Que os gustaría más
- Dos capítulos a la semana, pero más cortos. Por lo tanto esperaríais menos para saber lo que pasa, pero serían más cortos (más largos que este seguro).
- Uno a la semana y largo. Tendréis que esperar, y solo habrá 6 ó 7 capítulos de esta historia.


Bueno, sea lo que sea, estoy bajo vuestra demanda y muchas gracias a todo el mundo que a su manera me ha apoyado. Y por último 

Me moría de ganas de volver a poner ese botón, no creo que nadie lo pulse... Pero ahí lo dejo. <3

1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho, me gusta mucho como escribes, y me gusta el carácter que tiene Justin en esta novela, aunque todavía no se haya visto mucho de él. Estoy deseando saber más de la historia, quienes eran antes, cual era su relación... Realmente me encantaría esa faceta de Justin como un tipo de problemas pero a la vez dulce. Ya lo iré viendo. Me ha encantado Trix, espero con ansias el siguiente.

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Gracias.

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