Capitulo 37

Abrí de nuevo mis ojos y estaba feliz, feliz como nunca, por primera vez en mi vida creía que todo podía salir tal y como quisiera. Moví mi cuerpo para buscar a Justin con mi mirada, pero él no estaba allí, mi corazón se encogió en un segundo, pero un papel estaba en su lugar.

“Escritora, vuelve a respirar que estoy en la cocina preparándote una sorpresa.”

Sin evitarlo solté una carcajada y puse el trozo de papel en mi pecho, justo en la cara de la rana Gustavo. Me senté en la cama, colocándome mis jeans y la chaqueta que Justin me dejaba para no tener los brazos al aire. Fui a la cocina y me lo encontré allí, vestido con un jersey negro unos jeans oscuros y un delantal verde. Estaba concentrado en la comida, no paraba de darle vuelta a un filete por miedo a que se le quemase, intenté ocultar mi sonrisa pero él se dio la vuelta cuando una sonrisa ocupaba mi cara.

-

 Buenos días- me dice.

- Buenos días. ¡JUSTIN! ¡JUSTIN! ¡QUE SE TE QUEMA!

-¿QUÉ? ¿QUÉ?- dijo volviéndose a mirar el filete, que seguía blanco, yo empecé a reír-. No hace gracia.

Yo me moví hasta una silla y me dejé caer en ella.

- ¿Y por qué te has puesto a hacer la comida a las 11 de la mañana?- pregunté.

- Hoy nos vamos de excursión, hoy me toca llevarte a mi sitio preferido y me acordé de esa vez que me dijiste que solo sabía hacer filete, mira allí- dijo señalando una parte de la cocina, donde había agrupado varias fiambreras con comida, Justin sonreía orgulloso.

- ¿Lo has hecho porque quieres o porque no está tu madre?- dije sonriendo.

- Pues porque quería impresionar a mi chica- dice sonriéndome.

Me levanto de la silla y voy a darle un pequeño beso en los labios, eso que terminan en una sonrisa igual que empiezan, ¿no son eso los mejores besos? Apoyo mi cabeza en su hombro, mientras él le da por fin la vuelta al filete.

- Eso lo haces cada día, lo de impresionarme digo… Pero lo de llamarme tu chica, no.

- ¿Te gusta?- me dice

- Nunca he sido nada de nadie, nunca me he sentido así

- ¿Pero te gusta?- me repite.

- Es diferente y eh, sí, me gusta- digo sonriendo.

- Eso es lo que importa- dice poniendo una mano en mi cintura.

Yo me tomé un café mientras lo veía cocinar, era muy gracioso de ver, se le caían cosas y un filete salió demasiado tostado. Le pregunté dónde estaban su madre y su abuela, me dijeron que como ayer estaba cerrado el veterinario que iban a llevar a Mini esta mañana, ahí también me aclaró donde estaba Mini. Sobre las 12 llegaron con Mini en brazos, estaba como dormida.

- ¿Qué le pasa?- pregunté alarmada.

- Nada, nada malo Grade- me dijo Pattie- Simplemente está anestesiada porque la han tenido que mirar por dentro, era un virus inocente. Nos han recetado unos antibióticos que hemos comprado- dijo señalando una bolsa que había colgando sobre su brazo-. Y en una semana estará como nueva, de paso le hemos dado un baño, cortado las uñas y unas vacunas que le tocaban.

- Pe… pero yo no puedo pagaros- dije tapándome la boca, asustada.

- Oh, no hace falta Grace, ya has hecho algo muy grande en esta familia. Lo que si nos han dicho es que está bajo su peso, que necesita alimentarse más y que tiene que dejar de vivir en la calle porque puede morir de hipotermia en cualquier momento, dijo el médico que ha sido un milagro que no hubiera muerto ya.

Me agaché delante de Mini que se encontraba en el sofá y acaricié su pequeña cabeza.

- ¿Han dicho algo de su ojo? Me dijeron que quizás también se quedaría ciega del otro ojo pronto.

- Dice que está bien, que no se va a propagar al otro.

Me levanté del suelo y abracé a Pattie, estaba a punto de llorar.

- Muchas gracias, enserio, no sabes lo que es para mí esta gata.

- No me tienes que agradecer nada y anda, vamos a mi cuarto a buscarte algo que Justin me ha dicho que tenéis una cita en su lugar favorito.

- ¿Tú sabes dónde es?

- Creo que si- dijo sonriendo.

Canción

A las 1 y media de la tarde nos encontrábamos en el coche de César, que es una furgoneta gris algo oxidad, de camino a algún sitio. Pattie me había prestado unos jeans normales y una blusa blanca un poco transparente pero dentro de ella llevaba una camiseta blanca de tirantes. En mi cabeza llevaba un gorro gris de lana que Justin me había prestado. Hacia un buen día, el sol brillaba en todo su esplendor y hacía el frío justo y necesario. Hoy le tenía que decir lo que me había estado comiendo la cabeza estos días.

Poco a poco nos vamos alejando de su pueblo, miró a Justin, él está centrado en la carretera, pero sé que hay algo más en esa mirada. Me he dado cuenta que tengo que fijarme más en las personas porque la mayoría no son lo que aparentan. Aprovechando que la carretera está en línea recta, coloco mi mano sobre la suya que estaba en la palanca de mando. Él me mira por un segundo y sonríe, su sonrisa se me contagia.

- ¿Todo bien?- le pregunto.

- Si, solo que la carretera está un poco resbaladiza por la nevada, pero todo bien.

- De acuerdo.

Justin relaja sus hombros y deja de estar tan tenso, yo aparto mi mirada de la suya y me dedico a mirarlo, a admirar cada perfección de su perfil, noto como sus mejillas se sonrojan un poco, sé que sabe que lo estoy mirando, él intenta ocultar una sonrisa pero acaba sonriendo.

- Me estas poniendo nervioso, Grace.

- Pero si solo te miro- me quejo.

- Por eso mismo, me pone nervioso que me mires.

Entonces me acerco más a él, mirándolo fijamente, él empieza a reír y yo le beso la mejilla antes de volver a sentarme normal. Mientras nos acercamos a su lugar, vamos metiendonos en una pequeña montaña, me doy cuenta de lo que nos parecemos. Al cabo de unos segundos, Justin aparca el coche y salimos, veo un gran bosque pero justo estamos en un pequeño claro cerca de un precipicio, en la copa de los árboles hay nieve. Yo me acerco lentamente al precipicio, puedo ver como desde ahí arriba se puede ver todo. Me doy la vuelta y Justin me espera apoyando en el capó de la furgoneta, restregando sus manos.

- ¿Te gusta?- me dice sonriendo.

- Mucho.

- Aquí solía venir con mi abuelo, si, puede parecer obvio que por eso sea mi lugar favorito. Veníamos aquí por la noche y veíamos las estrellas se sabía las constelaciones de memoria pero yo ahora no me acuerdo de ninguna.

Yo sonreí y al ver como Justin desviaba su mirada triste, decidí cambiar de tema.

-¿Dónde nos vamos a sentar?- le dije- El suelo está húmedo.

- Le pedí la furgoneta a César por lo mismo, nos sentaremos allí, en la parte trasera.

Él se movió lentamente hasta la parte trasera de la furgoneta, tenía la parte trasera al aire libre, Justin se había tomado la molestia de poner un mantel grande y haber sacado ya la comida, hice una mueca que se esfumó cuando me abrazó por la espalda y colocó su cabeza en mi hombro.

- Es solo comida cielo, solo comida.

Yo cogí aire mientras él me besaba el cuello, sonreí y mientras mis mejillas se sonrojaban, no sabía si por su tacto o por el frío. Me ayudo a subirme a la parte de atrás y luego se subió él, la comida pasó rápido y a la vez lento, había ensalada de pasta, filetes que ya se había vuelto tradición, ensalada normal, puré de patata y varias cosas más. Justin contaba chistes mientras comíamos, me contaba historia de su infancia como una vez que corrió por su calle con 4 años en bañador porque una mofeta lo perseguía, luego se tuvo que bañar en tomates en el jardín. Cuando me quise dar cuenta, había comido más que todo el día de ayer junto. Aunque la comida rápida, tomé el postre sobre las cuatro. Justin recogió todo y luego nos tumbamos en la parte trasera, yo apoyé mi cabeza en su pecho.

Canción

Él me acariciaba el pelo lentamente mientras yo intentaba no pensar en que me dolía el estómago.

- Grace, ¿me perdonaste?

- ¿Por qué?

- Por haberte abandonado, sin haberte dado la oportunidad de despedirte.

- No puedo enfadarme contigo, no puedo estar enfadada con la persona que alguna vez me salvó la vida.

- Tenía miedo de que no nos volviéramos a ver, no sabía qué hacer con mi vida después de haberme ido… Sentía que te fallé.

- Tú jamás me fallarás, podrás tomar todas las decisiones estúpidas que jamás me fallaras y tú lo dijiste, estamos predestinado Justin.

- Eso me gusta pensar- dijo acariciando mi mejilla, yo torcí mi mirada para ver como sonreía.

Hubo unos segundos de silencio en los que contemplé como el sol iba bajando poco a poco.

- ¿Tú alguna vez supiste que de verdad estabas enferma?

- Siempre he creído que no hacía nada malo, yo solo quiero ser como todas las chicas: guapas y delgadas, no lograba entender porque yo no podía ser así.

- Pero si eres perfecta.

- No creo que jamás pueda verme como tú me ves, ¿Cómo me van a estar engañando mis ojos? Yo veo lo que hay, veo la verdad

- Cuando el espejo refleje tu alma junto a tu físico, hablaremos de cómo eres de verdad. Si la belleza interior se calculara como la belleza física tú serías como la modelo más solicitada.

- Lo primero que se ve es el exterior, mis cicatrices, mis ojeras, mi cara pálida, tú a primera vista no ves ese corazón que tú dices que tengo.

- Eres una buenísima persona, no voy a consentir que me niegues eso.

- No sé si como buena persona se puede dar a entender a una persona que como estaba sola logró entender lo que todo el mundo deseaba, todo el mundo quiere una persona que esté ahí para ellos, estando sola entendí como ser la perfecta amiga pero no había nadie a mi alrededor con quien ponerlo en práctica

- ¿No había nadie o tú no querías ver a nadie?

- ¿Por qué me haces estas preguntas?

- Yo solo quiero que comprendas que lo que muchas veces creemos es mentira. Tú creías que no había nadie pero solo es cuestión de buscar y sabrás que a tu alrededor hay miles de personas deseando que confíes en ellas para ayudarte.

Yo cogí aire y me levanté, colocándome encima de Justin, bajé mis labios hasta besar los suyos, sus ojos se mantuvieron encerrados unos segundos cuando me aparté.

- ¿Para qué quiero a miles de personas si te tengo a ti?

- ¿Y si…- empezó a decir.

- No digas nada porque vas a conseguir que nos una con una esposa.

- ¿Por mi volverías al hospital?

- Justin…- dije apartándome, pero él me cogió de las muñecas.

- Solo pregunto.

- No puedo volver allí ni muerta, allí te vuelven peor.

- ¿Y si te prometiera que iría cada día?

- ¿No crees que estoy mejorando?

- Solo creo que necesitamos un poco de ayuda extra.

Me quité su gorro dejándolo a nuestro lado, removí mi cabello y lo volví a mirar.

- Quizás, no sé, quizás volvería pero no voy a ir.

- ¿Por qué estás tan segura?- me dice, mientras que hace círculos en la palma de mi mano derecha con su dedo índice.

- Porque tengo un plan- digo sonriendo.

- ¿Cuál?

Justin me mira a los ojos, intentando desvelar que estoy planeando pero la oscuridad inunda este valle por segundos.

- Huyamos, vayamos lejos. Tú, yo y Mini. Tú podrías trabajar y yo terminar mis estudios, luego me pondría a trabajar. Creemos una nueva vida juntos.

- Grace…- susurra.

- No, no digas nada, sé que suena un poco loco, pero piénsalo bien, tú tienes dinero ahorrado de tú abuelo, yo podría ganar dinero haciendo unos trabajitos vendiendo unas cosas. Luego podríamos tener una vida como la de todos los demás.

- ¿Por qué deseas tanto algo normal?

Canción

- Porque jamás mi vida ha sido normal y no sabes lo que daría por vivir un día sin miedo al mañana. Y si huimos, podría funcionar. ¿Qué te parece? Bueno, no, mejor piénsatelo- digo colocando un dedo en sus labios-. Mañana me dices, ¿vale?

Justin sonríe de lado, agarra mi dedo y lo besa, otro escalofrío recorre por mi cuerpo, Justin tira de mis brazos para que caiga sobre su cuerpo.

- Hace frío, vayamos a casa ya.

- Se me ocurre otra cosa que podríamos hacer aquí para entrar en calor- digo mientras coloco mis labios sobre los suyos.

Justin sonríe y agarrándome da una vuelta dejándome a mi abajo y a él arriba, su sonrisa es picara cuando se coloca de rodillas sobre mi.

- ¿Hacerlo en la parte de atrás de una camioneta? Eso es muy de adolescentes- dice sonriendo.

- Esta en mi lista de cosas que hacer antes de morir.

Justin baja su cabeza y besa mi cuello mientras lleva sus manos al principio de mi blusa.

- ¿Y que más cosas hay en esa lista?- murmura en mi cuello.

- Encontrar a un príncipe azul que me quiera- digo metiendo las manos debajo de su jersey.

- ¿Yo te valgo? El azul es uno de mis colore preferidos.

Mi blusa se encuentra con mi gorro en una esquina de la camioneta, yo con ayuda de mis pies me descalzo.

- ¿Me quieres? Porque con eso me vale.

- Te quiero como… como…- se aparta y me mira.

- ¿Cómo qué?

Justin pone cara de pensativo y se rasca la barbilla

- Te quiero como Justin a Grace- dice sonriendo.

- ¿Y eso es mucho?

- Yo diría que bastante.

- Pues entonces una cosa menos en mi lista.

Mi sonrisa tímida se parece a la de una niña pequeña. Termino de quitar su jersey y él me quita la camiseta de tirantes. Por un segundo se aparta de mí, entra en la camioneta y vuelve a venir con un preservativo, mi rostro se sonroja. Lentamente la demás parte de nuestra vestimenta se encuentran en una esquina, nuestros cuerpos desnudos se encuentran y una ráfaga de aire frío choca con nosotros, pero no me doy ni cuenta porque Justin me protege, siempre lo hace y siempre lo hará.

Hacemos el amor bajo las estrellas y la luna, lo hacemos como la primera vez lento y con amor, yo creo que para hacerlo en condiciones solo se puede hacer así. Y es como el segundo beso, que siempre es mil veces mejor que el primero porque ya sabes que hacer y cómo hacerlo. Justin mueve sus manos acariciando mi cuerpo, haciéndome gritar de placer. Nos movemos como si bailábamos, como si estuviera todo sincronizado, él arriba y yo abajo, yo arriba y él abajo. Beso cada parte de su cuello, subo a su boca y bajo a su estómago.

Al terminar, los dos nos quedamos mirando las estrellas sin saber dónde empieza su cuerpo y cuando termina el mío. Jamás me he fumado un cigarro después de hacerlo, pero sé que mirar a las estrellas, ver lo infinito que es todo debe de superar esa sensación. Él me susurra que me quiere al oído, yo se lo murmuro en sus labios. Y ahí me doy cuenta que él es el único que puede hacer que mi cuerpo se extrema de esta forma, ni el frío ni nada, él y solo él con sus palabras hace que todo mi cuerpo tiemble por momentos.

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Creo que este es el mejor final que os podía dejar por todo este tiempo sin subir, quizás esperabais otro tipo de maratón pero creo que esta bien, ha habido partes difíciles de escribir para mi, como la historia del padre o cuando Justin confiesa como se siente aveces, espero que le sepáis dar la importancia que se merecen esos momentos. El maratón era desde una primera vez de 5 capítulos, pensé en ponerle 6 porque si veis el capítulo 35 es muy corto y eso es porque ese capítulo iba junto al 36 pero me pareció que tenía que terminal ahí, así que este maratón no termina como yo tenía pensado que iba a terminal, el otro final era... Diferente, pero creo que este es un buen final. Esta novela es una montaña rusa, tiene subidas y.... bajadas.

OS QUIERO COMO JUSTIN A GRACE <3

Y recordar que detrás de las  ☁ siempre habrá un ☀ resplandeciente esperándoos.

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