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Capítulo 17



Mientras que mis planes para el viernes por la noche era dormir y comer; los planes de Abby eran ir a una fiesta de etiqueta rodeada de mafiosos de distintas bandas. ¿Había alguna diferencia? Yo creo que no. Sobre las 6 Abby apareció en mi cuarto con dos fundas de vestidos, supuse que ella no se iba a poner los dos por lo que di las gracias porque no tenía nada que ponerme.

 - ¿Derecha o izquierda?- me preguntó ella.
- Mi cama.
-No te he dado a elegir tu cama- dijo sonriendo.
- Ya, pero es que no hace falta yo siempre elegiré mi cama.
- Venga idiota, elige uno o no, no, no hace falta- y una sonrisa, la cual yo describiría como maléfica, cubrió su cara- Ponte este que a mí no me gusta- dijo mientras soltó uno en mi cama.

Asustada fui hasta mi cama y abrí la cremallera que cubría el vestido. No, definitivamente no me iba a poner eso. Me di la vuelta para matar a Abby, pero ella tenía esa sonrisa inocente.

- Tú eres más alta, te quedara mejor- me dijo- Y tienes más tetas- susurró.

Volví a darme media vuelta y cogí el vestido por la percha, le di la vuelta y me entraron ganas de llorar, ¿cómo mierda iba a ponerme yo esto? La espalda tenía un hueco en forma de rombo que dejaba al aire la espalda al completo y por la parte de delante  tenía un escote bastante bajo, después de terminar el escote tenía una tela y a continuación otro hueco en forma de rombo pequeño que terminaba tres dedos antes del ombligo, supongo. Por lo demás, el vestido era largo y negro.

- ¿No se supone que es de etiqueta? Si se me ve más carne que tela. Voy a parecer una furcia.
- Allí ir de etiqueta significa ir con un vestido largo, Hayley, lo demás da igual- dijo ella sonriendo- Ah, por cierto, vas a necesitar esto.

Abby me tendía una caja, la cogí y al abrirla descubrí que era ese tipo de sujetador que es solo por delante y se te pega al pecho, era mi talla, desde el principio sabía que era para mi ese vestido. Suspire y empecé a cambiarme. Me costó deshacerme de mi pijama de ositos pero lo tuve que hacer. Al ponerme el vestido descubrí una cosa que antes no había notado, en la parte de abajo tenía una raja que subía por mi pierna izquierda.

- Oh no, rotundamente no.

Dije mientras me daba la vuelta para mirar a Abby, ella llevaba un vestido amarillo pastel de palabra de honor y a la altura de debajo del pecho a los costados tenía dos huecos en forma de pequeños rectángulos. La verdad es que ese color en su piel algo tostada le sentaba genial. Entonces tuve que admitir que ni drogada me cambiaría el vestido.

- Pero Hayley, ¿Te has visto? Si pareces… Oh, pareces una diosa.
- Exageras- dije.

Fui hacia el espejo y me miré, la verdad es que me gustaba, no es el tipo de vestido que me compraría pero si que me encantaría llevar una vez en mi vida.

- ¿Y los zapatos?- dije mientras me giraba  y cuando vi a Abby empecé a reír porque llevaba en cada mano un par de tacones.
- Estos para ti.

Abby me daba unos tacones de agujas, los tacones estaban decorados con tiras de brillantes que salían de una tira de mayor tamaño del centro del zapato. Eran bonitos pero jamás me había puesto unos zapatos de aguja tan altos.

- No mires con esa cara esos zapatos porque te pones de pie sobre tus puntas bailando ballet así que… - dijo mientras se colocaba los suyos que eran simples zapatos negros con tacón de aguja.

Yo me hice un moño simple mientras Abby se dejó caer su melena ondulada, era increíble como sus ojos verdes destacaban con el amarillo del vestido. Se maquilló con algo básico y luego hizo lo mismo en mi. Cuando me levanté para ver el resultado final lo que más me sorprendió fue mis labios rojos.

- ¿Por qué no me has preguntado antes?- le dije.
- No me hubieras dejado.
- También es cierto- dije encogiéndome de hombros.

Cogimos unos abrigos negros y entonces fuimos de camino a la puerta principal, no hace falta decir que antes de bajar las escaleras me quité los tacones. Contuve mi risa cuando llegamos a la puerta y había una limusina blanca.

 - ¿Enserio?
- Yo quería algo más sencillo pero…- dijo Abby, disculpándose.
- ¿Alguna vez conoceré al Señor padre de Abby?- pregunté.
- No quieras conocerlo- suspiró ella.

No quise preguntar más sobre eso y me metí dentro de la limusina. Abby le dio la orden al chofer de que se pusiera en marcha y la limusina empezó a andar. Abby cogió dos copas de la pequeña barra y después con su mano cogió una botella. ¿Ella también bebía? ¿Igual que Justin?

- ¿Licor de mora?- dijo ella sonriendo- Es sin alcohol y mi preferido.

Yo empecé a reírme yo sola, le contagié la risa a Abby y las dos empezamos a reír, asentí con la cabeza y empezó a echarme licor en la copa. Yo sonreí, me gustaba pasar tiempo con ella.

- Si me llegan a decir, sin conocerte, que perteneces a una mafia no me lo creo.
- ¿Por?- preguntó ella.
- Bebes licor de mora sin alcohol.
- Me cansé del alcohol hace mucho tiempo, me cansé de esta vida hace mucho.
- ¿A tu padre le importa?
- Entre lo que cabe no- dijo encogiéndose de hombros- Le hubiera gustado que siguiera su camino, pero llegó un día en mi vida en el que… Bueno, llegó un momento en el que esto no era lo que quería.
- ¿Qué pasó?- pregunté, aunque sabía que le dolería.

Abby bebió de su copa.

- Llegué a no recordar lo que había hecho el día de ayer a despertar en sitio que no eran buenos- terminó la frase en un suspiro-. Y me arrepiento de cada copa y de cada momento que pasé, por eso intento evitar que te pase algo así… Porque luego, aunque lo intentes, todo esto te perseguirá toda tu vida.

La conversación se había puesto muy pesada, así que intenté hacerla reír y que olvidara esos momentos.

- ¿Has pensado mudarte a Brasil?- le pregunté.
- ¿Por?- dijo ella sonriendo.
- No sé- me encogí de hombros- allí es donde van todos los asesinos.

Ella empezó a reír a carcajada fuerte.

- Hayley, no he matado a nadie.

Puse mi mano en su pierna.

- Que sepas que yo te ayudo a enterrar el cadáver, como buena amiga.

Solo conseguí que ella riera más fuerte, lo que en buena parte era lo único que yo quería. Estuvimos charlando de varias cosas en el camino, como que me iba a encontrar allí. Me dijo que el evento se dividía en dos salas conectadas por un pasillo, en la primera estaban los adultos y en la otra los jóvenes. Lo peligroso es que no era solo una banda, no, eran las bandas más cercanas, todas se reunían hoy y lo llamaban “El día de la tregua”. Pero claro, eso no evitaba que no llevaran armas encimas y la verdad es que estaba un poco asustada, pero me alegraba la idea de que Tyler iba a estar allí y siempre podía recurrir a él si la cosa se ponía fea. En Justin no, no, en él no podría confiar. Todavía me dolía el sitio en el que su golpe impactó, hasta me salió un pequeño moratón. Después de un tiempo, la verdad es que no lo calculé podrían haber sido perfectamente una hora y algo, la limusina paró. La puerta se abrió y Abby salió, luego con cuidado y nerviosa, salí detrás de ella. Podía sentir el corazón en mi garganta y un leve cosquilleo en mi estómago. Delante de nosotros había una mansión y delante de las escaleras que había para subir a la puerta principal se encontraba algunas personas fumando. La escalera estaba cubierta por una alfombra roja que tapaba los escalones de mármol. Nada más entrar a la casa, a la izquierda había un mostrador con una mujer y una puerta detrás suya. Abby fue hacia ella y se quitó su abrigo, yo la imité. Después volví junto a Abby y le agarré del brazo, ella me miró y sonrió, si estaba nerviosa lo disimulaba muy bien.

Fuimos hacia una puerta que estaba abierta de par en par, podía ver a mucha gente arreglada bailando o bebiendo o riendo, parecían la típica reunión de padres. Abby tiró de mi cuando me quedé embobada mirando a todo el mundo cuando entramos a la sala, todos parecían elegantes y tenían alguna cicatriz visible. Fuimos hasta otra puerta que estaba también abierta y pasamos por un pasillo con paredes de color rojo y cuadros de retratos de personas que no conocía. Al llegar al otro extremo, entramos en una habitación repleta de personas de nuestra edad, todos los chicos con esmoquin y chicas vestidas de largo. Eran como a versión joven de la otra sala y eso escalofriante.

- ¿Nos podemos ir ya?- pregunté.
- Aguanta un poco, por favor. Solo te voy a decir una cosa, no bebas algo que no te dé yo y si me voy, no te muevas.
- Vale mamá- dije sonriendo.
- Y ahora me tengo que ir para saludar a mi padre, vale ¿qué hemos dicho sobre si me voy?
- Que no me mueva.
- Bien- Abby sonrió para si misma, cogió aire y se fue por donde vino.

Yo me quedé en el mismo lugar donde me había dejado, tampoco es que tuviera ganas de moverme. Sonaba música de fondo pero nadie bailaba, todos estaban hablando por grupos. Intentaba reconocer a alguien pero me alegré de no hacerlo, no había nadie conocido a mi alrededor. Entonces un dedo pasó por mi espalda, justo por mi columna vertebral haciendo que me diera un escalofrío.

- Te encontré- dijo cerca de mí.

Me relajé al escuchar la voz y me di la vuelta.

- Hola Tyler.
- Hola.

Tyler iba con un traje color negro, con una camisa blanca y cerrada con una pajarita, muy elegante y guapo. La verdad es que podía notar como mis mejillas se sonrojaban, porque el traje le sentaba demasiado bien y yo iba ligera de tela.

- Estás muy guapa- dijo sonriendo.
- Tú también… Quiero decir- sonreí- guapo.
- Te entendí, ¿quieres algo de beber? Pareces como si te hubieran pegado al suelo.

Yo moví los pies instintivamente y sonreí.

- ¿Quieres saber un secreto?- le pregunté y él asintió con la cabeza- Abby no me deja moverme.
- ¿Te ha dicho algo sobre que te mueva alguien?- dijo levantando una ceja.
- No, no me ha dicho nada sobre eso.

Él puso su mano sobre mi brazo desnudo y tiro de mi haciendo que me moviera, su mano sobre mi brazo se sentía caliente y hacía que mi corazón latiera rápido… Me podía acostumbrar a esto, sí, me podría acostumbrar. Tyler me llevó hasta la barra y me preguntó que quería, iba a romper las dos reglas de Abby pero me fiaba de él, sabía que no me iba a meter algo como Justin… Por cierto, ¿dónde está?

- ¿Hayley? ¿Entonces qué?- me preguntó Tyler.
- Una coca cola, por favor.

Tyer la pidió y yo aproveché para mirar a mí alrededor y descubrir la primera cara conocida, la de Camille… Llevaba su cabello dorado en un semi-recogido y un vestido rojo pegado a sus curvas con un escote hasta el ombligo, literalmente. Ella me reconoció y se dio media vuelta desapareciendo en la multitud. Yo volvía  mirar a Tyler para observarlo mirándome, me sonrojé.

- De verdad, estas muy guapa.
- Tú también, deberías de ponerte traje más seguido.
- Lo haré si tú te pones este vestido todo los días.

Los dos empezamos a reír y yo pegué un trago a mi copa, si, era coca cola solo. Tyler se pegó más a mí y no me importó. Sus cabellos rizados estaban alborotados y brillaban más que nunca, el azul de sus ojos se veía más gris y le quedaba genial. Su risa era baja y abría la boca mucho cada vez que se reía y no me importaba porque tenía unos dientes perfectos. Tyler apoyó una de sus manos en la parte de mi cadera que no estaba apoyada en la barra y se acercó todavía más a mí.

-Estoy cansado de hacer lo que la gente me diga- susurró.
- ¿Y qué te dicen?

Tyler miró a su lado y suspiró, luego me miró a los ojos.

- Que me aleje de ti. Es lo que he estado haciendo estos días pero no podía estar lejos de tu risa, ¿sabes? Uno puede llegar a acostumbrarse a ti muy fácilmente.

- ¿Y quién te dice que te alejes de mí?
- Abby- dijo riendo-. Abby sobretodo, pero hay más personas, personas que no conocen y otras que sí.
- Hablaré con Abby, pero… ¿Quién más?
- No te las puedo decir- dijo en una mueca-. No me quiero meter en problemas ahora mismo.

Yo puse mi mano sobre la suya que seguía en mi cadera y entrelazamos los dedos.

- No tienes que hacer lo que te digan, tú eres tú.

Tyler sonrió y acercó su cabeza a mi cuello rápidamente, me pilló desprevenida y cuando empezó a besar mi cuello agarré fuertemente su mano. Él sonrió en mi cuello, lo noté porque ahora sus labios abarcaban una mayor parte de mi cuello y de una forma horizontal. De repente el volumen de la música de la sala aumento al igual que los latidos de mi corazón. Tyler subió sus labios hasta mi oído.

- ¿Bailamos? – susurró.
- Pero si nadie esta…

Miré a la sala y vi como todos iban en pareja hacia el centro agarrados de la mano. Tyler se separó de mi he hizo lo mismo conmigo. Empezó una canción nuevo, lenta como todas las demás. Tyler puso sus dos manos en mi cintura tocando mi espalda desnuda y yo puse las mía en su cuello. Era cómodo bailar con él, solo había bailado así con un par de chicos en las fiestas del instituto y con mi hermano, mi hermano era el mejor bailarín, él me sabia llevar como si no le costase nada. Apoyé mi cabeza en su pecho cuando me entraron ganas de llorar, él me beso en la cabeza y me preguntó si estaba bien, yo asentí con la cabeza. No hicimos ningún movimiento extraño, simplemente nos mecíamos al son de la música. Cuando me sentí algo mejor aparté la cabeza de su pecho y miré detrás de él para ver si veía a Abby, pero a ella no la vi, vi a Justin.
Se encontraba sentado en una silla con la camisa desabrochada en los primeros botones y la chaqueta del traje puesta. Llevaba una botella en su mano izquierda y a una chica en su pierna derecha, reían. Justin pegó un buche a la botella y cuando lo tragó, beso a la chica. Ese beso me removió el estómago y volví a esconder la cabeza en el pecho de Tyler, olí su aroma, otra vez la misma colonia de siempre pero esta vez con un toque de alcohol. Levanté un poco mi cabeza y miré a Justin de nuevo, esta vez sus ojos estaban clavados en mí y pude ver su cara, observé como sobre su pómulo derecho había una mancha morada, abrí los ojos como platos y él como respuesta acarició su moratón y sonrió. Aparté de él mi mirada y volví a mirar a Tyler, él merecía toda mi atención.

Cuando la canción terminó, Tyler y yo nos separamos un poco, los dos con una sonrisa en la cara. Entonces un chico se acercó a Tyler abriéndose paso entre todos y le susurró algo al oído, cuando el chico me miró lo reconocí, era Jaime. Tyler le asintió con la cabeza y él se fue.

- Hayley… Unos tíos han venido y me están buscando, ¿te importaría quedarte sola?- me preguntó.

Sí, no quería quedarme sola porque la mirada de Justin mientras acariciaba su moratón me había puesto los bellos de punta.

- No, tranquilo. Así busco a Abby, que se habrá preocupado.
- Vale, todavía tenemos que bailar otra vez antes de que te vayas- dijo guiñándome un ojo antes de desaparecer entre la masa de personas que se disponían a bailar de nuevo.

Yo me aleje de ellas, pero mientras intentaba huir una mano me agarro del brazo e interrumpió mi huida. Lo siguiente que noté fue como chocaba con el pecho de un chico, levanté la mirada y allí estaba Justin. Puse los ojos en blanco y me intenté apartar, pero él ya me había agarrado por la cintura.

- Me debes un baile- me dijo sonriendo.
- No.
- Sí. Me has dejado una marca en mi preciosa cara, me debes un baile.
- ¿Si bailo contigo te callas?
- No, pero hablaré menos.

Suspirando coloqué mis manos sobre su cuello. Justin abrió sus manos en mi espalda colocando sus palmas en mi piel y moviendo sus dedos haciéndome cosquillas.

- Hoy vienes muy provocativa. Por fin has entendido que tienes que ponerte para gustarme.
- Si hubiera sabido que ibas a estar aquí habría venido en chándal.

Justin sonrío y me pegó más a él, lo que me sacó de un gemido cuando choqué contra su cuerpo. Justin llevó sus manos un poco más debajo de mi espalda y tocó mi trasero. Yo llevé mis manos hasta las suyas y se las aparté.

- Que sepas que esto no es una excusa para que me metas mano.
- Te meteré lo que yo quiera.
- ¿Sabes que eso sonó muy grotesco?

Justin sonrío de lado.

- No me gusta que estés tan lejos.
-Y a mí no me gustas tú.
- Hayley- dijo acercándose a mi oído-, aunque lo digas mil veces en voz alta no te vas a convencer.

Puse los ojos en blanco.

- Pues bien que ayer me querías lejos, ¿sueles pegar a todas las chicas a las que acosas?
- Creo que eso lo hablamos hace tiempo- dice mientras lleva sus manos hasta mi cuello coge las mías y me hace girar sobre mi misma para luego quedar igual que antes-. Eres tú quien me acosa.
- ¿Y yo también me pegué a mí misma?
- Puede ser.
- Por Dios Justin, tú me pegaste, estábamos entrenando y tú me pegaste a posta.
- Ah…
- ¿Acaso te acuerdas?-le pregunté.
- Ayer tenía una mala noche.
- Estabas drogado- dije negando con la cabeza.
- Creo que sí.
 - Perfecto- susurré-. ¿No me vas a pedir perdón?
- No, tú me pegaste después.
- De eso si te acuerdas- susurré.

Justin apretó sus manos a mis costados y me levantó por encima de su cabeza para luego bajar lentamente pegado a su cuerpo, tragué saliva cuando pasé cerca de sus labios.

- Son pocas veces las que una chica me deja marcado, así que no lo suelo olvidar.

Me dejo sin palabras así que lo único que pude hacer fue disfrutar del baile, de las vueltas que me daba y cuando me liaba con sus brazos en su pecho. Bailar con Justin era divertido, me movía y yo tenía poco que hacer, y además cuando simplemente nos mecíamos pude notar que los pasos de Justin eran más ligeros y se notaba como él estaba más cómodo que Tyler. Pero yo no pude colocar mi cabeza sobre su pecho, mantenía mi mirada en sus ojos o viendo como de vez en cuando se mordía su labio inferior. Cuando la canción terminó de sonar, aparté mis brazos de él y Justin hizo lo mismo, nos quedamos mirando por unos segundos y después él se fue. A él el traje también le quedaba genial. Decidí buscar a Abby y la encontré, en la barra con un baso en la mano, cuando me vio se le iluminó los ojos.

- ¡Creía que te habías perdido!
- Solo estuve bailando- le dije.
- ¿Con quién?
- Con Tyler y con… Justin- susurré mientras me sentaba en un taburete.
- Bueno, dentro de unos minutos nos vamos, mi padre y mi familia ya me ha visto y he saludado a sus amigos y están conformes. ¿Quieres algo?
- Sí, un vaso de agua.

Abby me pidió un vaso de agua con cubitos de hielo, bailar con Justin me había hecho entrar en calor.

- Todavía le debo un baile a Tyler, después de eso nos vamos- le dije.
- De acuerdo, mira, ahí viene.

Miré donde Abby miraba y vi como Tyler venía sonriendo hacia mí, pasando su mano por su cabello rizado.

- Perdona por tardar tanto- dijo cuando estuvo cerca mía.
- No pasa nada.
- Abby- dijo Tyler mirándola en forma de saludo.

Abby sonrió y levanto su vaso para beber.

- Ya mismo nos vamos a ir, ¿qué tal el último baile?- le pregunté.
- ¿Te tienes que ir a media noche o si no te pasara como a cenicienta?- dijo sonriendo, Tyler no dejaba de sonreír.
- ¿Me buscarías con un zapato?- dije terminándome el vaso de agua.
- Por supuesto, por todo el país.

Sonreí y dejé que cogiera mi mano para meterme de nuevo en mitad de la pista.

- He estado pensando sobre eso de ser yo mismo, ¿sabes?- me preguntó.
- ¿Y a qué has llegado?
- A que somos jóvenes y que si no cometemos estupideces ahora no sé cuándo las vamos a cometer.
- ¿Qué vas a hacer, Tyler?- dije riendo.
 - Besarte.

No me dio tiempo a reaccionar, porque ya tenía sus labios sobre mí. Sus labios pequeños y alargados eran a la vez blandos, nos paramos en mitad de la pista y él llevó sus manos a la parte trasera de mi cabeza. Sus labios buscaron la manera de que mis labios se abrieran y no opuse mucha resistencia. Notaba como la gente bailaba a nuestro alrededor pero ahora solo me importaba mover mis labios para disfrutar de este beso y cuando él se apartó no pude ocultar la sonrisa cuando vi en sus labios restos de mi pintalabio.

- Algunas veces las ideas más locas son las mejores- susurré.
- Eres muy lista, Hayley.

Volvió a cogerme de la cabeza y me dio otro beso, esta vez abrí los ojos para ver quien estaba a nuestro alrededor y nadie se había dado cuenta de nuestra existencia menos una persona que venía hacia nosotros sin pestañear. Me separé de Tyler rápidamente.

- Mañana nos vemos- le dije.
- Adiós cenicienta- dijo sonriendo.

Pero yo no pude devolverle la sonrisa porque estaba preocupada por la persona que aún seguía andando hacia nosotros. Agarré mi vestido para poder ir más rápida y fui directa hacia él, Justin se había parado y me miraba. Le agarré del brazo y le hablé lo más clara posible.

- No te acerques a Tyler- le dije.
- Yo le dije que no se acercara a ti y no me ha hecho caso- dijo sin mirarme, él miraba a alguien detrás mía y pude suponer quien era.
- No montes un follón ahora, déjalo.
- No lo entiendes Hayley, no, jamás lo vas a entender.

Apreté más fuerte mi mano a su brazo.

- Me da igual lo que entiendo o no, sé que vas a pegarle a Tyler y no quiero que lo hagas.

 Justin bajó su mirada a mis ojos y se soltó de mi agarre para agarrarme a mi, empezó a tirar de mi hacia algún lado de la habitación. Casi tropiezo más de una vez por los tacones. Justin fue directo hacia una habitación que ponía servicios y después de entrar cerró la puerta con pestillo. Cuando Justin me soltó fui hacia él pestillo pero él me volvió a agarrar.

 - Justin, suéltame.

Justin fue hacia el lava manos y encendió el grifo.

- Lávate los labios- me dijo.
- ¿Por qué?
- Bailarina, te reto a que te laves los labios.

Justin agarraba grifo con fuerza, fui hacia el agua y uní mis manos para coger un poco de agua y echármela en los labios, de paso bebí un poco de agua. Me separé y sacudí mis manos.

- ¿Para que querías que me lavara los labios?
- No te iba a besar encima de unos labios todavía mojados por los de esa cosa.
- No vas a…

Pero no pude continuar, Justin tenía una mano en mi cintura, otra en mi cuello y sus labios sobre los míos. Mi espalda chocó contra una pared y noté el cuerpo de Justin sobre el mío y al igual que sus labios, su cuerpo tampoco se quedaba quieto. Puse mi mano sobre su mejilla para apartarlo pero solo conseguí acercarlo más. Solo quería apartarlo de mi pero Justin insistía en abrir mis labios, yo no cedía así que Justin metió su mano por la raja de mi vestido y apretó mi muslo. Al gemir de dolor Justin aprovechó y metió su labio inferior sobre mis labios y empezó a besarme. El beso de Justin era más decidido sabía dónde ir y como ir. Justin dio un paso más y metió su lengua en mi boca, llegó un momento en el que cedí porque jamás me habían dado un beso así. Llevé mis manos hasta la nuca de Justin y mordí su labio inferior, él sonrió y volvió a besarme con la misma pasión de antes. Su boca sabía a tabaco y a alcohol, supongo que eso es lo que sabe un beso con un chico malo. No sentía mariposas en mi estómago pero si notaba como mi pecho le quedaba pequeño a mi corazón y quería salir, notaba como mis mejillas se ponían rojas y una pequeña cosquilla en mi bajo vientre. Justin se separó unos segundos para respirar y luego volvió a coger mis labios con más fuerza. Llevó sus manos hasta mi cabello y empezó a tirar de él para deshacerlo del recogido, gemí cuando noté un mechón sobre mi cara. Fui a apartarlo, pero él puso sus dos manos sobre mis muslos debajo del vestido que ya estaba por mi cintura. Cuando sus manos empezaron a subir, yo subí mi pierna para pegarle en su parte y funcionó se apartó.

Noté como mis labios latían y estaban calientes. Al mirar a Justin observé como lo que quedaba de mi pintalabios rojo estaba sobre sus labios, él sonreía y yo me moría de vergüenza.

- Mi beso fue mejor- dijo después de coger aire.
- Pero yo no quería tu beso- dije mientras mis latidos aminoraban su ritmo.
- Lo ansiabas- dijo y se llevó su mano a sus labios y se quitó el pintalabios-. Admite que he ganado.

Entonces lo pillé, a él no le importaba nada ni nadie, solo quería ganar en todo.

- ¿Por qué todo tiene que ser un juego? Estoy harta de ti, de tus tonterías, de pensar que tienes el mundo a tus pies cuando es así porque todos te tienen miedo. No te acerques más a mí, y no, no voy a dejar de jugar porque no te voy a dar el placer de ganar. Justin, te reto a no verme en dos semanas.

Justin empezó a reírse.

- Oh venga, como si eso fuera un reto.
- No quiero verte más, ni me toques, ni me hables, nada.

Justin me miró, en silencio, me miró de arriba abajo y después se encogió de hombros.

- ¿Y qué haces que todavía estas aquí?- preguntó.


Cerré los ojos, cogí aire y fui hacia la puerta, abrí el pestillo y con la mirada cargada de lágrimas y puesta en el suelo busque a Abby. Estoy había sido una mala idea, no, no mala, pésima.
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BESOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO POR AQUÍ Y BESO POR ALLÁ. TARIRORIRII. ¿NO QUERÍAIS BESO? BESO DOBLE (aunque la pobre de Abby se ha quedado sin morreo) Sé que no queréis un beso así but... es lo que hay. Si alguien entiende a Justin que me llame a mi número 738532483747348723 y me lo diga pls. Creía que no me iba a dar tiempo de subir hoy pero aquí estoy damas y caballeros, cumpliendo mi palabra como buena Señorita. Subir dos días seguidos me hace recordar a cuando solía subir todo los días y  ;_; let me cry. Pues el capítulo salió más largo de lo que creía, espero que os haya gustado.

Si leíste pulsa el botón   Los comentarios me motivan a subir solo lo digo... MIL GRACIAS POR LEERME Y POR TODO, GRACIAS. 
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Capítulo 16


Me levanto abriendo los ojos a regañadientes, me tapo la cabeza con la almohada y aprieto la mandíbula mientras el despertador suena con toda sus ganas, ¿desde cuándo suena tan fuerte? Saco mi meno lentamente y le doy al botón para que deje de producir ese sonido que me da martillazos en la cabeza. La mísera idea de levantarme me parece una locura, pero sé que tiene que ser así porque es jueves y porque fue mi idea ir ayer con Abby. Me siento sobre la cama pero cuando abro los ojos y todo empieza a dar vueltas cedo y vuelvo a caerme contra la cama. Emito un gemido de desagrado y vuelvo a apoyar mis manos en el colchón para levantarme, pero peso demasiado para mis manos.  Me doy la vuelta y me quedo bocabajo en la cama. ¿Y si no voy a clase? No, tengo que ir porque mañana tengo un examen y hoy repasaban.

Vuelvo a poner todo mi empeño en levantantarme, esta vez sin sentarme en la cama, y cuando lo consigo me tengo que apoyar en un mueble para no caerme. Me llevo la mano a la cabeza y recuerdo porque puede ser todo eso, quizás por los chupitos que me bebí y que me dormí a las 3 de la madrugada. Me muevo por mi cuarto como si se moviera por si sola, más de una vez me agarro para no caerme y aprovecho para bostezar. Me pongo el uniforme rápidamente, me hago una coleta bien apretada a ver si así me abre los ojos y me pongo los zapatos. Abro la puerta y mi saludo para Abby es un bostezo.

- Ayer te lo pasaste bien ¡eh!
- ¿Cómo quieres que me lo pase bien con esa persona? Tengo un sueño increíble y me duele la cabeza. No creo que solo fuera vodka lo que me dio ayer.
- Por lo menos sabes que no es de fiar- Abby empieza a andar y yo la sigo a paso de tortuga y con la cabeza agachada.
- Siempre lo supe, pero tú no confías en mí.
- Me alegra que no confíes en ellos porque mañana…
- Ay, Diosito mio, ¿qué pasa mañana, Abby?

Me llevo la mano a la cabeza y la miro asustada, ella se ríe.

- Mañana hay una fiesta en la que van los mayores y mi padre me ha dicho que vaya y… y yo no quiero ir sola Hayley.
- ¿Tú te acabas de escuchar? Siempre me dices que me aleje de todo eso y me quieres llevar a una fiesta donde van a estar todos. Dime qué sentido tiene eso.
- Solo vamos a estar una hora como máximo y no me despegaré de ti.
- Yo solo quiero dormir- dije pegando las manos en la puerta de la cafetería para abrirla cuando escuché un gemido de dolor, me espabilé de golpe y miré por el hueco de la puerta que estaba abierto para ver a Tyler tocándose la frente- Perdón.
- El que va a dormir voy a ser yo del golpe, Hayley- dijo sonriendo y abriendo la puerta para que yo pasara.

Miré a Abby, esta suspiró y camino hacia delante.

- Hace mucho que no hablábamos- dijo él con la mirada en el suelo y después me sonrió.
- La verdad es que sí.
- ¿Tienes algo que hacer esta tarde…? Aparte de dormir.
- Creo que mi tarde se va a basar en dormir mucho- dije contendiendo la risa- Aparte tengo que estudiar para mañana.
- ¿Entonces no podemos quedar?- Tyler se apoyó en el marco de la puerta y metió sus manos en su bolsillo, algo me decía que también tenía sueño.

Di unos cuantos pasos para acercarme a él, no supe por qué, pero quería estar más cerca.

- Tan solo tienes que esperar hasta mañana.
- ¿Mañana?- preguntó.
- ¿No vas a ir a la fiesta esa?
- Si, pero creía que tú no. Creía que la pelea de ayer te había asustado y que no te ibas a acercar más a los chicos malos.
- No creo que seáis chicos malos, antes tenía a unos amigos que iba a un club de boxeo… es normal entre chicos.
- Hayley- Tyler llevó su mano derecha a mi cabeza y apartó un mechón, que me había dejado fuera de la coleta, metiéndolo detrás de mi oreja. Dejo su mano en mi nuca-. No te voy a engañar, no, a ti no… Eso no es lo único que hacemos.
- ¿Qué más vais a hacer? Sois unos chavales.

Aún que sé que lo que me va a decir no es un secreto, Tyler mira a su alrededor y después se acerca a mi oído.

- A la mayoría de aquí no nos han educado como a ti… y esas peleas son como un pequeño ensayo antes de salir al escenario, ¿entiendes? Aunque algunos como Justin se lo toman muy a pecho.

Me aparté de Tyler despacio, lo había entendido pero había estado concentrada en su respiración y la gran cantidad de colonia que llevaba, pero que me encantaba.

- ¿Y tú?

Tyler miró a su alrededor, cuando vio a alguien y levantó la mano.

 - Me tengo que ir, nos vemos.

Ahí aprendí que nunca iba a tener las respuestas cuando las quería. Fui con Abby a desayunar, le sonreí y le dije que iría con ella a la fiesta. Las clases pasaron lentas y di gracias a Dios por no dormirme en clase aunque creo que lo hice en biología porque cerré los ojos y al abrirlo había cosas en la pizarra que antes no había. No sabía cómo estas personas aguantaban tantas fiestas y al día siguiente seguían pareciendo perfectos. Yo estaba que me dormía por las esquinas y sé que no hay maquillaje en esta Tierra que tape mis ojeras. En la comida ayudó que nos sentáramos fuera así el frío me mantenía despierta y evitaba que metiera la cabeza en el plato de sopa. No sé cuando entraron los amigos de Justin, pero cuando me di cuenta estaban allí. Reconocí a Hugo, Eddy, Camille, James y más personas que no estaban allí ese día, pero Justin no se encontraba entre ellos. No me preocupaba, no, mejor que no estuviese, así no tendría que molestarme por su mirada.

Terminamos de comer y me acordé que la profesora de la próxima clase iba a llegar tarde así que fui al baño y cuando todo el mundo estuvo en clase yo salí y volví a la cafetería, cogí una manzana y salí fuera. Me senté en una mesa y mientras me comía la manzana aproveché el silencio que había ahora mismo. Mientras masticaba un trozo de manzana, mis ojos se empezaron a cerrar.

- Te vas a dar un buen golpe si te quedas dormida, bailarina.

Abrí los ojos de golpe y miré hacia atrás, Justin se encontraba apoyado en la pared con un cigarro en un su boca. Llevaba una gorra con la visera hacia atrás y el uniforme, tenía la camisa salida del pantalón lo que le daba un toque revuelto que iba a juego con su cabello.  Se apartó el cigarro de su boca y me sonrió. Puse los ojos en blanco y giré mi cabeza, no tenía animo para hablar con él.

- ¿No te gustó el baile de ayer?
- No me gustas tú- dije pegando un bocado a mi manzana.
- Mientes muñeca- dijo más cerca de mí.
- ¿Me vas a decir que no sé lo que me gusta y lo que no? Me gusta el baile y la música, no me gustan los chicos como tú ni la coliflor.
- ¿Estoy en el mismo saco que una coliflor? Oh, eso es caer muy bajo- estaba a mi lado, lo sabía, podía oler el humo.
- Podría decir que me gusta más la coliflor que tú- todavía tenía manzana en mi boca.
- No se habla con comida en la boca.
- Lo que tú digas.

Levanté la mirada de la mesa para ver donde se encontraba, estaba dando una calada a su cigarro a mi izquierda. Luego mientras me miraba expulsó el humo por la nariz y apagó la colilla en la mesa, luego cogió mi manzana de la mano y le pego un bocado, su mandíbula se movía cuando troceaba el trozo en su boca. Yo aparté la colilla de mi lado, él me tendió la manzana.

- Toda tuya, no quiero contagiarme de nada.
- No vas a encontrar a ningún chico más sano que yo, nena.
- Fumas, te drogas y bebes… Me pones fácil encontrar un chico más sano que tú.

Justin se sentó enfrente de mí, el sol le daba en sus cabellos y los hacía más rubio, era guapo pero su forma de ser tapaba su físico.

- Hoy estás contestona- dijo dando un nuevo bocado a la manzana.
- Hoy tengo sueño y esto deseando que te marches.
- Pues bien despiertas que estás para adorarme.
- Solo intento averiguar que ven en ti.
- ¿Quizás que sirvo de modelo de Calvin Klein?
- Que más quisieras.

Justin suspiró y se puso de pie.

- Me aburres- murmuró
- No intento impresionarte como las demás.
- Pues te haría falta, así difícil vas a conseguir que te bese.
- Tócame y te dejo en el hospital por un mes.

Justin sonrió de lado y estiró sus dedos haciendo que sonaran.

- He venido para decirte que esta noche podemos empezar el entrenamiento.
- Tengo sueño- murmuré.
- Bebe café.
- No.
- ¿Quieres que te despierte?
- ¿Qué te he dicho sobre tocarme?

Justin rio y se colocó a mi lado, cogió el mechón que estaba suelto de mi coleta y lo enrolló  en su dedo. Se arrodilló hasta quedar a mi altura, apoyó una mano en mi muslo que colocó debajo de la falda y acercó su cabeza a mi cuello. Mi piel se puso de gallina y mi corazón latía más fuerte.

- ¿Qué has dicho? ¿Qué te encanta?

Giré mi cuerpo, quedando la cara de Justin a la altura de mi estómago, él levantó su cabeza y sonrió. Levanté la pierna y le di un golpe en sus duros abdominales. Justin quedó tendido en el suelo sonriendo.

- He dicho que lo odio- dije levantándome.
- A las 12 en el gimnasio, solo te voy a esperar 2 minutos.
- Si, venga, adiós.

Me fui de allí, pero antes de atravesar la puerta me giré para ver como Justin seguía tumbado en el suelo mirando el cielo detenidamente. Su mirada era seria y concentrada, dejé de mirarle y seguí mi camino hasta las clases. Tenía menos sueño, pero aun así tenía miedo de hacer un pestañeo muy lento. Recuerdo el rostro de Justin sin ninguna marca de haber trasnochado. ¿Cuál será su secreto? ¿Babas de caracol? Dicen que eso para la piel viene muy bien. Cuando escuché el sonido del último timbre del día de hoy fui directa hacia mi cuarto. Dejé las cosas sobre la mesa y me tumbe en la cama, antes me puse el despertador para dentro de una hora levantarme para estudiar.

Tengo que decir que tuve que posponer el despertador una vez. Me levanté, fui en busca de un café y volví a mi habitación para hincar los codos en el examen de mañana. Sobre las ocho, llamaron a mi puerta, la abrí y me encontré con Abby en la puerta.

- ¿Cómo vas con el examen?- me preguntó.
- Empiezo a leer el libro pero después descubro que el lápiz que tengo en la mano es interesante y empiezo a observarlo. Voy bien. Además tengo un dolor de cabeza y un sueño que temo empezar a babear sobre el libro.
- ¿Quieres una pastilla para la cabeza?
- ¿Tú también traficas, Abby?- dije sentándome en la cama con ella.
- No tonta, es para el dolor de cabeza, toma- dice sacando del bolsillo de su chaqueta una pastilla-. Siempre la llevo conmigo porque nunca sabes cuándo te va a doler la cabeza.
- Ya sabemos quién es la lista de las dos- me levanté a por un vaso de agua y me tomé la pastilla-. Por cierto, ¿qué haces con la chaqueta? ¿Estabas fuera?
- Si- dijo desviando su mirada de mi.
- ¿Qué haces fuera?- me senté en la cama con ella.
- Estaba dando una vuelta, estaba muy agobiada por el examen.

La miré por unos segundos, ella me sonrió y yo me encogí de hombros.

- ¿Quieres ir a por un café?- le pregunto.
- No me vendría mal.

Después de tomar el café, fuimos cada una a su habitación para volver a estudiar. Cuando tenía el tema memorizado al completo, tengo que darle una parte del mérito a que la pastilla me quitó el dolor de la cabeza y pude centrarme en el tema, eran ya las 9 y media. Decidí que no iba a ir a cenar, así que cuando Abby vino a recogerme le dije que no tenía hambre, lo que era cierto porque mientras tomábamos el café había comido un dulce y estaba todavía llena, Abby me dijo que luego me subiría una fruta. Ahora tenía un precioso tiempo para descansar, aunque eso era lo que yo quería pero mi cabeza al ver un tiempo vacío decidió empezar a pensar muchas cosas. Cosas como el susurro de Tyler, que mañana tenía una fiesta y que esta noche había quedado con Justin aunque no sabía si ir.

Arrepiento el día en el que decidí empezar este juego y mucho menos no poder dejar de jugar porque no quiero que me toque, aunque… ¿y si dejara de jugar? ¿Me obligaría a acostarme con él? ¿Me violaría? La verdad es que no me sorprendería. Prefiero no tentar a la suerte y seguir con esto, porque en cierta parte me entretiene aunque hace que me acerque más a él y lo deteste más y más.

Por otra parte estaba Tyler, ¿qué pasaba con él? En cierto modo me había dicho que me había extrañado y que quería pasar más tiempo con él, ¿podía llegar a tener algo con él en el futuro? Pero no le conozco, no sé qué tiene entre las manos, no sé qué pasa con ese ambiente misterioso que le rodea y si recuerdo lo que me dijo Abby de él me hace dudar más. ¿Será de verdad el chico más malo de aquí?

Giré sobre mi misma en la cama y apreté mis rodillas a mi estómago. Pero lo que mayor espacio ocupaba en mi cabeza era una persona en la que hacía tiempo que no pensaba. Mi hermano. ¿Tan rápido había pasado el duelo? ¿Tan rápido lo había olvidado? Mis ojos empezaron a escocerme en el momento en el que su rosto me costaba imaginar. Lo extrañaba, lo quería aquí para contarle que me pasaba y que me aconsejara. Porque para ser sincera, no podía confiar en nadie. Después de que Abby vino a darme la fruta, me la comí y me puse el despertador para las doce menos cuarto. 

No dormí, solo lloré recordando momentos con mi hermano.
Cuando me levanté me vestí con mi pantalón de chándal gris, una camiseta de tirantes blanca y una sudadera negra básica, me puse mis zapatillas de deporte y fui para el gimnasio. Allí se encontraba Justin dando golpes a un saco, llevaba los guantes, ya no estaba con la camiseta. Me quedé un segundo parada en la puerta, observando como los músculos de su espalda se movían cuando daba los golpes, pude ver como una gota de sudor seguía el camino de la columna vertebral hasta el filo de sus pantalones. Justin dejó de pegar golpes, se giró, hizo una mueca y se quitó los guantes. Se agachó para beber de una botella y se secó con una toalla.

- ¿Empezamos?- dije yendo al medio de la sala.
- Lo que quieras.

Me quité la sudadera y la dejé junto a sus cosas.

- ¿Puedo beber agua?
- Claro- dijo mientras se ponía en medio de la sala. Cogí la botella, le quité la tapa y subí la botella para beber del chorro y no de la botella. Cuando el líquido tocó mi boca lo expulsé directamente, no era agua.
- No es agua, cabrón- dije secándome los labios y levantándome.
- No te dije que era agua.

Justin se pasó su mano por su cabello y me miró, fui hacia él y me coloqué delante. Antes de que le pudiera decir como empezamos, Justin subió sus puños a la altura de su cabeza y fue a pegarme un puñetazo con su mano derecha. Me agaché para esquivarlo con el corazón en la boca.

- ¡Se avisa!- le dije.
- No, la gente no te avisa cuando te va a pegar.

Justin me cogió del brazo y me volvió a poner a su altura. Fui a pegarle un puñetazo pero Justin me cogió del brazo que después dobló en mi espalda, luego toco la parte trasera de mi rodilla con la punta de su piel y me arrodillé en el suelo. Le pisé el pie derecho y soltó mi brazo. Me levanté y Justin fue a pegarme otro puñetazo pero me agaché a tiempo, levanté mi pierna para darle en el costado pero él la agarró y me pegó a él quedando mi pierna doblada sobre su cintura. Justin colocó su mano en mi espalda y nos quedamos demasiado juntos, su respiración caliente daba en mi boca y él observaba mis labios detenidamente. Puse mis manos en sus hombros para apartarlo de mi pero él me pegaba más y más.

- Así no aprendo a defenderme- le dije.

Pero Justin no me contestaba, seguía observando mi rostro detenidamente. Me acerqué a su cuello y le pequé un mordisco, Justin me soltó inmediatamente y se llevó una mano a mi bocado. Yo empecé a respirar rápidamente cuando Justin me miró y su mirada era seria y oscura. Fue hacia mi y empezó a pegarme puñetazos, pero logré esquivarlos todos menos uno que me pegó en el estómago e hizo que callera al suelo llevándome las manos al estómago y gimiendo de dolor.

- ¿Qué haces, capullo?- le pregunto.

Justin estaba de pie delante de mi, mirándome, como si esperara algo. ¿Qué quería? Me levanté, cansada de que me estuviera usando para descargar su labia, apreté fuertemente mi puño derecho y lo levanté para luego estamparlo en su pómulo derecho. Justin no lo paró y mi puño llegó a su cara, Justin dio unos cuantos pasos hacia atrás, yo respiraba moviendo todo mi pecho. Mis nudillos me dolían pero podía sentir el corazón latir fuertemente y tenía adrenalina por todo mi cuerpo. Justin ni siquiera se llevó la mano a su pómulo, simplemente me miró, se dio media vuelta y fue a por sus cosas.

- ¿Ya?

Justin empezó a guardar la toalla y se puso la camiseta.

- ¡Justin!
- Cállate- me dijo.
- ¿Qué pasa?- le dije.

- Nada- dijo serio mientras atravesaba la puerta del gimnasio y se iba.

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Yo tenía pensado subir el capítulo 17 junto a este pero como que me han venido muchas cosas encimas y no me ha dado tiempo. Pero bueno, he jurado que mañana iba a subir 17 así que lo tendré que hacer, porque os lo merecéis por esperar tanto, además, os juro que merece la pena el capítulo 17.. Lo bueno se hace esperar. 
PD: tengo un blog.. ¿personal? lawonirica.blogspot.com.es
PD2: Ahora voy a escribir pequeños relatos prettytale.blogspot.com.es
PD3: Creo que tengo muchos blog. 

Si leíste pulsa el botón     Los comentarios me motivan a subir solo lo digo... MIL GRACIAS POR LEERME Y POR TODO, GRACIAS. 
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Gracias.

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