Lo primero que note al abrir los
ojos fue un dolor punzante en mi cabeza, apreté la mandíbula y me lleve las
manos a la cabeza. Entonces caí en que
era causado porque la alarma había saltado. Apagué el despertador. Ya era lunes
y cuando logré sentarme en la cama, me vino a la mente lo que tenía que hacer
hoy, tenía que hablar con Justin. Ayer,
domingo, cuando la resaca dejó que me despertara, lo pasado en la noche
anterior vino a mi cabeza como una película, había pequeñas lagunas pero me
acordaba de todo… Lo único de lo que me arrepentí era de haber aceptado su
juego tan fácilmente. Busqué a Justin por todo el internado pero no estaba, ni
él ni nadie de sus amigos. Así que resignada me quedé en mi habitación hasta
que por la tarde fui con Abby a hacer los deberes, no le conté nada y me sentía
mal ya que ella me lo contaba todo.
Hoy era un nuevo día y espero que
mejor. Me levanté y me coloqué el uniforme, me hice una coleta alta y salí de
la habitación con la mochila en el hombro.
- Buenos días- me dijo Abby.
La miré y sonreí, fuimos juntas a
desayunar. Mientras desayunábamos ella me miraba extraño, lo sabía, claro que
lo sabía y yo me estaba muriendo por no decírselo.
- El sábado salí.
- Has tardado en decírmelo.
La voz de Abby era seria, estaba
decepcionada y se le notaba.
- Lo siento, es solo que no
quiero que te preocupes por mí o que te asustes. Yo me puedo cuidar sola.
- No dirás lo mismo cuando acabes
muerta.
-¡Abby!- grité
Ella suspiró, soltó la cuchara
que tenía de sus cereales y me miró.
- Lo siento, lo siento, no quería
ser tan brusca. Pero me lo podías haber dicho, así si te pasa algo sabría con
quién estabas.
- ¿Con eso eres feliz?
- Si.
- Vale, a partir de ahora te lo
diré.
Ella relaja sus hombros y me
sonríe.
- Gracias, enserio.
Seguimos desayunando hasta que ella volvió a
hablar.
- ¿Y qué tal? ¿Cómo te lo
pasaste?
- Bien.
- ¿Vas a estar con los dos a la
vez?
- Yo no estoy con nadie- dije con
la mirada en mi plato.
Ella se rio suavemente.
Terminamos de desayunar y dejamos las bandejas junto a las demás. Me despedí de
ella ya que nos tocaban clases separadas. Llegué a laboratorio y me senté en la
misma mesa con las demás personas, me sonrieron pero no dijeron nada. Noté como
toda la clase hablaba de mí en lo bajo, ¿no podías hacer nada aquí sin que todo
el mundo lo supiera? La clase empezó y Justin no apareció… ¿se había rendido?
Laboratorio terminó y fui rápida hasta literatura, cuando llegué Abby ya estaba
allí sentada con un libro en sus manos. Me senté a su lado y suspiré.
- La gente no deja de hablar de
mi- dije mientras sacaba mi libro.
- Normal.
- ¡Pero no es mi culpa!
-
Deja de juntarte con esa gente y los murmullos se acabarán.
- No me parece justo.
Entonces noté como todas las
chicas y los chicos que había se giraron, fue lo mismo que cuando entró Tyler,
pero esta vez algunas chicas se asustaron.
-¿Y este qué hace aquí?- dijo
Abby.
Giré mi cabeza lentamente y
observé como Justin se estaba a final de la clase, detrás de él iba Camille y
un chico más que me sonaba de haberlos vistos. Camille estaba mirando a todas
las chicas con superioridad, Justin simplemente se sentó y levantó la mirada,
observando la sala hasta que me vio, me guiño un ojo mientras sonreía de lado.
Yo me tapé la boca y desvié la mirada de él mientras notabas como todas me
miraban.
- ¿Qué ha sido eso?- susurró Abby.
- Yo… Yo… No sé.
El timbre sonó y la profesora
levantó la cabeza de su taza de café. Miró a toda la clase revolucionada hasta
que vio a los culpables, pude ver como su cuerpo se tensó un poco.
- A las tres personas que han
llegado nuevas, este trimestre estamos dando a Shakespeare, leeros un libro y
al final del trimestre lo expondréis delante de la clase.
De reojo vi como Camille y el
otro chico mataban con la mirada a Justin, pero este me miraba a mi fijamente
pasando de los otros. Yo cogí el libro que había elegido de Shakespeare, Sueño de una noche de verano. Esta clase me
gusta porque es tranquila, solo hay que leer. Pero no me puedo concentrar,
porque mientras que todo el mundo está leyendo, Justin está mirándome fijamente
y me pone nerviosa. La clase termina y todos guardamos las cosas. Tengo que
hablar con él.
- Te veo en historia- le digo a
Abby y salgo de la clase, pero antes miro a Justin y le indico que me siga.
Voy al cuarto de baño y me
preparo porque a los cinco segundos Justin abre la puerta y me mira,
mordiéndose su labio inferior.
- Tenemos que hablar.
-
No me gusta que las chicas hablen mientras lo hacemos- dice mientras se
apoya en la puerta- Y tú hablas mucho.
- No es eso.
- ¿Qué quieres? He ido a clase,
como me dijiste.
- ¿Y a primera hora?
- Bailarina, sé que te gustaría
que tuviésemos el horario igual pero no.
Me llevo la mano a la frente.
- Estaba borracha cuando accedí a
jugar.
- ¿Y?
- Que no es justo.
- La vida no es justa.
- ¿No podemos dejar esto?
Justin niega con su cabeza
lentamente.
- El juego se acaba cuando uno
pierda.
Suspiré y fui al lava manos, me
apoyé en el mirándome al espejo. ¿Por qué me metía en estos líos? De repente sentí
como Justin agarra un mechón de mi cabello y lo rizaba en sus dedos.
- Siempre puedes perder, nena.
- ¿Y acostarme contigo? No.
Justin suelta mi cabello lo que
hace que me estremezca y coloca sus labios en mi cuello, simplemente los coloca
y los presiona lentamente.
- ¿Entonces seguimos?- me
susurra.
- No hay más remedio…
- Si en el fondo te gusta- y me
da un pequeño beso en el cuello, entonces recuerdo el chupetón que le hice.
Me doy la vuelta rápidamente y lo
cojo de la barbilla, le subo la cabeza y examino su cuello, puedo oír su risa.
- ¿Dónde está?- pregunto.
- Que tú no sepas borrar tus marcas
es una cosa.
Le solté la barbilla y me alejé
de él, fui hacia la puerta pero su voz me paró.
- Hayley, te reto a que le
preguntes a Tyler donde estuvo ayer.
Giro mi cabeza y lo miro extrañada,
pero el solo me guiña un ojo. Mi odio por el aumenta por segundos, pero tengo
que admitir que su mirada perversa es hermosa y que… Cierro la puerta antes de
que mis pensamientos vayan a más. Voy hacia historia pero me doy cuenta de que
llego tarde cuando no hay nadie por los pasillos. Voy corriendo hacia historia
cuando alguien me agarra del brazo, empiezo a pegar al individuo que me agarra
hasta que me doy cuenta de quién es y me relajo.
- Lo siento por pillarte de sorpresa.
La voz de Tyler es relajada, me
doy cuenta de que estoy entre sus brazos con mi cara apoyada en su pecho. Mi
corazón parece una bomba que va a estallar en cualquier momento mientras el
suyo es como un mar en calma.
- ¿Qué pasa?- pregunto mientras
me alejo de él despacio.
- Ayer no te vi en todo el día y
te echaba de menos.
- Podríamos habernos visto en la
comida como todo el mundo.
- No puedo esperar tanto. Lo pase
genial el sábado.
A mí me viene el recuerdo de
estar bailando, pero sé que eso no pasó con él, pero no puedo evitar sonreír.
- Yo también.
- Lo podríamos repetir otro día.
- Por mi de acuerdo. Hablamos
luego, ¿vale? Es que voy a llegar tarde a historia.
Me esto alejando de él, pero
Tyler me agarra del brazo y me coloca delante de él, Puedo sentir su aroma,
huele a tabaco y algo que me resulta poco conocido, pero sé que es sangre,
también huele un poco a alcohol aunque en el fondo tiene un toque dulce.
- Te iba a pedir que te saltaras
la clase.
Muevo un poco mi brazo para alejarme
de él para poder mirarlo a la cara y pega un pequeño chillido.
- ¿Qué pasa?- pregunto.
- No es nada.
Pero puedo notar la mueca en su
cara y levanto su camiseta negra un poco.
- Hayley, aquí no, que te vas a
meter en problemas, a mí no te importa pero y a ti…- él no puede seguir porque
muerde sus labios para contener un chillido.
Veo como tiene una herida en su
abdomen, es pequeña, como del tamaño de una navaja, la herida esta tapada por
una capa de sangre seca pero la costra se está despegando y ha empezado a salir
un poco de sangre. Lo miro a los ojos, preocupada.
- Ve a la enfermería.
- Nadie se puede enterar de esto.
- ¿Qué pasa?
- Cuanto menos sepas mejor, recuérdalo.
- Pero no puedes estar así. Ven,
vamos a mi cuarto.
- ¿Tan pronto?- dice sonriendo.
Yo niego con la cabeza pero sonrío,
sé que Él lo dice de broma pero cuando Justin lo insinúa es enserio y me pone
nerviosa. Vamos hasta mi habitación entre gemidos de dolor de él, hay un trozo
de la camiseta que está más oscura y sé que es porque la sangre ha salido.
Llegamos a mi habitación y se sienta en la cama. Busco un botiquín de primeros
auxilio y lo encuentro metido en el armario. Mientras yo estoy nerviosa Tyler
esta relajado, mirándose la herida, no me acostumbro a que esto sea normal para
él. Me siento al lado suya y le limpio la herida, quitándole la capa de sangre
seca que la cubría.
- ¿De cuándo es?- le pregunto.
- Ayer.
- ¿Y no deja de sangrar?
- Esta mañana al levantarme fui a
entrenar y se abrió de nuevo.
- Tienes que descansar.
- No puedo.
Me muerdo el labio inferior y
sigo limpiando la herida, Tyler se mueve cada vez que nota el frío liquido
sobre su herida y por un segundo me quedo mirando su torso desnudo. Su piel es
pálida y tiene sus abdominales marcados, tiene un tatuaje en su costado, son
tres frases pero no llego a verlas. Al terminar de limpiarle la sangre, le
pongo una gasa y le pongo un poco de espadrapo para que se pegue a su piel.
Luego acaricio la herida y lo miro, él me sonríe.
- Gracias.
Recuerdo el reto, sé que tengo
que hacerlo y aparte necesito saberlo.
- ¿Dónde estuviste ayer?
- Aquí no- dice sonriendo.
- Lo sé- admití.
Me puse más cómoda en la cama y
lo miré.
- ¿Me estuviste buscando?-
preguntó.
- Un poco- admití-¿Estuviste en
el pueblo?
- No. En la ciudad.
- ¿Por qué no me lo puedes decir
con claridad?
- Porque no quiero que me veas
con otros ojos.
Apoyo mi mano en su cuello y
acerco mis ojos a os suyos.
- Mis ojos siempre serán los
mismos.
- Y bien bonitos que son- dijo
él.
Sonreí y él apoyó su mano en mi
mejilla.
- Tenía que hablar con unas
personas y se me fue de las manos.
- ¿Empezaste tú?
- Si, él chico no trajo lo que le
pedí y tenía que aguantar las consecuencias… No sabía que vendría acompañado.
- ¿Qué tenía que traer?
- ¿Por qué tantas preguntas?
Me aleje de él y lo miré, sé que
le tenía que costar decirme todo esto.
- Solo te quiero conocer más.
- Unos papeles- lo miré, a ver si
decía algo más- Hace unas semanas hubo un traspaso de droga y nuestros nos
vimos implicados, quería eliminar las pruebas que nos involucraban.
“Drogas” la cara se me puso
blanca, “eliminar las pruebas” esto parecía una película de acción.
- ¿Os visteis involucrados?
- Nosotros solo poníamos el
transporte, pero les pillaron. Gracias a Dios al final conseguimos los papeles,
pero no sin antes salir mal parados.
No supe que decir, todo esto me
parecía irreal, ¿cómo podía ser que el chico que estaba delante de mis ojos estuviera
metido en todo esto? Tyler fue moviendo su mano hasta encontrar la mía en la
cama y la apretó, le miré a los ojos y tuve que disimular mi disgusto… más que
disgusto era dolor, dolor al saber por lo que tiene que pasar. Con mi dedo
pulgar acaricie su mano, él levanto nuestras manos hasta llegar a sus labios y
me besó la mano. Sus labios eran calentitos, me gustaría probar como sería
besarle. Pero no me acerco, porque no quiero besar a nadie de este sitio,
porque aunque me quiero alejar de todo esto solo logro meterme más adentro en
este mundo.
La campana suena, Tyler se
levante y se marcha, no sin antes darme las gracias de nuevo. Guardo el
botiquín aguantando las lágrimas, no sé porque estoy así, no sé porque me quedo
paralizada en algunos momentos y deseo irme de aquí. ¿Y si llamara a mis
padres? ¿Me recogerían? Voy hacia la puerta pero esta se abre de golpe y Justin
entra por ella, va hacia la cama y se tumba.
- Bueno, bailarina, ¿cumpliste el
reto?
Le doy la espalda y me seco la
lágrima que acaba de bajar antes de que entrase.
- Si.
- ¿Y cómo se yo que es verdad?
- Créeme.
Me giro y veo que Justin esta
tumbado en la cama, en el sitio donde estaba Tyler hace nada, tiene las manos bajo
la cabeza.
- Yo no confío en nadie muñeca.
- Creo que no me dices mi nombre
porque se te olvida.
Justin sonríe de lado.
- Son muchos nombres para
acordarse, entiéndeme Julie- lo miro y él frunce el ceño- ¿Jane?
- Hayley- suspiro.
- Lo tenía en la punta de la
lengua. Venga, dime que te ha dicho para que te pueda creer, si no… ya sabes-
da unas palmadas en la cama.
- Estuvo en la ciudad.
- ¿Solo te ha dicho eso? ¿Estaba comiéndose
un helado? Que tierno, ¿a qué si? – Justin se sienta en la cama con los pies en
el suelo y busca algo dentro de su chaqueta, saca un paquete de cigarros.
- Aquí no se fuma- le advierto.
Justin abre la ventana que hay y
se sienta en el alfeizar. Enciende su cigarro y lo saca fuera mientras me mira.
- Que te dijo.
- Estaba en la ciudad, quedó con
un chico para que le dieran unos papeles.
- ¿Los consiguió?- me preguntó.
- Sí.
Justin se rasca el cuello mientras
le da una calada al cigarro.
- Lo consiguió pero antes hubo
una pelea y le hicieron daño, lo acabo de curar. Eso no te importa.
Justin aprieta la mandíbula.
- Por mi como si se muere.
- Es un ser humano.
- Las personas como él no pueden
ser llamadas así.
- Tú eres igual.
- Yo por lo menos tengo más éxito
con las chicas.
Justin apaga el cigarro en el
alfeizar y lo tira por la ventana, se baja de él y cruza la habitación hasta la
puerta.
- ¿Hoy vas a bailar?
- No lo sé, ¿por qué?
- Porque voy a entrenar y no
quiero que vengas.
- Tú no decides que puedo hacer.
- Mira haz lo que quieras.
Y se va de la habitación. Luego
vuelvo a clase, a las tres clases que faltaban y luego a comer. Comemos dentro
porque no estoy como para aguantar follones. Me gustaría contarle lo del juego
a Abby pero sé que Justin se va a enterar. Así que simplemente le digo que no
fui a historia porque me encontré con Tyler y estaba sangrando. La comida pasa
y yo me voy a hacer deberes, quiero hacer lo que cualquier chica de mi edad
haría así que cuando los termino vamos a cenar y después voy a mi cuarto. Me
quito el uniforme y me pongo la vestimenta para bailar, porque eso es lo normal
para mi, porque no me importa si Justin está porque se irá.
- Justin tranquilo, te estas
sobre esforzando.
- Tengo que tener mi mente
ocupada.
- Pero no así, relaje, te vas a
hacer daño.
Pero no le escucho, sigo dándole
golpes al saco noto como el sudor cae por mi frente y llega a mis ojos haciendo
que me escuezan pero no puedo parar, tengo que destruir al enemigo.
Noto como me agarran del brazo y
doy un codazo, me doy la vuelta y veo como Eddy se agarra fuerte el hombro. Me
di media vuelta y me saqué los guantes de boxeo.
- Lo siento tío, pero no te
acerques así.
- Por lo menos has parado.
Le despeino el cabello que lo
tiene ya más largo, hace falta que se lo corten. Cojo una toalla y me secó la
cara. Miro a la puerta y espero que venga a bailar, pero no viene.
- Justin, no vendrá, se lo
dijiste.
- Hayley no me hace caso. Tú deberías de estar en la cama
ya, te dejaron salir solo por unos minutos.
- No quería dejarte solo esta
noche. Sé lo que te fastidia que salgan ilesos.
Me llevo las manos a la cabeza y
un puñetazo se va al saco, noto como mis huesos crujen, pero no me importa, ya
no me duele nada.
- Me voy a tomar una pastilla, me
está empezando el dolor de nuevo- dice Eddy apoyando una mano en mi hombro.
- Tranquilo, dentro de nada me
voy.
Eddy se va y cuando sé que estoy solo,
saco un papel doblado, lo desdoblo y esnifo la sustancia que hay dentro,
necesito estar esta noche despierta. Vuelvo a pegar el saco con mis manos, no
hay guantes que valgan para mi rabia, ya nada importa.
- Los guantes para el boxeo son
como las bailarinas para el ballet, sin los guantes los golpes no son
efectivos, sin las bailarinas los pasos no son firmes.
Giro mi cabeza y la veo, está
apoyada en la puerta mirándome. Yo pegó un último puñetazo antes de separarme
del saco.
Justin está sin camiseta y tiene
los pantalones de baloncesto ciados, se seca el sudor de su cara y se sube los
pantalones.
- Te dije que no vinieras.
- Te dije que tú no eres nadie.
- Vete- su voz es firme y me
intimida, pero lo oculto.
- No me das miedo.
Justin suelta la toalla y vuelve
a pegar un golpe al saco.
- He dicho que te vayas- me
grita.
Yo, aunque me tiemblan un poco
las piernas suelto la mochila en el suelo y lo siguiente que noto es como
Justin me acorrala contra la pared, intento escaparme moviendo mi cabeza y mi
cuerpo pero él tiene más fuerza que yo. Pega nuestros cuerpos y el calor que desprende
su cuerpo me abraza, su respiración agitada me pone nerviosa. Él apoya su
cabeza en mi hombro y me da un pequeño mordisco. Muevo mis piernas y Justin
aprovecha la ocasión para poner una pierna entre las mías, luego deja sueltos
mis brazos para coger mis piernas y hace que las enrosque en su cintura.
- ¡Bájame!- grito, pero él pasa
de mi.
Pero él aprieta más fuerte sus manos en mis muslo, llega un momento en el que gimo y no sé si es de dolor
o porque con mis manos estoy tocado su piel desnuda y es más suave de lo que
creía. Desde aquí veo los tatuajes en su espalda y pequeños arañazos. Justin me
lleva hasta algún lado y no me importa. Puedo notar como su cuerpo está
caliente, más de lo que debería.
- ¿Tienes fiebre?
Justin solo respira y me mueve
hasta que chocamos contra una pared y cuervo mi espalda del dolor, Justin me
desliza por la pared, pero entre él y la pared no hay espacio suficiente como
para respirar así que apoyo mis manos en su pecho y lo alejo. Me fijo en su
cara, tiene los ojos un poco rojos y su corazón está acelerado, en su nariz
puedo ver pequeños puntos blancos.
- ¡Te has drogado!
Justin se limpia su nariz con su
mano, y se lleva la mano a la frente, pone una cara rara cuando se da cuenta
del calor que tiene. Se aleja de mi tan rápido que me cuesta ver a donde se
dirige. Me quedo en mi sitio pensando que hacer, si huir o quedarme, decido
seguirlo. Mientras me meto en el baño donde él fue, escucho el sonido del agua
caer, avanzo por las duchas pensando en dar media vuelta y huir de ahí,
pero algo me detiene. Me agarran del brazo y me encuentro bajo una ducha,
el agua cae sobre mi y me intento ir pero él me detiene. Su sonrisa es
perversa, no quiero ni imaginar lo que está pensando. Pero me acorrala contra
la pared de la ducha, acerca sus labios a los míos pero no me besa. Simplemente
respira sobre mis labios y a mí me parece más íntimo que un beso. Justin agarra mis manos y la sube por encima de mi cabeza, así me siento más indefensa. La
camiseta blanca se me moja entera lo que hace que se transparente todo, Justin
mira mi pecho detenidamente yo le empujo lejos de mi. El cuerpo de Justin choca
contra la otra pared de la ducha y gime de dolor, intento huir
pero me agarra del nuevo del brazo, al pararme resbalo en el suelo y caigo llevándome a Justin conmigo. Él va antes que yo lo que hace que caiga
encima de él, lo que amortigua el golpe, pero él hace una mueca al sentir el
suelo bajo cuerpo. Justin me aparta los mechones mojados de mi cara y me
parece un gesto demasiado bonito para él, llevo mi mano a su frente y su temperatura
ha bajado.
Beso su frente simplemente porque
esta escena me recuerda cuando cuidé de mi hermano que tenía mucha fiebre y lo
tuve que meter en la bañera con hielo. Apoyo mis manos en su pecho mojado para
separarme de él. Aunque sea Justin me duele
dejarlo así, pero no es nadie para mi ni yo para él. Me levanto del suelo y de
reojo noto como iba a mover su mano para agarrar mi pierna pero se
rinde. Justin tiene el cabello desaliñado, esta mojado y sus ojos siguen un
poco rojo, su pantalón esta todo mojado y me doy cuenta de que se quitó los
zapatos.
- Aléjate de todo esto Hayley-
dice firme.
No sé si mi cuerpo se estremece
porque ha dicho mi nombre o porque su voz sonaba seria. Justin baja la mirada
de mis ojos y se remueve su cabello. Me alejo lentamente de él, aunque me
gustaría quedarme pero no sé ni que decirle ni nada, así que me voy. Antes de
salir del cuarto de baño escucho un puñetazo contra la pared y se me ponen los vellos de punta. Cuando me voy del gimnasio escucho otro golpe y se me saltan
las lágrimas. Me voy corriendo de allí porque no puedo más, porque me gustaría
que mi hermano estuviese allí para cuidarme de lo malo como siempre hizo.
Mientras corro me tropiezo con alguien, solo levanto la vista y veo que es
Tyler, él abre los brazos y yo me meto entre ellos. No dice nada, solo me
abraza y me proporciona el calor que me falta. No me pregunta que hago a estas
horas mojada corriendo por los pasillos y yo tampoco le pregunto a donde iba.
Gracias a Dios, dejo de llorar.
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Creo que se nota que la inspiración me llegó al final e.e Muchas gracias a esas personas que por ask intentan que me llegue la inspiración porque lo consiguen, enserio, muchas gracias <3 El maratón esta cerca don't worry. El juego no dio mucho de si en este capítulo, pero es que todavía no saben (o por lo menos Hayley) lo que se puede conseguir con ese juego e.e PD: perdón por no subir.
Si leíste pulsa el botón Tweet Los comentarios me motivan a subir. MIL GRACIAS POR LEERME Y POR TODO, GRACIAS.