Capítulo 23

Abro los ojos y estoy en mi cama, miro lentamente a mi alrededor ¿qué hora es? Son casi 11 de la noche… Pero si sobre las 5 me tomé la pastilla, ¿tanto tiempo me ha hecho efecto? A la cabeza me viene una imagen, una imagen muy extraña, en la imagen estoy yo tocándole el cabello a Justin, pero eso es imposible… él no está aquí. Me levanto de mi cama despacio, no siento como si hubiera estado durmiendo tanto tiempo, es imposible.

Voy suavemente por el pasillo y me pego a la pared cuando oigo un murmullo en el salón, asomo un poco la cabeza y me encuentro con una escena un tanto extraña. Mi madre, mi padre y Justin cenando. Espera, ¿Justin? Vuelvo a esconderme e intento hacer memoria… ¡claro! Él vino a verme. Me tapo la cara con las manos cuando una sonrisa sale de la nada. Me seco un par de lágrimas y voy a salir cuando Justin habla.

- Voy a ir a ver si se ha levantado- dice algo tímido.

- Claro- dice mi madre- y llévale el yogur con cereales, a ver… a ver si se los come.

Aprieto mi barriga porque al oír yogur esta había rugido.

- Lo intentaré- dice Justin.

Escucho como mueve su silla y yo empiezo a dar pasos atrás, pero mi padre habla.

- Eh… esto… Justin- escucho por primera vez como mi padre duda-. Grace nunca nos habló de ti, pero pareces un gran chico y… bueno… Ya que nosotros no podemos, hazlo por nosotros, por favor, cuida de mi niña… Ella está perdida y creo que tú vas a poder hacer que se encuentre…

- Haré lo que este en mi mano- dijo Justin y volví a oír el sonido de la silla- No quiero ser atrevido, sé que solo me conocen desde hace un par de día. Pero puedo apreciar el cansancio en sus ojos, en los de ambos… ¿Han pensado en tomar unas vacaciones?

- Oh, no, no puedo dejar a mi pequeña sola- dijo mi madre.

- No lo está, estoy aquí yo y bueno… Piénsenlo, ¿de acuerdo? Pueden irse una semana.

- Gracias por preocuparte Justin, pero ya sabemos nosotros lo que nos conviene- dijo mi padre.

- Yo solo… Bueno, iré a ver a Grace.

- ¿Sabes qué?- dijo mi madre- Hace muy buena noche… Podríamos dar un paseo.

- Pero…- dijo mi padre.

- Grace no está sola, está en buenas manos. ¿Cuánto tiempo hace que podemos pasar una noche tranquilos? Demos una vuelta, tomemos algo y luego venimos.

- ¿Y si ocurre algo?... Vale, de acuerdo, vayamos- dijo mi padre.

- Me despido de Grace y vamos- dijo mi madre.

Y desde hace no sé cuánto tiempo, volví a notar una pizca de emoción en las palabras de mi madre. Despacio volví a mi cuarto y me tumbé en la cama, haciéndome la dormida. A los segundos entró mi madre, acarició mi mejilla poniendo un mechón tras mi oreja y besando mi mejilla.

- Te quiero- me susurra.

Y se va despacio, yo mantengo los ojos cerrados hasta que oigo que se cierra la puerta de la entrada. ¿Estamos solos Justin y yo? Abro los ojos rápidamente y me siento. Lo primero que veo es a Justin sonriendo en el marco de mi puerta.

- ¿Sabías que estaba despierta?- pregunto algo sonrojada.

 - Siempre me hacía el dormido para que mi abuelo no me obligara a cambiarme de cama… Tu fallo es la respiración- poco a poco se acerca a mí, pero antes deja un plato en mi escritorio- Tiene que ser una respiración más relajada. Algo tal que así. - Pone su mano en su pecho y respira lentamente- ¿Lo ves?

Siempre que lo miro, sus palabras quedan en un segundo plano… me parece tan hermoso que las palabras se las lleva el viento. Cuando él se da cuenta de la forma en la que lo observo, coge mi brazo por el codo- es la primera persona que no lo hace por la muñeca- y hace que mi mano se quede dónde está su corazón. Ahora me doy cuenta de lo muy cerca que estamos, él delante de mi cama, mi cabeza le llega a su cuello. Noto como mi mano tiembla, pero cuando noto su corazón debajo de mi mano mi respiración se calma y mi mano deja de temblar. Me concentro en por un segundo sincronizar nuestros latidos.

- Así tienes que respirar…. Tranquila, cómo si durmieras- Justin pone su mano encima de la mía.

Mi mano es tan pequeña comparada con la suya. Pero por un acto reflejo, aparto la mano rápidamente, tanto que Justin se asusta y me mira alarmado.

- Yo…- empiezo a decir.

- Te traje un plato con comida- suelta de repente.

Mi barriga vuelve a gruñir, tengo hambre pero no quiero comer.

- No tengo hambre…- susurro.

- Tú barriga no dice lo mismo- dice sonriendo.

 Y su sonrisa es de esas a las que no puedes decir que no. Mierda…. Al ver que no digo nada, sigue hablando.

- Es yogur con cereales, aunque ya lo habrás oído.

- Si- admito.

Justin coge el cuenco y mira mi cama.

- ¿Puedo?- pregunta.

 Yo trago saliva y afirmo con la cabeza. Él se sienta con cuidado a mi lado, aunque noto como la cama se hunde tras su peso. Yo inconscientemente tapo mis piernas con la sabana. Justin mira el bol y mueve el yogur con la cuchara.

- ¿Dos cuchara?- dice y me ira de lado.

- Justin- susurro…

- Vale, de acuerdo, no pasa nada. No te quiero presionar- dice mientras se levanta y deja el bol.

Me empieza a poner de los nervios que me trate tan bien, así que sin quererlo, estallo.

- ¡Si quieres! ¡Si quieres presionarme! Porque crees que si como estaré mejor, todo el mundo quiere que coma porque así cogeré peso y estaré más gorda, eso es lo que todo el mundo quiere. Pero yo no, yo no quiero estar gorda. No quiero comer, ¿de acuerdo? Y deja de intentar evitar el tema o lo que sea, así soy yo Justin, y si no quieres que sea así vete, porque no quiero que cada día hagas como si fuera una chica normal que simplemente esta mala y se le ha ido el apetito por unos días. POR QUE NO SOY ASÍ.

Y de tantos nervios, hago de mis manos dos puños y empiezo a hincarme las uñas, Justin alarmado se pone de rodilla delante mía y en un rápido gesto me coge las manos fuertemente.

- Sé que no eres como las otras - me mira a los ojos fijamente- y eso es lo que me gusta. No estoy evitando el tema, simplemente intentaba comportarme. No sé cómo tratar con esto, ¿de acuerdo? Simplemente… déjame unos días que me acostumbre, de verdad, quiero hacerlo… Simplemente que no sé cómo.

Bajo mi mirada al suelo.

- Esto no es algo que tengas que aprender, esto es una forma de vida. Esto es…

- Es un vicio malo- termina Justin mi frase.

Me doy cuenta que había dejado de apretar los puños, Justin afloja sus manos sobre las mía.

- Y no me vas a echar tan rápidamente- dice como último antes de levantarse, mirándome a los ojos.

- Eso espero- digo en un susurro.

Miro mis manos, donde las de Justin habían estado antes y miro mis vendajes… caigo en que tengo que cambiarlos.

- Tengo que limpiar los…- le señalo la muñeca.

- De acuerdo- dice él y mira el bol de cereales, no sabe si volver a insistiré.

Y voy hacia el bol  y cojo una cuchara, me la meto a la boca… Una sonrisa se forma en su boca.

- Poco a poco- susurra él.

Yo hago caso omiso a su comentario y voy en dirección al cuarto de baño.

- ¿Puedo poner una canción?- me grita.

- Si- digo buscando las cosas para limpiar.

Oigo como desbloquea mi ipod y empieza a sonar You're thereason I come home de Ron Pope…. Yo sonrío tímidamente, esa canción es preciosa. El aparece en la puerta del cuarto de baños, se apoya en el marco.

- ¿Te importa?- me pregunta.

Yo niego con la cabeza, más que importarme me da vergüenza pero no digo nada. Saco unas cuantas gasas y las poco sobre una repisa. Empieza a quitar la venda de la mano derecha, pero una mano me lo impide, levanto la mirada y Justin se está mordiendo el labio inferior nervioso mirando mis muñecas. Él no me pide permiso pero yo dejo que lo haga él.

Empieza con cuidado a quitar las vendas. Una vuelta, dos, tres, ya se empieza a ver algo de mi piel, cuatro, la venda está en la mano de Justin. Deja el trozo de venda en la repisa y coge mi brazo con cuidado, lo observa… Me gustaría ver qué cara está poniendo. Pone su dedo pulgar en la unión del codo en el antebrazo y empieza a bajar, tocas marcas ya antiguas y antes de llegar a las recientes para. Por donde iba su dedo mis vellos se ponían de punta. Justin acerca mi brazo a sus labios y cuando besa mi muñeca un escalofrío recorre todo mi cuerpo. No me da solo un beso, me da dos y luego tres.

“¿Sabes una cosa?” “¿El qué?” “Si yo estuviera allí, te besaría los cortes.” Recuerdo la conversación como si fuera ayer. Intento decir algo, quiero que pare y a la vez que siga para siempre. él abre el bote de alcohol, los puntos están tapados con unas tiras pero hay unas cuantas que no pudieron ser cosidas y hay que limpiarlas. Justin echa alcohol en una gasa y las limpia con cuidado. Coge un trozo de venda y vuelve a vendarme la mano. A continuación coge mi otro brazo y me quita la venda, mira mis cortes y los acaricia.

- Justin…- susurro.

- Los odio- en su voz noto las ganas de llorar.

- Si los odias a ellos, me odias a mi- susurro.

- Esto no eres tú, Grace.

Ahora empieza I don't love you de Ron Pope, al parecer puso a reproducir la carpe de este artista.

- Él es uno de mis cantantes favoritos- le digo.

Justin sonríe y le da un pequeño beso a mi muñeca antes de volver a hacer lo mismo que con la otra, cuando ya está vendada de nuevo, recojo las cosas. Me quedo en el marco de mi puerta.

- ¿Ya te has instalado?- le pregunto.

- Si, donde los invitados.

- De acuerdo- me doy la vuelta para entrar a mi cuarto pero lo vuelvo a mirar, él me sigue mirando, sonriendo- Gracias por lo de…- levanto mi mano- Significa mucho para mí.

- Yo no rompo mis promesas- y antes de entrar a su cuarto me guiña el ojo.

Entro a mi cuarto y cierro la puerta, una sonrisa de oreja a oreja cubre mi cara. Sin pensarlo cojo el bol de cereales y empiezo a comer pensando en él, sonriendo entre cuchara y cuchara como una tonta. Y cuando termino, lo dejo en la mesa, bebo un poco de agua de la botella de mi cuarto y abro la puerta de mi cuarto. Y ahí me encuentro a Justin, con un pantalón de pijama azul y con una camiseta de mangas cortas negras, esperándome.

- Tenía esperanzas de que salieras a mi búsqueda.

Yo sonrío, le cojo del brazo y tiro de él hacia mi cuarto, luego cierro la puerta. Justin se queda en medio de mi cuarto, mirándolo todo detenidamente… y al final deja su mirada en el bol vacío, se gira y me mira. Yo instintivamente me tapo la barriga, quizás ya se note el yogur en mi cuerpo… pero no me da tiempo a pensar más en eso ya que él me rodea con sus brazos. Él es mi interruptor, cada vez que me toca los monstruos se van.

- No me sueltes nunca- susurro.

- Jamás- susurra él.

Levanto mi mirada y lo miro… me siento tan pequeña en sus brazos, me gusta sentirme así. Él mueve sus manos hasta mi cabello, lo acaricia.

- Todavía creo que esto es un sueño, que cuando mañana amanezca tú te habrás ido. Esto es tan… bonito para ser cierto. No me merezco nada de esto- susurro.

- Te mereces esto y más Grace, ojala pudiera darte todo lo que te mereces.

- Contigo me sobra- digo sonriendo.

Justin sonríe de oreja a oreja, su sonrisa es de esas que contagian y sin quererlo me sonrojo y miro al suelo. Él coge mis brazos como si fuéramos a bailar y eso es lo que hacemos.

- Yo... no sé- admito.

Él no dice nada, simplemente me coloca sobre sus zapatillas de estar por casa y lentamente empieza a moverme. Escondo mi cabeza en su hombro e inhalo su aroma: pequeños restos de perfume y jabón. Subo mi mano izquierda hasta su nuca y empieza a hacer pequeños círculos, Justin apoya su cabeza en la mía y besa mi cabello.

- Ya estoy aquí, Grace... Perdóname si tardé demasiado.

- Shhh- susurro.

Justin hace que baje de sus piernas, puedo observar que sus ojos están cubiertos por una fina capa cristalina, para que deje de mirarlos, él aprovechando que tiene cogida mi mano hace que de una vuelta sobre mi misma, al acabar, pone su otra mano en mi cintura y me pega a él.

- Te quiero por todo esto y mucho más- dice cantando cuando termina la canción

Me sonrojo y bajo mi mirada, pero estamos demasiado cerca y mire donde mire, ahí esta él … Ahora suena Rain de Brian Crain, al parecer no iban a ser todas de Ron Pope. Justin respira y cierro los ojos cuando el aire expulsado por su boca da en mis labios, mueve su mano hasta mi mejilla… acaricia mi labio inferior y yo le miro a sus ojos color dorados, esos ojos que me vuelven más loca de lo que estoy.

- No sé dónde están tus límites, Grace. Y me refiero con todo esto- dice lentamente, mientras mira mis labios como un león mira a su presa.

- No he dado mi primer beso, puede sonar loco… Pero no, ha habido gente que se ha intentado aprovechar cuando he estado borracha, pero jamás. Guardo mi primer beso para alguien especial... Igual que mi primera vez.

Justin sonríe de lado.

- ¿Soy lo suficiente especial, querida escritora?- susurra en mis labios, ya no hay marcha atrás.

- ¿Desde cuándo los diarios besan?

- Desde que las escritoras son así de hermosas.

Y baja sus labios hasta mi cuello, hasta el límite del cuello de mi camiseta. Luego empieza  a subir con delicadeza, sus manos están entrelazadas en mi espalda, pegándome a él, no tengo forma de escapar ni quiero escapar... ¿Quién quiere escapar del paraíso? Llega a la comisura de mis labios y se detiene.

- Puedo parar- dice sin separar los labios de mi piel- Podemos hacer que lo nuestro no pase más lejos de la raya de amigos.

Entonces recuerdo lo que sentí aquella vez que leí que me había dicho que me quería, recuerdo el temor... las ganas de huir.... Las fuerzas que me dio para volver a mi casa, sé lo que siento por él... Es algo que jamás he sentido y que dude que vuelva a sentir, sé que será peligroso pero ya no tengo miedo a nada, aun que sé que debería de temer al amor. 

- Necesito que seas algo más que mi amigo- confieso-. Necesito que me enseñes lo que se siente al ser querida… y un amigo no puede hacer eso, Justin. Bésame y haz que desee un segundo beso, haz que desee una eternidad junto a tus labios.

- No me lo pidas dos veces, escritora.

Y cuando una sonrisa cubre mi cara, él posa sus labios suavemente sobre los míos. Sus labios son suaves y blandos, calientes sobre mis labios fríos. Muevo mi mano hasta su mejilla y lo acaricio. Me arriesgo a dar un paso a delante para pegar nuestros cuerpos aún más. Justin abre sus labios e inmediatamente abro yo los míos. Él mueve su mano lentamente por mi espalda, subiendo y bajando. Noto los miles de escalofríos que recorren todo mi cuerpo, noto mis mejillas coloradas y mis vellos de punta. Tanto tiempo para esto… tanto tiempo…. Mereció la pena. Nuestros labios se mueven como si bailaran, todo sincronizado, todo hermoso.

Justin mueve su cuerpo y con él, mueve el mío. Me dejo llevar, ahora soy una marioneta enganchada a sus labios. Noto como mi espalda choca contra una pared, pero no duele... nada duele cuando estoy a su lado. Él dijo que mi vida era un mal vicio, yo creo que se equivocaba, ahora acabo de conocer uno de los peores vicios del planeta, los besos, besos que son largos y parecen cortos, besos que te dejan con ganas de más. Todavía no he acabado mi primer beso y tengo ganas de un segundo.

Tengo los ojos cerrados y no tengo miedo a la oscuridad, noto su mano en mi espalda y sé que nada malo podría ocurrir. Y cuando nuestras lenguas se encuentran, se produce tan explosión de placer que es como si una llama de calor encendiera todo mi cuerpo y me sintiera viva por un segundo... y olvidara todos mis temores. Solo existimos él y yo. Como en esos momentos de película en lo que todo parece borroso menos los dos protagonistas besándose bajo la lluvia, Justin es mi protagonista... y cuando se separa y apoya su frente contra la mía para coger aire, puedo confirmar con toda seguridad que esta es la droga más peligrosa.

- Eres una droga- le susurro apoyando la cabeza en la pared.

- Yo soy la única droga que dejo que tomes- dice sonriendo de lado.

- Acabaré con la existencia- le aseguro.

Y me aparto de la pared para subir a la cama, Justin se sube conmigo. Me tumbo y él a mi lado… Coloco con timidez mi mano en su pecho, es un alivio saber que él esta tan nervioso como yo. Me pongo de lado y Justin deja caer su brazo en mi cintura, tiro de su brazo para sentirlo más cerca. Su calor me reconforta, me hace sentir en casa, ya no soy una turista en mi vida, y es extraño, me da miedo, pero es un miedo que no me importa. Giro mi cabeza y le doy un pequeño beso.

- Buenas noches- le susurro.

- Buenas noches- dice nervioso.

Y entonces recuerdo que él no duerme, al igual que yo… Pero me siento tan cansada y a la vez tan emocionada... Podría dar una vuelta al mundo entero ahora mismo y todavía me quedarían ganas para darle un beso. Vuelvo a girar todo mi cuerpo y me quedo cara a cara, cojo una de sus manos y empiezo a jugar con uno de sus dedos.

- ¿Qué era lo que más te gustaba de tu abuelo?- le pregunto.

- Que aun que tuviera 6 años él me habla como si fuera un adulto, para él no era un simple niño…- para y respira profundamente- Lo echo de menos, Grace- susurra mirando nuestras manos.

- Alguien no se va hasta que desaparece de nuestras mentes y yo sé que tu abuelo jamás se irá.

Justin cierra los ojos y hace que entrelacemos nuestras piernas… Yo le beso en la mejilla.

- Mañana será un nuevo día, en el que olvidaremos el pasado y nos seguiremos preocupando por el futuro, pero ahora, mientras dormimos… no nos preocupamos por nada y es ahí, donde yo creo, que es cuando únicamente nos preocupamos por el presente.- dice Justin- Mi abuelo antes de dormir siempre me decía una frase y esa, fue una de las últimas que me dijo. 

Yo puse mi dedo índice en sus labios.

- Pues hagámosle caso y preocupémonos del presente ahora. 

Justin volvió a cerrar los ojos y yo le imité, con todas mis fuerzas intenté dormir y lo conseguí cuando puse mi mano sobre su corazón y él puso la suya encima de la mía,  entonces sentí que no estaba sola, que ya jamás estaría sola.

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¿Qué haría yo sin Ron Pope? vjvthrtvjrvvyvjehjtvyhvehjrvyervthjerhj Este ha sido un capítulo largo y la verdad es que a mi, personalmente, me ha gustado... Ahora es vuestro turno de juzgarlo... Quizás esperabais otra cosa, un beso más apasionado pero yo creo que esta novela no se trata simplemente de besos y sexo, aquí hay algo más y espero que lo sepáis apreciar (': Pero no os equivoquéis, no digo que no vayan a hacer el amor... quien sabe... dejar que el tiempo fluya... Todavía quedan muchas cosas por pasar. Mil gracias por gastar tiempos maravillosos de vuestras vidas en leerme y en comentarme, en hacerme feliz con vuestras hermosas palabras.

Y recordar que detrás de las  ☁ siempre habrá un ☀ resplandeciente esperándoos. LOVE YA.

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