- ¿Abby?- al no recibir ninguna
respuesta volví a golpear en su puerta- ¿Abby? ¿Estás ahí? Soy Hayley.
Pero nada, nadie contestaba y la
puerta estaba cerrada con llave. Llevaba desde ayer por la mañana sin verla y
necesitaba hablar con ella. Decidí buscar a Eddy por si casualidad él supiera
algo de ella. Lo encontré en las mesas de la cafetería de fuera bebiendo algo de
un vaso de plástico.
- Hola- dije algo nerviosa.
Estaba tan concentrado en su
bebida que cuando le hablé levantó su mirada rápidamente, cuando me vio se
relajó.
- Hola Hayley, ¿todo bien?
- Bueno, regular, ¿has visto a
Abby hoy? Es que no la encuentro.
- ¿No te ha buscado esta mañana
para estudiar?- me preguntó.
- No, llevo sin verla desde ayer
y me preocupa…
Él se levantó, se bebió lo que
quedaba del vaso y lo tiró a la papelera más cercana.
- Quédate aquí, iré a buscarla.
Eddy iba a salir corriendo por mi
lado pero lo agarré del brazo.
- No, no me voy a quedar aquí. Dime
un lugar donde pueda mirar.
Se queda un segundo mirándome, no
sabe si confiar en mí y no me importa si cree que no soy de fiar, yo a él
tampoco le conozco pero jamás haría algo que dañara a Abby.
- Ve a la cabaña del jardinero,
donde guarda las herramientas. Está como a diez minutos de aquí en dirección a
los árboles.
- Vale, gracias.
Eddy se aleja de mi lo bastante
rápido para que no pueda cogerlo y yo lo imito, voy corriendo hasta la puerta
trasera de esto, donde todos están fumando o jugando a alguna tontería. El
suelo está húmedo por la simple humedad que está haciendo hoy, lo que hace que
parezca que hace más frio del que hay de verdad. Después de varios minutos
andando lo bastante rápido encuentro una pequeña cabaña de madera, por la
ventana puedo ver que la luz de dentro está encendida. Antes de ir a la puerta
miro por la ventana y logro ver a Abby sentada, mirando a la pared como si
hubiera algo ahí que tiene que descifrar. Parece una niña pequeña a la cual su
madre le ha regañado y está buscando un escondite. Voy hacia la puerta y la
abro sin pegar, Abby levanta su mirada asustada, ¿quién se cree que voy a ser?
¿El lobo feroz que se la va a llevar?
- Eh, soy yo- digo.
Ella sonríe con una sonrisa
pequeña y mira para otro lado de la cabaña. Yo entro y cierro la puerta detrás
de mí, la cabaña es pequeña y la mitad de ésta está ocupada por utensilios del
jardinero, aun así hay un ambiente muy confortable. Voy
hasta donde está ella y me siento en el suelo a su lado.
- Hola- le digo-. Hacía mucho que
no estábamos las dos solas.
- Si- dice ella, casi susurrando.
- No ha sido mi intención
alejarte- digo mirándola pero ella evita el contacto visual-. Hoy te he echado
mucho de menos- ella no me contesta, simplemente vuelve a mirar a la pared con
la mirada perdida-. Que lugar más apartado del mundo, se está bien aquí.
¿Conoces al jardinero?
Ella afirma con la cabeza.
- Él me la suele dejar cuando yo
quiero.
- ¿Por qué estás aquí?- pregunto.
Ella se mira las manos antes de
posa su mirada en mí, la imagen que tengo de Abby de una chica con mucha
energía es como si fuera mentira. Tiene sus ojos algo cansados y no ha sonreído
tanto.
- Sentía que todo se me estaba
viniendo encima- me contesta.
Yo llevo una de mis manos a su
pierna y la acaricio, quiero que sepa que no está sola, que hay cargas que es
mejor compartirlas y que no me importa que la comparta conmigo.
- Mi hermano cuando solía estar
agobiado por los estudios y demás también solía tomarse unos días libres- digo
y ella me mira a los ojos por segunda vez-. Creo que estaría feliz de saber que
tengo una amiga.
Sus grandes ojos se vuelven a
abrir y tienen ese pequeño brillo que yo conozco.
- ¿Amiga?
- Bueno, creo que ya podemos
definir nuestra relación, ¿no?- digo sonriendo.
- Ya iba siendo hora- dice riéndose.
Me levanto del suelo y sacudo los
trocitos de serrín y césped que tenía en mis pantalones. Tiendo mi mano hacia
ella y la coge, la ayudo a levantarse y abro la puerta dejándole paso para que
pase primero.
- ¿Me he perdido algo importante?-
me pregunta.
- Bueno, depende de lo importante
que te parezca que Camille me haya tirado un plato de espaguetis a la hora de
la comida.
- ¿Enserio?- me pregunta y se empieza
a reír.
- Lo mejor es que estaba con
Tyler y cuando ella lo vio fue como si se asustara de él, fue la primera vez
que veía a Camille asustada. Tendrías que haber visto la cara que se le puso.
Abby se había quedado callada y
la miré, tenía la cara de que había visto un fantasma o algo parecido.
- ¿Qué ocurre?- pregunté- ¿Qué ha
pasado entre Tyler y Camille?
- No me vas a creer- me dijo.
- Bueno, si no me lo dices jamás
lo sabrás.
Ella cogió aire y me miró, ahora
me había asustado un poco porque recordaba la actitud de Justin después de que
se lo contase también a él.
- Tyler le hizo pasar un infierno
a Camille- me dijo-. Se aprovechó de ella, la obligaba a hacer cosas aunque
ella no quisiese.
- ¿Qué?- dije a punto de reírse-.
¿Tyler y Camille? Tyler no sería capaz
de hacer algo así.
- Las personas no son lo que
aparentan, pero no me importa si no me crees- me dice-. Algún día te darás
cuenta por ti misma y listo.
- Pero me estás diciendo que
Tyler la violó.
Abby no me contestó nada,
simplemente se encogió de hombros. Yo no la quería creer pero, ¿qué ganaba ella
mintiéndome? Y sobre todo con algo relacionado a Camille.
- Abby…- pero ella me cortó la
frase.
- Yo no te voy a mentir, te dije
en su día que te diría la verdad porque te la mereces, pero hay cosas en las
que no me tendría que meter así que si quieres saber algo más pregúntales a uno
de los protagonistas.
Llegamos ya al internado, Eddy nos
estaba esperando en la entrada. Me pregunto si él estaba seguro de que estaba
allí y en vez de ir él me mandó a mí.
- La has encontrado- me dijo
sonriendo.
- Si, gracias por ayudarme- le
contesté.
Cuando llegó la hora de la cena,
no podía dejar de pensar en la nueva noticia que tenía sobre Tyler, la que
rompía mi idea de cómo era él pero aun así no podía dejar que eso me
confundiera si no sabía realmente lo que había pasado. Terminé de cenar, hice
varios ejercicios para el lunes y fui a arreglarme porque quedaba media hora
para las doce.
Se me habían quitado las ganas de
bailar cuando iba de camino al gimnasio, podía ver la luz encendida y sabía que
él estaba dentro. ¿Y si fuese verdad? ¿Y si hace lo mismo conmigo? Empujé la
puerta de cristal y Tyler giró su cabeza para mirarme.
- Me gustaría que hablásemos- le dije.
- ¿No vas a bailar?- me pregunta.
- La verdad es que no tengo
muchas ganas ahora mismo- dije mientras iba hasta a su lado y me senté.
- Bueno, pues hablemos.
Busqué sus manos y las agarré, lo
miré a los ojos y esa mirada no era de alguien que sea capaz de hacer algo así.
- Sé que no estoy en condiciones
que echarte nada en cara por lo que pasó ayer con Justin… Todavía no sé cómo pedirte
perdón aunque no fuese mi culpa pero… Bueno, eso es otra cosa.
- Hayley- dijo él, parándome-. Lo
del viernes… Era demasiado bonito como para ser cierto, algo podía salir mal y
salió. Además, no puedo decir nada, porque tampoco somos algo como para yo
poder retenerte de alguna manera. Tú eres libre de hacer lo que quieras hacer.
- Pero yo no quiero hacer algo
que no sea contigo.
- Pero tampoco quieres un novio-
dijo él.
Negué con la cabeza.
- No me siento capaz de tener un
novio y sobre todo, no te conozco, quizás estamos una semana juntos y ya no nos
aguantamos más- dije sonriendo-. Quizás en un futuro sí, pero ahora mismo no
puedo tener nada serio.
- Y te entiendo- dice él y poniéndose
sobre sus rodillas se acerca para besarme, un pequeño beso en mis labios-. Y
por ahora me conformaré con eso.
Sonreí, Abby tenía que estar
equivocada de alguna manera. Me acerqué más a él y colocando mis manos en su
cara le devolví el beso.
- ¿No venías a decirme algo?- me
preguntó.
- Cierto- dije sonriendo algo
avergonzada-. ¿Qué ha pasado hoy en la cafetería con Camille?
- Temía que me lo preguntases-
dijo llevándose la mano a la nuca, ahí temí que fuese cierto-. Ocurrió hace ya
un tiempo… ¿Sabes eso de estar las personas equivocadas en el momento más
inoportuno? Pues algo así pasó. Yo había bebido y Camille también, estábamos en
una habitación buscando algo, ahora no me acuerdo y por un segundo vi en ella
la chica que me gustaba desde hace tiempo. Quise besarla y ella se apartó, yo
no supe cómo controlar mis fuerzas y al final ella cedió- Tyler paró por unos
segundos y levantó su mirada al techo-. Tú sabes cómo es ella, después de eso
siempre dijo que yo la obligué y que todo fue mi culpa. Pero ella podía haberse
ido, haberse defendido de alguna manera. Pero no lo hizo.
Le acaricié la mano que agarraba
la mía, él me miró y me sonrió.
- Gracias por decírmelo- le dije.
- Gracias a ti por no juzgarme.
- Todo el mundo comete errores,
Tyler.
Él se acercó a mi cabeza y me
beso en la frente. Cerré los ojos y disfruté de la sensación que me aportaba.
No sé cuánto tiempo estuvimos ahí, él luego pasó su brazo por mis hombros y me
abrazó, hablamos de cualquier cosa y a la vez de nada, después el me acompañó a
mi habitación y me dio un beso de buenas noches.
Cuando encuentre la manera en la
que pueda poner el despertador para que solo suene de lunes a viernes estaría
feliz, no como ahora que un domingo el despertador suena como si fuese lunes y
no me deja descansar. Cuando voy a apagarlo para volver a conciliar el sueño
veo que en el suelo hay un trozo de papel, miro la ventana y está cerrada no
puede haberse caído de la mesa por una corriente de aire. Me levantó y lo cojo.
Cuando te despiertes sube todas
las escaleras hasta llegar a la azotea de este edificio. Tenemos que hablar-
Justin.
Miré la hora y eran las siete y
media, ¿cuándo se había levantado? O mejor, ¿acaso había ido a dormir? La nota
me había desvelado, así que me puse una sudadera de mi hermano, me até las
deportivas y salí de mi cuarto. Me resultó gracioso que cuando pasé al lado de
los servicios se pudiese oír una ducha encendida, ¿enserio había gente que
madrugaba los domingos? Empecé a subir escaleras, había subido como tres
escaleras cuando al final del pasillo de esta planta vi una escalera de metal más
pequeñas e improvisada que las normales. La subí, la escalera temblaba un poco
y sonaba cada vez que daba un paso, llegué a una puerta que la abrí y vi que
había llegado a la azotea. Era un pequeño espacio que había en medio del
tejado, donde estaban los tubos que suponía que eran de la ventilación, algunas
botellas rotas y algo más de basura. No se me hizo difícil distinguir a Justin,
estaba de pie, apoyado en un tubo observando el cielo que seguía negro, pero
que no iba a seguir así por mucho tiempo más. Llegué hasta él intentando
protegerme del viento mañanero. Me coloqué a su lado y lo observé, llevaba unos
vaqueros oscuros y un jersey color verde botella, en su mano izquierda tenía
una botella de la cual acaba de pegar un sorbo.
- ¿Quieres?- me dijo.
- No- podía adivinar que era y no
quería emborracharme casi a las ocho de la mañana.
- ¿Por qué tan pronto?- le
pregunté.
- Yo no te he citado a ninguna
hora, podías haberte levantado a las doce y yo seguiría aquí.
- ¿No ibas a hacer otra cosa hoy?
- Por ahora no tenía nada más
importante que hacer.
Lo miré a él y después observé el
sol que empezaba a salir por el horizonte, de pequeña siempre tenía miedo de perdérmelo
cuando iba con mi hermano a verlo, porque puedes pestañear y el sol a salido
ya, es tan rápido y a la vez tan lento.
- ¿Ya sabes que me vas a pedir?-
le pregunté. Él afirmó con la cabeza y le dio un nuevo buche a la botella- ¿Y
qué es?
- Yo tengo una chica de la cual
yo soy su patrocinador, la apoyaba mientras ella luchaba y le buscaba las
mejores peleas. Pero ha recaudado el dinero que necesitaba y me ha dejado,
ahora necesito a alguien para sustituirla.
Tardé en asimilar lo que me
estaba pidiendo.
- ¿Quieres que pelee? ¿Cómo tu
hiciste?- pregunté- ¿Estás loco? No aguantaría ni una ronda.
- Por eso tiene que prepararte, el
martes hay una pelea de chicas y te voy a llevar para que veas cómo va la cosa.
- No, no quiero. No voy a poner en
peligro mi vida tan solo por saber algo de tu pasado.
Me iba a ir cuando Justin me
agarró del brazo.
- Hayley, toda esta tranquilidad
va a acabar pronto y está en tus manos si quieres saber cómo defenderte o no,
porque ahí sí que no vas a aguantar ni una ronda. Lo estoy haciendo por tu
bien.
- ¿Desde cuándo te importa lo que
me pase?
Justin me miró a los ojos y yo
miré a los suyos. De reojo podía notar como los primeros rayos de sol me daban
en la cara, sentía la luz cálida en mi mejilla. No aparté mi mirada ni él
apartó la suya.
- Haz lo que quieras bailarina,
pero luego no digas que no te avisé- dijo y me soltó del brazo.
Lo volví a mirar, la mirada de
Justin era pensadora, me recordaba a la de Abby en la cabaña, a la de Eddy
cuando lo encontré bebiendo del vaso. ¿Qué iba a ocurrir? ¿Por qué ahora? ¿Y
por qué me iba a afectar a mí? Hay veces que para averiguar las respuestas
tienes que meterte en la boca del lobo, y eso hice.
- Acepto- le dije.
Antes de irme pude ver como la
sonrisa de Justin se extendía de oreja a oreja.
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El viernes o el sábado subiré los otros dos capítulos que pertenecen a este maratón. Perdonadme por todo el lío que ha habido de cuando subía capítulos pero es que no he sabido organizarme, fallo mio. Lo más seguro sea que ahora suba algún adelanto de lo que va a pasar en la segunda parte del "maratón". MUCHAS GRACIAS POR COMENTAR, ENSERIO, GRACIAS *-* Y también gracias por decirme lo que os gustaría que pasara y si voy bien o mal (':