Ya era jueves
por la noche, después de un examen por la mañana y una tarde cargada de
ejercicios de matemáticas que nos costó sacar a Abby y a mí, y eso que a ella
se le dan fenomenal, me encontraba en la sala del gimnasio espero a Justin. La
noche del lunes fue la única extraña porque la del martes y el miércoles fueron
normales, él me daba órdenes y yo las cumplía, pero ningún rozamiento fuera de
lo normal. Mentiría si no dijera que no hubo nada, pero lo único que hacía era
decir comentarios sarcásticos, de los cuales yo pasaba, y algún intento de
tocar más de la cuenta. Pero no se pasaba y lo agradecí porque me he dado
cuenta que echaba de menos esto, entrenar todo los días y tener mi cuerpo en
movimiento, esto hace que no piense en otras cosas y mantenga la mente fría.
Ayer conseguí
comprar unos billetes de avión para el sábado desde un ordenador de la sala de
estudios, menos mal que mis padres me habían dejado una cuenta para los
imprevistos. Todavía me sonaba a loco la idea de volver a mi pueblo pero una
parte de mi no encontraba un mejor lugar en el que estar. No podía estar con
mis padres así que decidí visitar a mi hermano. Esperaba que nuestra casa
siguiera vacía, sin ningún ocupa me refiero, y que la llave que hay escondida
siga ahí.
Doce y diez, Justin
no ha llegado todavía y me extraña la verdad. Él suele ser el puntual y yo la
que siempre llega tarde. Decido salir al pasillo a ver si estaba ya de camino,
entonces veo una figura pero no es su figura musculosa es una más pequeña, es
Eddy.
- Hey- le llamo,
él se gira asustado-. Tranquilo soy yo.
Me acerco a él,
Eddy mira a sus lados un poco nervioso.
- ¿Qué haces
aquí?- me pregunta.
- Estaba
entrenando… ¿y tú?
- Yo… eh…-
intenta evitar mirarme a los ojos-. No podía dormir.
- Ah, bueno,
¿sabes dónde está Justin? Habíamos quedado para que me diese una cosa.
- No, pero
supongo que estará en su habitación durmiendo.
- Vale, gracias.
Por cierto… ¿su habitación cuál es?
- La 163.
- Gracias.
- De nada- antes
de sonreír vuelve a mirar a su derecha.
Yo sigo mi
camino hacia el ala de los chicos, pero me escondo en muro que salía de la
pared y me giro, cuando miro a Eddy está haciendo señales con la mano y de
enfrente suya aparece una persona tapándose la cara con la capucha. ¿Será una
chica? Decido no meterme en lo que no me llama y sigilosa sigo mi camino hacia
su habitación. No es que Justin sea ahora el chico que mejor me caiga pero
cuando no se está comportando como un cabrón no es mal tío, tiene una
personalidad fuerte y eso algunas veces es bueno… pero eso no quita que haya
algo dentro de mi que me dice que no tengo que fiarme nada de él. Llego a su
planta y cuando me ponto delante de su habitación y voy a abrirla descubro que
está abierta.
Lo primero que
veo es la habitación vacía, poco decorada y sobre su cama una mochila pequeña y
algo de ropa dentro de ella, una cosa que me hace dar unos pasos hacia atrás y
chocas con una lámpara es una pequeña pistola sobre la cama, consigo agarrar la
lámpara antes de que se caiga, cuando me vuelvo a girar hacia la cama veo que
algo en la ventana abierta se mueve.
- ¿Bailarina?-
es él.
Me fijo en la
ventana y veo como su cabeza se asoma desde afuera, lleva un cigarro en su mano
izquierda. En ese momento lo primero que se me ocurre es como cojones está
flotando hasta que caigo en que hay ventanas que tiene como un pequeño trozo de
piedra donde cabe una persona fácilmente. Al ver que no respondo porque mi
mente sigue pensando, después de haber aclarado el caso de su levitación, en la
pistola que hay sobre la cama.
- Sabía que te
iba a ver pronto en mi habitación, pero no tan pronto- dice mientras entra por
la ventana.
- Te estaba
esperando y no viniste.- intento quitar mi mirada de la cama pero no puedo.
- ¿Qué hay en la
cama que tanto te inquieta muñeca? O es quizás lo que podríamos hacer ahí lo
que te come la cabeza.
Ahí me vi
obligada a mirar a otro lado, Justin apagó el cigarro lo tiró por la ventana, miró a la cama.
- Ah, eso- dijo
como si nada.
- ¿Tú estás
loco? ¿Cómo tienes eso ahí?
- Hay veces que
tu preguntas me ofenden, Hayley, ¿enserio me estás preguntando eso?- Justin
coge la pistola, entre sus manos se ve más pequeña aún- ¿Qué te crees que soy?
¿Qué te crees que hago?- Justin estira los brazos y apunta.
- ¿Qué haces?
¡Baja eso idiota!- por puro instinto me aparte.
- Esta
descargada- dice tirándola a la cama-, pero por poco tiempo.
- ¿Qué vas a
cazar conejos?
Justin no puede
evitar una pequeña sonrisa.
- No soy un
monstruo Hayley, yo no mato lindos conejos. Yo mato personas.
No pude evitar
reírme, ¿él?
- Esa risa me ha
ofendido- dijo mientras guardaba la pistola.
- Perdona pero
no te veo capaz de matar a nadie.
- Muchas veces
no solemos ver las cosas malas que la gente es capaz de hacer.
Justin quita su
mirada de mi y pude haber notado en él un poco de melancolía como si esa frase
fuera con doble sentido pero si es así, yo no supe pillar lo que me quería
decir.
- Bueno, deja
hablar y vamos a entrenar.
- Hoy no puedo
princesa, lo siento.
- ¿Y eso?
- Cosas de
mayores- dijo guardando unas cosas en las maletas.
- ¿Te vas?
- Voy a hacerle
una visita a tu amigo Tyler- Justin cerró la cremallera de la mochila.
Pude notar como
mi cara cambiaba de su tono normal a un blanco, no me gustaba el tono de su voz
y menos todavía las intenciones con las que iba. No había hablado con Tyler
desde que se fue pero lo echaba de menos algunas veces y no me parecía buena
idea dejar que Justin fuera a molestarle sabiendo que él lo único que está
haciendo es cuidar de un amigo que Justin hirió.
- ¿Quieres que
le diga algo de tu parte? Te echo de menos cielo, a ver cuando vuelves, besitos
Hayley, ¿eso te parece bien?- dijo mientras se colocaba las zapatillas, se puso
de pie y fue hacia mí- Cierra a puerta cuando te vayas.
Me moví hacia la
izquierda interponiéndome en su camino.
- Tú no vas a ninguna
parte- dije firme.
- Hayley…-
susurró él-. Déjame.
- No. No te voy
a dejar que le hagas daño a nadie.
- Como no te
muevas la que va a salir herida eres tú y te digo yo que Tyler no es una
persona por el que merece la pena arriesgar tu vida.
- Atrévete a
hacerme algo, que te enteras.
Justin suspiró y
dejó la mochila en el suelo.
- Tú has
querido.
Se remangó las
magas de la sudadera, me estaba esperando un golpe y me puse a la defensiva
como él me había enseñado pero en vez de eso lo que hizo fue cogerme como a un
saco de patatas, colocando mi estómago en su hombro.
- No, no, no.
Pelea como un hombre, Justin suéltame y pelea- estaba dando patadas pero él era
como una roca.
- No voy a
pelear contigo, no te voy a dar lo que quieres.
Justin me empezó
a mover por la habitación.
- Cabrón,
suéltame, gallina, ¿qué te crees que no te puedo vencer? O sabes que sí y por
eso no lo intentas.
De repente
Justin me dejó caer sobre la cama y me agarró de las muñecas.
- Tengo muy
claro que yo ganaría y tranquila que por ser mujer no te veo inferior, la cosa
es que quiero guardar todas mis fuerzas para tu amigo.
Justin me había
soltado e iba a por su mochila, ya no sabía qué hacer para detenerlo.
- Te reto a que
no vayas a por él esta noche.
- ¿Enserio?-
dijo girándose- Cuando te dije de jugar a ese juego esperaba retos en plan, no
sé, mejor.
- ¿Entonces qué?
Justin volvió a
suspirar y soltó la mochila en una silla.
- Si no es hoy
será otro día.
Yo me levanté sonriendo de la cama.
- ¿Dónde te
vas?- dijo él- Si yo me quedo aquí tú también, te reto a pasar a noche conmigo
en ropa interior.
- ¿Qué quieres
que coja una hipotermia?- pregunté.
- Ya te doy yo
calor, tranquila.
Justin sin
quitar la mirada de mi empezó a quitarse la camiseta, su cuerpo era perfecto no
estaba demasiado ejercitado pero sus músculos estaban marcados. La venda que
cubría sus costillas ya no estaba, he incluso los moratones habían desaparecido
de su cuerpo. Podría ser el chico ideal de cualquier persona menos el mío,
quizás no me mereciera gran cosa pero a mi hermano le juré que no acabaría con
un chico así y cumpliré la promesa. Él me dijo que no podía estar con un chico
que me quisiese menos que él así que mis novios del pueblo solo duraban apenas
unos meses porque ninguno me llenaba, me sentía vacía con ellos.
Justin tiró la
camiseta y empezó a desabrocharse los pantalones, se quitó los zapatos y decidí
que era hora de que apartara mi mirada. Me quité mis zapatos y me metí dentro
de las sabanas, una vez ahí dentro me empecé a quitar la ropa hasta quedarme en
bragas y sujetador. Siempre me ha encantado el tacto de las sabanas sobre la
piel desnuda. Justin dejó su pantalón junto la camiseta y me sonrió mientras se
acercaba a la cama, yo estaba pegando a la pared así que él solo tuvo que
apartar las sábanas y meterse dentro. Cuando su pie rozó mi pierna mi corazón
empezó a latir rápido no sabía cuánto iba a poder dormir pero la cama era muy
cómoda y mis ojos empezaban a relajarse. Justin se giró hasta quedarse
mirándome, la habitación estaba en silencio, solo se oía al aire chocar con la
ventana.
- No me toques-
le dije.
- Eres muy
aburrida bailarina- dijo sonriendo.
- No quiero
estar aquí así que no estoy de buen humor.
- Si no quieres
te puedes ir- dijo mientras miraba al techo.
- Claro, pero
luego me tendría que acostar contigo y como que no.
- Pues entonces
solo te queda aguantarte- se encogió de hombros.
- Ya- me giré
mirando hacia la pared-. Idiota.
- Buenas noches,
Hayley.
- Lo mismo digo-
susurré y recibí de él una risa silenciosa.
Yo solía dormir con
mi hermano, me he pasado muchas noches en su cama sobre todo cuando había
truenos y también he dormido con más chicos. En un aniversario de mis padres se
fueron a cenar y a un hotel luego, entonces estábamos solos en la casa y mi
hermano invitó a unos amigos a dormir, yo dormí con mi hermano y un amigo suyo
en la cama de mis padres fue gracioso porque me contó un cuento para dormir.
Pero dormir con Justin era diferente, quiero decir, no sabía si en algún
momento se le iba a escapar la mano o si cuando me despertara estaría desnuda.
- ¿No puedes
dormir?- dijo.
- No estoy muy
cómoda que digamos.
- ¿Por qué?
¿Tienes frio? – preguntó y noté su mano caliente en mi muslo, un escalofrío
recorrió todo mi cuerpo.
- No, estoy bien
y aleja esa puñetera mano si no te quieres quedar manco.
No dijo nada
pero apartó su mano y noté como giraba su cuerpo ahora estábamos espalda contra
espalda. Me intenté mentalizar con que si me dormía antes más rápido se me iba
a pasar la noche, así que conté varias veces unas cuantas ovejas pero lo que de
verdad me tranquilizó fue escuchar la respiración de Justin más lenta y
profunda, le miré de reojo y estaba dormido. En ese estado de paz parecía un
ser indefenso las expresiones de su cara estaban relajadas y no tenía esa
sonrisa seductora que siempre pone. Poco a poco noto como la habitación va
desapareciendo y consigo dormir.
Justin
Escucho un
disparo que me despierta, sé que lo he soñado, sé que el disparo ha sido en mi
sueño porque noté como mi hombro empezaba a sangrar antes de despertarme en mi
cuarto. Mi cuerpo da un pequeño salto, es como cada noche, ese disparo que no
me deja tranquilo desde el momento en el que pasó. Lo primero que hago es mirar
a mi alrededor, Hayley tiene la cabeza apoyada en el colchón mirando hacia mí y
su brazo derecho está sobre mi abdomen, su pequeño brazo de bailarina resalta,
se le ha bajado la sabana y puedo apreciar su espalda casi desnuda, aunque la
oscuridad me impide apreciarla con claridad, todavía es de noche, lo sé porque
no entra ni un rayo de luz por la ventana. Aparto su brazo de mí y me levanto,
en el reloj pone que son las 5 de la mañana. Cojo mi camiseta que está en el
suelo y me la coloco, hace algo de frío. Me siento en la silla de mi escritorio
y me colocó mirando a la cama, cojo un cigarro y lo enciendo. Su respiración no
es tan acelerada cuando duerme y tampoco es tan mandona, sigue teniendo las
mismas fracciones de bebé. Adoro ver a las mujeres dormir, creo que es mi
pasatiempo favorito. Es como ver a un ángel dormir. Hay veces que desearía
poder haber tomados otras decisiones, pero seguramente no estaría aquí viéndola
dormir y puede sonar loco pero repetiría todas mis malas elecciones si luego me
prometiesen que la vería dormir.
Los cigarros se
van igual que las horas. Me arrepiento de no haber ido a por Tyler, haber
acabado con él habría solucionado tantas cosas… pero si él desapareciese yo
también tendría que hacerlo, todos nos iríamos porque no habría nada que nos
uniese. Hayley se mueve y se destapa con la pierna, ahora está boca arriba y
puedo ver todo su cuerpo. Apago el último cigarro del paquete y me pongo de
rodillas en la cama. Me quedo mirándola fijamente, está frunciendo el ceño, me
gustaría saber que soñaba, coloco mi mano en su mejilla y la separo rápidamente
cuando su ceño se relaja y sonríe. Es como un bebé. Me pongo de pie y busco
rápidamente mis pantalones, cojo la llave de la habitación y salgo corriendo de
la habitación.
Cruzo todo el
pasillo de los chicos y bajo y subo escalera hasta llegar a la parte de las
chicas. Sé llegar a su habitación y sé que estará despierta. Pego en la puerta
cuatro veces y ella me la abre. No sé cómo Camille puede estar tan bien incluso
a las cinco de la mañana, su cabello está perfectamente arreglado y lleva un
camisón que le he tirado ya unas cuantas veces. No la quiero y no me quiere,
somos más como hermanos y es un poco raro que mi mano vaya directamente a su
trasero y la suya a mi cuello si somos como hermanos, pero por desgracia
ninguno de los dos tiene suerte en el amor así que nos conformamos el uno con el
otro. La llevo hasta la pared y pego su espalda contra ella, por un segundo
paro de besar su cuello y pego un puñetazo en la pared, ella empieza a
susurrar.
- Está bien
Justin, tranquilo, no pienses.
Cierro
fuertamente mis ojos, tanto que duele, e intento no pensar pero es difícil
cuando todos los recuerdos están ahí.
- Justin, mírame
estoy aquí- susurra Camille.
Pone sus manos
en mis mejillas y pega nuestras frentes, abro mis ojos y veo los suyos
enfrente. Coge una de mis manos y la lleva a su muslo y empieza a subir por
debajo de su camisón.
- Sabes que si
por mi fuera te quitaría todo el dolor que sientes- Camille empieza a gemir-,
pero no puedo. Ojala nada hubiera pasado cariño.
Intento mantener
la mente fría, pero todo vuelve a mi cabeza, me muerdo mi labio inferior y
llevo Camille hasta la cama, la suelto brutamente, porque desde pequeño me
enseñaron que las cosas dolorosas son las que te dejan marcado, como el
disparo, como lo que él hizo… Ese tipo de cosas. El camisón ya ha desaparecido
y de una forma u otra con él mis pensamientos. Porque cuando le haces el amor a
una mujer en tu mente solo tiene que estar ella.
Hayley
- ¿Vas a tardar mucho?- pregunté mientras veía como se ponía los zapatos.
- No, tranquila. Pero tampoco me esperes despierta- se puso de pie y me besó la cabeza.
- No, no- sonreí-. Pero cuando llegues me avisas.
Él afirmó con la cabeza y se fue a mirarse al espejo, lo notaba algo agitado, nunca se había mirado tantas veces al espejo.
- ¿Estas bien?
- Claro. ¿Por qué?
- Te noto algo inquieto.
- Sabes que las fiestas no son mi fuerte.
- No sé para que vas.
- Yo me integro en la sociedad, no como tú renacuaja- él puso su mano en mi cabeza y me removió el cabello.
- Si me caen todos mal de este pueblo, ¿qué voy a hacer?
- Haz como yo, busca amigos de otro pueblo.
- ¿Cómo esos que vienen a casa? Ya hacen mucho que no vienen.
- Ya... - su mirada se puso seria-. Hay veces que la gente no es lo que te esperas, ellos querían salir de fiesta y yo no, hay veces que las decisiones que tomamos y creemos que son mejores para nosotros nos separan de los que creíamos nuestros amigos.
- Se os veía muy juntos.
- Ya, bueno, dejemos el tema.
Sonó la bocina de un coche.
- Me voy ya pequeña.
- Vale, ten mucho cuidado.
- Siempre lo tengo- dijo mientras sacaba su teléfono del bolsillo, se quedó leyendo un mensaje y tragó saliva, luego sonrió.
- ¿Pasa algo?
- Nada, que me toca a mi conducir hoy. Te quiero.
- Y yo a ti.
Fue ya para su puerta cuando se giró.
-Hayley, ten mucho cuidado ¿vale?
- Si solo voy a salir con mamá a cenar porque no le apetece preparar nada.
- Ya tonta, pero que tengáis cuidado nunca puedes saber si hay alguien ahí fuera que te quiere hacer daño, no te fíes de nadie y si alguna vez te tienes que fiar de alguien deja que se gane tu confianza.
- Venga, vete pesado.
Fui y lo abracé, él me dio uno de sus típicos abrazos de esos que me dejaban sin aire pero me encantaban. Puso su mano en mi espalda y me acarició, entonces empecé a sentir un cosquilleo por todo mi cuerpo y mi hermano empezó a desaparecer de mi mente, todo era una gran mancha negra y cuando abrí los ojos lo primero que noté fue una mano acariciando mi espalda desnuda. Busqué las sabanas con mis manos y me tapé sentandome en la cama, cuando me giré vi a Justin sonriendo en el filo de la cama ya vestido.
- No te despertabas- dijo él escogiéndose de hombros.
- ¿Qué hora es?
- Las ocho y media.
- ¿Qué? - me levanté corriendo de la cama y me empecé a vestir rápidamente- Abby va a estar esperandome, ay Dios, tenía que haberme puesto un despertador, mierda, mierda.
- Ese vocabulario jovencita.
- Cállate si no quieres acabar mal.
- Cuanta energía por la mañana, ¿con quién has soñado? ¿Conmigo?
Me quedé unos segundos quieta recordando el sueño, la última vez que había visto mi hermano con vida y la última vez que lo había tocaba.
- Qué más quisieras.
- Yo he soñado contigo- Justin se fue acercando lentamente a mi-. Te quitaba la poca ropa que te quedaba y te empezaba a besar cada parte de tu cuerpo, tú me decías que no parara que fuera más rápido. Luego empecé a darte como nunca te habían dado en tu vida- Justin gimió ya en mi oído, yo pegué un pequeño salto-. Estabas rica, muy dulce, como una golosina.
- Que asco.
- Se nota que fue un sueño, allí eras más dócil.
Puse los ojos en blanco y terminé de vestirme, abrí la puerta y miré que no había nadie entonces salí corriendo para mi dormitorio, por suelte Abby todavía no había salido y me extrañaba porque era muy puntual. Me cambié de ropa y me puse el uniforme, salí de la habitación y en ese momento, Abby salía de la suya muy agitada haciéndose la coleta.
- No me sonó el despertador- dijo sonriendo tímidamente.
- No importa, vamos.
La mañana fue
rápida, las clases se pasaron como si fueran de cinco segundo cada una no sé si
fue porque me pasé todas las clases pensando en mi hermano y en el sueño o
porque tenía unas ganas de acabar el día de hoy y de coger el avión. Creo que
tengo la necesidad de estar con mi hermano de la forma más cercana que puedo
estar con él. También echaba de menos a Tyler, lo extrañaba por su forma dulce
de hablarme y de tratarme… También creo que se llevó una mala impresión de mi,
no quiero que desaparezca de mi vida es más me gustaría conocerlo mejor para
decirle a todo el mundo que no es como todos piensan. Como si me leyeran el
pensamiento, sobre las 5 cuando estaba con Abby haciendo los deberes me
llamaron por megafonía, fui a la zona de teléfonos y cogí el que me indicaban.
- ¿Si?
- Hola.
Su voz ronca
pero suave me hizo sonreír.
- Tyler- dije
gritando y todo el mundo se giró para mirarme- ¿Cuándo vuelves?
- El lunes ya me
tendrás de nuevo allí, ¿me has echado de menos?
- Mucho, ¿y tú a
mi?
- Si, pero ya he
pensado como podríamos solucionar todo eso.
- ¿Si?- pregunté
más bajo.
- Si, no hagas
planes el lunes por la tarde, porque lo vas a pasar conmigo, tengo que
recuperar el tiempo perdido.
- Toda tuya-
dije-. ¿Qué tal tu amigo?
- Se despertó
del coma y ya el sábado le dan la baja.
- Me alegro.
- ¿Todo bien por
allí? ¿Justin te ha dado muchos problemas?
Por mi cabeza pasó
la imagen de nosotros en la ducha y de su caricia esta mañana, no pude reprimir
un escalofrío.
- Me puedo
defender sola, tranquilo.
- Sé que puedes
y eso me gusta. ¿Qué vas a hacer este fin de semana?
Miré a mi
alrededor para ver si había alguien que me conociese, me gustaría decirle a él
la verdad ya que él no podría venir conmigo.
- Voy a ir a
visitar la tumba de mi hermano.
- ¿Sola?-
preguntó.
- Si, pero no me
va a pasar nada, tranquilo. Volveré el domingo por la mañana.
- Si estuviera
allí iría contigo, no me gusta que vayas sola…- entonces se escuchó un chillido de agonía desde alguna parte-. Bueno Hayley, que mi amigo me necesita, ya nos vemos y
cuídate.
- Claro, adiós.
Colgué el
teléfono, él no era como decían quizás con los demás si pero no conmigo, nadie
se empeña tanto en ser buena persona, por ejemplo Justin, aunque lo intente su
tono de voz y su mirada te demuestra que es una falsa, en cambio los ojos de
Tyler y su voz son siempre relajada. Me giré para salir de la sala cuando me
choqué con una persona.
- Perdona…-
levanté mi vista y vi a Eddy-. No te he visto.
- Ni yo a ti,
tranquila- sonrió y siguió hacia delante.
Cuando fui a mi
cuarto para empezar a hacer la maleta Abby llamó a la puerta y estuvo allí
ayudándome a elegir que llevar, aunque ella pensaba que podía ponerme en la
ciudad yo pensaba que sería lo más adecuado para pasar la noche en mi casa, a
solas.
- ¿Seguro que
quieres ir con tus padres?- me preguntó.
- Si, es lo
mejor- dije.
- Por si algún
casual ocurre algo, ven aquí- me da un trozo de papel- allí voy a estar yo,
¿vale? Ven a la hora que sea, no me importa.
- Voy a estar
con mis padres, quizás vayamos al cine si con suerte esta mi padre de descanso
si no estaré con mi madre y quizás le ayude a limpiar la casa, no sé, cosas
normales de familia. No creo que lo necesite, pero gracias- dije agarrando el
papel y guardándolo en un apartado de mi monedero.
- No sé, por si
acaso se ponen muy pesados o solo lloráis, yo que sé- dijo encogiéndose de
hombros- solo quiero que sepas que estoy ahí para ti.
- Y lo sé.
- ¿Cuándo sale
tu avión? ¿Estarán tus padres allí esperándote?
- A las 9 de la
mañana y si.
- De aquí sale
un autobús para ir al aeropuerto, pero tienes que estar lista a las 6 de la
mañana.
- Lo estaré.
La noche se hizo
eterna y estaba ya despierta antes de que el despertador sonara, me puse lo más
cómodo, un vaquero y una sudadera. Cogí mi maleta y miré que estaba todo bien
guardado. Cuando salí al pasillo todo estaba revolucionado, todas con sus maletas
y muy bien vestidas. Bajé hasta la entrada principal, y en un lado de la
escalera estaban Justin, Eddy, Camille junto a Hugo y James sentados. Era la
primera vez que los veía a todos juntos, o a casi todos por lo menos, nadie me
dijo nada pero pude notar sus miradas en mi espalda, levanté mi cabeza y fui
donde todos a esperar al autobús.
Justin
- ¿Sabes dónde va?- dijo James.
- No- respondí y
me encendí un cigarro-, tampoco es que me importe.
- He oído que el
amigo de Tyler salió del coma, ya mismo volverá aquí- me informó Hugo.
- Esto estaba
muy aburrido sin él- dijo Camille y yo asentí con la cabeza mientras miraba
como Hayley se mezclaba con las demás personas.
Todos nos
levantamos cuando nuestros coches aparecieron, cogí mi mochila y empezamos a
andar hacia los coches. Eddy me agarró del hombro y me frenó un poco.
- Hayley va a su
pueblo a ver la tumba de su hermano, lo escuché esta mañana mientras hablaba
por teléfono- me susurró al oído, yo le miré a los ojos y me encogí de hombros.
- Por mí como si
se quiere ir a China.
Eddy se rió mientras negaba con la cabeza.
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En este capítulo pasan muchas cosas importantes y más en las que vendrán, no hagais muchas veces caso a vuestras primeras impresiones... o quizás si... No sé si os esperabais algo más importante por haber esperado tanto pero eso es lo que soy capaz de dar ahora mismo, si hay alguna falta decirlo porque no me ha dado tiempo ha revisarlo. Respecto al gran tiempo que pasa entre capítulo solo puedo decir que lo siento pero que no puedo hacer nada para solucionarlo, quizás en unas tres semanas pueda ya empezar a subir más rápido, pero como digo, no prometo nada.
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Lo siento a esas personas a las que les molesta mi poca "seriedad" al subir y al prometerme, pero soy así y no puedo cambiar y muchas gracias a las que, aún por todo eso, me siguen leyendo('':
Lo siento a esas personas a las que les molesta mi poca "seriedad" al subir y al prometerme, pero soy así y no puedo cambiar y muchas gracias a las que, aún por todo eso, me siguen leyendo('':