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Capítulo 21


Ya era jueves por la noche, después de un examen por la mañana y una tarde cargada de ejercicios de matemáticas que nos costó sacar a Abby y a mí, y eso que a ella se le dan fenomenal, me encontraba en la sala del gimnasio espero a Justin. La noche del lunes fue la única extraña porque la del martes y el miércoles fueron normales, él me daba órdenes y yo las cumplía, pero ningún rozamiento fuera de lo normal. Mentiría si no dijera que no hubo nada, pero lo único que hacía era decir comentarios sarcásticos, de los cuales yo pasaba, y algún intento de tocar más de la cuenta. Pero no se pasaba y lo agradecí porque me he dado cuenta que echaba de menos esto, entrenar todo los días y tener mi cuerpo en movimiento, esto hace que no piense en otras cosas y mantenga la mente fría.

Ayer conseguí comprar unos billetes de avión para el sábado desde un ordenador de la sala de estudios, menos mal que mis padres me habían dejado una cuenta para los imprevistos. Todavía me sonaba a loco la idea de volver a mi pueblo pero una parte de mi no encontraba un mejor lugar en el que estar. No podía estar con mis padres así que decidí visitar a mi hermano. Esperaba que nuestra casa siguiera vacía, sin ningún ocupa me refiero, y que la llave que hay escondida siga ahí.

Doce y diez, Justin no ha llegado todavía y me extraña la verdad. Él suele ser el puntual y yo la que siempre llega tarde. Decido salir al pasillo a ver si estaba ya de camino, entonces veo una figura pero no es su figura musculosa es una más pequeña, es Eddy.

- Hey- le llamo, él se gira asustado-. Tranquilo soy yo.

Me acerco a él, Eddy mira a sus lados un poco nervioso.

- ¿Qué haces aquí?- me pregunta.
- Estaba entrenando… ¿y tú?
- Yo… eh…- intenta evitar mirarme a los ojos-. No podía dormir.
- Ah, bueno, ¿sabes dónde está Justin? Habíamos quedado para que me diese una cosa.
- No, pero supongo que estará en su habitación durmiendo.
- Vale, gracias. Por cierto… ¿su habitación cuál es?
- La 163.
- Gracias.
- De nada- antes de sonreír vuelve a mirar a su derecha.

Yo sigo mi camino hacia el ala de los chicos, pero me escondo en muro que salía de la pared y me giro, cuando miro a Eddy está haciendo señales con la mano y de enfrente suya aparece una persona tapándose la cara con la capucha. ¿Será una chica? Decido no meterme en lo que no me llama y sigilosa sigo mi camino hacia su habitación. No es que Justin sea ahora el chico que mejor me caiga pero cuando no se está comportando como un cabrón no es mal tío, tiene una personalidad fuerte y eso algunas veces es bueno… pero eso no quita que haya algo dentro de mi que me dice que no tengo que fiarme nada de él. Llego a su planta y cuando me ponto delante de su habitación y voy a abrirla descubro que está abierta.

Lo primero que veo es la habitación vacía, poco decorada y sobre su cama una mochila pequeña y algo de ropa dentro de ella, una cosa que me hace dar unos pasos hacia atrás y chocas con una lámpara es una pequeña pistola sobre la cama, consigo agarrar la lámpara antes de que se caiga, cuando me vuelvo a girar hacia la cama veo que algo en la ventana abierta se mueve.

- ¿Bailarina?- es él.

Me fijo en la ventana y veo como su cabeza se asoma desde afuera, lleva un cigarro en su mano izquierda. En ese momento lo primero que se me ocurre es como cojones está flotando hasta que caigo en que hay ventanas que tiene como un pequeño trozo de piedra donde cabe una persona fácilmente. Al ver que no respondo porque mi mente sigue pensando, después de haber aclarado el caso de su levitación, en la pistola que hay sobre la cama.

- Sabía que te iba a ver pronto en mi habitación, pero no tan pronto- dice mientras entra por la ventana.
- Te estaba esperando y no viniste.- intento quitar mi mirada de la cama pero no puedo.
- ¿Qué hay en la cama que tanto te inquieta muñeca? O es quizás lo que podríamos hacer ahí lo que te come la cabeza.

Ahí me vi obligada a mirar a otro lado, Justin apagó el cigarro  lo tiró por la ventana, miró a la cama.

- Ah, eso- dijo como si nada.
- ¿Tú estás loco? ¿Cómo tienes eso ahí?
- Hay veces que tu preguntas me ofenden, Hayley, ¿enserio me estás preguntando eso?- Justin coge la pistola, entre sus manos se ve más pequeña aún- ¿Qué te crees que soy? ¿Qué te crees que hago?- Justin estira los brazos y apunta.
- ¿Qué haces? ¡Baja eso idiota!- por puro instinto me aparte.
- Esta descargada- dice tirándola a la cama-, pero por poco tiempo.
- ¿Qué vas a cazar conejos?

Justin no puede evitar una pequeña sonrisa.

- No soy un monstruo Hayley, yo no mato lindos conejos. Yo mato personas.

No pude evitar reírme, ¿él?

- Esa risa me ha ofendido- dijo mientras guardaba la pistola.
- Perdona pero no te veo capaz de matar a nadie.
- Muchas veces no solemos ver las cosas malas que la gente es capaz de hacer.

Justin quita su mirada de mi y pude haber notado en él un poco de melancolía como si esa frase fuera con doble sentido pero si es así, yo no supe pillar lo que me quería decir.

- Bueno, deja hablar y vamos a entrenar.
- Hoy no puedo princesa, lo siento.
- ¿Y eso?
- Cosas de mayores- dijo guardando unas cosas en las maletas.
- ¿Te vas?
- Voy a hacerle una visita a tu amigo Tyler- Justin cerró la cremallera de la mochila.

Pude notar como mi cara cambiaba de su tono normal a un blanco, no me gustaba el tono de su voz y menos todavía las intenciones con las que iba. No había hablado con Tyler desde que se fue pero lo echaba de menos algunas veces y no me parecía buena idea dejar que Justin fuera a molestarle sabiendo que él lo único que está haciendo es cuidar de un amigo que Justin hirió.

- ¿Quieres que le diga algo de tu parte? Te echo de menos cielo, a ver cuando vuelves, besitos Hayley, ¿eso te parece bien?- dijo mientras se colocaba las zapatillas, se puso de pie y fue hacia mí- Cierra a puerta cuando te vayas.

Me moví hacia la izquierda interponiéndome en su camino.

- Tú no vas a ninguna parte- dije firme.
- Hayley…- susurró él-. Déjame.
- No. No te voy a dejar que le hagas daño a nadie.
- Como no te muevas la que va a salir herida eres tú y te digo yo que Tyler no es una persona por el que merece la pena arriesgar tu vida.
- Atrévete a hacerme algo, que te enteras.

Justin suspiró y dejó la mochila en el suelo.

- Tú has querido.

Se remangó las magas de la sudadera, me estaba esperando un golpe y me puse a la defensiva como él me había enseñado pero en vez de eso lo que hizo fue cogerme como a un saco de patatas, colocando mi estómago en su hombro.

- No, no, no. Pelea como un hombre, Justin suéltame y pelea- estaba dando patadas pero él era como una roca.
- No voy a pelear contigo, no te voy a dar lo que quieres.

Justin me empezó a mover por la habitación.

- Cabrón, suéltame, gallina, ¿qué te crees que no te puedo vencer? O sabes que sí y por eso no lo intentas.

De repente Justin me dejó caer sobre la cama y me agarró de las muñecas.

- Tengo muy claro que yo ganaría y tranquila que por ser mujer no te veo inferior, la cosa es que quiero guardar todas mis fuerzas para tu amigo.

Justin me había soltado e iba a por su mochila, ya no sabía qué hacer para detenerlo.

- Te reto a que no vayas a por él esta noche.
- ¿Enserio?- dijo girándose- Cuando te dije de jugar a ese juego esperaba retos en plan, no sé, mejor.
- ¿Entonces qué?

Justin volvió a suspirar y soltó la mochila en una silla.

- Si no es hoy será otro día.

 Yo me levanté sonriendo de la cama.

- ¿Dónde te vas?- dijo él- Si yo me quedo aquí tú también, te reto a pasar a noche conmigo en ropa interior.
- ¿Qué quieres que coja una hipotermia?- pregunté.
- Ya te doy yo calor, tranquila.

Justin sin quitar la mirada de mi empezó a quitarse la camiseta, su cuerpo era perfecto no estaba demasiado ejercitado pero sus músculos estaban marcados. La venda que cubría sus costillas ya no estaba, he incluso los moratones habían desaparecido de su cuerpo. Podría ser el chico ideal de cualquier persona menos el mío, quizás no me mereciera gran cosa pero a mi hermano le juré que no acabaría con un chico así y cumpliré la promesa. Él me dijo que no podía estar con un chico que me quisiese menos que él así que mis novios del pueblo solo duraban apenas unos meses porque ninguno me llenaba, me sentía vacía con ellos.
Justin tiró la camiseta y empezó a desabrocharse los pantalones, se quitó los zapatos y decidí que era hora de que apartara mi mirada. Me quité mis zapatos y me metí dentro de las sabanas, una vez ahí dentro me empecé a quitar la ropa hasta quedarme en bragas y sujetador. Siempre me ha encantado el tacto de las sabanas sobre la piel desnuda. Justin dejó su pantalón junto la camiseta y me sonrió mientras se acercaba a la cama, yo estaba pegando a la pared así que él solo tuvo que apartar las sábanas y meterse dentro. Cuando su pie rozó mi pierna mi corazón empezó a latir rápido no sabía cuánto iba a poder dormir pero la cama era muy cómoda y mis ojos empezaban a relajarse. Justin se giró hasta quedarse mirándome, la habitación estaba en silencio, solo se oía al aire chocar con la ventana.

- No me toques- le dije.
- Eres muy aburrida bailarina- dijo sonriendo.
- No quiero estar aquí así que no estoy de buen humor.
- Si no quieres te puedes ir- dijo mientras miraba al techo.
- Claro, pero luego me tendría que acostar contigo y como que no.
- Pues entonces solo te queda aguantarte- se encogió de hombros.
- Ya- me giré mirando hacia la pared-. Idiota.
- Buenas noches, Hayley.
- Lo mismo digo- susurré y recibí de él una risa silenciosa.

Yo solía dormir con mi hermano, me he pasado muchas noches en su cama sobre todo cuando había truenos y también he dormido con más chicos. En un aniversario de mis padres se fueron a cenar y a un hotel luego, entonces estábamos solos en la casa y mi hermano invitó a unos amigos a dormir, yo dormí con mi hermano y un amigo suyo en la cama de mis padres fue gracioso porque me contó un cuento para dormir. Pero dormir con Justin era diferente, quiero decir, no sabía si en algún momento se le iba a escapar la mano o si cuando me despertara estaría desnuda.

- ¿No puedes dormir?- dijo.
- No estoy muy cómoda que digamos.
- ¿Por qué? ¿Tienes frio? – preguntó y noté su mano caliente en mi muslo, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.
- No, estoy bien y aleja esa puñetera mano si no te quieres quedar manco.

No dijo nada pero apartó su mano y noté como giraba su cuerpo ahora estábamos espalda contra espalda. Me intenté mentalizar con que si me dormía antes más rápido se me iba a pasar la noche, así que conté varias veces unas cuantas ovejas pero lo que de verdad me tranquilizó fue escuchar la respiración de Justin más lenta y profunda, le miré de reojo y estaba dormido. En ese estado de paz parecía un ser indefenso las expresiones de su cara estaban relajadas y no tenía esa sonrisa seductora que siempre pone. Poco a poco noto como la habitación va desapareciendo y consigo dormir.

Justin

Escucho un disparo que me despierta, sé que lo he soñado, sé que el disparo ha sido en mi sueño porque noté como mi hombro empezaba a sangrar antes de despertarme en mi cuarto. Mi cuerpo da un pequeño salto, es como cada noche, ese disparo que no me deja tranquilo desde el momento en el que pasó. Lo primero que hago es mirar a mi alrededor, Hayley tiene la cabeza apoyada en el colchón mirando hacia mí y su brazo derecho está sobre mi abdomen, su pequeño brazo de bailarina resalta, se le ha bajado la sabana y puedo apreciar su espalda casi desnuda, aunque la oscuridad me impide apreciarla con claridad, todavía es de noche, lo sé porque no entra ni un rayo de luz por la ventana. Aparto su brazo de mí y me levanto, en el reloj pone que son las 5 de la mañana. Cojo mi camiseta que está en el suelo y me la coloco, hace algo de frío. Me siento en la silla de mi escritorio y me colocó mirando a la cama, cojo un cigarro y lo enciendo. Su respiración no es tan acelerada cuando duerme y tampoco es tan mandona, sigue teniendo las mismas fracciones de bebé. Adoro ver a las mujeres dormir, creo que es mi pasatiempo favorito. Es como ver a un ángel dormir. Hay veces que desearía poder haber tomados otras decisiones, pero seguramente no estaría aquí viéndola dormir y puede sonar loco pero repetiría todas mis malas elecciones si luego me prometiesen que la vería dormir.

Los cigarros se van igual que las horas. Me arrepiento de no haber ido a por Tyler, haber acabado con él habría solucionado tantas cosas… pero si él desapareciese yo también tendría que hacerlo, todos nos iríamos porque no habría nada que nos uniese. Hayley se mueve y se destapa con la pierna, ahora está boca arriba y puedo ver todo su cuerpo. Apago el último cigarro del paquete y me pongo de rodillas en la cama. Me quedo mirándola fijamente, está frunciendo el ceño, me gustaría saber que soñaba, coloco mi mano en su mejilla y la separo rápidamente cuando su ceño se relaja y sonríe. Es como un bebé. Me pongo de pie y busco rápidamente mis pantalones, cojo la llave de la habitación y salgo corriendo de la habitación.
Cruzo todo el pasillo de los chicos y bajo y subo escalera hasta llegar a la parte de las chicas. Sé llegar a su habitación y sé que estará despierta. Pego en la puerta cuatro veces y ella me la abre. No sé cómo Camille puede estar tan bien incluso a las cinco de la mañana, su cabello está perfectamente arreglado y lleva un camisón que le he tirado ya unas cuantas veces. No la quiero y no me quiere, somos más como hermanos y es un poco raro que mi mano vaya directamente a su trasero y la suya a mi cuello si somos como hermanos, pero por desgracia ninguno de los dos tiene suerte en el amor así que nos conformamos el uno con el otro. La llevo hasta la pared y pego su espalda contra ella, por un segundo paro de besar su cuello y pego un puñetazo en la pared, ella empieza a susurrar.

- Está bien Justin, tranquilo, no pienses.

Cierro fuertamente mis ojos, tanto que duele, e intento no pensar pero es difícil cuando todos los recuerdos están ahí.

- Justin, mírame estoy aquí- susurra Camille.

Pone sus manos en mis mejillas y pega nuestras frentes, abro mis ojos y veo los suyos enfrente. Coge una de mis manos y la lleva a su muslo y empieza a subir por debajo de su camisón.

- Sabes que si por mi fuera te quitaría todo el dolor que sientes- Camille empieza a gemir-, pero no puedo. Ojala nada hubiera pasado cariño.

Intento mantener la mente fría, pero todo vuelve a mi cabeza, me muerdo mi labio inferior y llevo Camille hasta la cama, la suelto brutamente, porque desde pequeño me enseñaron que las cosas dolorosas son las que te dejan marcado, como el disparo, como lo que él hizo… Ese tipo de cosas. El camisón ya ha desaparecido y de una forma u otra con él mis pensamientos. Porque cuando le haces el amor a una mujer en tu mente solo tiene que estar ella.


Hayley

- ¿Vas a tardar mucho?- pregunté mientras veía como se ponía los zapatos. 
- No, tranquila. Pero tampoco me esperes despierta- se puso de pie y me besó la cabeza. 
- No, no- sonreí-. Pero cuando llegues me avisas.

Él afirmó con la cabeza y se fue a mirarse al espejo, lo notaba algo agitado, nunca se había mirado tantas veces al espejo. 
- ¿Estas bien? 
- Claro. ¿Por qué? 
- Te noto algo inquieto. 
- Sabes que las fiestas no son mi fuerte. 
- No sé para que vas. 
- Yo me integro en la sociedad, no como tú renacuaja- él puso su mano en mi cabeza y me removió el cabello. 
- Si me caen todos mal de este pueblo, ¿qué voy a hacer? 
- Haz como yo, busca amigos de otro pueblo.
- ¿Cómo esos que vienen a casa? Ya hacen mucho que no vienen. 
- Ya... - su mirada se puso seria-. Hay veces que la gente no es lo que te esperas, ellos querían salir de fiesta y yo no, hay veces que las decisiones que tomamos y creemos que son mejores para nosotros nos separan de los que creíamos nuestros amigos. 
- Se os veía muy juntos. 
- Ya, bueno, dejemos el tema. 

Sonó la bocina de un coche. 

- Me voy ya pequeña. 
- Vale, ten mucho cuidado. 
- Siempre lo tengo- dijo mientras sacaba su teléfono del bolsillo, se quedó leyendo un mensaje y tragó saliva, luego sonrió. 
- ¿Pasa algo? 
- Nada, que me toca a mi conducir hoy. Te quiero. 
- Y yo a ti. 

Fue ya para su puerta cuando se giró. 

-Hayley, ten mucho cuidado ¿vale? 
- Si solo voy a salir con mamá a cenar porque no le apetece preparar nada. 
- Ya tonta, pero que tengáis cuidado nunca puedes saber si hay alguien ahí fuera que te quiere hacer daño, no te fíes de nadie y si alguna vez te tienes que fiar de alguien deja que se gane tu confianza. 
- Venga, vete pesado. 

Fui y lo abracé, él me dio uno de sus típicos abrazos de esos que me dejaban sin aire pero me encantaban. Puso su mano en mi espalda y me acarició, entonces empecé a sentir un cosquilleo por todo mi cuerpo y mi hermano empezó a desaparecer de mi mente, todo era una gran mancha negra y cuando abrí los ojos lo primero que noté fue una mano acariciando mi espalda desnuda. Busqué las sabanas con mis manos y me tapé sentandome en la cama, cuando me giré vi a Justin sonriendo en el filo de la cama ya vestido. 

- No te despertabas- dijo él escogiéndose de hombros. 
- ¿Qué hora es? 
- Las ocho y media. 
- ¿Qué? - me levanté corriendo de la cama y me empecé a vestir rápidamente- Abby va a estar esperandome, ay Dios, tenía que haberme puesto un despertador, mierda, mierda.
- Ese vocabulario jovencita. 
- Cállate si no quieres acabar mal. 
- Cuanta energía por la mañana, ¿con quién has soñado? ¿Conmigo? 

Me quedé unos segundos quieta recordando el sueño, la última vez que había visto mi hermano con vida y la última vez que lo había tocaba. 

- Qué más quisieras. 
- Yo he soñado contigo- Justin se fue acercando lentamente a mi-. Te quitaba la poca ropa que te quedaba y te empezaba a besar cada parte de tu cuerpo, tú me decías que no parara que fuera más rápido. Luego empecé a darte como nunca te habían dado en tu vida- Justin gimió ya en mi oído, yo pegué un pequeño salto-. Estabas rica, muy dulce, como una golosina.
- Que asco. 
- Se nota que fue un sueño, allí eras más dócil. 

Puse los ojos en blanco y terminé de vestirme, abrí la puerta y miré que no había nadie entonces salí corriendo para mi dormitorio, por suelte Abby todavía no había salido y me extrañaba porque era muy puntual. Me cambié de ropa y me puse el uniforme, salí de la habitación y en ese momento, Abby salía de la suya muy agitada haciéndose la coleta. 

- No me sonó el despertador- dijo sonriendo tímidamente. 
- No importa, vamos.

La mañana fue rápida, las clases se pasaron como si fueran de cinco segundo cada una no sé si fue porque me pasé todas las clases pensando en mi hermano y en el sueño o porque tenía unas ganas de acabar el día de hoy y de coger el avión. Creo que tengo la necesidad de estar con mi hermano de la forma más cercana que puedo estar con él. También echaba de menos a Tyler, lo extrañaba por su forma dulce de hablarme y de tratarme… También creo que se llevó una mala impresión de mi, no quiero que desaparezca de mi vida es más me gustaría conocerlo mejor para decirle a todo el mundo que no es como todos piensan. Como si me leyeran el pensamiento, sobre las 5 cuando estaba con Abby haciendo los deberes me llamaron por megafonía, fui a la zona de teléfonos y cogí el que me indicaban.

- ¿Si?
- Hola.

Su voz ronca pero suave me hizo sonreír.

- Tyler- dije gritando y todo el mundo se giró para mirarme- ¿Cuándo vuelves?
- El lunes ya me tendrás de nuevo allí, ¿me has echado de menos?
- Mucho, ¿y tú a mi?
- Si, pero ya he pensado como podríamos solucionar todo eso.
- ¿Si?- pregunté más bajo.
- Si, no hagas planes el lunes por la tarde, porque lo vas a pasar conmigo, tengo que recuperar el tiempo perdido.
- Toda tuya- dije-. ¿Qué tal tu amigo?
- Se despertó del coma y ya el sábado le dan la baja.
- Me alegro.
- ¿Todo bien por allí? ¿Justin te ha dado muchos problemas?

Por mi cabeza pasó la imagen de nosotros en la ducha y de su caricia esta mañana, no pude reprimir un escalofrío.

- Me puedo defender sola, tranquilo.
- Sé que puedes y eso me gusta. ¿Qué vas a hacer este fin de semana?

Miré a mi alrededor para ver si había alguien que me conociese, me gustaría decirle a él la verdad ya que él no podría venir conmigo.

- Voy a ir a visitar la tumba de mi hermano.
- ¿Sola?- preguntó.
- Si, pero no me va a pasar nada, tranquilo. Volveré el domingo por la mañana.
- Si estuviera allí iría contigo, no me gusta que vayas sola…- entonces se escuchó un chillido de agonía desde alguna parte-. Bueno Hayley, que mi amigo me necesita, ya nos vemos y cuídate.
- Claro, adiós.

Colgué el teléfono, él no era como decían quizás con los demás si pero no conmigo, nadie se empeña tanto en ser buena persona, por ejemplo Justin, aunque lo intente su tono de voz y su mirada te demuestra que es una falsa, en cambio los ojos de Tyler y su voz son siempre relajada. Me giré para salir de la sala cuando me choqué con una persona.

- Perdona…- levanté mi vista y vi a Eddy-. No te he visto.
- Ni yo a ti, tranquila- sonrió y siguió hacia delante.

Cuando fui a mi cuarto para empezar a hacer la maleta Abby llamó a la puerta y estuvo allí ayudándome a elegir que llevar, aunque ella pensaba que podía ponerme en la ciudad yo pensaba que sería lo más adecuado para pasar la noche en mi casa, a solas.

- ¿Seguro que quieres ir con tus padres?- me preguntó.
- Si, es lo mejor- dije.
- Por si algún casual ocurre algo, ven aquí- me da un trozo de papel- allí voy a estar yo, ¿vale? Ven a la hora que sea, no me importa.
- Voy a estar con mis padres, quizás vayamos al cine si con suerte esta mi padre de descanso si no estaré con mi madre y quizás le ayude a limpiar la casa, no sé, cosas normales de familia. No creo que lo necesite, pero gracias- dije agarrando el papel y guardándolo en un apartado de mi monedero.
- No sé, por si acaso se ponen muy pesados o solo lloráis, yo que sé- dijo encogiéndose de hombros- solo quiero que sepas que estoy ahí para ti.
- Y lo sé.
- ¿Cuándo sale tu avión? ¿Estarán tus padres allí esperándote?
- A las 9 de la mañana y si.
- De aquí sale un autobús para ir al aeropuerto, pero tienes que estar lista a las 6 de la mañana.
- Lo estaré.

La noche se hizo eterna y estaba ya despierta antes de que el despertador sonara, me puse lo más cómodo, un vaquero y una sudadera. Cogí mi maleta y miré que estaba todo bien guardado. Cuando salí al pasillo todo estaba revolucionado, todas con sus maletas y muy bien vestidas. Bajé hasta la entrada principal, y en un lado de la escalera estaban Justin, Eddy, Camille junto a Hugo y James sentados. Era la primera vez que los veía a todos juntos, o a casi todos por lo menos, nadie me dijo nada pero pude notar sus miradas en mi espalda, levanté mi cabeza y fui donde todos a esperar al autobús.
Justin
 - ¿Sabes dónde va?- dijo James.
- No- respondí y me encendí un cigarro-, tampoco es que me importe.
- He oído que el amigo de Tyler salió del coma, ya mismo volverá aquí- me informó Hugo.
- Esto estaba muy aburrido sin él- dijo Camille y yo asentí con la cabeza mientras miraba como Hayley se mezclaba con las demás personas.

Todos nos levantamos cuando nuestros coches aparecieron, cogí mi mochila y empezamos a andar hacia los coches. Eddy me agarró del hombro y me frenó un poco.

- Hayley va a su pueblo a ver la tumba de su hermano, lo escuché esta mañana mientras hablaba por teléfono- me susurró al oído, yo le miré a los ojos y me encogí de hombros.
- Por mí como si se quiere ir a China.


Eddy se rió mientras negaba con la cabeza.

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En este capítulo pasan muchas cosas importantes y más en las que vendrán, no hagais muchas veces caso a vuestras primeras impresiones... o quizás si...  No sé si os esperabais algo más importante por haber esperado tanto pero eso es lo que soy capaz de dar ahora mismo, si hay alguna falta decirlo porque no me ha dado tiempo ha revisarlo. Respecto al gran tiempo que pasa entre capítulo solo puedo decir que lo siento pero que no puedo hacer nada para solucionarlo, quizás en unas tres semanas pueda ya empezar a subir más rápido, pero como digo, no prometo nada. 

Si leíste pulsa el botón   MIL GRACIAS POR LEERME Y POR TODO, GRACIAS. <3

Lo siento a esas personas a las que les molesta mi poca "seriedad" al subir y al prometerme, pero soy así y no puedo cambiar y muchas gracias a las que, aún por todo eso, me siguen leyendo('':
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Gracias.

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