- ¿Estas bien? – fue lo primero que se me ocurrió decir
cuando todo el ambiente se había relajado.
- Si, si, esto no es nada- dijo y llevó su mano hasta sus
labios, hizo una mueca cuando sintió la sangre en sus dedos.
- Ven a la mesa- dije.
Le ayudé a levantarse, Abby me miraba como si estuviera
loca. Cuando el chico se sentó, pasé una servilleta por su labio superior que
se había manchado de la sangre que goteaba de su nariz.
- ¿Qué has hecho para merecerte eso?
- Bueno, no hace falta hacer mucho para que Justin te pegue
un puñetazo. Digamos que tiene problemas con su control de la ira. Y ya vale
nena, estoy bien, deja de limpiarme no te lo tomes a mal... digo, me gusta que
me toques pero tengo que mantener un poco de mi estatus de macho- dijo
guiñándome un ojo.
Noté como mi rubor volvía a mis mejillas y bajé lentamente
la servilleta.
- Me llamo Tyler- dijo ofreciendo su mano.
- Yo Hayley- dije mientras aceptaba su mano blanca y grande.
Mientras nuestras manos se separaban pude apreciarlo con
todo detalle. Cabello color castaño rizado, pero lo tenía corto y no dejaba que
los rizos se terminaban de formarse, lo que le daba un aspecto rebelde. Sus
fracciones eran marcadas y la forma de su rostro era cuadrada, con una
mandíbula perfectamente marcada, labios pequeños perfectamente rosados pero
todavía manchados con un poco de sangre, pero sin duda lo que más llamaba de su
rostro eran esos preciosos ojos azules, eran de un azul de cuando el cielo
están empezando a nublarse, preciosos.
- ¿Hay algo que te guste?
- Tienes unos ojos bonitos- confesé.
- Los tuyos también son bonitos- dice mientras coge la
manzana de mi bandeja.
- Marrones- dije encogiéndome de hombros.
- No entiendo a las mujeres que dicen eso, si, marrones,
¿pasa algo? Pues bien bonitos que son.
- Gracias- dije bajando mi mirada a mi comida.
A los segundos, Tyler se levantó rápido de la mesa, pegando un mordisco a la manzana.
- Damas, ha sido un placer pasar este agradable momento pero
el deber me llama.
- Que lo pases bien, Batman- dije sonriendo mientras se iba,
él se giró y me guiñó un ojo.
Pude apreciar como antes de irse, miró en dirección a la
mesa en la que se encontraban Justin y sus amigos, pero este no pareció darse
cuenta ya que su mirada se encontraba en mí.
- Con lo tranquila que era mi vida- susurró Abby,
obligándome a apartar la mirada de Justin.
- Oh, venga, ¿qué he hecho mal ahora? El pobre chico estaba
desangrándose en el suelo- Abby me miró- Vale, tampoco era para tanto.
- Todavía no te has dado cuenta de cómo son las cosas aquí-
dice negando con su cabeza.
- Pues explícamelas.
- Quizás más tarde.
Justo en ese momento sonó el timbre que señalaba el final
del almuerzo y la vuelta a clase. Abby se levantó y cogió su bandeja, tuve que
acelerarme porque si no me dejaba atrás. Dejamos las bandejas, que por cierto
la mía estaba casi intacta aunque tampoco es que tuviera demasiada hambre.
- ¿Qué tienes ahora?- me dijo Abby.
Miré mi horario atentamente, hice una mueca de asco al ver
que me tocaba educación física.
- Educación física- respondí.
- Igual que yo, y quita esa cara de asco, las clases con el
profesor Schuman no son tan malas, es un viejo simpático.
- Pero… ¿dónde cojo mi chándal?
- Allí te darán uno- dijo ella.
Cuando llegamos al gimnasio sentí como si me encontrara en
casa por primera vez. Era una gran habitación con suelo de madera clara, una
pared estaba llena de espejos y la otra con escaleras de madera pegadas a la
pared. Tuve que contenerme para colocarme enfrente de los espejos y empezar a
bailar, lo que no pude evitar fue que mis dedos de mi mano derecha se movieran.
- Buenas señor Schuman, esta es la chica nueva y necesita su
chándal.
- Hola Abby, no sé para qué me dices nada si sabes dónde
están.
Ella se encogió de hombros y a continuación me llevó hasta
una puerta que cuando abrió dejó a la vista montones con ropa.
- A la derecha están las de chica, coge un pantalón y una
camiseta.
Entré dentro de la pequeña habitación y cogí un pantalón
largo gris y una camiseta de mangas cortas de un rojo anaranjado, no sé si era
porque estaba descolorido o porque de verdad era así. Abby me llevó hasta el
vestuario donde varias chicas paseaban, algunas en ropa interior y otras ya
vestidas.
- No me pienso cambiar aquí- dije al oído a Abby-. No es por
nada, es que mi cuerpo es mi cuerpo y no lo tiene por qué ver miles de chicas.
- Tranquila, yo jamás lo hago.
Me llevó hasta unos espacios cerrados donde la gente se
cambiaba también. Me puse mi chándal y salí con el uniforme en manos, agradecí
que me haya puesto las converses en vez de los otros zapatos. Abby me contó que
la llave de mi habitación me abría una de las taquillas para dejar la ropa.
Cuando terminé de dejar la ropa, salí con Abby al gimnasio,
pero allí no había nadie. Mire a Abby y ella siguió andando hasta una puerta
que conectaba el gimnasio con la parte de fuera, donde había unas canchas
baloncesto y varias cosas más. Cuando le iba a preguntar que qué hacíamos
ahora, pude notar que nadie hacia algo exacto. Algunos chicos jugaban al
baloncesto, otros daban golpes con los pies a un balón de fútbol y las chicas o
bien jugaban al baloncesto, al voleibol o estaban sentadas en un banco. Mientras
que el profesor Schuman leía el periódico en una silla.
- ¿Qué quieres hacer?- me dijo.
- Lo que tú quieras.
Dije mientras la miraba a los ojos, noté como sus mejillas
se ruborizaban.
- Yo no quiero hacer nada, estoy en… bueno… ya sabes, uno de
esos días del mes y como que no quiero hacer deporte.
- Oh, no pasa nada, te entiendo, nos sentamos y así me pones
en orden con todo esto.
Nos sentamos en un banco de piedra que había vacío, pero
antes de que ella hablara, me di cuenta de una cosa.
- Abby, si Justin y todos los demás incluido Tyler, son de
último curso… es decir, como nosotras, ¿por qué jamás los he visto en una
clase?
Ella dejó escapar una leve risa.
- Hayley, ¿crees que van a clase? Y además, esto es muy
grande, demasiada suerte hemos tenido en compartir varias clases.
- ¿Y no les dicen nada?
- Nadie es capaz de decirle algo a ellos- dice ella, mirando
sus uñas.
- ¿Tienen miedo a unos chicos de 19 años? Venga ya- dije
riendo.
Abby se encogió de hombros.
Fui a preguntarle una cosa, cuando, un grupo de tres chicas
se pusieron a nuestro lado y empezaron a cuchichear demasiado alto como para
que pudiéramos escucharlas.
- Es ella- dijo una.
- Si- le respondió otra-. La nueva, dicen que ya ha estado
en el cuarto de Justin y que le comió la boca a Tyler.
Pude notar como mi cara se ponía blanca.
- Oh, Dios, ojala me llevara Justin a su cuarto- dice la
tercera-. ¿Creéis que ya lo habrá hecho con Tyler?
En ese momento no pude aguantar más y hablé
- ¿Perdona? ¿Estáis hablando de mí?- dije.
Las tres fingieron fatal que no lo estaban haciendo aposta y
se llevaron la mano a la boca, a la vez, algo demasiado planificado. Me fijé en
ellas, la más pequeña con cabello rubio, una mediana de cabellos castaños y
otra más alta de un rubio casi blanco.
- ¿Cómo la tiene Justin?- dijo la más pequeña- ¿Es verdad
que es más grande que la muralla de china? Eso tiene que doler- dijo llevándose
un dedo a la boca, como si pensara.
- ¡Oh! Beth, cuida esa boca- dijo la de cabello castaño-.
¿Son ciertos los rumores?
- ¿Llevas aquí menos de un día y ya has conseguido lo que
todas queremos?- dijo la del pelo casi blanco
Yo miré a Abby, pero esta tenía una mano en su frente e
intentaba evadirse de esta situación que más ridícula no podía ser.
- Todo es mentira, no me he acostado con Justin ni tengo
intención de hacerlo y no me he besado con Tyler, ni quiero.
Las tres chicas se miraron a la vez, la morena volvió a
hablar.
- Pero hay rumores de que Justin te tiene el ojo echado y
que quiere jugar contigo.
- Y es un jugador, siempre gana todas las partidas- dijo los
cabellos claros.
- Te lo va a hacer bien fuerte- dijo Beth- Lo que daría por
ser tú…- y terminó en un suspiro.
La forma en la que una terminaba la frase de la otra hacia
que me pusiera de los nervios. Miré a Abby en busca de ayuda.
- No lo entiendo, ¿de qué hablan? ¿Qué juego?
- Te tengo que explicar varias cosas, ya te lo he dicho.
- Pero no quiero jugar a nada con Justin- dije mientras una
mueca de asco ocupaba mi cara.
- No sé si eso lo puedes escoger tú- dice encogiéndose de
hombros.
- Os dejamos, creo que tienes que hablar con la nueva. Esto
es más que un simple internado- dice la morena y luego las tres se van riéndose
Me llevé la mano a la cara mientras miraba a Abby, esta
contenía una risa mientras negaba con la cabeza. ¿Qué pasaba aquí?
- ¿Esto no es un simple internado?- dije- ¿Qué hacéis?
¿Sacrificios humanos?
- Más o menos- y no pudo aguantar más, Abby empezó a reír.
Su risa es de esas que se contagian y las dos acabamos
riendo. Le pedí si podía contármelo ahora, pero ella me dijo que aguantara
hasta la noche que ahora había mucha gente, de verdad pensé que me iba a
confesar que hacían sacrificios humanos y luego los ponían en la comida. La
clase terminó, nos cambiamos de ropa y las dos nos separamos porque ya teníamos
clases separadas. El día terminó y tenía tantas ganas de meterme en la cama y
dormir que se me había olvidado por completo que había quedado con Abby para
que me contara como iba las cosas por aquí. Quedamos en una sala donde todos
iban cuando había tiempo libre, me avisó de que quizás llegaba un poco tarde.
Llegué a la sala, había una chimenea al fondo, la pared era
de listones de madera que le daba un aspecto acogedor. Aspiré el aroma a madera
quemándose y sonreí, al final esto no iba a estar tan mal. Encontré un sofá de dos plazas estaban libre, se encontraba detrás de una columna un poco
separado del todo el jaleo. Viendo como Abby llegaba tarde, saqué mi ipod y
empecé a buscar una canción, pero antes de que pudiera poner una, oí el sonido
de la puerta abrirse. Me arrepentí de estar mirando la puerta cuando él
apareció. Justin abría la puerta de par en par, buscaba a alguien, lo pude
notar en como miraba la sala. Esta vez fue la primera vez que lo vi con mangas
cortas, llevaba la camisa remangada hasta encima del codo, pude observar como uno de sus
brazos estaba casi entero de tatuajes y el otro iba por el mismo camino.
Cuando miró, apretó su mandíbula y vino dando pasos grandes
hacia mí. Bajé mi mirada e hice como si no supiera que estaba ahí, mi corazón
latía fuertemente, su mirada era de que mataría a cualquier ser viviente que se
pasara por su camino. En el suelo vi que había llegado delante de mi, lo
siguiente que noté fue como tiraba de mis auriculares para quitármelo.
- ¡Eh! ¡Cuidado!- dije levantando mi mirada.
- ¿Dónde está Tyler?- dijo serio, controlándose para no
subir mucho el volumen.
Ahora que lo tenía delante de mi cara pude notar como a la
altura de su pómulo derecho había una pequeña raja que ya no derramaba sangre.
- Tienes una herida- dije mientras subía mi mano para
tocarle la raya.
Pero no llegué a tocarla ya que Justin me cogió fuertemente
de la muñeca evitando que mi mano avanzara.
- ¿Dónde está?- dice serio, apenas moviendo la boca.
- No lo sé- dije y solté un gemido de dolor, empezaba a
hacerme daño- Suéltame, me estas apretando.
- Niñata- dice mientras suelta mi mano-. No sabes dónde te
estas metiendo. Mantente alejada de todo esto.
Justin me había dejado sin palabras, se apartó de mí y ya se
estaba yendo cuando las palabras salían de mi boca.
- No eres quién para decirme que hacer.
Él giró su cabeza para mirarme y la mueca de su boca hizo
que mi estómago se revolviera un poco.
- Yo simplemente te lo aviso, no creas que me importa si
jugas con tu vida. Quien avisa no es traidor.
Volvió a girar su cabeza y desapareció de la sala tan rápido
como había entrado, chocando su hombro con el de Abby que entraba. Nada más que
lo vio, me buscó con la mirada y sus hombros se relajaron cuando me encontraron,
vino corriendo hacia mí.
- Ya no me vas a hacer esperar más, venga, empieza a contar-
dije mientras mi corazón seguía latiendo rápido.
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Tirarme tomates a mi casa si queréis, me lo merezco por no subir seguido y luego subir este capítulo caca, que me da hasta vergüenza subirlo *llora*. Pero tengo una escusa ¡Siempre la tienes trixie! La otra novela esta al acabar y quiero ponerme seriamente con ella ya que los capítulos finales son los más importantes, cuando se acaba haré un maratón de esta y ya todo irá mejor, lo prometo no hagas más promesas trixie que luego no es así D: D: D: Nah, muchas gracias por seguir leyendo esta novela y por preguntarme cuando subiré y demás, eso me hace ver que os está gustando jhevyhjtyvjhevthjrvjthh <3